Kiara pasó toda la noche despierta, el temor de que aquel hombre volviera y la tomara a la fuerza la tenía sumergida en pánico. Estaba en el rincón de la habitación, sentada con su espalda apoyada en la pared y aferrada a sus rodillas, suplicando a Dios que no la convirtiera en esclava de aquel hombre que la proclamó suya.
Al salir el radiante sol, la habitación quedó bien iluminada y ella pudo contemplar el lujo que la decoraba. De hecho, ni siquiera viviendo en la mansión de los Watson había pasado la noche en una habitación tan lujosa, pues su dormitorio estaba en el ático. De repente, abrieron la puerta de la habitación y ella se puso de pie de inmediato.
—¡Buenos días, señora Villarreal! —saludó la ama de llaves, Mercedes. Al ver lo aterrada que estaba la chica, se preocupó, pero su único deber era atenderla—. Me llamo Mercedes y soy la ama de llaves de esta mansión.
—¡Señora… por favor, ayúdeme! —se acercó asustada.
—Es hora de desayunar y de que te des un baño. El señor Villarreal quiere que estés siempre arreglada para él.
—¡Ese señor Villarreal es un abusivo! ¡Señora, me han traído a la fuerza! ¡Me han secuestrado! Por favor, ayúdame a salir de aquí. Le juro que jamás diré que usted me ayudó a escapar.
Mercedes soltó un largo suspiro.
—Señora Villarreal, estoy aquí para servirle. No puedo complacer su petición; está fuera de mi alcance.
—¡Pero ese anciano Villarreal me tiene en contra de mi voluntad!
—¿Anciano? —Para Mercedes fue extraño lo que dijo Kiara, pero no podía hablar más de la cuenta—. Señora, usted lo que necesita es alimentarse bien. Después de todo, no es tan malo ser la esposa de un hombre millonario y guapo.
—No… es más, ese señor podría ser tu esposo. Por favor, mi vida ha sido un caos. Ayúdame a salir.
Mercedes sonrió levemente y colocó la bandeja encima de la cama para luego abrazar a Kiara, tomándola por sorpresa.
—Eres una jovencita muy hermosa. No temas, con el tiempo aprenderás a sobrellevar a un hombre Villarreal. Tu gentileza y valentía lo harán. Ahora debes desayunar e irte a bañar; un diseñador vendrá a traerte las mejores prendas para que estés siempre reluciente para tu esposo —se apartó de Kiara.
—Lo siento mucho, señora Mercedes, pero me rehúso a hacer lo que me pides. ¡Exijo hablar con el señor Villarreal!
—¡Debes esperar hasta la noche!
—¿Qué? No… es mucho tiempo.
—Son órdenes. Ahora, por favor, haz lo que te pido. No querrás experimentar la ira de tu esposo.
Kiara tuvo que ceder, literalmente comer sin ganas y arreglarse de la misma manera. Al estar lista y con su misma vestimenta de hombre, Mercedes la miró con extrañeza porque no se puso el vestido que le trajo.
—El diseñador ha llegado. Por favor… elige prendas de mujer. Usted es muy hermosa y deslumbrará con ellas.
—Siempre he vestido así —respondió con seriedad, pues para ella nadie la entendía y estaba a la defensiva. Le preocupaba que debería estar en la universidad, estudiando para lograr sus sueños y no encerrada.
Mercedes prefirió callar, salió de la habitación y le hizo señas al diseñador para que ingresara. Mientras que Kiara estaba incómoda con tanta atención. Después de todo, ella era la chica Watson invisible, mientras su hermana Cloe era la reina que lo tenía todo a sus pies.
—¿Dónde está la exquisita señora Villarreal? —claramente por su tono de voz, es gay, y lo peor de todo es que su tipo de personalidad es de esas personas que todo lo que piensan, lo dicen, literalmente imprudente—. ¿Dónde está? —preguntó mirando a Mercedes y luego a Kiara. Alonso es un gran diseñador, últimamente ha diseñado para la nueva generación Villarreal y ahora está trabajando para Archie bajo confidencialidad.
—Señor Alonso, ella es la señora Villarreal —señala a Kiara, y Alonso abre sus ojos de sorpresa. Mira a Kiara y luego a Mercedes, la cual niega con la cabeza por su reacción.
—A ver... ¿Es una broma? —pregunta mirando nuevamente a Kiara.
—¡Lo que me faltaba! —Kiara toma asiento en la orilla de la cama.
—¡Oh, perdón! —Alonso percibe que la hizo sentir mal—. Señora Villarreal, lo lamento. Es que estoy acostumbrado a atender mujeres... —hace silencio para no lastimarla más.
—¿Hermosas? ¿Llenas de lujo? Te puedes dar cuenta de que no lo soy. Por favor, señora Mercedes, no quiero nada de esto. Quiero estar sola.
—Señora Villarreal —Mercedes se acerca con pesar.
—No necesito la lástima de nadie. Estoy acostumbrada a este tipo de trato —confiesa, y Alonso traga grueso.
—A ver, cosita, solo necesitas unos cambios. Llamaré a mi estilista —saca su móvil.
—¡No es necesario! —Kiara se coloca de pie.
—Necesitas un corte. Te han cortado mal el cabello, además de una mascarilla facial. Tienes ojeras, cosita. Solo déjate ayudar. Los gustos del señor Villarreal son de calidad, y si él te eligió, es porque tienes potencial. De hecho, eres hermosa. ¿Cierto, Mercedes? —Alonso ya está empezando a preocuparse. Si Archie se entera de que hizo sentir mal a su esposa con su imprudencia, destruirá su carrera.
—Señora Villarreal —Mercedes pasa saliva. Su jefe es malgeniado, y si Kiara no se deja hacer nada, eso lo va a enfurecer—. Sé que no es fácil para usted, pero colabore, por favor —le suplica—. No empeore las cosas. Puede que de este tormento venga algo bueno.
—Está bien, pero quiero hablar con el señor Villarreal.
—Como le digo, debe esperar hasta que anochezca.
—No, así sea por llamada. Si no hablo con él, no me dejaré hacer nada.
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Archie está en la empresa tecnológica donde ahora trabaja con su hermano, siendo el vicepresidente. El hombre es apasionado por la tecnología avanzada y el diseño, siendo pieza clave para su hermano, el CEO. Está concentrado revisando un pedido desde París, cuando le tocan la puerta.
—¡Adelante! —ordena sin dejar de leer.
—Señor Villarreal, perdone la interrupción.
—¡Al grano, Susana! —le habla con dureza.
—Sí... —pasa saliva—. La mujer tiene 29 años de edad y no es de su gusto, por eso la contrató, ya que él termina acostándose con la primera mujer que le coquetea, ¡claro, si cumple sus estrictos gustos! —Su ama de llaves le urge hablar con usted.
—¡Estoy ocupado! —Archie está muy molesto.
—Pero dice que es urgente —le recalca con voz temblorosa.
Archie tensa su mandíbula y luego extiende su mano derecha. Al no sentir el móvil sobre la palma de su mano, alza su mirada, la cual es de furor.
—¿Qué carajos estás esperando? —le reprende, y el corazón de Susana se acelera. Luego se acerca rápidamente. Archie agarra el teléfono y la mira aún más fulminante.
—Sí... me retiro, con su permiso, señor Villarreal —se marcha rápidamente.
—Mercedes, más te vale que sea urgente. Estoy muy ocupado con el trabajo.
—Señor Villarreal, lo es. Su esposa desea hablar con usted. Ella no quiere ceder a sus peticiones, por favor, atienda su llamado.
—No lo haré. Debe esperar hasta la noche.
—Señor... dice que si usted no atiende la llamada, no comerá el resto del día e intentará escapar.
—¡Eso es imposible! Ella no puede escapar con la máxima seguridad que tengo. Esa niña es un dolor de cabeza.
—Señor Villarreal —Kiara tomó el atrevimiento de quitarle el móvil a Mercedes. Archie no esperaba sentir cómo su piel se erizaba por ese tono de voz dulce y suave.
Ella puede escuchar la pesada respiración de su esposo y eso le hace recordar lo que sucedió el día anterior, por lo tanto, su rostro se ruboriza.—Y bien, ¿qué quieres decirme? —el hombre rompe el silencio, esperando nuevamente escuchar esa voz.—Es que yo…—Estoy muy ocupado, cuando estés clara de lo que quieres hablarme, lo haces.—Arrogante… —susurra por lo bajo por la forma en que él le habla.—¿Qué has dicho? —Archie arquea una ceja por el atrevimiento de su pequeña esposa.—Que… yo estoy estudiando en la universidad, no puedo perder mis clases.—¿Estudiar? —eso lo llena más de intriga, percibiendo que algo más está pasando.—Sí, le pido por favor que no me encierre en esta mansión, no puedo encerrarme.—Puedo hacer contigo lo que quiera, prácticamente tu padre te vendió.—¿Qué…? —eso ella no se lo esperaba.—Lo que has escuchado, por eso puedo hacer contigo lo que quiera. Y para que veas que no soy tan malo, si quieres seguir estudiando, debes portarte bien.—Pensé que… mi fami
El señor Maxwell siente un escalofrío recorrer su cuerpo. No pensó que Archie supiera la verdad tan pronto y ahora su empresa está en peligro. —¡Responde!— Villarreal está con un carácter de los mil demonios. —Yo… lo puedo explicar—. Se afloja la corbata y luego siente gotas de sudor rodar por su frente, además de un calor en todo su cuerpo que lo hace sentir tenso y acorralado. —¡Hazlo ya!— le ordena con desdén, y Ryan sonríe para sus adentros, ya que su parte favorita es cuando su mejor amigo actúa con un supremo poder que opaca a cualquiera. —Señor Villarreal, la verdad es…— El señor Watson piensa rápidamente qué decir. —Mi hija… sí, tengo dos. La que tienes se llama Kiara y ella es una hija despreciable. Le quitó el lugar a mi hija Cloe. —¿Cuándo pensabas decirlo?— Se acerca a él con firmeza, con ganas de darle un puñetazo. —¡Lo iba a hacer, se lo juro!— se apresura a decir. —Solo que todo se complicó y Kiara, que siempre ha envidiado la vida de mi hija Cloe, tomó su lugar… i
El toque de la puerta le paraliza el corazón por segundos, congelando su cuerpo y haciéndola erizar su piel porque sabe que es él y tampoco se atreve a desobedecer y hacerlo enojar, más de lo que seguramente estará al verla vestida de esta manera y no como una mujer digna del señor Villarreal. Ella retoma aire para controlar su respiración y se coloca la venda sin hacer trampa.Archie está impaciente, incluso pasado de tragos, no entiende por qué simplemente al saber la verdad no puede dejarla ir, es como esa necesidad absurda de tenerla sometida para él solamente. Y cuando iba a volver a tocar, ella abre la puerta y de inmediato la chica percibe el olor del exquisito perfume de su esposo. Inconscientemente retrocede un paso.—Bienvenido —hace una mini reverencia que lo hace fruncir el ceño, pero al verla vestida nuevamente como si fuera un hombre. —¿Por qué no tienes la vestimenta adecuada? —pregunta acercándose a ella y verla con esa venda color roja cubrir sus ojos literalmente sa
Ella se lo quita y Archie apaga la luz.—¿Por qué no te dejas ver?— Kiara quiere ver exactamente cómo es él.—¡Estás castigada!— Archie se volvió más arrogante ya que es su juego, no el de ella.—¡Está bien, castígame!— lo desafía.—¿Cómo carajos me estás hablando?— se acerca a ella tomándola por sorpresa, la agarra del rostro teniéndola a escasos centímetros.—Si tuviera tres deseos en estos momentos no dudaría en pedirlos.—¿Ah, sí? Entonces comparte conmigo esos tres deseos, querida esposa. Ya que eres tan rebelde, así no lograrás nada conmigo.—Mi primer deseo es terminar mi carrera en la universidad. Mi segundo deseo, irme lejos de ti. Y mi tercer deseo, irme a otro país junto a mi hermana Lia, dejando atrás todo lo que hace daño, todo lo que lastima mi corazón— se le salen las lágrimas y Archie la suelta.No fue capaz de permanecer más en esa habitación, tuvo que salir e ir directamente a su despacho, mientras que ella quedó allí, consternada por todo lo que le dijo. Pero al rec
Kiara está en la habitación de su madre, bailando al compás de la música con el palo de la escoba. Cada vez que hay fiesta en la mansión Watson, se emociona mucho, aunque la hagan a un lado y no pueda asistir como la Watson que es, sino como una empleada más para su propia familia. A pesar de que no tiene los mismos privilegios de su hermana Cloe, su espíritu de valentía no se apaga. Ella es estudiosa y una chica amable, aunque con carácter fuerte cuando es necesario para defenderse de sus amigos de la universidad. Kiara viste como niño porque ni vestimenta le compran, así que debe ponerse lo que deja su mejor amigo.De repente, unos aplausos exagerados la sacan de sus pensamientos, donde ella imaginaba que era una princesa con un espectacular y reluciente vestido. Al abrir sus ojos café con destellos dorados, se percata de que es su hermana.—Cloe… —sus mejillas se ruborizan.—¿En qué tanto piensas, hermanita? —la mira con seriedad, dejando de aplaudir, y se acerca para apagar el equ
—¡Ups…! —Cloe deja caer el cabello al suelo y luego, muy satisfecha, se aparta de su hermana.—¿Cómo… cómo pudiste? —pregunta con los ojos llorosos, mirando al suelo donde está su larga melena esparcida.—Sabes, me he equivocado, con el cabello corto te ves horrorosa —sonríe a carcajadas—. Sigo siendo hermosa…—¿Qué está pasando aquí? —la señora Watson ingresa a la habitación de Kiara, la cual le parece desagradable.—Madre… —Cloe la mira esbozando una sonrisa de complicidad.—¡¡Kiara, te has cortado el cabello!! —la reprende—. ¡Es notable que envidias a tu hermana!—No, madre… yo no me lo corté, ella…—¡Silencio! ¡Cada vez me decepcionas más! —la mira con desdén—. ¡Cloe, ve a organizarte, tienes un compromiso por cumplir! Y tú, Kiara —la señala—, espero que por primera vez en tu vida seas una Watson —se retira sin permitirle a Kiara darle una explicación, contar la verdad de los hechos.—Aprovecha la oportunidad, hermanita —lo dijo burlona y se dirige a la habitación.—¡Cloe! —la men
Archie Villarreal, joven apuesto de cabello rubio oscuro, ojos cafés oscuros, cuerpo tonificado, está en el rincón de la habitación, sentado de manera varonil en el sillón que queda cerca de la ventana. La oscura habitación es iluminada por la luz de la luna que se filtra suavemente a través de las finas cortinas blancas. El hombre está fumando un cigarrillo para apaciguar su furia hacia la familia Watson, hacia la chica que será su prisionera. Ansioso por hacerle pagar su burla, tiene su mirada clavada hacia la puerta, su mirada es como un fuego ardiente que aumenta al verla abrirse y ver la figura de su escolta Jason, que entre sus brazos trae a Kiara inconsciente.—Señor —su respiración es agitada y el humo del cigarrillo se impregna en sus fosas nasales, sabiendo que su jefe está estresado—. He cumplido.—Adelante —ordena, y Jason dirige sus pasos hacia la cama, donde cuidadosamente acuesta a la chica y luego, al retomar su posición, Archie le dice:—¡Largo! —Jason, al escuchar la
¿Quitarse la ropa? Eso es algo que la llena de impotencia, porque recuerda a Cloe, su gemela. Y le indigna porque es ella la que siempre paga por culpa de Cloe, siempre. —no quiero se parte de su mundo— musito—si no haces lo que te ordeno, tu familia quedará en la ruina, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer contal de verte de rodillas suplicando —mi familia…— susurra y sus ojos se humedecen porque el único miembro de su familia que la quiere es su hermana menor, Lia.—dejaré a tu familia en bancarrota, no tendrán nada y morirán de hambre ¿eso es lo que quieres?— pregunta con arrogancia y ella llora en silencio. Sus lágrimas se deslizan por sus ruborizadas mejillas —si obedeces nada de eso pasara —señor… no le haga nada a mi familia, menos a mi pequeña hermana, ella… tan solo es un angelito inocente del frío corazón de los Watson, por favor…— Kiara solloza, pues su hermana es su razón de vivir en esta vida tan miserable que le ha tocado —haré lo que usted me diga…Archie se