Inicio / Romance / Ayúdame a sanar mi corazón / Capítulo 1: Todo terminó
Ayúdame a sanar mi corazón
Ayúdame a sanar mi corazón
Por: LashistoriasdeEva
Capítulo 1: Todo terminó

     BRASIL: SÃO PAULO.

     Vaya sorpresa que le quiero dar a Gael, él no me espera hoy, pero decidí venirme un poco antes de lo previsto, aún tengo mucho trabajo por hacer, pero se acerca la fecha de la boda y esto también necesita mi atención, aún tengo tantas cosas que comprar, no quise llamarlo para avisarle de mi llegada, mejor le doy la sorpresa, sé que le va agradar verme.

     —Aló mamá.

     —Evaluna, ¿vas a ver a Gael?

     —si, voy para su oficina.

     —Llegaste tan de sorpresa que no me ha dado tiempo de hablar contigo, ya sé que hoy es imposible hacerlo, lo más seguro es que esta noche te quedas con tu prometido, pero mañana no pueden faltar a un almuerzo acá en la casa, dile a tu novio que deje a un lado sus negocios y venga un rato a compartir con nosotros, además tenemos un invitado.

     —Está bien, lo voy a convencer para que esté conmigo en el almuerzo.

     —Hasta luego hija, me saludas a mi yerno.

     —Hasta luego mamá.

     Sólo faltan tres meses para mí boda y aún tengo tantas cosas que hacer, voy a tener que hacerle caso a mamá y contratar a una organizadora de bodas, debo reconocer que mi proyecto me está quitando mucho tiempo, pero esto es algo por lo que he luchado desde hace muchos años, no puedo abandonarlo.

     Ya estoy en el edificio, pronto voy a ver a mi amor, tenemos un mes sin vernos, debe de estar ansioso por estar conmigo, prometo que esta noche será inolvidable para los dos, tenemos que recuperar ese tiempo perdido.

     —Buenas tardes, ¿cómo están todos por aquí?

     —Buenas tardes señorita Evaluna, que alegría verla de nuevo.

     —¿Gael está en su oficina?

     —Creo que sí, no lo he visto salir.

     —Que raro, que silencio se respira aquí, la asistente de Gael no está en su escritorio, seguro ya se fue a su casa y mi amor como siempre debe estar en su lugar de trabajo, ya me lo imagino metido de cabeza en sus papeles.

     Qué bueno que la puerta no tiene seguro, así no tengo que tocar, voy a abrir con mucho cuidado para sorprenderlo.

     Giro con lentitud el pomo de la puerta, abro y… ¡No puede ser!, lo que veo me deja sin aliento.

     La asistente de Gael está  sentada en el escritorio, con las piernas separadas y la blusa toda desabotonada, Gael está con su cuerpo entre las piernas de la asistente y su cabeza está dentro de su falda, fue tanta la sorpresa que no puedo evitar que un grito se escape de mi garganta.

     —¡Gael!

     Gael de inmediato sale de su escondite ( la falda de su asistente) mientras ella se levanta de inmediato acomodándose la blusa.

     Sale casi corriendo de la oficina, por poco y me atropella cuando pasa por mi lado.

     Aún no salgo de mi asombro, estoy como en shock, parada en la puerta sin saber qué hacer, estoy paralizada, las piernas no me responden.

     Gael se dirige a mí e intenta agarrarme.

     Saco fuerzas de dónde no tengo, lo empujo mientras le gritó.

     —No me toques, no se te ocurre ponerme un dedo encima.

     —Amor, déjame explicarte, por favor vamos a hablar.

     —Aquí las palabras sobran, no son necesarias las explicaciones.

    —Claro que son necesarias.

     —¿Qué me vas a decir? Acaso de ingeniero pasaste a ser ginecólogo y le estabas examinando la vagina a tu asistente, eso es lo que piensas explicarme.

     —Evaluna yo te amo, por favor amor, sé que cometí un error, te juro que esto no tiene importancia para mí, me dejé llevar, ven, vamos a hablar, no podemos dejar lo nuestro por este error.

     —¿A esto llamas tú un error?

     Con una furia indescriptible, me quito el anillo de mi dedo y lo coloco con fuerza en el escritorio.

     —Aquí tienes, busca a quien regalarselo.

     —Amor no te vayas, Evaluna detente tienes que oírme.

     —No se te ocurra seguirme, no pienso hablar contigo, esto terminó aquí y cuidado con salir fuera de esta oficina en esas condiciones, das asco, súbete el cierre del pantalón a menos que quieras dar un espectáculo y báñate hueles a perfume barato, con otra cosa que no me atrevo a mencionar.

     Doy media vuelta, salgo de la oficina y con mucha calma cierro la puerta, quizás para no llamar la atención de una de las secretarias que se encontraba merodeando muy cerca de la oficina de Gael.

      El escritorio de la asistente permanece vacío, seguro y se escondió para no darme la cara.

     Yo camino, casi vuelo, quiero salir lo más rápido que pueda de ese lugar, siento que todas las miradas están puestas en mí, ¿será que ya todos lo sabían?

     Subo a mi auto, lo acelero, no salgo de mi asombro en pocos segundos mi vida se volvió un caos, toda mi cabeza da vueltas, siento que mi mundo está patas arriba, ¿esto es nuevo o lleva tiempo sucediendo? y yo siempre tan ocupada en mis cosas que no me había dado cuenta, que estúpida que soy siempre creyendo en las mentiras de Gael, ¿hubo señales?, claro que las hubo, pero yo no las vi, o quizás no quise verlas.

     ¿Ahora para dónde voy? No puedo ir al apartamento, seguro y ya salió corriendo para allá a tratar de convencerme, asegurando que lo que vi no es real. Me voy a detener en esa licorería, necesito un trago, necesito borrar aunque sea por un momento la imagen de Gael entre las faldas de esa mujercita, esa mosquita muerta, con su sonrisita falsa.

     Bueno ya estoy aquí a orilla de esta playa, aquí me quedo, no quiero verle la cara a ese malnacido, ahora entiendo las palabras de mi amigo Édgar Miguel, “ese novio tuyo no me gusta, no lo veo sincero, su mirada es muy pícara y su sonrisa muy maliciosa, no sé, pero algo no está bien “

     Yo tan ilusa, siempre riéndome de las palabras de mi amigo; “Édgar Miguel lo que pasa es que estás envidioso porque no has conseguido un novio como el mío” Eso le decía y él fruncía el ceño y me respondía: “ Tú sabes que siempre he respetado los novios de mis amigas, pero este no me gusta para ti, lo veo falso, pero bueno fue él que tú escogiste, eso sí, después no vengas con lamentos.

   

          

     

     

   

     

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP