Quitarse la ropa? Eso es algo que la llena de impotencia, porque recuerda a Cloe, su gemela. Y le indigna porque es ella la que siempre paga por culpa de Cloe, siempre. —no quiero se parte de su mundo— musito —si no haces lo que te ordeno, tu familia quedará en la ruina, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer contal de verte de rodillas suplicando —mi familia…— susurra y sus ojos se humedecen porque el único miembro de su familia que la quiere es su hermana menor, Lia. —dejaré a tu familia en bancarrota, no tendrán nada y morirán de hambre ¿eso es lo que quieres?— pregunta con arrogancia y ella llora en silencio. Sus lágrimas se deslizan por sus ruborizadas mejillas —si obedeces nada de eso pasara —señor… no le haga nada a mi familia, menos a mi pequeña hermana, ella… tan solo es un angelito inocente del frío corazón de los Watson, por favor…— Kiara solloza, pues su hermana es su razón de vivir en esta vida tan miserable que le ha tocado —haré lo que usted me diga… Archie se aparta de la chica y no por ver lo que ella hará, si no que le es extraño que aquella mujer pretenciosa que se burló de él esté llorando de esa manera por la familia. —señor…— su voz es temblorosa mientras se quita la ancha camisa —solo tenga compasión de mí— deja caer la camisa, para luego quitarse el pantalón
Leer másTodos los seres humanos cometemos errores, pero bueno aquellos que disponen el corazón con amor para cambiar y hacer lo correcto. Para Kiara y Archie fue un momento mágico en su boda, era algo sencillo, pero un ambiente lleno de amor y felicidad, sin falsedad. Para Watson, ver a su hermana vestida como una princesa y feliz por el amor que recibe de los Villarreal fue un momento especial. Aunque su amor con Archie sucedió de una forma cruel, ella aprendió a perdonar y darle otra oportunidad que él se ganó bajando la guardia y aceptando que se equivocó y no la quiere perder. Esa oportunidad sirvió para ambos, porque de cierta forma se necesitaban para sanar, para construirse como seres humanos. Luego de la boda y la luna de miel, tomaron la decisión de abrir su propia empresa para crecer juntos en el área de tecnología. Mientras que Lia tomaba clases y, con la ayuda de especialistas, iba mejorando. Kiara visitaba a su madre seguidamente y compartía con ella hasta que se volvía a
—Kiara…— La menciona su madre, mirándola con rareza. —Sí… soy tu hija, madre—. Quería acercarse más, pero el temor no la dejaba. —Pero estás grande, hija, y hermosa—. Sonríe ampliamente. —¿Crees, madre? Si hubiera sabido antes que estabas aquí, hubiera venido por ti—. —Mi lucero, Kiara, mi chica valiente—. Así le decía cuando estaba pequeña. —¿Y Cloe? ¿Dónde está mi otra hija?—, pregunta, y Kiara mira a Archie. Watson no la quiere lastimar. —Ella… está—. Hace silencio. —¿Modelando?—, pregunta. —Tu hermana siempre quiso ser modelo, tan hermosa niña—. Sonríe una vez más, y a Archie se le tornan los ojos llorosos. —Sí, madre—. Kiara quebranta en llanto. —Oh, mi lindo lucero, ven aquí—. Extiende sus manos, y Kiara se acerca rápidamente, tomando las manos de su madre y besándolas. —No llores, linda, tu padre te ama mucho y seguramente ya viene a verme. —Mamá, perdóname, no sabía nada de esto, no quiero separarme de ti—. La abraza. De repente, la mentalidad de la señora M
—¿Casarnos hoy?— Ella está perpleja. —Sí… Ya han pasado muchas cosas y yo quiero aprovechar este momento, por favor—, dice arrodillado ante ella. —Cásate conmigo, preciosa, sé mi esposa, sé la esposa de este terco hombre—. Saca el anillo y extiende su mano. —Mi hermana me comentó lo que te hizo Samantha y tuviste que darle el anillo; pues aquí lo tienes, hermosa. —Dios…— Para Kiara fue imposible no llorar. —¿Cómo lo obtuviste? —Soy un Villarreal—. Le guiña el ojo y ella lo fulmina con la mirada. —Está bien… Soy un presumido. ¿Ya no te quieres casar? —¿Y qué esperas para ponerme el anillo?— Ella extiende su mano y Archie, con sus manos temblorosas y una amplia sonrisa, se lo coloca. —Jamás pensé hacer esto, pero me hace feliz que seas la mujer con la que me voy a casar—. Se coloca de pie y la abraza. —Siento como si estuviera soñando, pero… no nos podemos casar, amor. —¿Qué dijiste? —Que no nos podemos casar. —No, eso no; lo otro. —¿Amor?— Pregunta ella, sonrojada,
CASA DE LA PLAYA. Archie está bebiendo whisky, sentado en la orilla del mar mientras lo observa. El sonido del mar es algo que le da tranquilidad, pero no puede dejar de pensar en Kiara Watson, la chiquilla rebelde que se robó su corazón. Recuerda mucho el día que, por una equivocación, llegó a su vida, y aunque no lo aceptaba, había algo en ella tan especial que lo atrajo desde el primer momento. Por eso quería hacer lo imposible para no dejarla ir, pero su egoísmo y arrogancia hicieron que la perdiera para siempre. —Jamás te voy a olvidar, mi pequeña rebelde, mi dulce tormento, mi fierecilla... jamás —bebe de la botella, haciendo arder su garganta, y luego se desploma sobre la arena—. ¡Qué m****a, joder! Por eso no quería enamorarme. Eso del amor duele —se le salen las lágrimas—. Jamás volveré a confiar en nadie. Susana, espero que estés quemándote en el infierno. Qué asco fue besarte. Si no fuera porque tu estúpida venganza, mi hijo estaría vivo —cierra los ojos—. Lo lamento, Cl
—¿Entonces seré su sumisa? —¿No quieres? —se empieza a quitar la camisa para traerla más cerca y sí que lo hizo; esa mujer babea por él. —Ssssi... —pasa saliva y siente su cuerpo calentarse. —¡De rodillas ahora mismo! —le ordena y ella se arrodilla ante él. Kiara no puede dormir, está haciendo mucho frío y siente su cuerpo helado. Tiene sueño, pero no se atreve a dormir, teme que algo le pase o no despertar nunca. Desde que Susana ha hecho tanta maldad, siente temor y siente que sus días están contados. —Tengo hambre... —intenta pasar saliva, pero ni puede debido a la sed que tiene—. Dios, que mi hermanita realmente esté bien. Quiero, deseo tanto comerme un platillo de la señora Mercedes. —Suelta un largo suspiro—. Es inútil, siempre tuve espíritu de valentía, pero creo que ya no puedo más. Ni lágrimas me salen. A veces ser tan buena trae consecuencias. —¿Kiara...? —Al escuchar esa voz, se coloca de pie de inmediato. —¡Señora! —Ella se coloca de pie. —Ay, linda, com
—Entonces, ya sabes que no soy tu madre. —¡Habla de una buena vez, Samantha! —ordena—. Porque ahora puedo comprender tu desprecio, puedo entender muchas cosas. —Ay, no empieces, Kiara, y vamos al grano. Dame dinero para irme y te lo diré todo. Ya que la última vez me jugaste sucio, así que dinero en mano. —¿Acaso no ves que estoy tras las rejas? —Ay, cierto —se ríe a carcajadas—. Por cierto… ¿Sabías que mi declaración es de suma importancia para hundirte más? Pero no lo haré después de todo, no soy una mala madre. Por cierto, qué lindo anillo tienes puesto. —No, el anillo no —se niega porque Archie se lo regaló. —¿No? Bueno, entonces me voy —se da la vuelta y Kiara siente impotencia. —Espera… —susurra y mira una vez más el anillo que el hombre que ella ama le regaló como promesa de amor—. Tú ganas, Samantha —se lo quita—. Te lo daré, pero primero dime la verdad. —Más te vale que lo hagas, Kiara, porque si no, diré muchas cosas en tu contra —la señala. —Solo di
—Yo no lo hice… —susurra—. ¿Me crees? —Lo mira mientras sus lágrimas se deslizan por sus mejillas. Archie no lo pudo soportar; sus ojos se tornaron llorosos. Está dolido; su hijo murió de una manera muy trágica junto a su madre, y ahora la mujer que quiere, que desea, está en una complicada situación y se quiere ir de su lado para siempre. —Todo va a estar bien —dice. —¡Dime si me crees!— suelta ella un grito desgarrador. —Te creo, Kiara Watson… —responde sin aliento y baja su mirada; se le salen las lágrimas. Un hombre fuerte, un Adonis, un dios griego, así lo pintan, y ahora está derrotado ante la mujer que seguramente, al salir de prisión, se irá lejos para que él no le haga más daño. —Lo lamento, lamento mucho lo de tu hijo. Susana está loca, Archie; ella hizo todo esto —le comenta—. Ella me llamó y le iba a hacer daño a Lia; por eso tuve que irme… Cloe me dijo que te dijera que ella no iba a abortar y que lo lamentaba. Eso hizo que Archie empuñara su mano y golpeara la p
Kiara Watson fue llevada a la estación de policía mientras hacían la respectiva investigación que definiría si era culpable o no. En su mente solo estaba Lia; no quería que le pasara nada. Afortunadamente, Nguyen se hizo cargo, pero ella aún no lo sabía y eso la tenía desesperada. —Tienes visita— le informó un oficial, y Kiara se colocó de pie acercándose a la rejilla. Al ver a Nguyen se alegró. —¡Kiara!— Él se acercó también, preocupado por ella y más al verla tras las rejas. —¡Te juro que no lo hice, Nguyen! Susana me tendió una trampa— empezó a llorar. —A ojos cerrados te creo, Kiara. Sé que no eres capaz de hacer algo tan cruel. —¿Y Lia? ¿Cómo está mi hermana? —Muy bien, no te preocupes, Kiara. Vargas es muy eficiente y se dio cuenta de que la muñeca de tu hermana tenía una cámara y micrófono. Por esa razón, Susana sabía todo. Ya la dañó; tranquila, tu hermana y la señora Mercedes están a salvo. —¡Maldita mujer! Te juro, Esteban, que la quiero estrangula
Kiara llega a la clínica y, al ver a Jason, intenta pasar desapercibida para que no sea un impedimento. Necesita saber eso que tanto Susana sabe. Se apresura a llegar a la habitación donde está Cloe, pero antes de llegar recibe nuevamente una llamada telefónica de Susana.—Ya estoy aquí— dice Watson entre dientes.—¡Lo sé!— responde con cierta burla. —Ahora presta atención.—Voy a entrar a la habitación— dice Kiara con firmeza.—No, escucha primero lo que te diga— Susana observa cómo Ryan se sube los pantalones. —KIARA WATSON— Al Ryan oír el nombre de Kiara, mira a Susana con desdén.—¿Qué carajos, Susana?— pregunta enfadado.—¡Vete al infierno, Ryan!— le dispara en las pelotas y luego en la cabeza.—¿Ryan? ¿Él está detrás de todo esto?— pregunta Watson acelerada.—Estaba, porque ya se fue a la otra vida— sonríe.—¡Estás loca, Susana! ¡Loca!—Quizás… pero soy una loca que se sale con la suya— Mira la sangre que derrama Ryan y hace un gesto de desagrado.—Todo el daño que estás haciend