Despechada y molesta tras ser traicionada por su novio, Agnes, una universitaria, decide ir a un bar nocturno, en el que por casualidad conoce a aquel con el que termina pasando la noche. Al otro día por la mañana, en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho a causa de la ebriedad, escapa del hotel dejando al apuesto hombre aun dormido. Luego de cuatro semanas,se entera de que está embarazada y decide continuar el embarazo y ser madre soltera. Cuatro años después, se reencuentra con el padre de su hija, en la compañía en donde el padre de su hija resulta ser el CEO y ella una simple oficinista. Al verse revelado su secreto. Agnes es forzada a un matrimonio con el padre de su hija. Aunque las cosas resultan peor de lo que esperaba, lejos de ser un matrimonio parecía que vivía en el infierno, a pesar de todos sus esfuerzos por convertirse en una verdadera esposa, su nuevo esposo era (en sus propias palabras) un tirano posesivo, ególatra y mafioso. Su nueva meta era escapar de la tiranía de él y de toda su familia que se empeñaban en hacerle la vida imposible. Aunque, en realidad, el amor ha estado gestándose en lo profundo del corazón del tirano sin que él se dé cuenta. “No dejaré que me dejes, mi pequeña esposa”.
Leer másDesperté debido al frío y antes de darme cuenta sentí el dolor en mis muñecas y en casi todo mi cuerpo. Intenté acostumbrar mi vista a la oscuridad del lugar pero fue casi imposible, apenas podía ver lo suficiente para ver sombras indistinguibles. Mi cabeza latía con fuerza, y había un pitido insoportable en mis oídos. Me costaba respirar, como si el aire estuviera cargado de algo más que humedad y polvo. La oscuridad era aplastante, tensa. Me tomé unos segundos para reunir coraje y tratar de moverme, pero mis muñecas ardían con cada intento; estaban atadas con una cuerda demasiada áspera que parecía haberse incrustado en mi piel. Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando; fui secuestrada. Aquel día que fui a casa, el único lugar al que había llamado hogar en toda mi vida. Donde viví con Amy. Oh, Amy. Mi pequeño ángel. La imagen de su rostro sonriente es lo único en lo que puedo pensar con claridad. La última vez que la vi, solo le dediqué un rápido abrazo antes de sali
POV Wen Alicia había llevado a Amy a tomar un baño y Oliver reunió a mi hermano y a mi prometido, Arman, en su oficina. Mientras yo me quedé completamente sola en los muebles de la sala.Así que aprovechando eso comencé a retocar mi maquillaje. Me habría gustado pasar más tiempo con Agnes, le habría enseñado la manera correcta de maquillarse acorde a su nuevo estilo.—No creo que tu rostro resista más maquillaje. —Dijo una voz masculina tras de mí. El sonido de esa voz tan conocida y familiar me hizo girar apenas la cabeza. Allí estaba Arman, observándome con esa expresión enigmática que lo caracteriza—. Tú también deberías descansar. —Continuó en un tono bajo mientras se acercaba a mí. Le ofrecí una pequeña sonrisa, acomodando el maquillaje en mi pequeña bolso de mano, antes de ingresarlo en mi cartera.—No hace falta, estoy bien. —Dije sonriéndole—. Me quedaré hasta que Agnes regrese. Además , esta es una oportunidad de oro para pasar tiempo con Amy. No voy a desaprovecharla. —Br
POV Wen —Tía, ¿Cuándo llegarán mis papás? —Preguntó mi pequeña sobrina, pero yo no supe qué responder. Solo pude dirigirle una mirada comprensiva mientras la veía dibujar en su pequeño cuaderno. Pensé en cambiar el tema, inventar cualquier cosa, pero no podía decirle de ir de compras porque mi hermano, para asegurar su seguridad, me había pedido explícitamente que no la sacara de la casa. Tampoco podía decirle que hiciéramos la cena porque insistiría en guardar comida para sus padres y no sé cuándo regresarán. Han pasado dos días desde la desaparición de Agnes y aún no hay noticias de sus captores, por ende, mi hermano ha estado trabajando día y noche en encontrarla. —Es hora de su baño, señorita Amanda. —Dijo Alicia. Le agradecí con la mirada por sacarme de la situación tan tensa. —Soy Amy, señorita Alicia. —Contestó mi pequeña sobrina. Siempre sentí curiosidad por la manera tan particular en la que ella solía recalcar que se llamaba Amy y no Amanda, pero ayer, mis dudas s
El teléfono sonó justo cuando estaba terminando de revisar los informes del mediodía. Lo ignoré al principio, enfocado en los detalles de una negociación que tenía que cerrar antes de la tarde, pero cuando concluí con ello me preparé para llamar a Agnes a mi oficina. Si estaba buscando enfrentarse a mí, lo lamentaría. Mi hija no estaba aquí en este momento y con lo que está pasando con los medios, no hay manera de que perdone que quiera dejar de jugar su papel.—Señor, tenemos un problema. —Dijo Han apresurado en tanto entró. No siquiera tocó la puerta, de ser otra persona mi reacción habría sido diferente pero era mi hombre de confianza, a excepción de Arman, él era el único en que podía confiar plenamente. Y comprada a su usual actitud relajada y neutral, esta era una faceta que no había visto en él—. Es sobre la señora Agnes.La pausa en su voz fue suficiente para encender cad gramo de ira en mi interior. Me levanté de inmediato, mientras el aire en la oficina se volvía asfixiante,
POV Oliver —¡Mira papi! —Exclamó mi hija desde el asiento trasero. La miré por el retrovisor y pude verla jugar con ese manatí que le había regalado. —¿Qué quieres mostrarme, pequeña? —Pregunté amable. Ella me miró ceñuda. —¿No lo ves? —Inquirió. Traté de ver algo nuevo pero no había nada. Probablemente solo mi hija podía verlo, la imaginación de los niños es muy fuerte. —No puedo verlo, tesoro. Solo los niños tienen ese poder. —Dije nuevamente con un tono amable. Lo último que quería era quebrantar los sueños de mi pequeña hija—. Es el poder la infancia. —No es un amigo imaginario, papá. —Me regañó ella. Quedé absorto al darme cuenta de que ella ya sabía lo que era un amigo imaginario. —¿No? —Inquirí—. Entonces, ¿Qué quieres mostrarme, pequeña? —Mira. —Dijo, esta vez mostrando el cuello de su juguete. Entonces vi el susodicho objeto que me mostraba, era un corbatín rojo con manchas azules—. Mamá lo hizo para Mati. —Dijo sonriendo. Su sonrisa era tan parecida a la de su ma
La luz de un nuevo día filtrándose a través de las cortinas transparentes de la habitación me despertaron.Abrí los ojos abruptamente al escuchar el sonido del despertador, lo apagué de inmediato, por miedo a que el CEO despertara, siento que siempre que despierta y me ve a su lado, las cosas empeoran. Nuestro día cotiduano que usualmente solo sería afectado por su mirada fría, se convertía en un infierno lleno de tensión y palabras toscas.Suspiré al verlo plácidamente dormido a mi lado, su cuerpo emanaba un calor reconfortante. Me quedé unos segundos contemplando su rostro, tan tranquilo, tan alejado de la máscara de frialdad que siempre me había mostrado. Estos pequeños momentos en los que despierto y lo veo así no pude evitar sentirme agradecida. Quizás por el pequeño instante de normalidad entre nosotros.Me levanté con cautela de no despertarlo y tras levantar mi bata de seda en el suelo me la coloqué. Debería pedirle al CEO que no deje mi ropa tirada pero en el momento en que
Mi piel estaba pálida mientras veía los documentos esparcidos en la mesa. El CEO apretó los dientes y como si no fuera nada para él, simplemente sonrió sarcástico.—Me preguntaba porqué habían aparecido de repente. —Dijo para sí mismo pero parecía tener una leve insinuación hacia mí. Lo miré expectante—. Tus padres. —Insinuó. Quedé perpleja.Es cierto, mis padres llegaron de repente inmiscluyendose en mi vida sin previo aviso después de años de abandono pero ¿Ellos habían sido los informantes de la prensa? ¿Harían algo así aun sabiendo lo doloroso que sería para mí?El sonido del intercomunicador rompió el silencio en la oficina, interrumpiendo mi análisis interno. Él caminó hacia el escritorio y presionó el botón.—Señor, el equipo de relaciones públicas está listo en la sala de conferencias. —Anunció la voz de la secretaria, neutral pero con un deje de urgencia.Asintió y me lanzó una mirada intensa, como si estuviera evaluando mi fortaleza antes de invitarme a seguir. Su presencia
Salí de la habitación,luego de vestirme apropiadamente para el trabajo.Había usado unas joyas que había elegido con la señorita Wen y llevaba un moño alto con escote pronunciado y una falda con tacones altos.Era un conjunto formal pero no demasiado anticuado, de esta manera solía vestir cuando no era una O'Sullivan y ahora, la única diferencia era el costo elevado (y a mi parecer, exagerado de las prendas).Bajé las escaleras y de inmediato lo vi a él, con ese traje formal y tan casual que solía utilizar los viernes, su semblante seguía siendo tan elegante como siempre pero esta vez tenía un adorno adorable en sus brazos; nuestra hija, Amanda O'Sullivan o como la había apodado, Amy.Brown ya no er su apellido pero dudo que ella notara la diferencia, se veía demasiado feliz con su padre. Estos pequeños momentos con ellos es lo que me hace dudar del divorcio pero como siempre, sé que esta felicidad no durará.Nuestros ojos se encontraron y por inercia le sonreí. Él frunció el ceño y g
Nuestras lenguas danzaban una sobre la otra, el sabor a café en su boca me derretía.Sus manos recorrían mi espalda, desatando el cinturón de mi bata con una destreza que solo él poseía.La tela se deslizó por mis hombros, dejando al descubierto mi cuerpo desnudo.Pude sentir cómo su respiración se aceleraba al verme, como sus ojos se oscurecían con un deseo que había aprendido a reconocer y a anhelar.Podía verlo en su mirada, esa era la única señal de halago UE recibía de él y ver al CEO anhelarme de esa manera siempre me había cautivado.Él comenzó a besar mis hombros y mi cuello,haciendo extreme ver mi cuerpo. La excitación descendía y ascendía haciéndome desearlo aún más.Sus manos bajaron hasta mis caderas, apretándome contra él, podía sentir su erección a través de sus pantalones. Gemí suavemente, era como si mi cuerpo respondiera automáticamente al contacto con su piel.Me tomó en sus brazos y me llevó hasta la cama, depositándome con suavidad sobre las sábanas. Sus ojos nunc