Hola, hola, mis cariñitos! Aquí les dejo el primer capítulo del día, muchas gracias por leer :)
EvelynEl primer latido me arrastra de vuelta.El segundo golpea como un tambor en mi cráneo.El tercero hace que todo mi cuerpo se tense.El calor me envuelve. No un calor reconfortante, sino uno que me sofoca , que me hace sentir como si estuviera quemándome por dentro.Abro los ojos de golpe.Pero la oscuridad sigue ahí.Parpadeo varias veces, intentando que mi visión se enfoque. Me siento pesada. Mi cuerpo no me responde como debería.Muevo los dedos primero, luego las manos, pero cada movimiento es lento y torpe, como si algo dentro de mí estuviera tratando de despertar y al mismo tiempo me retuviera.Y mi espalda…No arde tanto como antes.Puedo sentir las heridas aún abiertas, pero algo ha cambiado.Me cuesta respirar, mi piel está húmeda.¿Tengo fiebre?Intento moverme, pero un dolor profundo me recuerda de pies a cabeza.Y entonces, lo recuerdo.Leonardo.El estallido de luz.Su mano en mi espalda.Y mi loba.Porque la sentí. Juro que la sentí antes de perder la conciencia.Mis labios se
LeonardLas palabras del libro siguen repitiéndose en mi cabeza."Cuando la Luna Rota se despierte, su poder será un arma o una condena".No importa cuánto trate de sacarlas de mi mente, siguen ahí, acechándome como una sombra persistente.Al igual que mi propia maldición.Aprieto la mandíbula.La sensación dentro de mí se ha intensificado con el tiempo.Es un vacío profundo, un abismo negro que cada día se extiende más, devorando mi energía, mi control.Y sé lo que significa.Si no reclamo una luna pronto , si no encuentro la manera de estabilizarme , el poder que corre por mis venas me consumirá desde dentro.Y destruirá todo lo que él construyó.Cierro los ojos, recostándome en la silla de mi despacho, pero ni siquiera el silencio de la habitación es suficiente para calmar mi mente.Entonces, una idea peligrosa se forma en mi mente.¿Y si el poder de Evelyn pudiera estabilizarme?No está descabellado.Si realmente es una Luna Rota , si de verdad su existencia desafiaba las leyes de
EvelynMis manos tiemblan.El calor de la descarga aún está en mi piel. Es un fuego extraño, un hormigueo que no se apaga , un latido inusual recorriéndome las venas. Esto nunca antes había pasado, jamás. Ni siquiera cuándo mi padre seguía conmigo.Así que ¿Qué demonios fue eso?Levanto la mirada y me encuentro con los ojos plata fría de Leonard.Él también lo sintió.Lo veo en la rigidez de sus hombros, en la forma en que su mandíbula se aprieta como si intentara encontrar una explicación racional a lo que acaba de ocurrir.— ¿Qué demonios ha sido eso? —su voz es un filo de acero.Miro mi propia mano, esperando ver algo diferente, alguna marca, alguna señal de lo que acaba de pasar.Pero no hay nada. Nada visible, al menos.—No lo sé. —Mi voz sale más débil de lo que quisiera—. Juro que no he hecho nada.Leonard no contesta nada, simplemente me mira.Y esa mirada…Esa mirada que no juzga, no castiga, pero tampoco es benévola me cala los huesos. No sé qué está pensando.Y no sé qué es
LeonardAlgo dentro de mí está mal. La sensación comienza en mi pecho, como un nudo apretado que tira de mí, como si algo jalara invisible de mis entrañas.Camino por el pasillo con pasos pesados, sintiendo el eco de las palabras de Evelyn repitiéndose en mi mente."¿Cuántas veces puedo comer aquí?" Es ridículo que algo así me moleste, que la forma como era tratada antes tenga algún poder en mi. No debería tenerlo. No debería importarme.No me importa.Y sin embargo… no puedo quitármelo de la cabeza.Nunca antes me había interesado el bienestar de nadie más allá de mi manada. Nunca.¿Por qué ella?¿Por qué sus palabras siguen pesando en mi mente como una carga imposible de ignorar?Frunzo el Ceño.No tiene sentido.Nada de esto tiene.Pero entonces, la sensación se intensifica. Un tirón violento , un latigazo de ansiedad golpea mi pecho. Algo no está bien.Mi lobo lo siente.Las garras se deslizan instintivamente desde la punta de mis dedos, listas para pelear, listas para atacar a lo
LeonardHan pasado dos días.Dos días desde que hice un trato con la loba que no debería estar aquí.Dos días desde que la toqué y sentí la misma descarga rerriéndome el cuerpo.Dos días desde que mis noches se han llenado de silencio inquietante y pensamientos que no quiero tener.Algo en Evelyn es distinto. Algo en ella me perturba. No solo porque es la clave de la maldición que me está destruyendo lentamente… sino porque cuando estoy cerca de ella, no soy el mismo.Mi lobo tampoco.Desde que está aquí, mi bestia no ha dejado de moverse dentro de mí.Inquieta. Desesperada.Cada vez que la huelo en los pasillos, cada vez que la veo moverme por la mansión con su cabello desordenado y su cuerpo cubierto de moretones que aún no terminan de sanar…Siento algo que no quiero sentir.Frustración.Rabia.Porque debería ser irrelevante. Debería importarme menos que nada.Y sin embargo, no es así. Y no sé por qué.Suspiro, masajeándome la sensación mientras camino hacia mi despacho. Tengo demas
RagnarLos gritos de la chica rebotan contra las paredes de piedra.Su cuerpo tiembla, la sangre resbala por su ceja, manchando el suelo con gotas oscuras.Clara.La maldita Clara .La estúpida que ayudó a mi loba a escapar.Mis dedos se tensan alrededor del mango de mi látigo mientras la observa, encadenada a la pared de la mazmorra, con su cuerpo cubierto de moretones.— No sé nada más… —jadea, su voz rota, apenas audible.Mi sonrisa se ensancha.Porque sé que miente .Doy un paso adelante, disfrutando del miedo en sus ojos.—Vamos , Clara. No me hagas perder la paciencia.— Te dije la verdad…—escupe sangre al suelo— Evelyn no me dijo a dónde iría. Solo la llevé hasta la frontera.Levanto una ceja.— ¿Frontera?Sus labios se presionan con fuerza, como si quisiera tragarse la información.Pero no lo hará.No si quiere vivir.Inclino la cabeza hacia un lado, disfrutando del momento.— Tienes hermanos pequeños, ¿verdad?Su mirada se llena de pánico.- No…—Dos niños. Uno de ellos tiene
EvelynCorre.La voz resuena en mi cabeza, un eco entrecortado en la negrura que me rodea.—Corre, Evelyn. Resiste. No dejes que se apodere de ti.El frío cala en mis huesos. No sé dónde estoy. No sé qué es esta sensación extraña que crece dentro de mí, como si algo hirviera en mi interior, desbordándose, tratando de romper la barrera de mi piel.Lucha por todas las que estuvieron antes.—¿Qué? —Intento preguntar, pero mi voz no sale.Hay una sombra delante de mí, una figura femenina que no logro distinguir, pero sus ojos brillan como dos lunas plateadas.Mi respiración se vuelve errática.—¿Quién eres? ¿De qué hablas?La desesperación me inunda.Un ardor abrasador me atraviesa el cuerpo. Algo está despertando dentro de mí. Algo que no controlo.Conténlo, Evelyn. Conténlo.No puedo.No puedo contenerlo.Me está consumiendo.Empiezo a llorar dentro del sueño, sintiendo que pierdo el control, que algo más fuerte que yo está tomando las riendas de mi cuerpo.Y entonces, detrás de esa voz
LeonardLas velas iluminan la mesa con una luz tenue.El comedor está en silencio, excepto por el sonido de los cubiertos al chocar contra los platos.Megara está sentada frente a mí, con su elegante postura y su sonrisa estudiada.No puedo negar su belleza, porque sería una mentira, pero el hecho de que sea hermosa no significa que quiera tenerla de Luna.En especial conociéndola como lo hago. Pero he de admitir que entre las opciones es la mejor.—Es sorprendente que hayas aceptado cenar conmigo esta vez —dice, revolviendo el vino en su copa—. Pensé que seguirías huyendo de mí.—No estoy huyendo de nada —gruño, cortando un pedazo de carne con un movimiento brusco.—No, claro que no. Simplemente me evitas como si fuera una plaga.Ignoro su comentario y me concentro en la comida. No tengo tiempo para estas discusiones sin sentido.Estoy cansado.Llevo días lidiando con los ancianos, con la política interna de la manada, con la maldición que me consume poco a poco.Y luego está ella.E