Encomendados al cielo.

Los trillizos no podían creer lo que escuchaban, sus padres hablaban de otro bebé. Seguro que estaban tomándoles el pelo.

— muchacho, me has mojado todo el traje, ¿Qué significa esto? ¿Dónde están tus modales? — El padre secaba su traje con la servilleta.

— Papá, ¿Cómo nos das una noticia como esta a la hora de la comida? Mira a Aleksey, se está ahogando con un bocado de comida.

Isabella le palmeaba la espalda a su hijo.

— Esto es una broma, ¿Cierto? Apenas Serena llegó hace poco, no pueden traer a otro bebé tan pronto. — Aleksey, movía su mano en señal de asombro.

Alexander movió su brazo y su mano en señal de negación.

— No es posible que aceptemos a otro bebé en la villa. hasta hace poco Serena no nos dejaba dormir por las noches por qué se levantaba a cada rato llorando, los trillizos teníamos que asistir desvelados al colegio.

— No pueden hacer lo que quieran solo por qué son los padres. Devuelvan a ese bebé de inmediato. Busquen otro pasatiempo que no sea el de
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