Abrí los ojos en una habitación desconocida, con el corazón aún acelerado, aterrado por lo que había vivido el día anterior. Me levanté apresurada pero un mareo me invadió de repente obligándome a sentarme nuevamente en la cama.—No deberías levantarte todavía. —Dijo una voz femenina muy amable. Miré a la responsable y no pude evitar regresarle la sonrisa que me dirigía. Se sentía como una sonrisa cálida, totalmente alejada de las sonrisas falsas que había estado recibiendo desde mi matrimonio.—Lo siento, pero ¿Nos conocemos? —Pregunté intentando no parecer grosera. Ella sonrió y se acercó más, quedando frente a mí.—Soy Rut, tú te desmayaste esta mañana en mi local. Así que pensé en traerte a mi casa. ¿No te molesta, verdad? —Respondió cortés. —Sí, lo siento. Es que lo olvidé...—Puedo ver que has pasado por mucho. —Comentó ella. Yo no pude negar lo obvio, pero tampoco quería hablar sobre eso—. No te preocupes, soy una mujer curiosa pero no quiero inmiscuirme en la vida de los dem
El aire del hospital apestaba a desinfectante y podredumbre, aunque no sabía si el olor provenía de mis manos. Había sostenido el cadáver calcinado de lo que una vez fue mi esposa y desde entonces no había podido, siquiera lavar mis manos. Solo podía observar mis manos con pavor.Mientras en mis oídos resonaba un zumbido, que no me dejaba pensar con claridad. —Lo lamento, señor O'Sullivan. Su esposa tiene quemaduras de tercer grado y ha inhalado demasiado humo. La colocamos en un respirador artificial, y tratamos sus quemaduras, pero su estado es crítico. —Decía el doctor a escasos centímetros de mí, pero sus palabras se sentían ajenas a mi situación y apenas y podía escuchar su voz.Etaba paralizado, por primavera vez en mi vida, me sentía impotente, sin saber qué hacer o responder. No era un Dios, no tenía el poder de salvarla y tampoco podía pagar para que la revivieran. Esa frase de la que tanto me había burlado, comenzaba a cobrar sentido “El dinero no puede comprarlo todo”. No
Mientras Agnes lloraba aún contra mi pecho, mis ojos se cruzaron con una mujer de cabello castaño claro y ojos café. Tenía un semblante sereno, con una expresión que irradiaba una extraña mezcla de calma y curiosidad. No parecía interesada en intervenir, pero tampoco hacía el intento de alejarse. Agnes se separó de mí con lentitud, mientras secaba las lágrimas de sus ojos con manos temblorosas. Mi mirada permaneció fija en la mujer desconocida que solo se limitaba a observarnos.—Ella es Rut —Dijo Agnes, con su voz temblorosa tratando de ser amable—. Fue la única que me ayudó, cuando escapé. Dijo Agnes nostálgica. La mujer se adelantó y me extendió la mano,luego de quitarse un guante de cocina. Su sonrisa era radiante, podía ver su amabilidad en ella. —Un placer. —Dijo llanamente cuando le estreché la mano. No había rastro de juicio en su voz. —Gracias por ayudar a mi esposa. —Respondí, con un tono más formal que agradecido. Si bien apreciaba lo que había hecho por Agnes, no s
Pov Agnes.—¿Qué es esto? —Susurré con temor de saber la respuesta mientras las lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos y él me veía cómo si se sintiera asqueado mientras de pie tras de sí, estaba aquel chico al que había considerado mi mejor amigo; Royce Johnson, totalmente desnudo cubierto por nada más que las sábanas blanquecinas de aquel hotel. Había llegado allí a entregar los apuntes de la universidad, ya que Royce estuvo faltando a clases las ultimas semanas, quise ser una buena amiga y encontré la dirección del hotel en el que se hospedaba desde hace un tiempo.Sin embargo; nunca pude imaginar que me encontraría con una escena tan asquerosa. Desde un principio sabia que Royce no estaba interesado en las mujeres y tal vez, fue por eso por lo que nuestra amistad empezó en primer lugar, pero al ver esto no puedo evitar imaginarlo teniendo una pasional noche, gimiendo y jadeando debajo de Nathan, quien desde ese instante pasó a ser mi exnovio.El dolor en mi pecho se incrementa
Las posibilidades de quedar embarazada en tu primera vez no son limitadas, aun así, no dejo de pensar que esto se debe a mi mala suerte; mi mala suerte en el amor, mi mala suerte en la vida y mi pésima tolerancia al alcohol. Bueno, no creo que importe el motivo, en poco tiempo todo habrá vuelto a la normalidad y mis estudios serán lo único por lo que tenga que preocuparme.Cuando llegué a casa lo primero que hice fue recostarme en la cama. No tengo hambre, ni deseos de comer, aun menos de ducharme, no es que tenga importancia, ha sido así desde que vivo sola, si planeara tener este bebé comenzaría a cuidarme pero no hay manera de que pueda ser madre soltera. Tal vez si tuviera un padre. No, eso no importa ahora; recibí la confirmación del hospital, mañana a primera hora me desharé del problema. Al menos eso fue lo que planeé pero ahora, no sé si sea la decisión correcta. Pensé que solamente tendría que recostarme en la camilla y esperar a que se fuera pero no es así cómo me siento, q
¿El padre de mi hija es el CEO? Algo cómo eso no puede ser posible, mi mala suerte no pudo haber empeorando tanto. —Retírate. —Le dijo al hombre a mi lado, el cual me había abierto la puerta en su momento. En tanto lo escuché me derretí, si usó esa voz de mando para conquistarme ese día, ya no me siento tan culpable por haber sucumbido ante él. —Con permiso. —Dijo el hombre antes de salir, cerrando la puerta tras de sí.Pasé saliva en tanto me vi a solas con él. No importa como lo mire, parece sorprendido de que esté aquí. ¿Acaso me recuerda? No,dudo que sea eso pero aunque ese sea el caso, no querrá que esa noche se de a conocer entre los empleados ¿Y si quiere despedirme? No quiero perder mi trabajo.Lo mejor es ignorar lo que sucedió antes, si piensa que no lo recuerdo entonces no hay manera de que le incomode mi presencia.—Buenas tardes,señor director. —Dije evitando que mi voz saliera entrecortada. Me aferré a los documentos que tenía en manos y caminé hacia él que me miraba
Pov Oliver—Sigue siendo tan hermosa cómo en ese entonces. —Musité mientras veía la mano con la que antes la acaricié. ¿Su piel siempre fue tan suave? Lo había olvidado. Incluso olvidé su rostro hasta el momento en que la vi.Su mirada y sus mejillas coloradas junto a esos enormes ojos marrones hacen de la vista algo sublime. Y pensar que yo me quedé con su pureza, eso definitivamente eleva mi ego.Me pregunto si sigue siendo soltera.Caminé hasta mi escritorio y pulsé un botón que me comunicaría directamente con mi secretaria.—¿En qué puedo ayudarle,señor?—Encuentra a quien envió los documentos con esa empleada y tráelo de inmediato. —Ordené. —Enseguida.Mi vida es así de simple, siempre que quiero algo basta con que lo deseé, después de todo se trata de mí. No hay manera de que sea diferente.Los minutos transcurrían lentamente y no había respuestas por parte de mi secretaria, lo que comenzaba a impacientarme. Me dispuse a leer los documentos que tenía pendientes sobre el escrit
Pov Agnes.Como esperaba pude obtener las vacaciones pagadas que necesitaba,ni siquiera tuve que prometer nada,accedieron bastante fácil. Lejos de considerarlo extraño es liberador, ahora Amy y yo podemos disfrutar tiempo juntas. Me levanté temprano, a la misma hora que solía ir a trabajar y me dispuse a continuar mi rutina diaria, hacer el desayuno,limpiar el desastre que ocasionaba en la cocina y despertar a Amy.Mientras esté de vacaciones no es necesario que vaya a la guardería, así que por lo pronto serán unas vacaciones familiares.Al terminar de preparar el desayuno me dirigí a la ducha. Al poco tiempo salí de esta con una toalla alrededor de la cabeza y una bata blanca cubriendo mi cuerpo. Para entonces Amy ya estaba despierta restregandose los ojos en la cama. Sonreí al verla con su cabello alborotado y me dispuse a ir a su habitación (...)—Por aquí,por favor. —Dijo el mesero del restaurante al que había llegado con Amy. Luego de que dije a nombre de quien estaba mi reserva