Marcus se marchó pensando que de este modo Mía mejoría. Nada más lejos de la realidad, después de volver a encontrarse sola se derrumbó. Tardó cerca de un año en volver a encaminar su vida. Se trasladó a un pequeño pueblo costero para empezar a trabajar de lo que más le apasionabaapasionaba, pero allí se encontró con la última persona del mundo que pensó que volvería a ver; su marido.
Leer másEpílogoMi vida al lado de Marcus es perfecta tal y como es. Hemos tenido muchos problemas, problemas que cualquier pareja no habría podido superar, pero no nosotros, que por algún extraño motivo estamos destinados a estar juntos, separados somos personas rotas, pérdidas.- ¿A qué hora terminas de trabajar? - Pregunta Marcus poniéndose la chaqueta.Saco la libreta del bolso y miro el horario.- A las diez. Paso a buscarte ¿no?Mi marido se acerca por detrás, y antes de que pueda reaccionar, le da un bocado a mi tostada. Le encanta hacerme rabiar. Se aleja con una sonrisa pintada en la cara.Media hora después salgo yo también. Tenemos horarios distintos, pero buscamos cada segundo libre para encontrarnos.El día pasa tranquilo. Al ser un pueblo tan pequeño n
MarcusRicky espera en el sótano. Nadie puede tocarlo antes de que yo llegue. Es mío, y el resto de hombres lo saben.Me detengo delante de la puerta, respiro profundo. Después de las últimas horas que he pasado, todo el miedo que he sentido, aunque sí lo llamara terror tampoco estaría exagerando. Dejar a Mía sola con este desgraciado es la cosa más terrorífica por la que he tenido que pasar. Sentirme impotente, no poder hacer nada, pero todo eso se ha terminado y Ricky va a pagar por cada golpe que le ha dado a mi mujer.Abro la puerta y entro. Está de pie justo en medio, encadenado, como hizo conmigo y con Paul. Tiene la barbilla ligeramente levantada y la mirada desafiante.- Me alegra volver a verte - Digo acercándome.- Preferiría estar con tu mujer, es mucho más entretenido.Quiere cabrearme, es su juego, el problema es que lo consigue. Yo soy la chispa qu
MarcusDejo a Mía y voy al encuentro de Ricky. No se como puede salir hoy mi reunión, pero me alegra que mi último recuerdo sea a mi mujer sonriendo, feliz. La sombra de nuestro reencuentro, esa mujer triste y delgaducha ya no está, vuelve a ser la Mía fuerte y feliz.Avanzo hasta la puerta de la fábrica en la que se esconden. Killian espera fuera junto con todos los hombres, tantos nuestros, como los enemigos de Ricky que conseguimos que nos ayudaran.- Vengo a ver a tu perro - Le digo al guarda que abre la puerta.Se aparta y me deja pasar. Miro hacia la derecha y la izquierda analizando el entorno. No hay mucho que decir, hace mucho que las paredes desaparecieron y ahora sólo hay un enorme espacio diáfano lleno de hombres armados.Bajamos cuatro plantas. Llegamos a un pasillo y caminamos en silencio a través de él hasta que llegamos a una puerta. Hoy por fin se va a te
MíaEspero en el mismo sitio a que Ricky haga algo, algún movimiento que delate sus intenciones, lo que sea, pero se queda donde está, mirándome.Garraspeo nerviosa. Ahora estoy sola con este loco, aunque tengo el consuelo de que Marcus está vivo y libre.Ahora todo es cuestión de tiempo. Necesito tiempo, todo el que pueda conseguir. Las chicas saben lo que tienen que hacer. En cuanto he entrado en el edificio ellas han llamado a sus maridos y a Killian para que vengan, mientras Marcus saldrá y se pondrá a salvo. Yo solo tengo que intentar inmovilizar a Ricky hasta que ellos lleguen hasta nosotros. Simple.- Así que... Señorita Carussi ¿Cuál es su verdadera intención?Acerca un paso hacia mi, y yo me alejo de él exactamente la misma distancia.- Salvar a mi marido, por supuesto.En lugar de venir directo hacia mi, me rodea. Comienza a camin
MíaMery y Bonny me esperan en el jardín. Hace muchísimo que no las veo, me arrepiento de haberlas dejado de lado, pero me he pasado tantos meses encerrada en mi misma, que no era capaz de pensar en nadie más.- ¿Tu que vas a hacer? - Le pregunto a Marcus antes de alejarme.Ha estado todo el día raro, nervioso, como si no quisiera contarme algo, y eso en Marcus es algo terrorífico, porque sus planes ocultos suelen ir acompañados de balas y malas decisiones.- Echarte de menos en casa.Me abraza y me aprieta contra su cuerpo, escucho como respira oliéndome el pelo. Después de unos segundos se separa y me beso despacio, disfrutando de este pequeño instante.- ¿No vas a ir a ningún sitio? - Vuelvo a insistir.- A ningún sitio. Diviértete, te lo mereces.Desde que conozco a Marcus, poco a poco he ido adquiriendo lo que yo llamo
MarcusUno de los placeres de mi vida es despertarme con la cabeza de mi mujer apoyada en mi pecho, su brazo rodeando mi cintura y su pierna sobre la mía.Suena un mensaje en mi teléfono. Estiro el brazo intentando no moverme. No quiero despertarla. Esta noche ha descansado poco. Toda ella es adictiva y no puedo dejar de adorar su cuerpo.Deslizo el dedo sobre la pantalla y lo desbloqueo. Un mensaje desde el mismo número que ayer.<<Si te interesa salvarlo, ya sabes donde encontrarme.>>Tiene un archivo adjunto. Es una imagen. Es Paul, el hermano de Mía, atado a una silla y con el rostro ensangrentado. Todos creíamos que estaba de viaje de negocios ¿Cómo han podido capturarlo? Y lo peor de todo ¿Por qué cojones no sabíamos nada?Este maldito hijo de puta nos tiene cogido por los huevos. Por mi dejaría que Paul se pudrier
MarcusTerminamos de instalarnos en el piso de Mía. Un edificio de diez plantas con un total de veinte pisos. La mitad están vacíos y de la otra mitad nos hemos encargado. No podemos dejar que nadie ocupe el mismo lugar y más después de comprobar el poder de Ricky.Tenemos hombres camuflados en coches, vigilancia en la entrada y dentro del portal. En cada nivel del edificio y por supuesto dentro de la casa. Esto debería ser lo más parecido a una fortaleza.Paso con mi mujer todo el tiempo que puedo, pero también tengo que ayudar para encontrar a ese desgraciado. Leonardo dejó a unos cuantos hombres con vida y ahora lo que intenta es sacarles información, de momento ha conseguido poco, en cuanto termine aquí voy a ir directo al castillo y me ocuparé yo mismo de esos hombres. Van a cantar con pajaritos.- ¿Te gusta? - Me pregunta emocionada.El piso está en la décima planta, la o
MarcusHemos conseguido que varios enemigos de Ricky accedan a trabajar con nosotros. Sus hombres vienen con Killian y conmigo y cuando comprueben que es seguro, vendrán ellos.Veo lógico que tomen esas medidas, si se hubieran fiado a la primera de cambio del primer tío que te dice que vengas con él, demostraría que es un mierda que no sabe dirigir nada.Antes de entrar en nuestro terreno me doy cuenta de que algo no anda bien. Hay demasiado silencio, todas las luces están apagadas y según me contó Dante, Mía ha comprado todos los adornos de Navidad y las luces de Verona, esperaba ver la iluminación desde el aeropuerto.- Para el coche Killian, algo va mal - Apaga las luces y sin hacer ruido frena poco a poco.Los coches que nos siguen nos imitan. Abro la puerta despacio y me bajo con cuidado. Camino hasta el primer coche que abre la puerta como si fuera una bomba a punto
MíaDesayuno en el jardín. Estoy de buen humor. La noche con Marcus ha sido simplemente perfecta. Nos queremos y estamos casados y eso nadie puede negarlo. Podemos rompernos en mil pedazos, podemos herirnos en lo más profundo, en la oscuridad más negra, pero siempre estaremos para el otro, siempre volveremos a encontrarnos y a limpiar nuestras heridas, porque así es este mundo.Aparece a mi lado, me deja un beso en la mejilla y se sienta conmigo. Tiene puestas las gafas de sol, unos vaqueros que le sientan como si lo hubieran hecho a medida y una camisa blanca.- En media hora tenemos que irnos - Explica cogiendo una tostada - Pero si prefieres que me quede, me quedaré.Sé que lo primero para él soy yo, no es el trabajo, ni los negocios, no siquiera la venganza, soy yo. Me lo ha demostrado una y otra vez.- No, no, tenéis que ir, es la única manera de terminar con todo este lío