Anna es una joven pianista; nació en el pueblo de Heidelberg a 90km de Frankfourt en Alemania. Desde los ocho años inició sus estudios de piano; sus padres soñaban verla convertida en concertista. Cuando cumplió sus quince años fue seleccionada para entrar en el Conservatorio de Hoch, y justo el día en que aprobaron su ingreso después de su presentación, sus padres de regreso al pueblo, tuvieron un trágico accidente en su auto y murieron. Aunque quiso cumplir el sueño de sus padres, tuvo que verse obligada a abandonar sus estudios para trabajar y así poder costear sus gastos. Consiguió empleo en una cafetería donde Arthur Venzon el CEO de la prestigiosa red farmacéutica Meyer, acostumbra a ir. Esa tarde cuando sale del café, es atracada por un maleante, Arthur la encuentra arrodillada y la ayuda a levantarse. Él la sube a su auto y la lleva hasta la pensión donde vive, agradecida por su favor, le ofrece sus servicios. Él accede a contratarla como maestra de piano de su hijo menor. Aunque al comienzo él hombre de cuarenta años se niega a enamorarse, tendrá que enfrentarse a sus sentimientos y a lo que siente por Anna. ¿Podrá lidiar con su pasado y la muerte de su esposa, a quien aún ama y por cuya muerte se siente culpable? ¿Se atreverá a ser feliz?
Leer más“Estábamos, estamos, estaremos juntos. A pedazos, a ratos, a párpados, a sueños”.Mario Benedetti(1 año después)—Es el cumpleaños de Emmanuel, debo terminar de arreglar a Emmanuel, antes de que llegue su padre a buscarlo. Sería una locura que el cumpleañero llegue tarde —le comenta Elvira a Lucía, la nueva cocinera que entró después de Carmen.—Ok. No se preocupe, yo me encargo del almuerzo. —responde la chica mientras llora cortando la cebolla.—Arthur mi amor, dime ¿Cuál de los dos vestidos me pongo? —le muestra el rojo largo y el rojo corto.—Por Dios mi amor, si son iguales —responde él, mientras se aferra en el baño.—Hombres —responde ella, sale de la habitación en busca de una segunda opinión. Se topa con Verónica, quien viene saliendo del cuarto de Felipe. —¿Cuál de los dos?—Este —Le señala el vestido corto, mientras saborea la barra de chocolate.—Bien. Justo el que quería ponerme. —Verónica se encoge de hombros sin entender porque si deseaba ponerse el corto, buscaba la o
"El que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo."Viktor Frankl—Papá, ya estoy listo. Apúrate. —insiste Felipe a su padre, quien sale de la habitación arreglándose la corbata.—¿Me veo bien? —le pregunta Arthur.—Te ves genial, pero vamos que no quiero llegar tarde.—Estás estupendo hijo. Todo un galán.—Gracias papá.Padre e hijo suben al auto para la ceremonia de gráficos de Felipe.Al entrar al auditorium, Verónica voltea a verlo, siempre estuvo enamorada de aquel chico, Felipe está mucho más alto y más maduro.—Hola —susurra en voz baja. Él se sienta junto a ella.—Hola, estás guapísima —le susurra al oido.—Y tú, muy elegante. —sonríe, emocionada.El evento inicia, Arthur ve el reloj, aún Fred no llega a pesar de que aseguró que estaría allí con ellos. Su celular suena con un mensaje. “No podré llegar a tiempo, Carmen está en labor de parto”.Arthir guarda su teléfono. Aunque quisiera acompañar a su hijo en aquel momento tan especial, no puede hacerle un d
"Nunca piense que su amor es imposible, nunca digas "Yo no creo en el amor", la vida siempre nos sorprende".William ShakespeareDesde aquella noche tan especial, Phillips quedó prendado de la belleza de Edelmira, de alguna manera sentía que la vida le estaba dando una segunda oportunidad. Sin embargo, había tenido que viajar dis días después a Inglaterra y no había vuelto a hablar con Edelmira, siendo un hombre tan ocupado, era difícil para él, mantener una relación normal.Tal como lo habían conversado aquella tarde, Edelmira se ocupa en pintar el cuadro de Maddeline, para de una u otra forma agradecerle a Philli0s, el gran gesto que tuvo con ella y sus hijas.Tocan el timbre de la mansión Hunter, la ama de llaves Felicia, abre la puerta.—Buenos días, el Sr. Hunter por favor. —pregunta el joven.—No se encuentra en estos momentos. ¿En qué puedo servirle?—Tengo una encomienda para él. ¿Puede recibirla y me firma acá, por favor? —le entrega el recibo y Felicia recibe el pedido.—Gra
"Una mujer fuerte es una mujer decidida a hacer algo que otros están determinados a que no haga"Marge PiercyCloe continúa asistiendo a sus clases de teatro, sus encuentros y desencuentros con Arquimedes son intensos. Esa tarde, mientras ensayan, ella se sienta en las butacas de atrás para presenciar el ensayo de sus compañeros, está en sus días de picos horm9nales, fonde solo desea estar sola y donde suele ser vulnerable a todo.—¿Puedo acompañarte? —le pide él, ella accede a pesar de no querer hablar con nadie. —Te ves hermosa, hoy.—Gracias, me siento de la patada.—Sé como hacerte sentir mejor —coloca su mano, sobre la rodilla descubierta de la chica, y sinuosamente desliza su mano por su entrepiernas.—Estamos, en público —responde ella, visiblemente agitada al sentir la proximidad de su mano.—Nadie puede vernos, estamos al final de la fila. Relájate, no haré nada que no desees.Cloe no dice nada, solo deja que sus dedos acaricien sus labios, mientras ella jadea con cada roce.
“El riesgo de una decisión equivocada es preferible al terror de la indecisión.”Maimónides—Extrañaba estar contigo. —murmura él, en su oido.—¿Me extrañabas? ¿Recuperaste la memoria? —le pregunta sorprendida.—Influiría, si te digo que sí. —pregunta él mientras, ella se viste.—No, pero me gustaría saberlo. Eso cambiaría muchas cosas.—¿Cómo cuáles? —pregunta él, de manera capciosa.—Pues, por ejemplo, si recuperaste la memoria, imagino querrás hablar de algunas cosas, algo incómodas pero que no se pueden borrar.—Anna, me gustaría comenzar de nuevo, creer que lo que acaba de suceder entre nosotros, es el inicio de nuestra verdad. Yo te amo y puedo sentir que tú también me amas—Quisiera poder tener la misma certeza que tienes tú, de pensar que entre nosotros todo ha vuelto a ser lo que fue en un comienzo.—¿Y por qué no? Estamos aquí, juntos. Sacábamos de hacer el amor, de entregarnos el uno al otro. ¿Qué podría impedir que lo intentemos?Aquella frase suena tan hueca para Anna, in
“No creo en el destino. Creo en las señales”Elisabet BenaventAnna sube las escaleras apresuradamente, Edelmira quien viene saliendo de su habitación se topa con ella en el pasillo.—Anna mi amor, ¿qué te sucede?—Nada mamá, nada —se le quiebra la voz y Edelmira la sostiene por los hombros.—Nadie llora por nada. ¿No confías en mí? ¿No deseas contarme? —Anna la abraza y llora sobre el hombro de su madre.Edelmira acaricia sus cabellos, con ternura. Por unos segundos, el silencio se mantiene, Anna levanta el rostro, la tristeza en su mirada, es inminente.—Vamos a tu cuarto, es mejor que Cloe no te vea así, se pondría muy nerviosa. —Anna asiente, entran en la habitación de ella.Ambas se sientan una al lado de la otra, Edelmira le ofrece su regazo, Anna se recuesta y reposa su cabeza. Comienza a contarle a su madre todo, desde el principio. Hasta ahora lo poco que conocía de la historia de su hija, era por lo poco que había visto e interpretado o por la versión que Elvira, le había he
“La vida es tan breve, que nunca debemos dejar de sonreirle”A.K.MAnna regresa a Frankfurt luego de la fantástica experiencia en Francia, era cierto aquello de que en París se respira arte, pasión, amor.Al llegar a su casa, Edelmira la espera con una gran sorpresa; logró reunir a algunas de las compañeras del conservatorio y preparó una exquisita cena.Cuando Anna abrió la puerta, el grito de todas la emocionó tanto que sin poder evitarlo, las lágrimas descendieron por su rostro.—¡Bienvenida! Mi amor —Edelmira se acercó y la abrazó, aquella sensación de calidez era mágica, Anna se sentía feliz, alegre, plena.Karem Bach, también había sido invitada a la reunión, la mujer de sesenta años, estaba por jubilarse, había sido la profesora de composición musical, por lo que Anna le debía en gran parte todo el conocimiento que poseía sobre ese tema. Gracias a ello, había logrado crear aquella melodía.—Este premio también es suyo profesora. —le entregó la estatuilla. Karem la tomó visiblem
“Los sueños no solo se sueñan, también se trabajan”.Anónimo—Hola —se acercó y estampó un beso en su boca.— ¿Cómo amaneciste?—Ahora mucho mejor, aunque no sé por qué estoy un tanto nostálgico —le dijo Arthur— Por un momento tuve un recuerdo de Julia, en la clinica, nuestra boda, eso me pone mal— Fedora se acerca, él recuesta su cabeza de su abdomen.—Es parte de nuestras emociones, a veces cuando menos esperamos nos invaden los recuerdos y nos cambian la sonrisa concava, por una convexa. —acaricia su espalda tratando de reconfortarlo un poco.—Quizás, sea eso. Solo que mis recuerdos son ambiguos, pero, a pesar de ello, hay algo que me perturba y no sé qué es. Creo que sigo sintiéndome culpable de la muerte de Julia. —Fedora se sienta a su lado.—No quería hablarte de esto, pero es importante que sepas la verdad. —Arthur la observa confundido— Ella no era lo que tú creíste que era. Julia te mintió.—¿A qué te refieres? No entiendo.—Ella estaba enferma, pero no a punto de morir. Conv
"Querido Cupido: La próxima vez, nos disparas a los dos, ¿vale? Gracias."Anónimo—Creo que debes irte, una copa se convirtió en tres.—No seas aburrida. Puedo pedir otra y duplicar la cantidad. —la mira seductoramente.—Debo descansar, y tú también, estoy agotada y mañana es la presentación.—¿De verás, deseas que me vaya? Puedo mostrarte cosas interesantes y divertidas que solemos hacer en Francia.—Imagino que sí, pero no tengo interés en experimentar, por ahora.Las palabras de Anna no son del agrado de Mike. Se levanta del sofá, coloca la botella vacía sobre la mesa y camina hacia la puerta. Anna confiada en que saldrá, camina hasta su cama, pero Mike se regresa nuevamente.—Estoy solo en mi habitación, necesito compañía y tú eres una chica hermosa, sensible y puedo percibir que eres apasionada. Sé que compusiste ese tema y se lo dedicaste a Megan Maxwell, quien la ha leido sabe que el placer es perverso.—Tu percepción es muy distante de la mía, para mí es una composición intens