Lothar Weber

Lothar Weber ES

Nicoll Mercado   Recién actualizado
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Resumen
Índice

Annika Klein es una huérfana que vive en un monasterio, donde finge ser devota mientras oculta un oscuro secreto que podría costarle la vida. Todo cambia cuando su secreto es descubierto por Rainer Vogel, un hombre cruel y despiadado, quien la lleva de regreso a la ciudad donde comenzó su pesadilla. Allí, la obliga a casarse con él para tener un hijo, prometiéndole guardar su secreto si acepta todas sus condiciones. Su vida marital se convierte en un tormento, pero cuando su despiadado esposo le permite trabajar y no la mantiene solo como una muñeca decorativa, Annika ve una oportunidad para escapar de su sufrimiento. Termina por trabajar en una antigua mansión, donde su nuevo jefe es un hombre temible y enigmático, siempre cubierto por una capucha oscura que oculta su rostro. Nadie sabe quién es, ni se atreve a acercarse a él. Sin embargo, cada vez que Annika se encuentra con esos ojos de color titanio que parecen quemarlo todo, siente una atracción peligrosa e incontrolable. ¿Y si él también siente algo por ella, por esa mujer prohibida? Tal vez ese monstruo sombrío necesite a su bella. Pero, ¿qué sucederá cuando el secreto de Annika salga a la luz? Un secreto tan profundo que podría destruir cualquier posibilidad de felicidad con un hombre que sabe que no debe desear, un hombre que la lleva al límite de sus más oscuros deseos.

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Malúa Aguilar
Que CAPÍTULAZOS, aún tengo taquicardia, ya no tengo uñas y los nervios destrozados ajajajajaja Siempre supe que Lothar no la abandonaría Nicoll x favor un maratoncito. Gracias 🫂
2025-03-14 09:14:39
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Anamar Castañeda
Ay Nicoll esta historia, está de infarto, con todas las emociones a flor de piel. Annika y Lothar ya están en mi mente, y mira que me quedé muy clavada con Alaric sin duda son mis 2 novelas favoritas del top 5... Las amoooo
2025-03-12 07:00:21
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Malúa Aguilar
Jodeeeeeeeerrrr nunca he odiado en mi vida, pero siento que a Rainer lo quiero hasta matar, es un hijo de p**aaaaaaa, desgraciadoooo, miserable, que espero sea estéril y Jessica le este metiéndo gato x liebre
2025-03-11 09:35:05
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Isabel Lauritto
me encanta la historia, por favor más capítulos, gracias
2025-03-09 03:47:38
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Malúa Aguilar
Fuerte, dulce y triste al mismo tiempo, una promesa contundente Nic, está historia está demasiado buena por favoooooooor danos más capítulos de está pareja, un maratóncito o algo así ajajajaja Ah y cierto elimina a Rainer ajajajaja
2025-03-05 11:23:51
3
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Malúa Aguilar
Que par de CAPÍTULAZOS, los amé, me sentí feliz x ambos, aunque en la misma medida triste x sus historias personales que son al final del día lo que los separará, espero que no lo haga tan rápido y puedan seguir disfrutando el uno del otro x un poco más. Cuando le dijo siempre te esperaré fue súper
2025-03-05 11:22:20
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Gloria Then
que ricooo ya estamos aqui
2025-03-05 05:22:07
1
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Malúa Aguilar
Está historia está jodidamente buenaaaaa Pero Nicoll es tan malita que nos deja a la mitad de lo mejor. Recuerda que Nika trabaja medio día solamente y ya casi debe ser la hora de salida ajajajajaja Por favoooooooor un maratón Nic
2025-03-04 04:59:06
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Emilse Fernandes
que hermosura de historia... como todas tus novelas atrapante sin desperdició y siempre dejándonos con ansias de más
2025-03-03 00:04:13
2
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Malúa Aguilar
Nicooooooooll, eso no se hace Nos dejaste en lo mejor del capítulo, ambos estuvieron demasiado buenooosss, sin unos CAPÍTULAZOS! Maratón, maratón, maratón Amé a Artem ajajajaja
2025-03-02 15:54:43
3
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Malúa Aguilar
Eres una máquina NIC Maratón, maratón, maratón ajajajajaja
2025-03-01 18:38:26
3
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Malúa Aguilar
Por cierto AMO está historia, me encantaaaaa Es 100/100 Zara/Tess con Cole y Annika con Lothar, es muy complicado decir que una es mejor que la otra, la verdad las dos son lo máximoooooo
2025-03-01 18:37:54
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Malúa Aguilar
Jodeeeeeerrrrr Nicoll entre mi diabetes, el estrés del trabajo, el niño, la casa y la ansiedad de esperar los capítulos aquí y en la otra vas acabar con mi vida ajajaja Apiadate de esta pobre lectora compulsiva a quien le encantan tus historias, bueno de todas, x fis más capítulos. Un POV de Lothar
2025-03-01 18:35:54
2
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Malúa Aguilar
Por el amor a Dios, necesitamos más capítulos, esto está demasiado bueno. No aguanto la tensión entre esté par, no es solo física, emocional y sino sexual ajajajaja
2025-02-27 10:05:10
3
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Malúa Aguilar
Por favor un POV de Lothar, necesitamos entender el por qué de su silencio y conocerlo un poco más, también la intriga cómo será, si un Alaric todo serio o un Artem todo loco o un tipo equilibrado, no sé, pero me intriga ese personaje. Lo cierto es que la historia va de p**a madre, me encanta
2025-02-25 15:31:40
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34 chapters
1. Esposa cautiva
Venecia, Italia ~Monasterio de Santa Maria delle Vergini~—Señor Todopoderoso,Tú que ves más allá de la carne y del linaje,guarda mi alma, que no lleva culpa,aunque mi sangre cargue con sombras ajenas...Annika dejó que las palabras flotaran en el aire, desgastadas por la repetición. Ya no le parecían suyas, ni siquiera creía que atravesaran el techo de la capilla. Había recitado aquella oración tantas veces en secreto que su significado se había desvanecido. ¿Acaso alguien la escuchaba? Tal vez no lo merecía. Después de todo, no era una monja devota como las demás.—Sorella Annika.La voz, suave y afectuosa, la sobresaltó. Se puso de pie de inmediato, dejando su posición arrodillada.—¿Qué haces aquí a esta hora? —preguntó la Vicaria, mirándola con curiosidad.Annika bajó la mirada, sus manos unidas frente a ella.—Estaba... orando —respondió en voz baja, con cierto titubeo.La Vicaria se acercó y, con un gesto delicado, levantó su mentón hasta encontrar sus ojos castaños.—Eso e
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2. Esposa astuta
Después de presenciar aquella aberración con sus propios ojos, Annika se apresuró a regresar a su habitación, como si el mismo diablo le pisara los talones. Cerró la puerta con un golpe seco y echó el seguro antes de lanzarse hacia el baño, donde vació su estómago en el retrete. Varias arcadas más, hasta que su garganta quedó ardiendo y su cuerpo se tensó, dominado por la náusea. Se apoyó contra el lavabo, respirando con dificultad, mientras el pecho le hervía de angustia.—Maldito...—susurró, su voz temblorosa, llena de repulsión por lo que acababa de presenciar. —¡Maldito seas, Rainer!.Golpeó el lavabo con furia, la impotencia apoderándose de ella. No podía hacer nada. Ni siquiera huir parecía una opción viable. La sensación de estar atrapada la consumía, como un peso insoportable sobre su pecho.Salió del baño con el rostro demacrado por la rabia. Sin pensarlo, arrancó el vestido rojo que le habían impuesto y lo pisoteó, con furia, hasta que sus fuerzas se agotaron. Se desplomó en
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3. El gigante
Annika no sabía qué le revolvía más el estómago esa mañana: las fachas de mierda que llevaba encima o tener que desayunar frente a Rainer con su amante enredada sobre él como una maldita lapa.Se sentó, tragándose el asco y el fastidio, mientras esos dos se restregaban descaradamente en la mesa. Intentó enfocarse en el plato que tenía delante, pero el primer bocado casi la hizo vomitar. Era otra de las bromitas de Lavinia, la muy desgraciada.Respiró hondo, recordando que debía mantener su papel de víctima. Necesitaba mantener a Rainer bajo control, aunque eso implicara tragarse la humillación. Levantó la vista y los vio: Lavinia alimentaba a Rainer con una cuchara, riéndose como una idiota. Annika sintió un nudo en el estómago, pero se obligó a seguir con su plan.Dejó caer la mirada, dejando escapar un sollozo que acompañó con un gesto de falsa vulnerabilidad al secarse una lágrima imaginaria con el dorso de la mano.—Pobrecita —se burló la sirvienta desde la esquina—, llora como si
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4. Segunda amante
Durante lo que quedaba del día, no volvió a cruzarse con él. Miró varias veces hacia la cima de las escaleras mientras limpiaba, con la esperanza de al menos ver su sombra. Pero nada, aquel hombre misterioso no dio señales de vida.Annika terminó su jornada y, como le tocaba, volvió a casa. Subió al taxi con el estómago revuelto, una mezcla de nervios y rabia, porque sabía que la esperaba una pelea con su esposo. Todo por haber encontrado trabajo. Claro que, le costara lo que le costara, pensaba mantener su papel de víctima perfecta, la esposa mártir. Ya había planeado cómo actuar.El taxi la dejó frente a la mansión de Rainer. Bajó, mirando el enorme caserón con desconfianza. Pagó al conductor y respiró hondo antes de cruzar la puerta.Al entrar al salón, lo primero que vio fueron maletas y bolsas de compras desparramadas por todos lados. Las sirvientas iban y venían, cargándolas escaleras arriba, mientras Annika observaba todo con una expresión de incredulidad. ¿Rainer tendría visit
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5. Cupido peludo
POV: Annika KleinMe quedé helada, rígida como una estatua, sin atreverme a mover ni un músculo. Mis manos seguían sobre sus hombros, y mis ojos estaban atrapados en los suyos."Está prohibido hablar con el propietario. No le dirija la palabra, ni haga nada que le cause molestias." Las palabras del anciano resonaron en mi mente, y el pánico se coló en mi pecho. Aún no había pronunciado una sola palabra, pero estar en sus brazos ya debía de ser una molestia, ¿no?Sus ojos… eran como cuarzo ahumado, mármol gris, o la neblina matinal sobre las montañas. Una mezcla fascinante y helada que no dejaba entrever nada. Su respiración, regular y suave, se percibía incluso a través de la mascarilla que cubría su rostro, y estaba tan cerca de mí que el vello de mi piel se erizó.—Hola —susurré, casi con vergüenza. Fue lo único que se me ocurrió decir. Genial, ya había roto una regla, pero, ¿qué más daba? La culpa era de su gato, no mía—. Eh… ¿podría bajarme? Y gracias.Él no se movió. Yo quería de
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6. Las zapatillas
POV: Rainer Vogel El clímax se me escurrió de las manos como un maldito chiste de mal gusto cuando el golpe seco retumbó en el suelo. Abrí los ojos de golpe, con el calor del momento evaporándose al instante. Ahí estaba Annika, tirada como una muñeca rota, inerte.Salí de Jessica como si me quemara, mi cuerpo aún hirviendo y ahora alimentado por el pánico.—¡Annika! —rugí, tomándola entre mis brazos con fuerza, sacudiéndola para arrancarla del maldito abismo en el que parecía hundida—. ¡Despierta, joder!Nada. Su cuerpo estaba caliente, pero no reaccionaba. Por lo menos respiraba. La dejé sobre la alfombra y me puse la bata de un tirón, empujando a Jessica a un lado sin miramientos. Ella, con el cabello revuelto y la cara encendida, me lanzó una mirada entre confusión e indignación.—¿Vas a dejarme así? —me escupió con veneno—. Esto es una jodida broma, ¿verdad?—¿Eres imbécil o qué? —le ladré, fulminándola con la mirada—. ¡Annika está inconsciente, maldita sea!.Jessica se cruzó de
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7. Conexión inexplicable
Sí, no había otra explicación. Había sido él. ¿Quién más? Sergio me lanzó una mirada cargada de sospecha. Sus ojos cansados se detuvieron en mis zapatillas, y yo deseé desaparecer. Esperaba que no hubiera notado cómo me había saltado todas sus reglas a la ligera. Y, por ahora, agradecía al cielo que mi jefe, ese monstruo de dos metros, no hubiera aparecido aún para escupirme en la cara mi inminente despido por lo que había pasado el día anterior.—Ejem —tosí para romper el incómodo silencio—. Seguiré limpiando, si me lo permite.No dijo nada, simplemente se hizo a un lado. Menos mal. Pero estaba segura de que sospechaba. Si no mencionaba nada antes de que terminara mi turno, entonces podría respirar tranquila.Esperé a que desapareciera para alzar la vista hacia las ventanas del segundo piso. El día anterior había confirmado que ese hombre dormía ahí, en esa planta. Justo entonces me di cuenta de que la ventana por la que había sentido esa sensación de que alguien me vigilaba daba dir
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8. Bestia
Tuve la loca esperanza de que ese hombre volviera antes de que mi turno terminara, pero, claro, no apareció. En todo mi turno anduve como zombie, incapaz de concentrarme en nada. Hasta Sergio, con su supervisión de robot silencioso, notó algo raro, aunque, por suerte, no dijo ni pío. Eso sí que lo agradecía.Ya en mi habitación, me metí a la ducha con la energía de un koala. El agua cayó despacio, como si intentara arrastrar algo más que el cansancio. Me sentía extraña, demasiado. Desde ese encuentro en el pasillo, mi piel andaba como en alerta máxima: cada roce, cada sensación, todo amplificado. Mi rostro, mi cabello, las manos que... ¡Dios! Me estaba volviendo loca.Cuando al fin me vestí y me paré frente al espejo, mi cara seguía roja como semáforo en hora punta. Había algo de vergüenza, claro, pero por debajo, un deseo extraño, incómodo... y delicioso. Esto no era normal, y lo peor: no debería estar sintiéndolo.Mis ojos bajaron hasta las zapatillas junto a la cama. Su regalo. No
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9. A oscuras en el baño
Me volví a sentar en la silla, mis ojos fijos en él, sin apartarlos ni un segundo, atraídos por una fuerza invisible. Debería irme ahora que tenía la oportunidad, pero simplemente no podía ignorar lo que estaba sucediendo.—¿Y ahora qué? ¿No te ibas a largar? —espetó Rainer, sacándome de mi ensimismamiento—. Si no lo soportas, le pediré a un chófer que te lleve de vuelta. Por eso prefería traer a Jessica. Ella sigue siendo mejor que tú en muchos aspectos.Ignoré su veneno. No iba a caer en su juego, ni a levantar sospechas. Bajé la cabeza con fingida sumisión mientras los gritos eufóricos de la multitud llenaban el aire.Rainer no volvió a dirigirme la palabra. Bebió de su copa y, segundos después, un hombre apareció y le susurró algo al oído antes de desaparecer de nuevo.—¿Has apostado por alguien? —me atreví a preguntar.—¿Ahora te interesa?—Es que este tipo de lugares me pone nerviosa. Pero está bien, puedo soportarlo.Eso pareció complacerlo. Una sonrisa satisfecha se dibujó en
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10. A solas
Cuando regresé junto a Rainer, él ya no estaba por ningún lado. Se había esfumado. Me sentía más incómoda que nunca, no por los molestos amigos de mi esposo ni por él mismo, sino porque entre mis piernas aún persistía esa humedad extraña para mí. Mantuve la cabeza agachada todo el tiempo para que nadie notara mi rubor y permanecí quieta para calmar el temblor.Estaba fuera de mí. Había citado a mi propio jefe en su mansión. Ambos éramos adultos y sabíamos lo que podría suceder entre los dos. Me declaro culpable. Todo lo que había sucedido fue porque yo lo permití. Y, aunque quisiera sentir arrepentimiento, no lo sentía. Más bien, era miedo a lo desconocido. Esa bestia lo representaba para mí.—Estuviste distraída toda la noche —me recriminó Rainer cuando estuvimos en el auto—. No hiciste ni el menor esfuerzo por sonreír ante los demás. Parecías una muerta.—No soy el payaso de nadie. Hubieras traído a Jessica, ella lo habría hecho mejor.Rainer frenó el auto en seco, sorprendiéndome.
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