Brasil es el escenario de esta apasionante historia: Evaluna es una joven médico, soñadora y creadora de un maravilloso proyecto en un pueblo del Amazonas; Juan Carlos, arquitecto contratado para ejecutar el proyecto. Esta historia nos sumerge en un ambiente donde la magia del Amazonas nos envuelve y nos cautiva, nos atrae el misterio de sus ríos, la majestuosidad de los árboles, la belleza exótica de las flores, todo esto nos hace recordar y revivir pasiones aún si están dormidas. Juan Carlos y Evaluna se conocieron en momentos no muy favorables: Evaluna a escasos meses para contraer matrimonio encuentra a su prometido teniendo sexo con su asistente; Juan Carlos sale de España, su país, huyendo de la obsesión descontrolada de su ex novia. La noche de su primer encuentro bajo los efectos del alcohol y sin medir las consecuencias se entregan uno en brazos del otro, a partir de allí surge la chispa del amor que los envuelve en una pasión desenfrenada, pero Evaluna aún no ha sanado de su relación anterior. La traición genera un dolor que cala hondo, sobre todo si proviene de un ser amado, este suceso le siembra muchas dudas con respecto al amor; debido a que su corazón aún se encuentra herido de la traición de su ex prometido, su dolor aún permanece, esas dudas hacen que cometa muchos errores, errores que ponen en peligro su relación con Juan Carlos. Por otro lado el ex de Evaluna ( Gael) se vale de las mil artimañas para reconquistarla. Al igual que Julia, ella con la ayuda de su padre, hará hasta lo imposible por volver con Juan Carlos. ¿Cederá Evaluna ante las pretensiones de Gael? ¿Se olvidará de la traición? ¿O triunfará el nuevo amor que le brinda Juan Carlos?
Leer másCUBARÁ. Toco la puerta de la vivienda de la anciana y me recibe la mujer que vive con ella y que está a su cuidado. —Buenas tardes. —Buenas tardes ingeniero, pase adelante, Madre lo está esperando. Allí está sentada en su poltrona de madera hecha por los hombres del pueblo, es una silla muy parecida a un trono en cuyo respaldo tiene tallado al sol y la luna. La anciana está rodeada por cojines floreados y sus hombros están cubiertos por una manta tejida de muchos colores, en verdad parece una reina con su pelo largo canoso y su cara llena de arrugas que encierran la sabiduría y el trabajo de muchos años. —Buenas tardes Madre, -me acerco, me arrodillo y le doy un beso en la mano, ella inclina su rostro y me da un beso en la frente. —Buenas tardes hijo, toma asiento por favor. Me siento en una silla frente a ella, no puedo negar que estoy sumamente nervioso, la anciana me mira y siento como si desvistiera mi alma, mi corazón frente a ella es
CUBARÁ: Los italianos están aquí, les gustó mucho la construcción del hospital, llegaron dos y por supuesto Walter, él no podía faltar, pero se llevó la gran sorpresa Evaluna no está en el pueblo, así que tuvo que reunirse conmigo aunque no lo quisiera, para mí tampoco es agradable esta conversación. Llegaron en una embarcación, los italianos querían hacer la travesía por el río. Quién me preocupa es Julia, inmediatamente que llegaron se presentó como mi novia, cosa que alarmó a Walter. No dudó en hacerme el comentario. —Arquitecto como si se le llenó el patio de agua, como dicen en el país vecino. —Doctor Walter vamos a aclarar algo, en realidad no tengo porque hacerlo, pero no quiero que haya dudas con respecto a mis sentimientos por Evaluna, me considero un hombre respetuoso de los sentimientos, sobre todo si se trata de la mujer que amo, no me gustan los engaños, mucho menos las mentiras, por eso le voy a aclarar que esa mujer que usted ac
SĀO PAULO. —¿Hermana por dónde vienes? —Ya estoy entrando al hotel, no te preocupes ya estoy contigo y deja los nervios todo va a salir bien. —Gracias a Dios que ya estás aquí, necesito que me des un abrazo para que me recargues de energía. —Ya casi llego, estoy entrando al salón de conferencia. —Okey, ya te vi, como siempre estás preciosa, llamando la atención por donde pasas. —Hola Evaluna, gracias por venir, ven dame mi abrazo, ahora te voy a presentar a todos esos hombres que te están devorando con la mirada. Édgar Miguel me toma del brazo y me lleva hasta donde están todos los invitados especiales, los exponentes del congreso, por supuesto entre estos está Maicor. —Estimados doctores les presento a mi amiga, más que una amiga, es mi hermana, la doctora Evaluna Oliveira. —Mucho gusto doctora, -el primero en brindarme su mano fue un doctor muy atractivo que viene de Londres- es un placer conocerla. Así se fueron presentando un
APARTAMENTO DE EVALUNA. —¡Dios! No sé si pueda con más, tantas cosas en tan poco tiempo. No sé si con miles de pensamientos que tengo en mi cabeza pueda dormir, pero tengo que intentarlo, mañana es la apertura del congreso y tengo que estar, no puedo dejar solo a mi amigo, mañana veré nuevamente a Maicor, después de tantos años me sale con esto, Dios envíame una señal, ahora más que nunca necesito de tu orientación. Me llegó un mensaje por Whatsapp, número desconocido, que no sea Gael, ya sería el colmo, no lo quiero abrir, pero tengo que hacerlo, puede ser algo importante. *Buenas noches Evaluna, soy Maicor, perdona la hora, pero se me olvidó darte mi número, es este, grábalo por favor, el tuyo se lo pedí a tu gran amigo, disculpa el abuso, pero necesitaba escribirte, nos vemos mañana, buenas noches. No le voy a responder el mensaje, si lo hago puede creer que le estoy dando pie para continuar con la conversación escrita y por ahora no quiero hablar má
SĀO PAULO: BAR RESTAURANTE. —Evaluna, dime algo, necesito oírte, yo sé que esto es muy sorpresivo para ti, yo no pretendo que después de tantos años tu corras a mis brazos como si el tiempo no hubiese pasado, escúchame, yo no vine solo al congreso, pedí un mes de vacaciones, mis intenciones eran contactarte, si era de irme para el Amazonas lo hacía, pero quiero pasar este mes a tu lado, quiero conocerte de nuevo, si hago que renazca tu amor por mí, entonces le buscamos solución a lo nuestro, estoy dispuesto a venirme de nuevo a Brasil. Me siento aturdida, es verdad, él fue mi primer amor, pero era un amor de jóvenes estudiantes, al principio nos tratamos como amigos, siempre juntos, íbamos a fiestas, las pocas fiestas que la carrera nos permitía, nunca lo vi en compañía de otra mujer, a pesar de ser un hombre muy atractivo, muy asediado por las mujeres en la universidad, jamás coqueteó con ninguna de ellas, su tiempo lo ocupaban sus estudios y yo, pero aunque sentía si
SĀO PAULO: BAR RESTAURANTE. —Amiga, perdona que ayer no pude ir a tu apartamento, este congreso me tiene loco, gracias a Dios ya mañana comenzamos, me alegro mucho que estés aquí, así me ayudas a liberar el estrés. —Yo también estoy contenta de ayudarte en algo, eso me distrae. —Dime, ¿qué quieres tomar?, necesitamos tomar algo fuerte que nos relaje. —Yo quiero un whisky sólo con hielo. —Entonces serán dos. El mesero se acerca y a los pocos minutos ya tenemos los vasos de whisky en la mesa. —Cuéntame, ¿cómo te sientes? —Pésima, me siento como si algo se hubiese salido de mi cuerpo, me siento vacía, cuando encontré a Gael con la asistente, sentí una rabia inmensa, me sentí atropellada, pero con Juan Carlos es diferente, siento un dolor inmenso aquí en el pecho que no se me quita, me siento como si algo me faltara, incompleta. —¿Sabes porqué te sientes así? Porque lo amas, ahora sí estás enamorada. Lo de Gael, sólo fue un compromi
SĀO PAULO. —Ya estoy aquí, pero esta vez no me voy a quedar en la casa de mis padres, no quiero hablar con nadie, mucho menos verle la cara de satisfacción a mi mamá cuando sepa que me vine de Cubará. Juan Carlos mi amor no tienes idea como me duele esto, este dolor es más profundo que cuando ví a Gael con su asistente. Pero está bien, esto me pasa por necia, yo debí seguir con lo que tanto me aconsejaron que investigara sobre su vida, así no me hubiese llenado de sorpresas. Édgar Miguel, ¡Dios! Tengo que llamarlo, necesito hablar, botar toda esta rabia que tengo por dentro. Está repicando y nada que responde. Después de varios repique escucho su voz —Evaluna, amiga estás de nuevo en Manaos. —No, Édgar estoy aquí. — ¿Aquí dónde? —En Sāo Paulo. —¿Qué? —Estoy en mi apartamento, no quise llegar a mi casa. —¿Qué te pasa? Estás llorando. ¿Por qué? —Mi hermano, otra vez, me lo volvieron hacer. —¿Qué te hiciero
CUBARÁ. No sé cuando me quedé dormido, me despierta las voces de las mujeres de la cocina, son las primeras en levantarse para preparar café para los trabajadores. Con mucha tristeza me doy cuenta que estoy solo, Evaluna no se presentó en toda la noche, seguramente durmió en el consultorio, necesito hablar con ella, tengo que explicarle la presencia de Julia en el pueblo, con mucha rapidez me levanto del chinchorro y me dirijo al consultorio. —Ingeniero, ingeniero, -es una de las mujeres de la cocina- ¿quiere tomarse un cafecito? —Si me gustaría, pero primero voy a buscar a la doctora en su consultorio. —Ingeniero, la doctorcita no está en su consultorio. —¿Cómo qué no está?, ¿para dónde salió tan temprano? —Se fue a Manaos, se llevó su maleta, creo que no va a regresar por un buen tiempo. —¿Con quién se fue? —Sola. Me quedé clavado en la tierra, siento que el mundo se me viene encima, me dan ganas de salir corriendo por todo el
CUBARÁ. Ya estamos llegando a Cubará, Evaluna la mayor parte del trayecto por el río la pasó durmiendo, colocó su cabeza en mis piernas y así se quedó dormida, la verdad es que la noche anterior fue de locura, muy poco dormimos, ahora con el silencio del viaje, sólo escuchando el silbido de los pájaros, el leve sonido de las aguas del río mezclado con el motor de la lancha, todo eso invita a descansar en los brazos de Morfeo. El silencio es interrumpido por Yasú. —Ingeniero ya estamos llegando. —Sí, ya estoy viendo a los muchachos que nos van a ayudar a bajar las cosas, voy a despertar a Evaluna. —Amor, despierta ya llegamos. Poco a poco va entreabriendo sus ojos tan hermosos. —¿Ya llegamos, tan rápido? —Te pareció rápido porque venías dormida, mira allí está tu amiga Naran, te está esperando. Al llegar los hombres del pueblo nos ayudaron a bajar las cosas que habíamos comprado en Manaos, como siempre Evaluna no pierde oportunidad par