El sol comenzaba a caer detrás de los edificios altos cuando Carolina salió por la puerta principal de la empresa. Su bolso colgaba de un brazo, y en la otra mano llevaba una carpeta de documentos que no había tenido tiempo de revisar. Los tacones resonaban con firmeza en la acera, aunque por dentro, todo en ella se sentía frágil, incierto.Afuera, Eliot la esperaba junto a su auto negro. Llevaba el saco en la mano, la corbata floja , y su rostro estaba adornado por los moretones que Axel le habia dejado la noche anterior . Cuando Eliot la vio acercarse, sonrió, con ese aire encantador que solía envolverlo todo. Pero esa vez, algo en la sonrisa de Carolina no encajó del todo.—Hola, mi amor —dijo él con suavidad.Carolina forzó una sonrisa. Una que no llegó a sus ojos. Asintió brevemente.—Hola.Ese "hola" arrastraba una seriedad que no pasó desapercibida. Eliot la miró de reojo mientras le abría la puerta del auto. Ella entró en silencio, acomodándose en el asiento con cuidado, como
Eliot y Carolina salieron juntos de la casa. Él le abrió la puerta del auto sin decir mucho, y ella subió con el mismo silencio. El trayecto fue corto, pero la tensión entre ellos era evidente. Eliot conducía con gesto serio, mientras Carolina se limitaba a mirar por la ventana, evitando cualquier conversación. Sabía que lo que le esperaba en la mansión del abuelo Cedric no sería fácil de manejar. Al llegar, el ambiente era tan solemne como siempre. La casa, imponente y pulcra, estaba llena de luces, sirvientes y familiares esparcidos en el salón principal. Apenas cruzaron la entrada, varios rostros se giraron para mirarlos. Algunos con curiosidad, otros con desagrado. Amanda, de pie junto a uno de los ventanales, les dirigió una mirada gélida. Sus ojos se posaron especialmente en Carolina, como si verla ahí fuera un insulto. Tatiana, sentada en uno de los sofás, sonrió con esa expresión que no dejaba lugar a dudas: estaba disfrutando el momento. Axel no estaba. Carolina respir
Amanda se puso de pie de golpe, visiblemente alterada. Caminó con pasos decididos hasta quedar frente a Axel, sus ojos llenos de confusión y rabia. Lo miró como si no pudiera reconocerlo.—Axel… explícame esto. ¿Qué significa esto? ¿Esa niña es tu hija? —preguntó, con la voz temblorosa y cargada de reproche—. ¿Cómo es posible? ¡Si tú mismo dejaste que ese hombre golpeara a Carolina cuando estaba embarazada! ¡Tú lo permitiste! ¡Frente a ti! ¡Para que perdiera al bebé!El silencio en la sala se volvió insoportable. Carolina sintió cómo el aire le quemaba los pulmones. La mirada de todos se posó sobre Axel, esperando su reacción.Él se mantuvo quieto por un segundo, y luego alzó la voz, firme pero serena.—Madre… ya cállate —dijo, cortante—. Mi hija está aquí. Puede escucharte.Amanda abrió la boca, pero no pudo replicar. Axel bajó la vista por un momento, respiró hondo y luego levantó la cabeza con una seriedad que heló la sangre de los presentes.—Sí. Lo hice. La dejé. Permití que la l
El pasillo del hospital estaba impregnado con ese olor a desinfectante que se quedaba pegado en la piel, mezclado con la tensión de los que esperan noticias. Diana, sentada en una silla demasiado grande para su cuerpecito, abrazaba un peluche con fuerza mientras miraba a su alrededor con los ojos aún enrojecidos de tanto llorar.Axel caminaba de un lado a otro, sin apartarse de la puerta de urgencias. Su mandíbula estaba tensa, el ceño fruncido, pero en su mirada se notaba algo distinto. Culpa. Miedo. Y rabia, una rabia que apenas lograba contener.Eliot, por su parte, no se quedó atrás. Iba de un lado a otro del pasillo, hecho un manojo de nervios. Su rostro estaba desencajado, el labio inferior temblándole de impotencia. De repente, se detuvo frente a Axel, los ojos llenos de furia.—Esto es por tu culpa —le espetó, con voz grave—. Juro que si a mi esposa le sucede algo, vas a pagar por esto, Axel. No me importa que seas mi hermano.Esa última palabra —esposa— retumbó en los oídos d
La mañana llegó con una luz suave que se colaba por los ventanales del apartamento. El cielo estaba despejado, con ese tono azul pálido que aparece justo después del amanecer. Axel ya estaba despierto desde hacía horas. Había dormido poco, inquieto, con la mente llena de pensamientos sobre Carolina… sobre lo que vendría después.Se asomó a la habitación donde dormía Diana y la encontró acurrucada con su peluche, la expresión tranquila. Por un momento, se permitió sonreír. Luego se acercó, se sentó en el borde de la cama y le acarició suavemente la mejilla.—Princesa… es hora de levantarse —susurró con cariño—. Vamos a ver a mamá.Diana se removió un poco, abrió los ojos lentamente, y al escuchar las palabras de su padre, se incorporó de golpe.—¿En serio? —preguntó, ya completamente despierta.—Sí. Ya es de día, y el doctor dijo que podríamos verla hoy.Diana saltó de la cama y corrió al baño para lavarse la cara. En pocos minutos, ya estaba vestida, peinada y con su peluche bajo el b
- La sangre caliente recorrió sus piernas mientras caía de rodillas en el suelo de mármol. —Axel… nuestro bebé… —susurró Carolina entre jadeos, con las manos sobre su vientre . Él no se detuvo. Ni siquiera giró la cabeza para mirarla era como si aquella mujer que ya hacia tendida en un charco de sangre no tuviera nada que ver con el . —Axel, ¿alguna vez me amaste? Él soltó una carcajada fría y deslizó su mirada hacia Tatiana, la mujer que tenía de su brazo . Entrelazó sus dedos con los de Tatiana, quien le sonrió con suficiencia y volteo a mirar a Carolina . -Nunca . —Siempre fue ella , Carolina —susurró Axel con frialdad—. No fuiste más que un error. . Carolina sintió un escalofrío. Su mente la arrastró de vuelta a aquella noche en la que su mundo se derrumbó… * Flashback El aroma erotico estaba impregnado en toda la habitacion recordatorio de lo que habia sucedido hace unas horas , una hermosa mujer de cabello avellana y piel tan blanca como la leche ya
POV : Carolina Despierto al día siguiente sintiéndome desanimada , no tenía fuerzas de nada los ojos me picaban de tanto llorar , el recordar aquella imagen que Axel me había enviado hacían que los pedazos de mi corazón dolieran . - El había martillado el último clavo sobre mi ataúd con esa fotografía . No entendía como el hombre que se mostraba tan amable y dulce conmigo se haya convertido de la noche ha la mañana en el verdugo que apuñalaba y desgarraba mi alma una y otra vez . Solo sabía una cosa que ha pesar de todo debía seguir adelante , mi matrimonio con Axel había terminado pero mi vida continuaba . Se habían acabado los días en los que vivía del dinero de mi esposo ahora debía trabajar arduamente , quería demostrarle que podía tener una buena vida sin su ayuda . Voy directo al baño y me doy una ducha rápidamente me pongo lo primero que encuentro , la verdad debía de admitir que mi estilo de ropa no era nada extravagante mejor dicho era modesto pero decente .
- No mamá debes de estar en un error no creo estar embarazada, esto es solamente por algo que comí esta mañana me ha hecho daño - digo desesperada tratando de que me crea . - ¿ Me crees idiota acaso Carolina ? , se reconocer muy bien los síntomas de un embarazo, así que ahora ven conmigo . Decía mientras me sujetaba fuerte del brazo - Iremos al hospital ha hacerte un chequeo como verás no me trago ese cuento de que comiste algo mal - prosiguió mientras me arrastraba al auto . Al llegar al hospital trago hondo al escuchar los resultados de los análisis- Efectivamente Vieja señora su nuera esta embarazada muchas felicidades- proclama el doctor con vitoreó mientras yo negaba una y otra vez sin poder creerlo , no sabía cuánto tiempo había estado esperando por esta gran noticia deseaba con todo mi corazón el ser madre pero no en una situación cómo está era algo que no podía asimilar . - Excelente doctor muchas gracias estoy realmente feliz al fin tendré un nieto - escuchaba decir a