Fue su primer hombre y su primera decepción. Ella lo amaba / El solo querÃa utilizarla . Para Axel Won el matrimonio concertado entre él y Carolina Langford no era más que una estrategia para hacer volver a su primer amor . Por otra parte Carolina pensó que habÃa encontrado al hombre de sus sueños sin imaginar lo que se escondÃa detrás . Un dÃa sin ella esperarlo Axel le tira los papeles del divorcio- ¿ Que es ? - solo fÃrmalos , ella ha regresado no te quiero volver a ver , este matrimonio por contrato ha terminado- le dice frÃamente rompiendo todas las ilusiones de Carolina . Dos años después la chica ultrajada y maltratada por la persona que creÃa amarla profundamente regresa pero esta vez de la mano de un poderoso Ceo que para desgracia de Axel se trataba literalmente de su propio hermano .
Leer másEl aire fresco de la tarde me golpeó el rostro en cuanto crucé las puertas del hospital. Sentí un escalofrío recorrerme la piel, pero no sabía si era por el clima o por la incertidumbre que me carcomía por dentro.Eliot caminaba a mi lado en silencio, con una mano en la parte baja de mi espalda, guiándome con una delicadeza que contrastaba con la tormenta que ardía en mis pensamientos. Subimos a su auto sin prisa, y él esperó a que estuviera cómoda antes de arrancar.—Voy a llevarte a mi departamento por ahora —dijo mientras salíamos del estacionamiento—. No quiero que estés sola.Asentí sin ganas, mirando las calles pasar a través de la ventana. La ciudad parecía seguir su curso como si nada hubiera cambiado, como si mi mundo no se estuviera derrumbando.—¿En qué piensas? —preguntó Eliot tras varios minutos de silencio.—En lo que voy a hacer —respondí con la voz apagada.Él suspiró, como si hubiera esperado esa respuesta.—Carolina… hay algo que no te dije antes —comenzó, con ese to
POV : Tercera Persona A la mañana siguiente, Tatiana se despertó antes del amanecer. Se había instalado en la mansión de los Won por orden de Cedric. Si iba a ser la esposa de Axel, debía comportarse como tal desde ahora.Se vistió con un conjunto impecable y bajó a desayunar, encontrando a Cedric esperándola en el comedor.—Espero que todo esté avanzando según lo planeado —dijo él, sin apartar la vista del periódico.Tatiana tomó asiento con una sonrisa calculada.—Por supuesto. La iglesia está reservada, el banquete confirmado y las invitaciones enviadas.Cedric asintió, satisfecho.—No podemos permitir que nada se interponga en este matrimonio.Tatiana bebió un sorbo de su café, saboreando la victoria.—Nada lo hará.---El resto del día transcurrió en una vorágine de preparativos. Tatiana supervisó la prueba del vestido, las flores, la música y el menú. Quería que todo fuera impecable. No solo porque era la boda que siempre había deseado, sino porque debía demostrar que su lugar
Huida en SangreEl mundo a mi alrededor se desmoronó. Sentí que el aire se volvía denso, que el suelo bajo mis pies se volvía inestable. No podía respirar.Axel me miraba con esa expresión que decía tanto y tan poco al mismo tiempo. Me estaba ocultando algo. Lo supe en ese instante, pero no podía quedarme allí esperando respuestas que él nunca me daría.El dolor en mi pecho se hizo insoportable. La presión en mi cabeza me nubló la vista.—No… —murmuré, dando un paso atrás.Él no dijo nada. Solo se quedó allí, dejándome ir.Un sollozo escapó de mi garganta antes de darme la vuelta y correr.No sé cómo llegué al ascensor, ni cómo bajé los pisos sin que las puertas de acero me aplastaran con su frialdad. Apenas podía ver a través de mis lágrimas.La recepcionista me llamó, la seguridad se acercó, pero esquivé sus manos y seguí corriendo. No podía quedarme allí, no cuando sentía que mi mundo se desplomaba sobre mí.Salí del edificio, el frío golpeándome la piel expuesta. La bata de hospit
Mi respiración se entrecortó al ver la noticia en la pantalla de mi celular. "Axel Won y Tatiana Lancaster contraerán matrimonio en una semana." Las palabras se desdibujaron ante mis ojos. Un nudo se formó en mi garganta, y el dolor me atravesó el pecho como una cuchilla afilada. Sabía que esto pasaría. Sabía que tarde o temprano Axel seguiría adelante, pero verlo así, anunciado para el mundo, me hacía sentir como si me arrancaran el alma. El hospital me asfixiaba. Las paredes blancas, el olor a desinfectante, la luz fría… todo se sentía opresivo, sofocante. No podía quedarme ahí. Antes de darme cuenta, estaba de pie. Me tambaleé un poco, mi cuerpo aún resentido por lo que me había sucedido, pero el dolor emocional superaba con creces cualquier malestar físico. No podía dejar que esto pasara. No podía permitir que Axel se casara con Tatiana. Sin importarme que todavía llevaba puesta la bata de hospital, salí de la habitación y caminé con pasos firmes por el pasillo. Un par de e
POV : Tatiana El aire de la oficina de Axel todavía olía a rabia y desesperación cuando cerré la puerta tras de mí. Apoyé la espalda contra la madera y cerré los ojos por un instante, tratando de contener el temblor en mis manos.No podía dejar que él lo notara. No podía permitirme mostrar debilidad ahora.Axel estaba destrozado. Lo vi en sus ojos, en la manera en que su voz se quebró cuando mencionó a Carolina. El amor que sentía por ella a lo consumía, y yo… yo era solo la sombra de una mujer que nunca podría reemplazar.Pero tenía que seguir adelante. No había vuelta atrás.Caminé por el pasillo con paso firme, a pesar de que en mi interior todo era un torbellino de miedo y ansiedad. Me repetí que todo estaba bajo control, que nadie podía relacionarme con lo que le había sucedido a Carolina.Y, sin embargo, la duda seguía ahí, clavándose como una espina en mi pecho.Cuando llegué a mi habitación , me dejé caer en la cama, sintiendo que el peso del mundo descansaba sobre mis hombr
Axel estaba en su oficina, la penumbra apenas rota por la luz de su escritorio. Llevaba horas sumido en su propio infierno personal, tratando de sofocar la desesperación que le quemaba el pecho. Pero cuando su teléfono sonó y vio el nombre de su abuelo en la pantalla, supo que nada bueno vendría de esa llamada.—A partir de mañana, todo cambiará —había dicho Cedric con su tono autoritario e inapelable—. El matrimonio con Tatiana se adelantará. No hay más discusión.El silencio que siguió fue ensordecedor. Axel sintió que el mundo se le cerraba encima. Sus dedos temblaban al aferrarse al teléfono, pero su mente se nubló de ira, impotencia y dolor.De pronto, un rugido gutural escapó de su garganta y, con un solo movimiento, arrojó el teléfono contra la pared. El sonido del cristal estallando se mezcló con el estrépito de su furia contenida. Se puso de pie de golpe y, con un movimiento brutal, volcó el escritorio. Documentos, bolígrafos y su computadora cayeron al suelo con un estrépito
Eliot caminaba por las calles del hospital con pasos pesados, cada uno cargado con el peso de sus pensamientos. La frustración lo estaba consumiendo. Al ver a Carolina allí, herida, pero aún atrapada entre el pasado y el presente de su relación con Axel, algo dentro de él se quebró. No solo por el dolor que sentía por lo que su hermano le había hecho, sino por la sensación de que estaba perdiendo a la mujer que amaba.—¿Qué voy a hacer? —susurró, mirando al horizonte, mientras las calles se deslizaban lentamente bajo sus pies. El ruido de la ciudad parecía apagado, como si el mundo entero lo estuviera observando en silencio, esperando una respuesta.La noche comenzaba a caer, y Eliot, con su mente turbada y el corazón dividido, sabía que si no hacía algo pronto, terminaría perdiendo a Carolina para siempre. Ya no podía permitir que su hermano se interpusiera entre ellos.—Tengo que actuar ahora —se dijo a sí mismo, con voz firme, aunque sus pensamientos eran un caos. Si Axel seguía e
El hospital estaba sumido en el ajetreo habitual: médicos y enfermeras caminaban de un lado a otro, las luces frías iluminaban el pasillo, y el aire olía a antiséptico. Pero Eliot no veía ni escuchaba nada de eso. Su única preocupación era encontrar a Carolina.Empujó las puertas con fuerza y se dirigió a la recepción.—¡Carolina Langford ! —exigió, con la voz cortante—. ¿Dónde está?La recepcionista levantó la vista, sorprendida por su tono.—Señor, cálmese. ¿Es usted familiar?—Soy su prometido.—Habitación 307 —dijo finalmente, después de teclear unos segundos en la computadora.Eliot no esperó más. Se dirigió a la habitación con pasos largos y furiosos. Pero al llegar, lo que vio lo detuvo en seco.Axel estaba sentado junto a la cama de Carolina.El hombre que más odiaba en el mundo.Su hermano.- Estaba ahí, al lado de ella, como si tuviera derecho.Carolina tenía una venda en la frente y el labio partido. Su piel estaba pálida, y sus ojos se abrieron lentamente al escuchar el ru
Eliot manejaba a toda velocidad por la ciudad, con el corazón desbocado y los nudillos blancos de tanto apretar el volante. El teléfono sonaba en altavoz mientras intentaba contactar a Carolina por enésima vez."El número que usted marcó está apagado o fuera del área de servicio."La desesperación se clavó en su pecho como una garra afilada.—¡Maldición, Carolina, contéstame! —gruñó, golpeando el volante con furia.Desde la noche anterior, había estado buscándola sin descanso. No había señales de ella en ninguna parte. Intentó tranquilizarse, decirse a sí mismo que tal vez solo había olvidado cargar su celular. Pero algo en su instinto le decía que no era un simple descuido.Decidió ir primero a su apartamento. Tal vez estaba enferma o simplemente no quería hablar con nadie. Pero cuando estacionó frente al edificio y vio la escena ante él, el aire abandonó sus pulmones.El piso de Carolina estaba en ruinas.Los bomberos aún estaban allí, apagando los últimos focos de humo. Las ventana