En el submundo de algunos negocios del universo, al margen de la ley, existen ciertos códigos que no se encuentran escritos en parte alguna, pero que tácitamente son reconocidos por quienes están sumidos en él. Igual los intereses, los sentimientos e incluso los valores, suelen ser tergiversados e invertidos, dándose situaciones que, si bien para el común de los mortales, resultan extrañas, no para quienes viven sumergidos en este tipo de existencia. La amistad, la lealtad, la venganza e incluso el amor, se escriben en códigos diferentes al resto de los mortales, pero, ¿Podrá sobrevivir un sentimiento como lo es la pasión, nacidos en medio de esa vorágine de contradicciones? ¿Podrá una pareja escapar a un destino preconcebido, por encima de sus tradiciones? Este caso es una especie de curso y el precio para graduarse es demasiado alto. Pudieran ser sus propias vidas...
Leer másUna vez instalado en el Hotel Minareto, solicitó a la recepcionista que le consiguiera una cita con una profesional de la decoración, quien tenía una pequeña, pero muy acogedora oficina en el centro de la ciudad, para encargarle la decoración de un nuevo negocio que instalaría la compañía que representaba. Esta compañía era una de las de su amigo Alejandro.Hoy en día, cualquiera que sepa buscar, encuentra cualquier cosa por internet y estaba seguro de que Consuelo Daza, por lo menos, buscaría de qué se trataba todo y quienes eran sus potenciales clientes. Al ser una firma cuya oficina principal quedaba en Buenos Aires, pensó que quizás esa mampara pudiera acercarle sin causarle ningún temor y garantizarle su anonimato hasta último momento, si era así que ella quería conservarse. Todas estas elucubraciones se daban en su cabeza, pues aún
El vuelo, de más de nueve horas desde la capital del país sudamericano hasta la entrada a Europa, estuvo sin contratiempos. Con uno que otro coqueteo con la hermosa y rubia aeromoza de a bordo por parte de Alexander Defilippis, quien no perdía el tiempo para tirar lances a cualquiera que se le atravesase, especialmente si era hermosa y por lo general, con ese ego gigante que lo acompañaba, algo muy extraño en un argentino y quien, por lo general, cuál diestro sastre, no solía dar puntada sin dedal.Para la tercera taza de café brindado, en un pequeño pedazo de papel con el logo de la aerolínea, le llegó también escrito a mano, el nombre y teléfono de la hermosa aeromoza.En el trayecto, los amigos aprovecharon para conversar sobre algunos temas y llenar las páginas de sus agendas que permanecían en blanco.Habían decidido permanecer un par de dí
A un lado de la rueda de danzarines, vendían unas cervezas bien heladas, cubiertas por una muy fina capa de hielo, por las que les llamaban a las botellas de vidrio blanquecinas por el frío, «vestidas de novia» y decidieron refrescar el calor de esa hora, por lo menos con un par de ellas. Estas se transformaron en más de media docena cada uno, entusiasmados por el sonido cadencioso, el frenesí del baile, la hoguera en el medio del círculo de danzantes y el reflejo plateado de la luna que iluminaba la noche y dejaba un rastro plateado en las suaves aguas del mar cercano.Al llegar al hotel de regreso, habiendo quedado en habitaciones contiguas, Salvatore Miliani, según contaba, comenzó a plantearse la duda metódica, “¿Le tocaré la puerta?”.La imprudencia, propia de los efectos etílicos, hizo el resto. A pesar de la semiinconsciencia, al caerle con el primer bes
Por su lado, Salvatore consideró, que era una buena excusa para intentar acercarse hasta el distante sitio donde estaba Consuelo Daza y la oportunidad era perfecta. Podría aprovechar los días que Alejandro visitaba su tío en Viterbo, para darse una discreta escapada hasta Siracusa.Una vez planificado el viaje, no quiso usar el jet de la familia, el cual siempre que lo necesitara estaba a su disposición, por el contrario, lo hizo por una línea comercial, para tratar de hacer el recorrido del viaje, lo más discreto posible. Le dijo a Calógero que estaba poniendo todo en orden, pues hacía mucho tiempo que no se tomaba unos días de descanso y que se tomaría dos o tres semanas aprovechando ahora que la guerra con el otro clan, había logrado un cierto punto de equilibrio.Le dijo que había invitado a un amigo de infancia con quien se veía cada determinado tiempo en persona, de tal manera de poder compartir unos días en Europa con su amigo de Buenos Aires y de esa forma, además de descansar,
Del otro bando, también se llevaron a dos importantes jefes y una reunión secreta se realizó con premura para tratar de disminuir la violencia y en lo posible, pactar una paz relativa y acordar el reparto de mercados y rutas, incluyendo una nueva que se estaba adquiriendo un valor extraordinario, consolidando a Sur África dentro del esquema. Era obvio que, dado que gozaban de una fortaleza muy similar, era muy difícil que un clan superara al otro a corto plazo.Mientras tanto, por otro lado, y a miles de kilómetros, Consuelo Daza ocupaba su tiempo en el negocio de exportación de aceite de oliva hasta el continente. Además, poco a poco y dado su inquieto y creativo carácter, consiguió unos buenos artesanos y trabajadores de la construcción y empezó a incursionar con ellos, bajo su estricta e impecable inspección, en la actividad de remodelaciones. Puso en práctica sus conocimiento
Con el anciano cura Reinaldi, en poco tiempo, habían consolidado una buena amistad y compartían el buen gusto por el arte y la literatura. Él le había elaborado una lista con los títulos y autores para seguir cimentando una buena formación en esa área. Cada determinado tiempo, el anciano sacerdote le daba en préstamo las obras de los clásicos universales pertenecientes a la bien dotada biblioteca de la parroquia.Se preocupaba por anexarle algunas fichas donde le planteaba algunos puntos de vista, para ser considerados en las conversaciones que tendrían a futuro en las tardes dominicales, bebiendo una recién hecha, taza de café Juan Valdés, empaque que era enviado cada tres meses por un antiguo amigo desde la ciudad de Medellín, Colombia. Este era el jefe de un poderoso clan de esa ciudad.Conversaban sobre los diferentes puntos de vista de los autores recién leídos por ella. Los debates adquirían unas conclusiones épicas. Esta formación había llegado a ser de
Calógero y su familia, se decidieron en comprar, además, el periódico más importante de la ciudad y de la costa norte del país, “El Emisario”. Todos consideraron que quizás eso podía ser una buena noticia. Nombraron como director del periódico, a un aventajado periodista que vino especialmente de España para dichos fines y que apodaban en su círculo de amigos íntimos, “El Catalán”.Para completar la posesión sobre los medios de comunicación, primero adquirieron una emisora de radio, pero más adelante llegarían a convertirse en toda una red de más de cien, que conformaban una cadena a nivel nacional. El logo y énfasis en sus dos colores; no había dudas de que había adquirido presencia y una importancia radical.Realmente era impresionante su crecimiento. Su técnica de lavado de activos era sup
Fidelina María Quinterini, se dispuso a lanzar una especie de “Batalla final”. El amigo y consejero de Calógero, Salvatore Miliani, fue a advertirle del peligro en ciernes. Las fuerzas que había logrado reunir su exnovia a su alrededor, podían ocasionar un conflicto de grandes proporciones.Era evidente que su familia corría gran peligro, fue la advertencia de su amigo que terminó de convencerlo y le recomendó ubicarse en un sitio más seguro por el momento. A él no se le ocurrió otra cosa, que llevarle a su esposa todos los documentos firmados referentes al divorcio y una importante suma de dinero, para que desapareciera de ese lugar.Estando ya solo, considerando que su esposa e hijo estaban a salvo, Calógero organizó a sus hombres dispuestos a usar todas sus tácticas, armamento y gran número de soldados, para acabar con sus enemigos. Una situación ines
Calógero recibió el informe falso de paternidad y Fidelina María envió una copia del mismo, a la esposa y rival, tramando una nueva estrategia para separar la pareja. Estaba convencida de que, a pesar de que él no la amaba, ella podía, con el tiempo, lograr, con su experiencia en las artes íntimas, lograr de nuevo el cariño de su exnovio, como un día lo había tenido.Hizo llegar el falso informe a Consuelo con clara intención de sembrar la discordia en la pareja. Ella se esmeraría en lograrlo.Aún conservaba una hermosa figura; se habían realizado algunos retoques estéticos con los mejores galenos, encabezados por el mejor y más reconocido de la región, el prestigioso cirujano plástico, doctor Salomón Amézquita, y con todo lo que sabía y había aprendido en las artes amatorias, en sus reuniones tutoriales con la Negra