En un giro inesperado de los acontecimientos, Mila Vraslova se encuentra sola y desamparada después de ser humillada y echada de la casa de su tía. Con la determinación de proteger a sus hijos y descubrir la verdad sobre el pasado de su familia, Mila emprende un viaje a Moscú en busca del padre de sus hijos, que ha estado desaparecido durante seis meses. Sin embargo, lo que Mila encuentra en Moscú es un mundo de mafia, engaños y mentiras que la llevan a cuestionar todo lo que creía saber sobre su vida y su familia. A medida que se adentra en este mundo peligroso, Mila se cruza con el hermano del padre de sus hijos, un hombre misterioso y atractivo que despierta en ella una pasión que no puede ignorar.Pero su atracción es prohibida, ya que él es el hermano del padre de sus hijos, y Mila se encuentra atrapada en un torbellino de emociones y secretos que amenazan con destruir su vida y la de sus hijos. A medida que Mila lucha por descubrir la verdad y proteger a sus seres queridos, se da cuenta de que el pasado de su familia es más complejo y oscuro de lo que nunca imaginó.
Leer másMAXIMILIANOEstoy corriendo hacia la sala, mi corazón late con ansiedad mientras veo a Aleksi tendido en el suelo, herido de gravedad. Alisa y Mila lo rodean, intentando contener la hemorragia, pero la sangre sigue manando de la herida.Abrazo a mi mujer manteniendo la calma porque no es la primera vez que nos sucede este tipo de cosas.—¿Estás bien, Mili?Mila asiente con la cabeza, intentando contener las lágrimas.—Sí, estoy bien. Es la sangre de Aleksi —dice, su voz temblando.Me vuelvo hacia el doctor, que acaba de llegar.—Tienes que salvarlo —le digo—. No puede morir porque si lo hace, te mato.El doctor asiente y comienza a revisar a Aleksi. Después de un momento, se incorpora suspirando.—La bala salió, pero hay que detener el sangrado. Necesitamos subirlo a una habitación con una cama para poder tratarlo adecuadamente.Asiento y cargo a mi amigo que esta consciente de las cosas, lo subo a una de las habitaciones de la mansión. El doctor comienza a pedir lo que necesita para
MAXIMILIANO—Estas muy duro—dice subiendo y bajando la mano, perdiéndome con la delicadeza con que me toma.—Y tu tienes los senos muy grandes—agarro las tetas disfrutando de la sensación que me llena las manos—Me encanta al igual que todo tu cuerpo.—Max.—Ven cabálgame—me siento en el retrete y le clavo mi polla.Sus gemidos son música para mis oídos, y siento que le debo cada latido de mi corazón. Admiro la entrega de la mujer que me permite explorar su boca con mi lengua, sintiendo su calor y su pasión.Mis dedos se mueven con ritmo, percibiendo el fuego que arde en su interior, y ansío sentirlo cuando la elevo y la envuelvo en mi abrazo. La sensación es intensa, y mi cabeza se reclina hacia atrás, sintiendo que esto es lo que necesitaba: sentirla.La posición es perfecta para que ambos disfrutemos, y la atraigo hacia mí, pegando su espalda contra mi pecho. Ella mueve sus caderas con suavidad, enloqueciéndome. No la suelto, ayudándola a mantener el ritmo, y bajo la mirada hacia su
Estoy sentado en mi oficina, con la cabeza apoyada en mis manos. Me siento súper agotado, no he dormido bien en días y el estrés de los negocios de la mafia me está consumiendo.No he ido a la casa en días, he estado demasiado ocupado tratando de atender los negocios y asegurarme de que todo siga funcionando sin problemas. El nuevo cargamento de mercancías está a punto de llegar y quiero asegurarme de que todo esté listo para su entrega.Pero no solo eso, también estoy siguiendo la pista al Italiano, ese tipo es un problema constante y quiero asegurarme de que no cause más problemas. Me preocupa que pueda estar planeando algo, y quiero estar preparado.Mi secretaria entra en la oficina con una taza de café y me la deja en la mesa.—Señor, aquí tiene su café —me dice, sonriendo.—Gracias —respondo, tomando un sorbo del café caliente.Me siento un poco más despierto después de tomar el café, pero todavía me siento agotado. Me pregunto cuánto tiempo más podré mantener este ritmo antes de
MILA—Señoritas —comienza Maximiliano, mirándonos a ambas—, les presento al coronel Viktor Kuznetsov. Es un experto en defensa personal y manejo de armas, con una carrera militar distinguida y varios títulos en tácticas de combate.Alisa y yo nos miramos confundidas.—¿Por qué necesitamos aprender a defender nosotras mismas? —pregunta Alisa, frunciendo el ceño.Maximiliano se acerca a nosotras, su expresión seria.—Ustedes saben de lo que están metidas —dice—. No podemos permitir que estén desprotegidas. Es necesario que sepan defenderse.Me siento un poco tensa al escuchar las palabras de Maximiliano. La idea de aprender a defenderme con armas me pone nerviosa, pero sé que es necesario. He visto el mundo en el que vivo, y sé que no siempre estaré segura. La idea de ser vulnerable me aterra, pero también me motiva a aprender y a protegerme a mí misma.—Pero ¿qué tipo de situaciones de peligro podemos enfrentar? —pregunto, tratando de entender.El coronel Kuznetsov se adelanta, su voz
MAXIMILIANO—Follame—me lo pide estando de piernas abiertas.—Quiero sentir tus labios —me susurra con voz seductora.—No necesitas pedir permiso —le respondo con una sonrisa, y sin esperar más, se lanza sobre mí, besándome con una pasión que me deja sin aliento.Puedo sentir su deseo en cada movimiento de sus labios, en la forma en que aprieta mi mano y enreda sus dedos en mi cabello. Me gusta la forma en que lo hace, es como si cada beso fuera una promesa de algo más.—¿Por qué tus besos me hacen sentir así? —pregunta, separándose de mí y apoyando su cabeza en mi pecho.—¿Así cómo? —le pregunto, acariciando su cabello.—Como si nada más importara —responde, levantando la vista hacia mí.—Si nos hace felices, ¿por qué deberíamos preocuparnos por lo que piensen los demás? —le digo, sonriendo.—Pero... —comienza a decir, y luego se detiene.—¿Qué pasa? —le pregunto, mirándola con curiosidad.—Tengo miedo —dice finalmente, apartando la cabeza para mirarme.—¿De qué? —le pregunto, acaric
MILALa fiesta de cumpleaños de mis hijos es un éxito, con todos los invitados disfrutando de la celebración. Milton y Natalia, los abuelos de los niños, están sonriendo y charlando con Alisa, mi mejor amiga, y la nana, que se encarga de cuidar a los niños. Mientras tanto, Maximiliano, el tío de los niños, está jugando con ellos en el suelo, haciendo que se rían y se diviertan.La mesa está llena de deliciosos alimentos y bebidas, y la torta de cumpleaños es un gran éxito. Los niños están emocionados de recibir regalos de todos los invitados. Natalia le regala a Galina un muñeco de peluche rosa y blanco, y a Maksi un camión de juguete rojo y azul. Milton le regala a Kuzman un osito de peluche marrón, y a Galina un conjunto de ropa adorable.Alisa le regala a Maksi un libro de cuentos ilustrados, y a Kuzman un conjunto de juguetes musicales. La nana le regala a Galina un juguete de peluche con forma de gato, y a Maksi un conjunto de bloques de construcción. Maximiliano le regala a Kuzm
MILAMe desperté temprano, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era el gran día: el primer cumpleaños de mis hijos. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para empezar a preparar todo.Mientras preparaba el desayuno, no podía dejar de pensar en cómo habían cambiado nuestras vidas en el último año. De la llegada de nuestros pequeños a la adaptación a la vida en familia, todo había sido un aprendizaje constante.Justo cuando estaba terminando de preparar el desayuno, escuché los sonidos de mis hijos despertando. Me sonreí, sabiendo que hoy sería un día especial para ellos.—¡Buenos días, mis amorcitos! —les dije, mientras los levantaba de sus cunas.—Hoy es un día muy especial —les dije—. Es vuestro primer cumpleaños.La nana se encarga de vestir a la niña, que lleva un vestido rosa adorable con flores blancas. El vestido es ligero y fresco, perfecto para una fiesta de cumpleaños en casa.Alisa se encarga de vestir a los dos niños, que llevan pantalones cortos azule
MILAMe acomodo en el asiento, intentando calmarme, pero mi corazón late con ansiedad. No puedo creer que ella esté sentada frente a mí, después de todo lo que sucedió. Nunca pensé que vendría a buscarme, especialmente tan pronto.Mi mente está llena de preguntas y temores. ¿Qué quiere? ¿Por qué ha venido? Me siento nerviosa y ansiosa por saber qué está pasando. Mi cuerpo está tenso, mis manos están sudadas y mi boca está seca.La miro fijamente, intentando leer sus pensamientos, pero su rostro es una máscara de tranquilidad. No puedo entender por qué ha venido aquí, después de todo el tiempo que ha pasado. Me siento confundida y asustada, y no sé qué esperar de esta situación.—Lo siento mucho, Mila. Sé que lo que pasó entre nosotros fue muy doloroso para ti —dice Natalia, con una mirada de tristeza.—Sí, lo fue —respondo, asintiendo con la cabeza—. Pero también entiendo que estabas protegiendo a tu familia.—Sí, eso es cierto —dice Natalia—. Pero también me di cuenta de que fui muy
MILAMe quedo quieta en el baño, escuchando la conversación que se desarrolla en la habitación contigua. Alaska pregunta a Maximiliano:—¿Quién es esa señora? —pregunta Alaska.—No es nadie importante —responde Maximiliano—. La señora ya se iba.Irse, mi tía no haría eso sin obtener lo que vino a buscar.—No, yo no me puedo ir hasta que usted no me dé la información —dice la señora.—¿Qué tipo de información? —pregunta Alaska.—Eso no es de su incumbencia —responde Max—. Venga conmigo, señora.Puedo escuchar los pasos de Maximiliano que se alejan, y me doy cuenta de que Alaska se ha quedado en la habitación. Mi corazón late con fuerza, esperando a que Alaska descubra mi presencia en el baño.Me quedo en silencio en el baño, esperando a que Maximiliano regrese. Puedo escuchar la conversación que tiene con Alaska, hablando de temas de la mafia. La conversación dura prácticamente dos horas, y me siento cada vez más incómoda y ansiosa. Me pregunto qué habrá pasado con mi tía, y si Maximil