Isabella Rossi, ha estado enamorada desde hace dos años del frío y cruel CEO Sergey Ivanov, un hombre poderoso que piensa que enamorarse hace débiles a los hombres, el atractivo ruso de gélidos ojos azules vive obsesionado con el trabajo, lo tiene todo en la vida, dinero, poder y a una hermosa amante que calienta su cama, pero... ¿Qué pasará cuando rompa el corazón de Isabella y se marche de su lado con sus trillizos? El arrogante CEO tarde se dará cuenta que ni el dinero, ni el poder serán suficientes para darle la felicidad que tenía a su lado, ahora el poderoso hombre quiere que su cariño regrese y ser un padre para sus trillizos, pero para eso tiene que demostrar que es otro, ¿Podrá hacerle ver su amor a la mujer que lastimó de forma tan despiadada o la perderá para siempre su única oportunidad para amar y ser feliz?
Leer másAl amanecer Isabella llegaba al romántico país francés, pronto se puso de camino al hotel donde sería la concentración de los participantes, ella trató de llamar en el camino a Apolo pero la operadora la enviaba al buzón. La madre no se quiso poner paranoica, llamaría más tarde para hablar con sus hijos, en la puerta del lujoso hotel cinco diamantes ya la esperaba el chef Montgomery. — ¡Hola bella, por fin estás aquí, dejame ayudarte con la maleta! ¿Cómo estuvo tu vuelo? — Los chefs se saludaron con un beso en la mejilla. — ¡El vuelo estuvo bien, no puedo esperar a que todo comience, está es una oportunidad única! — La bella Isabella sonreía bastante contenta, ella era una joven mujer muy hermosa, y eso no pasaba desapercibido por el chef Francés. — Si que lo es, ¿Qué te parece si dejas tu maleta en tu habitación y te doy un recorrido por el lugar en donde será todo el evento? Te aseguro que te va a sorprender ver todo lo que tendremos a disposición para cocinar. — Oliver no
La noche llegó y la bella Isabella se despidió de sus hijos para salir al aeropuerto, ella no quiso que Sergey la llevara. Le costaba mucho dejar a los trillizos ya que no se había separado de ellos desde que nacieron pero iba en busca de cumplir uno de sus sueños y eso la confortaba un poco. — Sean buenos con el tío Apolo, yo volveré apenas termine la competencia, mamá los ama mucho. — La madre dió un beso en la frente a cada niño y salió apurada para que no vieran sus ojos a punto de llorar. Alexandro, Aleksey y Alexander, voltearon a ver a su padre, ahora estaban con su tío y con él, Sergey debía hacer algo para distraer a los niños y que no sintieran demasiado la ausencia de su madre, tres pares de ojos lo miraban fijamente. El CEO pensó que ya era tiempo de echar a andar su plan. — ¿Les gustaría conocer Rusia? ¿Qué tal si vamos a conocer a la abuela? — ¡Wow! ¿Tenemos otra abuela? ¿Cómo se llama, papá? — Aleksey se emocionó, su abuela Alba era muy consentidora con ellos
Los niños bajaron limpios para comer, vieron que su padre ya se encontraba sentado en el comedor, cosa que les puso contentos, Sergey les daba seguridad y sentido de identidad. — Muero de hambre. — Aleksey se ponía la servilleta en las piernas como le había enseñado su madre, Alexander y Alexandro hacían lo mismo. — Les preparé pasta a la boloñesa, espero que les guste niños — El asistente ayudo a la mucama a servir. Al terminar la preparación en la que estaba tan concentrada, Isabella apareció con un plato de espagueti para ella y en la otra mano tenía una pechuga de pollo rellena con queso y jamón, de guarnición vegetales al vapor y ensalada de lechuga y tomates. — Esto es para ti Sergey. — Era verdad que la bella chef no quería al CEO ivanov cerca de ella, pero había defendido a sus hijos con fiereza, solo por eso no lo iba a dejar pasar hambre. — Gracias. — Cuando la bella chef cocinaba el CEO la observaba sonreír a la distancia, ella era tan adorable a sus ojos, a Ser
La madre llegó apurada hasta el hospital, ella preguntaba por él consultorio en dónde atendían a los trillizos, una enfermera la guió hasta ahí. — !Alexander, Alexandro, Aleksey! ¿Están bien? Mamá ya está aquí, ¿Díganme que fué lo que pasó? ¿Por qué pelearon? — Mamá, me abrí la frente, mira, me pusieron puntos pero fuí valiente, ¿Cierto papá? — Así es campeón, eres el niño más valiente que he conocido. — ¿Y yo papá? ¿Y Alexander? ¿No te parecemos valientes? — Por supuesto que si, mis trillizos son los mejores. — El padre despeinó un poco los cabellos de Aleksey. — Pero que carajos, Alexander está golpeado y Alexandro herido, además tú tienes golpes en la cara, ¿Qué significa esto? ¿Es esto lo que les piensas enseñar a nuestros hijos? !Este no es un buen ejemplo, nunca antes había pasado algo así! — ¿Me estás culpando acaso? — ¡Por supuesto que te culpo, les estás enseñando a ser violentos, Sergey, ellos deben aprender a solucionar las cosas con el diálogo, no con
El CEO ivanov, conducía con bastante prisa, esta era la primera emergencia escolar a la que acudía, el que le dijeran que uno de sus hijos estaba herido lo saco de control, cosas que jamás sucedía en un hombre que mantenía controlados cada uno de sus pasos. — Jefe, si maneja así no vamos a llegar a la escuela vivos — El asistente iba agarrado de la puerta del coche, pero el hombre no lo escuchaba. La miss tuvo que llamar también a los padres del niño Jhonson, el provenía de una familia rica al que le inculcaban que el apellido y el dinero lo eran todo, y claro que no tener padre era sinónimo de bajo estatus. Cuando Sergey llegó, Mike Jhonson ya estaba ahí revisando a su hijo, este tenía varios golpes, el uniforme revolcado y los cabellos despeinados, el hombre buscó con la mirada a sus hijos, los encontró sentados en un sofá, Alexandro lloraba, le dolis la herida, la enfermera del Colegio apenas venía con él botiquín de primeros auxilios, eso era inaceptable. — ¡Miss, tiene
— ¡No te puedo creer que dormiste en casa de Isabella, eres un adelantado, Sergey! — Apolo apenas podía creer lo que su amigo le contaba. — Prácticamente me metí a la fuerza, Isabella no me quiere cerca, me lo dijo todas las veces que pudo, ella está... tan diferente. — Pues si, ya no cae rendida a tus pies como estabas acostumbrado. A Sergey no le gustó el comentario, sobre todo por qué era verdad, Isabella ya no caía en sus encantos como antes, y él la deseaba igual o mucho más que antes. — Si no es por qué Alexandro enfermó no me habría dejado entrar a su mansión, el trillizo me llamaba entre su fiebre y su dolor y a Isabella no le quedó más remedio que dejarme quedar por el bien del niño. — Alexandro es el más pequeño de los trillizos Aleksey es el de en medio y el huraño Alexander es el mayor, el pequeño Alexander es el bebé de la familia. El hombre escuchaba atento, las personalidades de los trillizos eran muy diferentes a pesar de ser casi idénticos. — Él es qui
Los tres bodoques subieron las escaleras para ir a prepararse para asistir al colegio, solo el pequeño Alexandro volteaba de vez en cuando Isabella se limpiaba los labios con una servilleta mientras recuperaba el aliento. — ¿Estás bien? — preguntó el hombre. — ¡Por supuesto que no estoy bien, te subes a mi coche sin mi permiso, te quedas en mi casa sin mi permiso, y estás hechizando a los niños con tus encantos! ¿Cómo se te ocurre que voy a estar bien con eso? !Puedes llevarlos a la escuela, pero después te vas a alejar de ellos, no los vas a recoger del colegio y no vendrás a comer aquí! — Si hago eso les voy a romper el corazón, sobre todo a Alexandro, no puedo no cumplir con algo que les prometí. — Yo le encargaré de consolarlos y estarán bien, lo han estado todo este tiempo, no te quiero cerca de ellos, entiéndelo de una vez Sergey se acercó peligrosamente a la mujer que todavía vestía en pijama y que tenía el cabello atado en un moño desprolijo pero que aún así s
Durante la madrugada Alexandro y Aleksey bajaron con sus cobijas a dormir a un lado de su padre, era muy tierno ver cómo ambos tenían un piecito suyo subido en el trabajado abdomen de Sergey. El pequeño Alexander también despertó y aunque estaba más renuente que sus hermanos a acercarse al CEO ruso, quiso también poder tener un lugar, chasqueó la lengua un poco molesto, ¿Ahora dónde se acostaría él? El trillizo se bajó de su cama y se metió entre las piernas de su padre, los hermanos tenían al hombre inmovilizado. — Hmmm... — Sergey se quejó un poco más cuando abrió los ojos se dió cuenta de que estaba atrapado por sus hijos, eso le llenó de dicha el corazón y siguió durmiendo. Por la mañana una figura femenina observaba la escena más inesperada de su vida, esos pequeños traidores después de que ella los cargó en su vientre, los dió a luz y los cuidó, ahora estaban de lo más abrazados de su padre. — Pequeños traidores... — Murmuró la molesta madre — Isabella bajó a la cocina a
Isabella no tuvo otra opción que manejar hacia la villa donde vivía con sus hijos, sus padres hacia tiempos que habían regresado a Rusia, las empresas allá requerían del CEO Isaias Rossi, pero se visitaban a menudo mutuamente. En esos momentos a la reconocida chef solo le importaba su pequeño enfermo, aunque el aura de Sergey parecía sofocarla, el hombre que iba a su lado era tan imponente y ahora que los encontró no lo podía alejar de los niños por más que le pedía que se marchara, ella no podía dejar de preguntarse si estaba haciendo lo correcto al no quererlo cerca de los trillizos sobre todo al verlos abrazados a él. — Llegamos. — Un portón negro grande de madera se abrió con el control que la chef llevaba en el juego de llaves, pasaron por un pequeño jardín con pasto hasta llegar a una fuente de cabellos y unicornios, la mujer bajó apresurada al igual que el padre. El hogar era muy acogedor, la decoración elegante, fue lo que Sergey pudo apreciar mientras caminaba detrás