" No sé qué me aterra más… el Alfa que tengo frente a mí o la fuerza invisible que nos une. Hija de un Alfa desterrado y señalada como una "impura", su única meta era sobrevivir en las sombras.” Pero cuando Leonard Blackthorn, el poderoso rival de Alfa de la manada, la encuentra por accidente, todo cambia. Un lazo de luna rota los une, pero también los condena. Porque amar a Evelyn no solo desafia las leyes de los lobos, sino que desata una profecía que podría acabar con ambos y con todo lo que conocen. El Alfa más temido. La hija del traidor. Un amor que podría destruirlos. ¿Podrá el amor sobrevivir cuando todo conspira para separarlos?
Leer másLeonardAlgo dentro de mí está mal. La sensación comienza en mi pecho, como un nudo apretado que tira de mí, como si algo jalara invisible de mis entrañas.Camino por el pasillo con pasos pesados, sintiendo el eco de las palabras de Evelyn repitiéndose en mi mente."¿Cuántas veces puedo comer aquí?" Es ridículo que algo así me moleste, que la forma como era tratada antes tenga algún poder en mi. No debería tenerlo. No debería importarme.No me importa.Y sin embargo… no puedo quitármelo de la cabeza.Nunca antes me había interesado el bienestar de nadie más allá de mi manada. Nunca.¿Por qué ella?¿Por qué sus palabras siguen pesando en mi mente como una carga imposible de ignorar?Frunzo el Ceño.No tiene sentido.Nada de esto tiene.Pero entonces, la sensación se intensifica. Un tirón violento , un latigazo de ansiedad golpea mi pecho. Algo no está bien.Mi lobo lo siente.Las garras se deslizan instintivamente desde la punta de mis dedos, listas para pelear, listas para atacar a l
EvelynMis manos tiemblan.El calor de la descarga aún está en mi piel. Es un fuego extraño, un hormigueo que no se apaga , un latido inusual recorriéndome las venas. Esto nunca antes había pasado, jamás. Ni siquiera cuándo mi padre seguía conmigo.Así que ¿Qué demonios fue eso?Levanto la mirada y me encuentro con los ojos plata fría de Leonard.Él también lo sintió.Lo veo en la rigidez de sus hombros, en la forma en que su mandíbula se aprieta como si intentara encontrar una explicación racional a lo que acaba de ocurrir.— ¿Qué demonios ha sido eso? —su voz es un filo de acero.Miro mi propia mano, esperando ver algo diferente, alguna marca, alguna señal de lo que acaba de pasar.Pero no hay nada. Nada visible, al menos.—No lo sé. —Mi voz sale más débil de lo que quisiera—. Juro que no he hecho nada.Leonard no contesta nada, simplemente me mira.Y esa mirada…Esa mirada que no juzga, no castiga, pero tampoco es benévola me cala los huesos. No sé qué está pensando.Y no sé qué es
LeonardLas palabras del libro siguen repitiéndose en mi cabeza."Cuando la Luna Rota se despierte, su poder será un arma o una condena".No importa cuánto trate de sacarlas de mi mente, siguen ahí, acechándome como una sombra persistente.Al igual que mi propia maldición.Aprieto la mandíbula.La sensación dentro de mí se ha intensificado con el tiempo.Es un vacío profundo, un abismo negro que cada día se extiende más, devorando mi energía, mi control.Y sé lo que significa.Si no reclamo una luna pronto , si no encuentro la manera de estabilizarme , el poder que corre por mis venas me consumirá desde dentro.Y destruirá todo lo que él construyó.Cierro los ojos, recostándome en la silla de mi despacho, pero ni siquiera el silencio de la habitación es suficiente para calmar mi mente.Entonces, una idea peligrosa se forma en mi mente.¿Y si el poder de Evelyn pudiera estabilizarme?No está descabellado.Si realmente es una Luna Rota , si de verdad su existencia desafiaba las leyes de
EvelynEl primer latido me arrastra de vuelta.El segundo golpea como un tambor en mi cráneo.El tercero hace que todo mi cuerpo se tense.El calor me envuelve. No un calor reconfortante, sino uno que me sofoca , que me hace sentir como si estuviera quemándome por dentro.Abro los ojos de golpe.Pero la oscuridad sigue ahí.Parpadeo varias veces, intentando que mi visión se enfoque. Me siento pesada. Mi cuerpo no me responde como debería.Muevo los dedos primero, luego las manos, pero cada movimiento es lento y torpe, como si algo dentro de mí estuviera tratando de despertar y al mismo tiempo me retuviera.Y mi espalda…No arde tanto como antes.Puedo sentir las heridas aún abiertas, pero algo ha cambiado.Me cuesta respirar, mi piel está húmeda.¿Tengo fiebre?Intento moverme, pero un dolor profundo me recuerda de pies a cabeza.Y entonces, lo recuerdo.Leonardo.El estallido de luz.Su mano en mi espalda.Y mi loba.Porque la sentí. Juro que la sentí antes de perder la conciencia.Mis labios se
LeonardTodo esto es un desastre.La habitación entera se congela en el instante en que mis garras rasgan la tela de su blusa. Esto… esto es peor de lo que imaginaba. Es impensable, en especial en nuestra especie.Mis ojos se clavan en su espalda.No sé que demonios ver primero, si la extraña marca en forma de luna. o en todo el caos que hay alrededor..Es una masacre, el trabajo de un carnicero.Cortés. Azotes. Cicatrices viejas, algunas cerradas torpemente, otras aún frescas.Heridas en carne viva.— Por la luna… —escucho murmurar a Alex.Sé que él debe estar pensando lo mismo que yo: ¿Por qué demonios no se cura? Mi mandíbula se abre, pero por un instante no digo nada. Es como si las palabras se hubiesen evaporado de mis labios.No entiendo.Es que por más que busco una explicación coherente, no la consigo, pues aún si fuera una mestiza, debería sanar.No entiendo cómo una loba puede estar así. No debería ser posible.Los lobos sanamos rápido. A veces en cuestión de minutos.Pero s
EvelynEl aire en la sala es pesado , cargado con el olor de la madera quemada de las antorchas y el perfume de los lobos que me observan con desconfianza.Pero la mirada que realmente me quema la piel es la de él.Leonard Blackthorne.Sentado en ese trono como un rey inescrutable , con sus ojos plateados fijos en mí.— Voy a preguntarte una última vez. ¿Quién eres?Su voz es baja, profunda, como un trueno a punto de desatarse y sé que la realidad no es muy distinta. He estado jugando con su paciencia, pero él no entiende que no le estoy mintiendo.La respuesta que le doy es la verdad, aunque a él no le guste.Estoy agotada. El dolor me consume. Pero me niego a doblegarme.Lo miro de frente y trato de impregnar toda la frustración que puedo en mi mirada, aún cuándo estoy aterrada.—No soy nadie. No soy nada, ya se lo dije.Él no reacciona. O al menos eso es lo que creo, pero en un parpadeo se ha movido tan rápido que me veo obligada a retroceder mientras mi corazón late acelerado.— No
LeonardEl aire nocturno es pesado cuando cruzo las puertas de mi territorio con la pequeña loba en brazos.Mis pasos resuenan con autoridad en los adoquines de piedra, y no tardo en notar las miradas curiosas de algunos de mis hombres.Pero nadie dice nada.Nadie se atreve.Excepto él .— ¿Quién demonios es ella?La voz de Alex, mi beta y mi mano derecha, resuena en el patio.Lo encuentro de pie en los escalones que llevan a la gran casa del Alfa, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido.Su mirada salta de mi rostro a la mujer inconsciente en mis brazos.— La encontré merodeando en nuestro territorio. —Mi voz es firme—. Pertenece a la manada de Regnar.Alex aprieta la mandíbula de inmediato.— Otro espía.No lo digo.Porque no estoy seguro de eso.Mis ojos se posan en el rostro dormido de la loba, en las manchas de sangre seca sobre su piel pálida, en la ligera mueca de dolor que todavía marca su expresión.Algo en ella no encaja.— Esta vez no estoy tan seguro.Alex
EvelynEl impacto me abruma.Siento la energía explotar desde dentro de mí como si una tormenta hubiera nacido en mis entrañas y salido disparada hacia él.Leonard Blackthorn vuela por los aires.Mi respiración se corta cuando su enorme cuerpo choca violentamente contra un árbol, el sonido de la madera crujiendo resuena en la quietud del bosque.No puede ser… Otra vez no.El miedo me invade como una ola helada, congelando cada fibra de mi ser.Intento moverme. Intento correr.Pero el dolor me lo impide.La mordida en mi hombro es una quemadura viva , un tormento que se suma al dolor de los azotes que aún laceran mi espalda.Un jadeo se escapa de mis labios cuando intento levantarme y mi visión se nubla. Estoy perdiendo la conciencia.No.No ahora.Parpadeo con fuerza, tratando de mantenerme despierta. Pero cuando levanto la mirada…Leonard ya no está lejos.Está encima de mí.Mi estómago se revuelve con un miedo primitivo cuando lo veo avanzar con furia contenida, sus ojos plateados br
LeonardEl bosque está demasiado silencioso.La noche debería estar llena de vida, el ulular de los búhos, el murmullo del viento meciéndose entre las ramas, el crujir de hojas bajo las patas de los lobos patrullando mis tierras.Pero todo está tranquilo.Demasiado tranquilo.Y eso solo significa una cosa.Algo está mal.Mis pasos son calculados, apenas rozando el suelo mientras avanza entre los árboles. La luna proyecta sombras alargadas a mi alrededor, pero yo me muevo con la familiaridad de quien conoce cada centímetro de esta tierra.No debería estar aquí. Debería estar en casa, reunido con el consejo y hablando sobre la invasión del imbécil de Regnar y ocupándome de todos los malditos problemas que amenazan con consumir todo lo que he construido.Pero no puedo dormir.No puedo detener mi mente.Todo lo que he protegido, todo lo que he creado… podría desaparecer en cualquier momento y el único culpable sería yo.Pero no lo permitiré. Así deba vender mi alma al infierno, voy a busc