POV Oliver —¡Mira papi! —Exclamó mi hija desde el asiento trasero. La miré por el retrovisor y pude verla jugar con ese manatí que le había regalado. —¿Qué quieres mostrarme, pequeña? —Pregunté amable. Ella me miró ceñuda. —¿No lo ves? —Inquirió. Traté de ver algo nuevo pero no había nada. Probablemente solo mi hija podía verlo, la imaginación de los niños es muy fuerte. —No puedo verlo, tesoro. Solo los niños tienen ese poder. —Dije nuevamente con un tono amable. Lo último que quería era quebrantar los sueños de mi pequeña hija—. Es el poder la infancia. —No es un amigo imaginario, papá. —Me regañó ella. Quedé absorto al darme cuenta de que ella ya sabía lo que era un amigo imaginario. —¿No? —Inquirí—. Entonces, ¿Qué quieres mostrarme, pequeña? —Mira. —Dijo, esta vez mostrando el cuello de su juguete. Entonces vi el susodicho objeto que me mostraba, era un corbatín rojo con manchas azules—. Mamá lo hizo para Mati. —Dijo sonriendo. Su sonrisa era tan parecida a la de su ma
El teléfono sonó justo cuando estaba terminando de revisar los informes del mediodía. Lo ignoré al principio, enfocado en los detalles de una negociación que tenía que cerrar antes de la tarde, pero cuando concluí con ello me preparé para llamar a Agnes a mi oficina. Si estaba buscando enfrentarse a mí, lo lamentaría. Mi hija no estaba aquí en este momento y con lo que está pasando con los medios, no hay manera de que perdone que quiera dejar de jugar su papel.—Señor, tenemos un problema. —Dijo Han apresurado en tanto entró. No siquiera tocó la puerta, de ser otra persona mi reacción habría sido diferente pero era mi hombre de confianza, a excepción de Arman, él era el único en que podía confiar plenamente. Y comprada a su usual actitud relajada y neutral, esta era una faceta que no había visto en él—. Es sobre la señora Agnes.La pausa en su voz fue suficiente para encender cad gramo de ira en mi interior. Me levanté de inmediato, mientras el aire en la oficina se volvía asfixiante,
POV Wen —Tía, ¿Cuándo llegarán mis papás? —Preguntó mi pequeña sobrina, pero yo no supe qué responder. Solo pude dirigirle una mirada comprensiva mientras la veía dibujar en su pequeño cuaderno. Pensé en cambiar el tema, inventar cualquier cosa, pero no podía decirle de ir de compras porque mi hermano, para asegurar su seguridad, me había pedido explícitamente que no la sacara de la casa. Tampoco podía decirle que hiciéramos la cena porque insistiría en guardar comida para sus padres y no sé cuándo regresarán. Han pasado dos días desde la desaparición de Agnes y aún no hay noticias de sus captores, por ende, mi hermano ha estado trabajando día y noche en encontrarla. —Es hora de su baño, señorita Amanda. —Dijo Alicia. Le agradecí con la mirada por sacarme de la situación tan tensa. —Soy Amy, señorita Alicia. —Contestó mi pequeña sobrina. Siempre sentí curiosidad por la manera tan particular en la que ella solía recalcar que se llamaba Amy y no Amanda, pero ayer, mis dudas s
POV Wen Alicia había llevado a Amy a tomar un baño y Oliver reunió a mi hermano y a mi prometido, Arman, en su oficina. Mientras yo me quedé completamente sola en los muebles de la sala.Así que aprovechando eso comencé a retocar mi maquillaje. Me habría gustado pasar más tiempo con Agnes, le habría enseñado la manera correcta de maquillarse acorde a su nuevo estilo.—No creo que tu rostro resista más maquillaje. —Dijo una voz masculina tras de mí. El sonido de esa voz tan conocida y familiar me hizo girar apenas la cabeza. Allí estaba Arman, observándome con esa expresión enigmática que lo caracteriza—. Tú también deberías descansar. —Continuó en un tono bajo mientras se acercaba a mí. Le ofrecí una pequeña sonrisa, acomodando el maquillaje en mi pequeña bolso de mano, antes de ingresarlo en mi cartera.—No hace falta, estoy bien. —Dije sonriéndole—. Me quedaré hasta que Agnes regrese. Además , esta es una oportunidad de oro para pasar tiempo con Amy. No voy a desaprovecharla. —Br
Desperté debido al frío y antes de darme cuenta sentí el dolor en mis muñecas y en casi todo mi cuerpo. Intenté acostumbrar mi vista a la oscuridad del lugar pero fue casi imposible, apenas podía ver lo suficiente para ver sombras indistinguibles. Mi cabeza latía con fuerza, y había un pitido insoportable en mis oídos. Me costaba respirar, como si el aire estuviera cargado de algo más que humedad y polvo. La oscuridad era aplastante, tensa. Me tomé unos segundos para reunir coraje y tratar de moverme, pero mis muñecas ardían con cada intento; estaban atadas con una cuerda demasiada áspera que parecía haberse incrustado en mi piel. Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando; fui secuestrada. Aquel día que fui a casa, el único lugar al que había llamado hogar en toda mi vida. Donde viví con Amy. Oh, Amy. Mi pequeño ángel. La imagen de su rostro sonriente es lo único en lo que puedo pensar con claridad. La última vez que la vi, solo le dediqué un rápido abrazo antes de sali
POV Oliver—Papá. —Me llamó mi pequeña hija con su dulce vocecita. La miré recostada en la cama, con su pijama de rayas rosas y el manatí que siempre la acompañaba. Se veía tan adorable como su madure, supongo que los genes son algo muy poderoso. —¿Sí, pequeña? —Le pregunté mientras acariciaba su cabello. Ella me miró como si buscara las palabras adecuadas.—¿Crees que mamá esté enojada con nosotros? —Preguntó con voz casi melancólica.—Por supuesto que no. ¿Por qué dices algo como eso? —Pregunté.—Porque la última vez parecía enojada. —Susurró. No puedo creer cuán perceptivos son los niños. Incluso Amy lo notó.—Tal vez solo estaba cansada, pequeña. —Insté acariciando su cabello pero ella hizo un puchero.—Ha estado triste de que nos mudamos aquí. Quizás deberíamos regresar a casa.—¿Quieres dejar a tu padre? —Inquirí interrumpiendola, sin poder evitarlo. Ella negó de inmediato.—No es eso, papá, pero podrías mudarte con nosotras, quizás mamá esté feliz si regresamos a nuestra casa.
Mis dedos rozaban el suelo frío, buscando desesperadamente ese pequeño reflejo que vi antes. El polvo del suelo se levantaba dejando mis manos y mis uñas cubiertas de tierra.Seguía empujando mi cuerpo, centímetro a centímetro, ignorando el dolor que se apodera de mis muñecas y la rigidez de mis piernas. La luz parpadeante apenas er notoria pero cada vez que desaparecía, el miedo volvía y cada vez que lo hacía se intensificaba por diez.“Solo un poco más, ya falta poco” Pensaba desesperada mientras lo intentaba una y otra vez.Finalmente, mis dedos encontraron algo duro y cortante. Era un fragmento de vidrio, pequeño y sucio, pero lo suficientemente afilado como para convertirse en mi esperanza. Mi corazón acelerado bombeó toda la sangre que pudo para apresurarme a cortar la soga, pero mi cerebro me repetía que lo sujetara con cuidado para no cortarme pero lo suficientemente firme para no dejarlo caer. Me esforcé por girar mis muñecas, buscando un ángulo que me permita usar el borde
Abrí los ojos en una habitación desconocida, con el corazón aún acelerado, aterrado por lo que había vivido el día anterior. Me levanté apresurada pero un mareo me invadió de repente obligándome a sentarme nuevamente en la cama.—No deberías levantarte todavía. —Dijo una voz femenina muy amable. Miré a la responsable y no pude evitar regresarle la sonrisa que me dirigía. Se sentía como una sonrisa cálida, totalmente alejada de las sonrisas falsas que había estado recibiendo desde mi matrimonio.—Lo siento, pero ¿Nos conocemos? —Pregunté intentando no parecer grosera. Ella sonrió y se acercó más, quedando frente a mí.—Soy Rut, tú te desmayaste esta mañana en mi local. Así que pensé en traerte a mi casa. ¿No te molesta, verdad? —Respondió cortés. —Sí, lo siento. Es que lo olvidé...—Puedo ver que has pasado por mucho. —Comentó ella. Yo no pude negar lo obvio, pero tampoco quería hablar sobre eso—. No te preocupes, soy una mujer curiosa pero no quiero inmiscuirme en la vida de los dem