Kian anhela encontrar el amor de su vida, aquella ficha importante que hace falta en su mundo para complementarlo y ser tan feliz como sus amigos lo están siendo con sus respectivos matrimonios, pero la búsqueda del amor ha salido desastrosa, por lo que empieza a creer que se quedará solo lo que le resta de vida, siendo el tío guapo, divertido y millonario. No obstante, una noche conocerá a una chica con cara de ángel y mirada perversa, que, sin saber, se convertirá en su mayor tentación, como una presencia nociva que hará que su mundo dé vueltas y sienta ansias de consumirla sin parar. Annika es peligro, adicción y sensualidad; una combinación mortal para él y sus deseos de ser feliz.
Leer másAnnika y Kian se encontraban abrazados, él apoyando su barbilla en el hombro de ella mientras sus brazos la sostenían con firmeza y ella recostada en su pecho sosteniendo en su mano una taza de chocolate caliente. Observaban en completo silencio la impresionante vista que les ofrecía el ventanal: el mar agitado, la espesa neblina y el cielo gris. En esa época del año, San Francisco, tenía un clima fresco y la temperatura descendía aún más por las noches, por eso se daban calor estando abrazados por más que la calefacción estuviera encendida. Aquella calma que les brindaba su lugar seguro era inigualable. No existía en el mundo otro lugar al que ellos pudieran escapar y ser tan felices como tener paz y tranquilidad. Además de que, en aquella casa a las orillas de la costa, su relación había iniciado. Allí habían cerrado un trato que los llevó a vivir intensamente un amor que se fue cosechando con suma rapidez y fuertemente. Un amor que aún hervía con intensidad y crecía abismalmente.
Con el paso del tiempo las adversidades se fueron quedando en el olvido, dándole paso a un presente que estaba siendo maravilloso y único y cimentando un futuro prometedor. Annika se había inscrito a la universidad, pero tenía que esperar hasta que el nuevo semestre comenzara para darle inicio a una etapa que se moría por vivir, mientras tanto, aprendía tanto como podía de su novio, ayudándole en lo que más pudiera, después de todo, la que era su secretaria ahora era la encargada de la nueva sede de Londres. Para Annika esa vida que estaba llevando era la que una vez soñó de niña. Era libre de hacer lo que quisiera, podía vestir y comer lo que le diera la gana, no tenía que rendir cuentas a nadie y tampoco debía tener buenos modales para ser una dama. Estaba a punto de estudiar algo que nunca imaginó, pero conforme pasaban los días más le gustaba la carrera que había elegido.Amaba libremente y sin reservas, abandonándose a todas sus fantasías y entregándole toda la voluntad a un ho
Al día siguiente le dieron de alta y todos regresaron a Estados Unidos a excepción de Francois, quien luego de cobrar sus servicios y desearles lo mejor, regresó a Londres con su esposa. Tan pronto como bajaron del avión, las esposas de los amigos de Kian se apresuraron a recibir con abrazos y besos a sus maridos, mientras que a Annika por poco la tumba al suelo una chica que había estado sumamente preocupada por ella. Alenka abrazó a su amiga por largo rato, diciéndole lo mucho que la había extrañado y repitiéndole que había tenido miedo de perderla para siempre.—Ya acabo, Anka —le susurró—. Somos libres de andar por la vida sin temer y sin huir. —Tú eres libre, en cambio, si mi padre...—Tu padre dudo mucho que sea una molestia. ¿Crees que, luego de todo lo que Lo reveló no van a ir por tu padre? Él estaba en esps negocios turbios e ilegales, así que, si no va preso, seguro que los mafiosos con los que trabajaban lo silencian.—Es mi padre y todo, pero mi tranquilidad y mi feli
La muerte de Piotr Kogler fue noticia nacional, sorprendiendo a muchos ciudadanos que lo seguían, no solo por haber sido hallado sin vida en medio de lo que pareció un ajuste de cuentas, sino también por todo lo que salió a la luz y el político siempre ocultó tras su poder y dinero. Todos sus negocios ilícitos fueron descritos en la nota periodística que se destinó al hombre que muchos consideraban ejemplar, bondadoso y bueno. Sus nexos con la mafia, los crimenes que cometió, el dinero que lavaba, los sobornos que había hecho para encubrir cada uno de sus delitos y los comprobantes de los fondos del gobierno que desviaba a diferentes cuentas. Era un corrupto de primera clase y todos aquellos que creían en él se dieron cuenta de qué calaña estaba hecho.Annika vio la noticia desde la habitación del hospital, sabiendo de antemano que todo lo que había salido a la luz había sido gracias a Lorenz, puesto que nadie más que él sabía de primera mano los negocios turbios de su padre. Pensó
—Cuídala con tu vida. —Hombre que sí, tanto como tú cuidarías de mi esposa —prometió Darius—. Ve y deshazte de ese viejo. Kian miró a su novia inconsciente y suspiró, debatiéndose por dentro. Aunque Francois le aseguró que estaría bien y que pronto la llevarían a un hospital, él no podía evitar preocuparse por ella. El golpe que había recibido había sido muy fuerte.—Ve, antes de que vengan más hombres de ese viejo y los siguientes muertos seamos nosotros —le dijo Jeray, sacándolo de su pensamiento—. Ella estará bien con nosotros. Ve con Francois y encárgate de que ese viejo no vuelva a arruinarles la vida. Nosotros la llevaremos a un hospital y la cuidaremos por ti. Kian suspiró y asintió, dejando un beso en la frente de su novia antes de acercarse con Francois al viejo. Vio a sus amigos subir al Rolls-Royce y marcharse enseguida rumbo al hospital para que atendieran a Annika y las leves heridas que Jeray había sufrido tras el choque. Piotr miró al hombre ante sí, a primera vista
En cuanto subieron a la camioneta, Francois pisó el acelerador, sabiendo que era cuestión de minutos para que Piotr se diera cuenta de que se habían llevado a su hija.Iban en una carrera a contra reloj, deseando llegar al aeropuerto y marcharse sin ningún contratiempo, pero todos sabían que no la tenían tan fácil como lo querían pensar. El silencio los acompañó por largos minutos en los que Annika no podía creer que Kian fuese por ella. Se estaba arriesgando demasiado, pero eso parecía importarle poco, después de todo, lo estaba haciendo porque la amaba lo suficiente como para perderla. Y aquel gesto hacia que su corazón latiera con mucha fuerza. «¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no sentirme la mujer más especial gracias a él? Él ha sido el único hombre que me ha amado con sinceridad y hace todo por mi felicidad, incluso si tiene que arriesgarse», pensó, apoyándose de su hombro y dejando que él la envolviera en un cálido abrazo. Kian la sujetó con temor a que se le escapara, la apretó contr
Kian tenía pensado hablar y hacer miles de reclamos y preguntas, pero Annika corrió hacia él y se refugió en sus brazos, dejándolo mudo y haciéndolo reaccionar.Tardó unos segundos en envolverla en sus brazos y abrazarla con fuerza, pero cuando lo hizo, el mundo se redujo para los dos. Todo se hizo polvo a su alrededor. En ese instante solo existían ellos en un mundo tan vasto. Annika sintió una enorme tranquilidad, una emoción diferente la recorría y hacia que su corazón latiese con demasiada fuerza. Él estaba ahí, había ido por ella. había desafiado a su padre sin importar las amenazas que este le había dado, pero eso poco le importaba en ese momento porque él estaba ahí, la buscó hasta encontrarla y ahora la aseguraba tanto en sus brazos que no quería que la soltara nunca.Se había hecho a la idea de no volverlo a ver, de no estar juntos nunca más en su vida, pero no se había dado cuenta de que gran parte de sí anhelaba que fuera a buscarla, que él luchara por ella y pasara por en
Annika estaba emocionada, no solo porque conocería al amor prohibido de Ibor, sino porque tendría la oportunidad de hablar con Kian, quizás de llegar a un acuerdo con él, aunque también se sentía nerviosa de escuchar su voz, en especial, porque decirle que acabar su relación era la única posibilidad que tenían. Aunque sabía que no podía ponerlo en riesgo, allí estaba su oportunidad, quizás la única que tendría, y no pensaba desaprovecharla. Haría lo que fuera por escuchar su voz una vez más, todas las veces que pudiera, y por más lejana que se encontrara de él, lo sentiría cerquita suyo. Le dolía mucho perderlo, pero era eso a no verlo nunca más en su vida. Aunque no sabía si sería mucho más doloroso hablar con él o dejar que el tiempo y la distancia hiciera que se olvidaran el uno del otro. Se distrajo viendo el paisaje; los frondosos árboles y el azul cielo que se extendía a lo largo y ancho del camino. El día estaba frío y, por más calefacción que hubiera en el auto, ella sentía
Luego de desahogarse con Ibor, Annika se sintió más ligera. Necesitaba sacar todo lo que la ahogaba y, aunque nunca esperó que pudiera llegar a tener tal confidencialidad con un desconocido y más con él, descubrió que tenían muchas cosas en común con Ibor y, que, al igual que ella, no podía hacer más que sufrir en silencio. Tal como lo había prometido hacía tres días, la había estado visitando por un par de horas, donde hablaban de todo un poco y su amistad se fortalecía. Los dos encontraron en el otro lo que necesitaban en ese momento donde se sentían entre la espada y la pared y pensaban que no podrían sobrellevar la situación. Annika ya se sentía mucho mejor, ya no tenía ninguna molestia más que un ligero cólico, pero ya podía realizar cualquier tipo de actividad que no la sobrecargara, por esa razón su madre se estaba haciendo cargo de todo lo concerniente con la boda, pero habían cosas que sí o sí ella debía estar presente. La notaba extraña, aunque seguía igual de fría e indo