¿El padre de mi hija es el CEO? Algo cómo eso no puede ser posible, mi mala suerte no pudo haber empeorando tanto.
—Retírate. —Le dijo al hombre a mi lado, el cual me había abierto la puerta en su momento. En tanto lo escuché me derretí, si usó esa voz de mando para conquistarme ese día, ya no me siento tan culpable por haber sucumbido ante él. —Con permiso. —Dijo el hombre antes de salir, cerrando la puerta tras de sí. Pasé saliva en tanto me vi a solas con él. No importa como lo mire, parece sorprendido de que esté aquí. ¿Acaso me recuerda? No,dudo que sea eso pero aunque ese sea el caso, no querrá que esa noche se de a conocer entre los empleados ¿Y si quiere despedirme? No quiero perder mi trabajo. Lo mejor es ignorar lo que sucedió antes, si piensa que no lo recuerdo entonces no hay manera de que le incomode mi presencia. —Buenas tardes,señor director. —Dije evitando que mi voz saliera entrecortada. Me aferré a los documentos que tenía en manos y caminé hacia él que me miraba expectante—. No pudo enviarse el presupuesto para el proyecto de este mes de manera electrónica porque se está actualizando el sistema pero traje los documentos porque es urgente. Me disculpo por molestarlo, pero ¿Podría revisarlos y firmar? —¿Por qué estás tú aquí? —Preguntó sereno. —Todos en mi departamento, incluida la directora están ocupados, así que yo fui enviada. —Expliqué. Él me extendió la mano pidiéndome los documentos. Los coloqué frente a él que firmó sin siquiera leer su contenido. —¿Hace cuánto tiempo trabajas aquí? —Inquirió. —Hace más o menos cuatro años. —Contesté. No sé porqué estoy tan nerviosa, él ni siquiera sabe sobre Amy. Además no puede pensar que vine aquí por él. Ya que él no empezó a trabajar aquí hasta hace dos años cuando la compañía se fusionó. De por sí es un milagro que no nos hayamos encontrado antes. —Así que es así. —Musitó levantándose de su asiento—. Por un momento pensé que habías venido aquí por mí. —¿Por usted? ¿Por qué haría algo cómo eso? —Contesté nuevamente guardando los estribos para no sucumbir a su insistencia. Él sonrió mientras se acercaba a mí. —Sabes bien el motivo. —Dijo sin borrar esa sonrisa mientras seguía acercándose a mí. Yo retrocedí por inercia—. No hay manera de que lo hayas olvidado. —Al parecer lo hice, porque no tengo idea de lo que está hablando. Él no dijo nada pero siguió acercándose cada vez más mientras yo retrocedía, llegado un punto en el que quedé acorralada contra la puerta y él frente a mí. Pasé saliva perdida en su mirada,en esos oscuros ojos que parecían querer devorarme. Él se agachó hasta mi altura y recogió los mechones sueltos de mi cabello llevándolos tras mis orejas. —No hay manera de que lo hayas olvidado, esa fue tu primera vez ¿No es así? —Susurró en mi oído, dejando que su respiración rozara mis orejas—. Estoy seguro de que lo fue. Aseguró descendiendo sus dedos por mi cuello. Recuerdo esto,la sensación de su piel contra la mía se sentía así de bien. En cuanto el rubor en mis mejillas se transformó en deseo supe que debía salir de allí. Una cosa era haber tenido intimidad con él estando ebria pero en la oficina con mi jefe sería demasiado. Con la poca cordura que me quedaba lo empujé lejos de mí, abrí la puerta rápidamente y sin meditar nada más, salí corriendo de allí. No sé qué sucedió luego de eso pero estoy segura de que sólo me traería problemas. Cuando llegué al ascensor lo único que pensé fue en ir por mis cosas y directo a la guardería de Amy. Al salir del elevador fui directo a mi casillero y tomé mi bolso,entre las charlas de mis compañeros que también iban por sus pertenencias. Caminé hacia la puerta de salida y calle abajo hasta llegar a la parada de autobuses. Me senté en el asiento de espera y tras quitarme los tacones me coloqué las alpargatas negras que había sacado del bolso. Suspiré con desgana al ver el reloj en mi muñeca. Eran las seis de la tarde, creí que podría llegar antes para ir por mi hija a la guardería pero al parecer ya no es necesario. Sophia,la vecina irá por ella, como todos los días. Y yo que ya me había ilusionado con ver la hermosa carita que mi bebé pondría al verme pero no era mi elección, nunca lo es. Afortunadamente llegué a casa en solo unos minutos. Al subir los escalones del edificio, sentada en el último peldaño, estaba Amy. Me exalté al verla allí y corrí lo más rápido posible. Ella sonrió al verme y me extendió sus manitas para que la tomara en brazos. Así lo hice. La abracé tan fuerte como pude y ella a mí. —Amy, ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está la señora Sophia? —Pregunté amable. —Quería ver a mami, por eso esperé aquí. —Respondió con su dulce vocecita. Suspiré al mirar los escalones nuevamente y ver a la señora Sophia correr exaltada en busca de mi hija. —Amy, no debes causarle problemas a la señora Sophia. —Le recordé. Ella asintió arrepentida. La señora Sophia en cambio se relajó al verme con Amy. Yo caminé hasta ella. —Le ruego nos disculpe. —Imploré. Ella asintió. —Perdón,no lo haré de nuevo,señora. —Repitió Amy. Sonreí ante sus acciones. —Descuide,puedo entender el motivo. —Dijo la mujer—. Amy es una niña muy obediente y seguro cumplirá su promesa. —Instó. —Lo haré. —Aseguró Amy escondiendo su rostro en mi cabello. Sonreí ante su ternura e incluso la señora lo hizo. Tras habernos despedido de ella entramos a nuestra casa,era un departamento pequeño, cómo ya había dicho pero lo había adornado lo suficiente para que no se notaran las carencias de pertenencias lujosas. No lo necesito, mientras pueda darle un buen estilo de vida digno a Amy es suficiente. Ya en la mesa Amy se veía realmente feliz mientras comía las hamburguesas de res que había terminado en el horno. Aunque eran precocidas Amy y yo ya nos habíamos acostumbrado a ese tipo de comida. —Amy ¿Te gusta la comida de mamá? —Pregunté. Ella asintió de inmediato—. ¿Quieres que cocine la próxima vez? —¡Sí quiero! —Exclamó emocionada,casi parecía que sus hermosos ojos oscuros brillaban. —Entonces cocinaré para ti la próxima vez. —Dije sonriendo,ella sonrió aun más pero casi de inmediato su sonrisa desapareció—. ¿Qué sucede, cariño? ¿No te agrada la idea? —Sí me gustaría pero mami, tú siempre estás ocupada en el trabajo,no podrás descansar si cocinas. —Susurró. Mi corazón dio un vuelco al escucharla. Tan sólo tenía cuatro años y ya se preocupaba por mí de esa manera. Era algo adorable pero frustrante, si incluso trabajando preocupo a mi hija es que soy una pésima madre. —No te preocupes cariño ¿No lo sabes? Mamá está de vacaciones, así que podremos hacer lo que tú quieras. —Informé. Amy sonrió de golpe. —¡¿De verdad?! —Preguntó emocionada. Yo asentí sonriendo. No era una mentira en su totalidad, la compañía ofrece vacaciones anuales a todos los empleados pero por temor a perder el empleo nunca las tomé,salvo en navidad y días feriados pero ahora,casi he terminado la universidad, así que es improbable que me despidan. Además,mi prioridad es Amy, debo pasar tiempo de calidad con mi hija. —¿Estás feliz? Mamá se quedará contigo por dos semanas consecutivas. —¡Sí! —Dijo emocionada. Ahora sólo tengo que convencer a la jefa de recursos humanos pero conozco la manera de hacerlo. Haré todo por mantener esa sonrisa en el rostro de mi hija.Pov Oliver—Sigue siendo tan hermosa cómo en ese entonces. —Musité mientras veía la mano con la que antes la acaricié. ¿Su piel siempre fue tan suave? Lo había olvidado. Incluso olvidé su rostro hasta el momento en que la vi.Su mirada y sus mejillas coloradas junto a esos enormes ojos marrones hacen de la vista algo sublime. Y pensar que yo me quedé con su pureza, eso definitivamente eleva mi ego.Me pregunto si sigue siendo soltera.Caminé hasta mi escritorio y pulsé un botón que me comunicaría directamente con mi secretaria.—¿En qué puedo ayudarle,señor?—Encuentra a quien envió los documentos con esa empleada y tráelo de inmediato. —Ordené. —Enseguida.Mi vida es así de simple, siempre que quiero algo basta con que lo deseé, después de todo se trata de mí. No hay manera de que sea diferente.Los minutos transcurrían lentamente y no había respuestas por parte de mi secretaria, lo que comenzaba a impacientarme. Me dispuse a leer los documentos que tenía pendientes sobre el escrit
Pov Agnes.Como esperaba pude obtener las vacaciones pagadas que necesitaba,ni siquiera tuve que prometer nada,accedieron bastante fácil. Lejos de considerarlo extraño es liberador, ahora Amy y yo podemos disfrutar tiempo juntas. Me levanté temprano, a la misma hora que solía ir a trabajar y me dispuse a continuar mi rutina diaria, hacer el desayuno,limpiar el desastre que ocasionaba en la cocina y despertar a Amy.Mientras esté de vacaciones no es necesario que vaya a la guardería, así que por lo pronto serán unas vacaciones familiares.Al terminar de preparar el desayuno me dirigí a la ducha. Al poco tiempo salí de esta con una toalla alrededor de la cabeza y una bata blanca cubriendo mi cuerpo. Para entonces Amy ya estaba despierta restregandose los ojos en la cama. Sonreí al verla con su cabello alborotado y me dispuse a ir a su habitación (...)—Por aquí,por favor. —Dijo el mesero del restaurante al que había llegado con Amy. Luego de que dije a nombre de quien estaba mi reserva
Es casi indeleble, pensar que algo cómo esto es real me provoca un sin fin de emociones.Oliver O'sulivan, director general de la empresa SIP, la sede principal del grupo UI, el conjunto de empresas más grandes e influyentes en todo el reino unido me ha pedido ser su esposa, o mas bien me lo ordenó y aun sigo sin poder creerlo, mientras él sostiene mi mano tras haber colocado el anillo sigo ensimismada con la joya, es casi irreal, hasta ahora solo había visto un diamante de ese tamaño en television, ni siquiera soñaba con algo así.—¡¿De qué habla? no podemos casarnos! —Exclamé sin poder evitarlo.Él no dijo nada pero su mirada parecía la de un demonio, me intimidaba, incluso si apartaba mi mirada aun podía sentir la suya incrustada en mí, escudriñando mi alma para poder aplastarla ¿Desde cuando se volvió así? cuando lo conocí no sentí esta presión en el aire cuando me miraba.—Me parece que tienes una idea equivocada sobre mí. —Dijo soltando mis manos—. No me interesa tu opinión. Así
P.O.V Oliver—No lo olvides, papá, me prometiste que vendrás mañana. —Me recordó mi hija antes de aceptar entrar a ese lugar al que llama hogar.La petición de mi pequeña hija la noche anterior me había mantenido en vela toda la noche, apenas había podido dormir esperando el día en el que vería nuevamente el hermoso rostro de mi pequeño ángel.“Por supuesto que volveré,nunca podría no hacerlo. No te dejaré tener una vida cómo esa,cuando volvamos a vernos nunca más permitiré que me separen de ti”.—Está todo listo,señor director. —Dijo mi asistente personal abriendo la puerta del despacho de mi casa.Sin tiempo que perder salí de allí y subí al auto rumbo a casa de esa mujer. No puedo evitar sentir un nudo en mi interior cada vez que pienso en ella. Mi pequeña hija ha vivido precariedades toda su vida y es por culpa de su madre.Si en ese momento no hubiera escapado del hotel, si hubiera esperado a que despertara, habríamos tenido una cita y otra más hasta el momento en que descubriera
El ambiente no podía ser más tenso entre él y yo, que mientras viajamos de regreso a casa ni siquiera podemos dirigirnos la palabra. Obviamente está enojado conmigo pero no sé si es por lo de Amy, todo lo que digo parece enojarlo y es por eso que nunca quise involucrarlo... Llegamos a un estudio fotográfico, al menos eso supuse cuando el auto se estacionó y pude ver el letrero. Bajé del auto luego de que el señor O'Sullivan abriera la puerta para mí y me quedé de piedra sin saber qué hacer. Él caminó hacia adentro y yo le seguí. —Por aquí,por favor. —Dijo amable la recepcionista del lugar guiándonos hacia el primer salón. Tan pronto entramos al lugar un camarógrafo nos recibió y antes de que pudiera razonar sobre qué hacíamos allí unas chicas me guiaron a un cubículo apartado de él. No quise hacer preguntas para no enojar al señor O'Sullivan y solo me dejé guiar por ellas que me dieron una bolsa con algo de ropa dentro que me pidieron que usara. —¿Puedo entrar,Agnes? Te ayudaré c
Dicen que la primera vez siempre es difícil, incluso el primer beso. Aunque no soy capaz de opinar al respecto, apenas y recuerdo mi primera noche junto a un hombre pero lo que sí recuerdo son los besos, esos labios calentitos que besaban mi cuerpo y me hacían gemir, los besos, las caricias, todo se sentía bien. Y pensé que hacerlo la segunda vez con la misma persona se sentiría igual de bien pero ahora me siento ultrajada, mancillada, humillada. Hasta ayer era una mujer soltera y esta que podría considerarse mi noche de bodas se convirtió en mi pesadilla.Al ver lo ilusionada que estaba Amy con la idea de vivir con su padre no pude negarme y terminé por aceptar vivir con él. Siempre es igual, sin importar lo que yo quiera él siempre elige por nosotras y me impone su criterio incluso cuando Amy preguntó si dormiríamos juntos y no acepté, él sin ningún titubeo aceptó dormir conmigo.Salí del baño luego de usar la secadora en mi cabello y mi mirada se cruzó con la suya que leía un lib
Sin importar cual sea la situación, una madre siempre ve primero por sus hijos. Al menos eso es lo único en lo que pienso ahora. Si trato de pensar de otra manera entonces todo mi mundo se irá cuesta abajo y seguramente perdería la cabeza, figurativa y literalmente. Siento que si doy un paso en falso e intento escapar con Amy, él me buscará, nos encontrará y con todo el poder que tiene probablemente podría matarme y nadie lo sabría jamás.—Buenos días, mami. —Dijo mi hija en tanto entré a su habitación. —Buenos días bebé. —Contesté—. ¿No dormiste bien? —Pregunté acercándome a ayudarle a quitar su pijama. No es algo normal en ella despertar temprano.—Dormí muy bien pero quise despertar temprano. Papá dijo que mis tíos vendrían a visitarnos. —Dijo emocionada. Sonreí pero por dentro quería,deseaba que mi hija dejara de llamarlo “papá”—. No sabía que tenía tíos ¿Tú los conoces, mamá? —Sí, bueno, un poco. —Susurré terminando de desvestir a Amy mientras la llevaba a la ducha.—¿Y cómo s
Quedé enmudecida, no tenía palabras para describir el nudo en mi interior. Las risas de Amy mientras se divertía con el manatí de juguete retumbaban en la habitación y aun así me era completamente indiferente, las palabras de Wen resonaban como un eco persistente. ¿Realmente una disculpa era todo lo que necesitaba? ¿Y si eso solo empeora las cosas? No puedo imaginar qué decirle, ni siquiera considero que haya sido un error. La teoría la entiendo, bien podría ser un error de mi parte no intentar buscarlo pero no soy una maga y no puedo retroceder en el tiempo como en esos dibujos animados. —Agnes, ¿Estás bien? —Preguntó la señorita Wen, rompiendo el silencio y las voces en mi cabeza. —Sí, solo... estoy pensando. —Respondí intentando esbozar una sonrisa que hasta yo sabía que lucía falsa. La señorita Wendy suspiró y se acercó a mí, con una mirada compasiva. Ni bien lo hizo colocó una mano en mi hombro. —No tienes que decidir ahora, pero piénsalo. No por Amy, si no por ti. —Dij