"Deshazte de las culpas falsas. Solo eres responsable de tus decisiones, no de las ajenas”.Bernardo StamateasAnna había pasado un buen rato en compañía de Otto. A pesar de que en el momento que el auto se detuvo frente a la pensión, intentó besarla.—Creo que estás mal interpretando el hecho de haber aceptado tu invitación. Si quieres podemos ser amigos pero hasta allí.—Disculpa, no fue mi intención. Realmente espero que hayas disfrutado de este paseo.—Sí, disfruté mucho de tu compañía. Me pareces un chico genial pero no ando buscando una relación. Mis intereses son otros por ahora.—¡Qué descanses!—Gracias Otto, igual para ti. —bajó del auto y fue hasta su habitación.Anna se desvistió, entró al baño, mientras se duchaba pensaba en Arthur, aunque había intentado no pensar él durante su paseo con Otto, por alguna razón su mente asociaba cualquier detalle para que apareciera como por arte de magia.Salió envuelta en la toalla, se sentó en la cama, sacó su celular de la cartera, so
“Los nuevos comienzos a menudo se disfrazan de finales dolorosos.”Lao-TseA pesar de la difícil situación que Anna tuvo que vivir siendo acusada por la madre de Otto, Doña Cira intercedió por ella y la defendió de aquella injusta acusación.Después que se calmaron los ánimos, Anna regresa a su habitación. Alguien toca a su puerta, ella se levanta y abre:—Tenemos que hablar Anna.—Sí, pasé. Siéntese por favor —le ofrece la silla.—No es mucho lo que voy a tardar, así que no te preocupes, siéntate tú. —la mujer coloca sus manos en los bolsillos de su bata.— No me gusta que ataquen injustamente a alguien delante de mí, por eso te defendí de esa mujer, además hasta ahora has sido respetuosa y responsable tu pago y dentro de esta casa. Pero… no me gusta tener que escuchar en la calle, comentarios a mis espaldas. Por eso al cumplirse el mes de pago, tendrás que buscar a donde irte.—Pero, Doña Cira, yo —Anna no termina la frase cuando la mujer la interrumpe:—Es todo lo que venía a decirt
“La confidencia descubre quién era o no digno de ella.”André MauroisAnna escuchó la bocina del auto y reconoció que se trataba de Arthur. Se levantó de la cama, arregló su cabello, salió de la residencia y subió al auto.—¿Lista para la batalla? —preguntó él con absoluta seriedad. Ella sonrió y asintió con la cabeza.—¡Preparada y lista!—Espero todo resulte bien.—Haré todo lo posible para que así sea.Durante el trayecto a la mansión, conversaron sobre los honorarios de Anna. Ella le platicó un poco sobre las estrategias que utilizaría. A pesar de su corta edad, Anna era muy versátil y creativa.—Ya llegamos. —confirmó él, ella miró azorada aquel lugar.A diferencia de la primera vez, ella entró por la puerta delantera. Esta vez era por la parte de atrás. Aquella mansión era enorme. Bajaron del automóvil. Entraron por la cocina, allí estaba Elvira, acompañada por dos mujeres bastante jóvenes con aspecto pueblerino.—Elvira, Anna estará trabajando a partir de hoy todas las tardes c
"El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece."Jacinto BenaventeCuando Arthur llegó, Anna acababa de trabajar con Felipe en una de sus materias más complicadas, matemáticas. Al verlo, ella se sintió algo nerviosa, él había sido algo fuerte en su trato.—Buenas tardes, Anna. ¿Ya va saliendo?—Buenas tardes, si Sr.Venzon.—Déjame llevarte a tu casa, entonces. —sacó del bolsillo del pantalón las llaves de su auto, que recién acaba de guardar.—No es necesario, aún tengo tiempo de tomar el bus.—Te llevaré, no me cuesta nada hacerlo y así conversamos un poco.—Muy bien, como usted diga.Subieron al auto, antes de poner en marcha el auto, él se volteó hacia ella, la miró a los ojos y le dijo:—Quiero disculparme por mi actitud de hoy, creo que fui grosero contigo y no te merecías eso.—Entiendo que no debe ser fácil para usted tener que enfrentar la crianza de sus hijos, estando solo.—Hay cosas que se escapan de mis manos aunque desearía realmente ser para mis
"La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio."Victor HugoFelipe llegó a su clase de matemáticas con una mejor actitud y seguridad. Todo lo que Anna le había explicado de aritmética lo ayudaba a entender lo que él profesor Stein escribía en el pizarrón acrílico. Ya no eran acertijos mentales, ahora tenían un racionamiento lógico.Minutos después, vio entrar a Adeline, la chica por la cual suspira desde que ella llegó el año pasado al colegio. La hermosa rubia de cabello casi blanco, ojos verdes y cuerpo esbelto, pasa a su lado y se coloca en los últimos asientos. Aunque Felipe no puede verla directamente desde allí, cada vez que puede voltea hacia atrás para contemplarla.Felipe está ansioso de que aquel bloque de clase termine para poner en práctica los consejos de Anna y descubrir finalmente si Adeline siente lo mismo por él. El profesor le deja una asignación en el pizarrón para que lo resuelva para la clase siguiente. Tom
“Sabes que estás enamorado cuando no puedes conciliar el sueño porque la realidad finalmente es mejor que tus sueños”.Dr. SeussFrederick está en su habitación en espera del sermón que su padre le dará. Aunque bromeó con lo de su hermano y la profesora de piano, lo cierto es que para él, Anna era muy atractiva y lo más seguro era que Felipe sí se sentiría atraido por ella.Él mismo ya estaba interesado por conocer más sobre la joven chica, solo estaba esperando el momento preciso de verla sola y emplear sus técnicas de seducción. Frederick Venzon es el más experimentado de los tres hombres que viven en aquella casa. Su madre Emma, con quien pudo convivir durante siete años, siempre le brindó amor maternal. Cuando ella murió, él no quiso sentirse devastado y se ocupó en crecer y ser lo que su madre siempre decía debía tener todo hombre: seguridad en sí mismo, inteligente para los negocios y sexy para las chicas y aquel consejo de una madre joven e inexperta se convirtió en la verdad p
“El amor no es más que otra cosa confusa en la que todos estamos atrapados, de las telarañas no se puede salir.”AnónimoEsa mañana Felipe, no quería toparse con Verónica, por lo que todos entraran al salón de clases. Luego se acercó a ella y le entregó la libreta, dándole apenas un “Gracias”. Verónica sonrió y tomó su libreta de apuntes, mientras él fue hasta su asiento, ella la acercó a su rostro para percibir si habia rastros del perfume que usa su amor secreto.Adaline al percibir que ya no es el centro de atención de Felipe, procura acercarse a él para llamar su atención. Luego del desplante que ella le hizo aquella tarde en el salón de matemáticas, escuchó a sus compañeras hablar de la posición económica del chico, por lo cual, ella comenzó a sentir interés por él.—¡Hola! ¿Lograste conseguir los apuntes? —le pregunta con excesiva gentileza.—¡Sí, sí! Verónica me prestó su libreta.—Genial, cuando necesites cualquier cosa, solo pregúntame, estaré a tu orden. —Adaline ofreció su
“Si quieres conocer a una princesa, primero conviértete en un príncipe.”Dov Heller—¿Cómo te has sentido estos días? —preguntó él para iniciar una conversación entre ellos, que le permitiese caer en el punto exacto para él confesar sus sentimientos.—Bien, Felipe creo que ha avanzado mucho desde que hablamos días atrás. Es un buen chico. Debería darse la oportunidad de conocerlo más. —respondió ella provocando que Arthur se detuviera a reflexionar sobre lo que ella le estaba planteando.—¿Dudas que lo conozco? Es mi hijo. —dijo sembrando en ella, la duda.—No, no me refiero a eso. Muchas veces como hijos quisiéramos hablar con nuestros padres, abrirnos y decirle muchas cosas, pero terminamos no haciéndolo por miedo. Y no me refiero a Felipe, sino a mí misma. Mi madre siempre fue muy cerrada y yo hubiese querido hablarle de mis dudas, de mis miedos y nunca pude. —respondió segura de su planteamiento.—No creas que no te entiendo, creo que ya te conté de la difícil relación entre mi pa