INEXPERADA NOTICIA

MAXIMILIANO

—¿Estás seguro de que fueron los italianos? —le pregunto, mi voz baja y controlada.

Y me levanto a servirme una copa de Vodka para bajar la rabia que tengo subida al cuello.

—Sí, Max—responde Aleksi. —Tenemos pruebas. No hay duda.

Respiro y siento un escalofrío recorrer mi espalda porque tenia mis dudas, pero no pensé que esos hijos de puta se atrevieran a tanto.

—No saben que acaban de cometer el peor error de sus vidas—paso el licor que me quema la garganta.

—¿Qué piensas hacer? —me pregunta Aleksi, su voz suave.

Me tomo un momento para responder. Mi mente está llena de pensamientos y emociones, cosas atroces, imágenes de sangre, gritos y dolor.

—Tengo que vengar la muerte de mi hermano—le digo finalmente. —Las cosas no se pueden quedar así.

Aleksi asiente con la cabeza, como si esperara mi respuesta.

—Entiendo—dice. —Pero debes tener cuidado, Max. Los italianos no son fáciles de manejar.

Me río, una risa amarga.

—No me importa—le digo. —Tengo que hacerlo. Por mi hermano, por mi familia.

Aleksi me mira fijamente, como si estuviera buscando algo en mis ojos.

—Estoy contigo, Max—dice finalmente. —Hasta el final.

—Gracias—es lo unico que digo.

—Entiendo tu decisión, Max—dice Aleksi—, pero no puedes tomar esta decisión sola. Tenemos que hablar con la familia y con el resto de la organización.

—¿Por qué?—le pregunto, aunque ya sé la respuesta.

—Porque si vas a entrar en guerra con los italianos, necesitas contar con el apoyo de todos—explica Aleksi—. No puedes hacer esto solo. La familia y la organización tienen que estar detrás de ti, o de lo contrario, será un desastre.

La estructura de nuestra organización es compleja y jerárquica, con un claro orden de mando. En la cima está el Boss, el jefe supremo de la mafia rusa, un hombre respetado y temido por todos. Debajo de él se encuentra el Underboss, su hijo y heredero, en ese caso era mi hermano, que se encarga de supervisar las operaciones diarias y tomar decisiones importantes.

A continuación, vienen los miembros de alto rango, como los capos y los consiglieres, que se encargan de dirigir los diferentes departamentos y grupos dentro de la organización. Estos hombres son responsables de la protección de los intereses de la mafia, la recolección de dinero y la resolución de conflictos.

Estos son importantes a la hora de tomar decisiones importantes como desatar una guerra por la cabeza del líder de la mafia Italiana.

—Tienes razón—admito—. No puedo hacer esto sin el apoyo de todos.

—Exacto—dice Aleksi—. Tenemos que convocar una reunión con la familia y con los líderes de la organización. Tenemos que explicarles la situación y obtener su apoyo.

Me levanto de la silla, decidido.

—Haz los arreglos necesarios—le digo a Aleksi—vamos a ir a la mansión de mis padres, hoy resolveremos esto con los miembros ya que se hará una reunión con la que se dará a conocer que tomare el cargo.

Aleksi asiente con la cabeza y saca su teléfono para empezar a hacer las llamadas.

—¿Qué vas a decirles? —me pregunta mientras marca el número.

Me tomo un momento para pensar antes de responder.

—Les diré la verdad—digo finalmente—. Les diré que los italianos mataron a mi hermano y que voy a hacer todo lo que esté en mi poder para vengar su muerte. Les diré que necesito su apoyo y su ayuda para hacer esto y si no quieren, pues de todas maneras lo hare, con o sin su consentimiento.

—Eres el idóneo para esto—me dice—tu y tu hermano tienen el mismo temple y se que el puesto del líder no te quedara grande, pero tienes que ver esto.

Me quedo sentado en el despacho con Aleksi, viendo los videos de seguridad que muestran el momento en que mi hermano fue asesinado. La escena es cruel y me duele ver a mi hermano inocente y desprotegido. Los videos muestran cómo los asesinos de la mafia italiana ingresan al hotel, sin ser detectados por la seguridad, y se dirigen directamente a la habitación de mi hermano. Es como si supieran exactamente dónde estaba y qué iban a encontrar.

Mientras veo los videos, me doy cuenta de que mi hermano estaba en una habitación del hotel, sin ninguna medida de seguridad adicional, lo que me parece extraño. Mi hermano era un hombre precavido y siempre se mantenía alerta a posibles amenazas, por lo que es difícil creer que se hubiera quedado solo y desprotegido en una habitación de hotel. Sin embargo, los videos muestran cómo los asesinos ingresan a la habitación sin encontrar resistencia alguna, lo que sugiere que mi hermano no se esperaba el ataque.

Lo que me llama la atención es que, minutos antes de que los asesinos ingresaran a la habitación, una de las mucamas sale de la habitación de mi hermano. Esto me parece extraño, ya que no hay ninguna explicación lógica para que una mucama estuviera en la habitación de mi hermano justo antes de que fuera asesinado. Me pregunto si esta mucama podría haber estado involucrada en el asesinato de alguna manera, o si simplemente fue una coincidencia.

Mientras sigo viendo los videos, me doy cuenta de que hay muchos detalles que no encajan. La falta de resistencia por parte de mi hermano, la presencia de la mucama en la habitación, como sabían que mi hermano estaba en ese hotel, la facilidad con que los asesinos ingresaron al hotel... todo sugiere que algo más complejo está sucediendo aquí.

Me siento cada vez más convencido de que mi hermano fue asesinado en un complot más grande, y que la mafia italiana solo fue una parte de ello. Mi determinación de encontrar a los responsables y hacerles pagar por lo que han hecho crece con cada paso, y estoy dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para descubrir la verdad.

No había querido investigar, de hecho no pude a tiempo porque estaba fuera del país, regresé para casarme con Alita y desde entonces quise investigar.

Me siento en el auto, junto a Aleksi, mientras nos dirigimos a la mansión de mi madre. La conversación es seria y reflexiva, ya que sabemos que lo que está por venir no será fácil.

Detrás de nosotros nuestros escoltas ya que la seguridad ahora es mucho más grande.

—Max, ¿vas a aceptar el puesto de jefe de la mafia? —me pregunta Aleksi, mirándome con curiosidad.

Me tomo un momento para responder, sabiendo que la decisión no es fácil.

—No tengo otra opción, Aleksi. Como veo las cosas, aunque no quiera, me va a tocar aceptar. La muerte de mi hermano ha cambiado todo.

Aleksi asiente con la cabeza, como si entendiera mi punto de vista.

—Tienes todo lo que se necesita para ser un gran jefe, Max. Frialdad, inteligencia, astucia, ingenio... eres mucho más inteligente que Markos, y eso es algo que no se puede negar.

Me río, aunque sin mucha alegría.

—Mi papá me enseñó absolutamente todo sobre el negocio, pero Marcos era el heredero, y yo estuve bien con eso. Me gustaba lo que desempeñaba y no quería involucrarme demasiado en la organización.

Aleksi me mira con seriedad.

—Pero ahora las cosas han cambiado, Max. La muerte de tu hermano ha dejado un vacío, y alguien tiene que llenarlo. Y ese alguien eres tú.

Me quedo en silencio, pensando en las palabras de Aleksi. Sé que tiene razón, pero no estoy seguro de si estoy listo para asumir ese papel. La mafia es un mundo cruel y peligroso, y no sé si estoy dispuesto a entrar en él de lleno.

—¿Crees que puedo hacerlo, Aleksi? —le pregunto, buscando su opinión.

Aleksi me mira con confianza.

—Sí, Max. Creo que puedes hacerlo. Eres un hombre capaz y inteligente, y tienes la sangre de tu familia en tus venas. Solo tienes que creer en ti mismo.

Me quedo pensando en sus palabras, sabiendo que la decisión que tome cambiará mi vida para siempre.

—¿Cómo va la relación con Alita? —me pregunta Aleksi, mientras conducimos hacia la mansión de mi madre.

Me río, aunque sin mucha alegría.

—Es un completo infierno, Aleksi. No sé cómo aguanto a esa mujer.

—¿Por qué? Es una mujer inteligente y hermosa, ¿no?

Me encojo de hombros.

—Sí, lo es. Pero no me gusta, no la quiero, no la deseo. No sé, simplemente no hay química entre nosotros y aunque podría follarla, no quiero que eso sea un motivo mas para que siga prendada de mí.

Porque si la follo como estoy acostumbrado, esa mujer seguirá más enamorada de mí.

Aleksi se ríe.

—Eso es raro, Max. Tú siempre has sido un hombre que se deja llevar por sus instintos, y Alita es una mujer que podría hacer que cualquier hombre se vuelva loco.

—Sí, lo sé. Pero no es solo eso. Es que no me gusta su personalidad, no me gusta la forma en que se comporta, no me gusta nada de ella y mas cuando uso esta guerra para conseguirme.

—Entiendo. Bueno, tal vez deberías hablar con ella, explicarle cómo te sientes.

Me río.

—No creo que sea tan fácil, Aleksi. Alita no es una mujer que se deje llevar por la razón. Es una mujer que se deja llevar por sus emociones, y si no le gusta lo que le digo, podría hacer que las cosas se pongan muy feas.

Aleksi asiente con la cabeza y no entiendo cuál es su interés por saber de Alita, siempre pregunta por ella.

—Entiendo. Bueno, en ese caso, tal vez deberías buscar una forma de salir de esta relación sin hacerle daño a nadie.

Me río, aunque sin mucha alegría.

—Eso es más fácil decirlo que hacerlo, Aleksi. Alita no es una mujer que se deje ir fácilmente y sabes lo obsesionada que esta conmigo y eso que no la he follado.

Rie conmigo divisando la mansión de mis padres que mantienen una seguridad extrema.

Al llegar a la mansión, la noche cae y la oscuridad se apodera del lugar. Mi padre y mi madre me reciben en la entrada, con expresiones serias y preocupadas sin embargo me dan un beso en la mejilla como siempre. Alita se acerca, con una sonrisa forzada en su rostro la cual ignoro pasando de largo. Los miembros importantes de la organización están presentes, y nos dirigimos a la sala para una pequeña reunión.

Aleksi se une a nosotros, y la plática comienza a fluir de manera natural. Sin embargo, yo no me siento cómodo en este lugar, ya que la mansión me trae muchos recuerdos de mi hermano. Hay un estante en la sala con fotos de los dos, y al verlas, me siento invadido por una oleada de emociones mientras bebo de mi copa.

—Hijo—es mi madre—deberías ser mas atento con tu esposa.

—Es imposible madre.

—Pero ella te ama—miramos la foto de Marko que era un hombre amado y respetado en la organización.

Quiero seguir hablando con mama, pero mi nana me llama con cautela, por eso me acerco a ella, ya que nunca le digo que no a mi vieja a quien beso en la frente pero se ve preocupada.

—¿Qué pasa, Sofía? —le pregunto, curioso por saber qué es lo que quiere.

—Lo siento, hijo—me dice, con una expresión seria en su rostro—te llame de esta manera apartándote de la reunión porque es algo importante.

—¿Qué es lo que sucede? —le pregunto, sintiendo una sensación de intriga.

—Hay una mujer en la cocina —me dice Sofía, con voz baja—. Dice que es la mujer de Markos, con la que tuvo tres hijos.

Eso si que no me lo esperaba.

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