Hola, hola! aquí les dejo el primero del día, mis cariñitos!
LeonardLas velas iluminan la mesa con una luz tenue.El comedor está en silencio, excepto por el sonido de los cubiertos al chocar contra los platos.Megara está sentada frente a mí, con su elegante postura y su sonrisa estudiada.No puedo negar su belleza, porque sería una mentira, pero el hecho de que sea hermosa no significa que quiera tenerla de Luna.En especial conociéndola como lo hago. Pero he de admitir que entre las opciones es la mejor.—Es sorprendente que hayas aceptado cenar conmigo esta vez —dice, revolviendo el vino en su copa—. Pensé que seguirías huyendo de mí.—No estoy huyendo de nada —gruño, cortando un pedazo de carne con un movimiento brusco.—No, claro que no. Simplemente me evitas como si fuera una plaga.Ignoro su comentario y me concentro en la comida. No tengo tiempo para estas discusiones sin sentido.Estoy cansado.Llevo días lidiando con los ancianos, con la política interna de la manada, con la maldición que me consume poco a poco.Y luego está ella.E
EvelynSe ha ido, ha dicho que no me moviera de aquí y simplemente ha salido como un vendaval de la habitación luego de decir que matará al que me lastime.Pero no entiendo nada ¿Por qué le importa? ¿Por que a mi me importa…?Y lo que es peor es lo que dijo en la cocina.Las palabras de Leonard siguen rondando mi cabeza."Me perteneces."No importa cuánto intente apartarlas de mi mente, siguen ahí, vibrando en mi piel, repitiéndose en mi interior como un eco inquebrantable.Él no tiene derecho. Nadie tiene derecho.Aprieto los puños y exhalo con fuerza, obligándome a dejar de pensar en su voz, en la intensidad de sus ojos cuando lo dijo, en la sensación de su agarre en mi muñeca.No soy suya. No soy de nadie.Necesito distraerme. Buscar una manera de salir de aquí, de conseguir mi libertad.La habitación en la que me ha dejado es más grande de lo que jamás he tenido, pero sigue siendo una prisión. Una jaula más elegante que el calabozo, pero jaula al fin y al cabo.Mis ojos recuerdan
EvelynEl aire dentro de la habitación se siente pesado. Como si la misma atmósfera estuviera manteniendo la respiración.Las palabras de Leonard siguen flotando en el aire.—Tu padre… Quiero saber exactamente que fue lo que hizo.Las dice con una voz tan neutra, tan carente de emoción, que parece una afirmación más que una pregunta. Pero yo lo siento como un golpe en el estómago.Miro hacia el suelo, tratando de encontrar la fuerza para hablar. Porque sé que, una vez lo diga en voz alta, no habrá vuelta atrás.Respiro hondo.—Ya te lo dije… es un traidor, o sea que traicionó a la manada, no entiendo por qué importa.—Y no tienes porque entender, solo tienes que contestar y no te las tires de lista conmigo, quiero saber qué hizo.Silencio.LO ODIO. LO ODIO. LO ODIO. ¡ESTUPIDO PREPOTENTE!Trato de darle mi peor mirada, antes de prepararme. Trago saliva y obliga a mis labios a moverse.—Mi padre vendió la ubicación de la manada a cazadores. Quería un Ragnar. Querían su cabeza.Escucho a
Leonard— ¿Qué estás sintiendo, Evelyn?Sus palabras todavía resuenan en mi cabeza.—Algo viene. Algo viene por nosotros.Un tirón invisible dentro de mí dice que no está equivocada.Pero no le doy la oportunidad de seguir hablando.—Quédate aquí.Le ordeno con un tono que no deja espacio a discusión, pero cuando salgo de la habitación y avanza por el pasillo, siento su presencia siguiéndome.Me giro en seco y el encuentro justo detrás de mí— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? —gruño.Evelyn me sostiene la mirada, con esa testarudez m*****a que me hace querer perder la paciencia cada vez que habla.—Dijiste que iba a ser parte de tu guardia.Aprieto la mandíbula.—Eso será cuando empieces a entrenar. Ahora mismo lo único que conseguirás es que te maten.Hago un gesto con la mano, indicándole que regresa.—Quédate aquí.Me doy media vuelta y sigo caminando, sin darle otra opción.Pero el maldito tirón dentro de mí no desaparece.Y eso no me gusta ni un poquito.Cuando gira en el p
EvelynNo debería estar haciendo esto, estopy desobedeciendo una orden directa y por experiencia ya deber´pia haber aprendido que hacer eso no me lleva a nada bueno.Pero no puedo evitarlo, no después de lo que sentí, no después de que este hilo o tirón o lo que sea que tengo dentro, me haya insistiro tanto en moverme, asi que eso hice.Ahora, el frío de la noche me cala hasta los huesos. Estoy oculta entre los árboles, con el corazón desbocado y el cuerpo temblando, viendo el infierno desatarse ante mis ojos.Leonard no tuvo piedad. Jugó con los hombres de Ragnar, dejó en claro cuál era su poder y que no me entregaría... él está cumpliendo su promesa.Y de que forma...No pestañeó cuando desgarró la garganta del primer hombre, no dudó cuando partió el cuello del segundo, y cuando el tercero intentó suplicar, lo destrozó sin siquiera darle oportunidad de respirar.Yo… no puedo respirar.Quiero moverme, huir, regresar a la habitación como si nunca hubiera presenciado esto, pero mis pier
LeonardUn desastre, eso es lo que ha sido la última semana.Ya han pasado casi 15 días desde que Evelyn esá aquí y casi una semana desde el ataque de los hombres de Ragnar y las cosas siguen incluso más tensas que antes.El consejo está en contra de tenerla en la manada, han votado por devolverla, pero me he opuesto por completo, lo que ha generado más problemas todavía.Y eso que ni siquiera saben del maldito vínculo que parece haber entro ella y yo, vínculo que sigo sin entender, pero que siento como se hace más fuerte cada día.Un gruñido frustrado escapa de mis labios y aprieto el paso, necesitando hacer algo.El aire nocturno es pesado, cargado de humedad y tensión. Desde la amenaza de Ragnar, la patrulla ha sido constante. Mis hombres no descansan, y yo tampoco.No puedo permitirme el lujo de bajar la guardia, no cuando un solo error podría costarnos caro. Pero aún así, hay algo peor que las amenazas de Ragnar en mi mente, algo peor que el consejo y sus exigencias.Evelyn.Desd
EvelynUnas horas antes.Hoy no he hecho prácticamente nada. Ni siquiera he salido de mi habitación,al igual que el día anterior. pues Leonard simplemente me dijo que estaría ocupado y el entrenamiento se suspendía.No he podido dejar de pensar en las razones que deben haber detrás de esa desición, en la mentira detrás de sus palabras y aunque quiero decirme que todo es por mera supervivencia, hay algo… más.—Estupido alfa—susurro y estoy a punto de ir a darme un baño cuando sucede de manera repentina.El dolor llega de la nada.Me paralizada en mi lugar, creyendo que se se debe al dolor que sigo teniendo en el cuerpo por el entrenamiento de hace unos días, pero no es eso…. es más crudo. Siento como si fuego liquido estuviera corriendo por mis venas y un grito ahogado de pura agonía escapa de mis labios al tiempo que mis manos tocan con desespero mi costado, mi pecho, pero no hay nada… no tengo nada.Entonces un sentimiento helado me corre por las venas, mientras una idea horrible se
LeonarLeonardMe ha curado. Eso no lo decían los libros, eso no estaba en ninguna parte, pero ella, de alguna forma ha conseguido que el veneno de esa daga saliera de mi cuerpo.No es posible que ella no sepa lo que es. No es posible que haya pasado todos estos años en la ignorancia, yo necesito información.Ella puede ser mi salvación.El eco de mis pasos resuena en los pasillos de piedra mientras mis puños se cierran con fuerza a los costados. Han pasado veinticuatro horas desde que metí a Evelyn en el calabozo y mi lobo no ha dejado de inquietarse desde entonces.Es como si estuviera raspando las lineas de mi mente tratando de salir, tratando de tomar el control.He intentado concentrarme en otros asuntos, en los informes de las patrullas, en los preparativos en caso de que Ragnar decida atacar. Pero no importa cuánto lo intente, hay algo que tira de mí, algo que me arrastra hacia donde ella está.Y sin darme cuenta, mis pies me han llevado directo al calabozo. Solo asi es que mi l