La mujer que no supe valorar

La mujer que no supe valorarES

Romance
Nour  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Luego de un mes sin hablarse, Aitana Quiroga estaba en el hospital cuando se enteró de que su esposo organizaba una celebración para recibir a su primer amor. Al llegar a casa, Thiago Urrutia le extendió los papeles del divorcio. —Ella volvió. Quiero el divorcio —soltó él secamente. —Bien —contestó ella. Tras tres años de un matrimonio que solo mantenía las apariencias, Aitana por fin entendió que todo había terminado. Pero después del divorcio, Thiago no podía evitar toparse con noticias sobre ella por todos lados. "La empresaria Aitana Quiroga disfruta sus vacaciones con su nueva pareja." "Aitana Quiroga: el nuevo rostro que revoluciona el mundo de los negocios." "Aitana Quiroga..." "Aitana Quiroga..." El orgulloso y distante Thiago finalmente tuvo que tragarse su ego: —Ya deja esto, ¿podemos intentarlo de nuevo? Pero Aitana ni se molestó en responderle. Desde entonces, Thiago se plantó frente a su departamento día y noche. Hasta que una tarde, la puerta se abrió y un hombre lo miró con una sonrisa irónica: —Mire, señor Urrutia, Aitana está harta y no tiene ganas de ver su teatro de arrepentido.

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Capítulo 1
—Thiago regresó—llegó el mensaje de su mejor amiga mientras Aitana estaba conectada al suero.Hizo una pausa. Después de un mes sin hablarse, no habían cruzado ni una palabra. Ni siquiera sabía que había regresado.Otro mensaje apareció: —Y no vino solo, trajo a una chica.Enseguida le llegó la foto. Era su media hermana, Yaritza Quiroga, quien fue criada en el campo.—Van a hacer una fiesta de bienvenida para los dos. ¿No quieres ir a confrontarlos? —insistió su amiga.Conociendo el carácter de Aitana, si Thiago se atrevía a provocarla, ella respondería con el doble, incluso sería capaz de incendiar la mansión Quiroga.Aitana se miró el brazo, inflamado y rojo en el punto del intravenoso. Llevaba tres días hospitalizada con fiebres altas. Desanimada respondió—:—No iré.Cerca de las diez de la noche, regresó a su casa en taxi. Intranquila se durmió, y despertó cuando llegó Thiago.—¿Te desperté? —preguntó él.Thiago, en traje formal, pero arremangada la camisa, la miraba flemático,
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Capítulo 2
Al regresar de su licencia médica, Aitana encontró cambios en la oficina y sus colegas comentaban con malicia:—Directora Quiroga, ¿se ha enterado de las novedades? Tenemos una nueva secretaria que, casualmente, también se apellida Quiroga. Aunque esta jovencita es... digamos, un caso particular.El rostro de Aitana se congeló. ¿Thiago había designado a Yaritza como su reemplazo?Poco después, Thiago la convocó a su oficina.—Ya que insistes en permanecer en la empresa, el puesto de secretaria personal ya no es apropiado para ti. El gerente de proyectos fue trasladado a una filial, así que hay una posición disponible.Aitana comprendía perfectamente la situación. Thiago siempre había sido directo en estos asuntos. No permitiría que su presencia como secretaria incomodara a Yaritza.Más que un reconocimiento a sus capacidades, era simplemente una manera de evitar tensiones con Yaritza.—Entiendo —respondió ella con serenidad.Thiago frunció el ceño:—Yaritza acaba de graduarse y carec
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Capítulo 3
Aitana sintió una punzada en el pecho, pero mantuvo su tono sereno:—Le advertí a la señorita Quiroga, lo cuidadosa que debe ser, específicamente, al recibir las mercancías, pero si duda de mi palabra, hay cámaras de seguridad y podemos revisar las grabaciones.El rostro de Yaritza perdió todo color.—Aitana... qui-quizás estaba distraída y no presté atención. Por eso cometí este error —balbuceó con lágrimas en los ojos, proyectando una imagen de fragilidad.Aitana la ignoró y frunció el ceño:—No podemos permitir que Horizonte nos engañe con un envío valorado en millones de dólares. Me encargaré personalmente de la mercancía, pero la empresa tiene sus protocolos y Yaritza deberá asumir la responsabilidad según el reglamento.Aitana abandonó la oficina para ocuparse del problema.Desde un punto de vista legal, una vez firmada la recepción, sus opciones eran limitadas. Sin embargo, el director de Horizonte era David Ortiz, y los Ortiz tenían otro hijo, Alberto, el segundo, conocido por
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Capítulo 4
Aitana apretó la prueba de embarazo:—Todavía no estoy segura.Su período se había retrasado y con los síntomas recientes, tenía sus sospechas.—Si estás embarazada... ¿qué harás? —Patricia la miró preocupada—. ¿Thiago lo aceptaría?Aitana bajó la mirada. Thiago no querría que tuviera este hijo. Ya estaban divorciados. Un bebé no sería bueno para nadie. Aunque... alguna vez había soñado con tener un hijo suyo.—No lo tendré —respondió después de una larga pausa—. No tiene sentido mantener lazos ni forzar las cosas. Si estoy embarazada, abortaré.El hijo que esperó durante tres años... ahora ya no era el momento.Aitana no se hizo la prueba inmediatamente. En vez de eso, fue con Patricia a tomar unos tragos suaves.Al día siguiente, en la oficina, recordó la prueba. En el baño, se quedó paralizada al ver las dos rayitas, estaba embarazada del hijo de Thiago... Palideció.Justo entonces alguien entró. Asustada, tiró la prueba a la basura, pero sus dedos temblaban. ¿Realmente iba a aborta
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Capítulo 5
Aitana lo miró con serenidad:—No le debo nada a Yaritza ni a usted, señor Urrutia. En el trabajo, solo soy su superior, y en lo personal, cuando su madre se volvió a casar y Yaritza apareció, mi madre, como lo hubiera hecho otra en su lugar, no la aceptó. Sin embargo, la envió al campo, sí, pero le pagó todos sus gastos. Ni profesional ni personalmente le debo algo. ¿Por qué tendría que considerarla o ceder ante ella?El silencio llenó el auto.Thiago la observó. Llevaba un vestido sencillo que resaltaba su cintura delgada. Su rostro elegante mantenía esa frialdad característica, sus ojos claros y serenos. Aitana poseía una fuerza y determinación que casi hacían olvidar su deslumbrante belleza.—Lo siento, me equivoqué —dijo Thiago rompiendo el embarazoso silencio—. No debí pedirte que cedieras por Yaritza —continuó él con voz suave—. Aitana, eres una mujer excepcional. Incluso después del divorcio, mereces vivir tu vida.Aitana apretó los puños, conteniendo las lágrimas. Debía admiti
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Capítulo 6
—Señor Urrutia, aquí está la propuesta del señor Ortiz. Aitana ingresó con expresión serena, apenas dirigiendo una mirada a Yaritza mientras depositaba los documentos en el escritorio de Thiago.Alberto había propuesto este contrato de forma casual, aunque su oferta denotaba un verdadero interés en obtenerlo.Thiago, con él en mano, veía a Aitana intrigado. Bella, esbelta, siempre elegante. y esa extraña combinación entre fragilidad y fortaleza complementaban ese aura único que de ella emanaba. Y el gran interés de Alberto en esa colaboración evidenciaba cuanto interés tenía por ella. —Alberto te está cortejando —comentó Thiago con tono neutral, como un jefe hablando con su empleada.¿Cortejando? Las atenciones de Alberto difícilmente calificaban como cortejo.—Señor Urrutia, eso es un asunto personal —respondió ella.Y realmente lo era, ellos ya estaban divorciados. —Thiago, es normal que Aitana tenga pretendientes disputándosela, eventualmente alguno ganará. Además, ahora ne
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Capítulo 7
Si se filtraba información confidencial del grupo Urrutia, la indemnización sería astronómica.Los guardias, preocupados se le acercaron a Yaritza para que saliera, pero esta corrió hasta Aitana y, desmesurando sus grandes ojos de gato expresó:—Hermana, no puedes tratarme así.Como si Aitana hubiera cometido un grave error.¿Hermana? Qué ridículo, ¿qué clase de hermana era ella para Yaritza?—Yaritza, mi madre solo tuvo una hija. No merezco que me llames hermana —dijo Aitana con frialdad—. Esta es una reunión del departamento de proyectos. Si no es importante, retírate. No interrumpas nuestro trabajo.—¡Aitana, no vine a interrumpir, solo quería disculparme! —insistió Yaritza con aire de rectitud, mientras Aitana se mantuvo indiferente—. No fue mi intención estar con Thiago. Si hubiera sabido de tu relación con él... ¡Ay, lo siento! ¡No quería decir eso! ¡Solo vine a disculparme! ¡Lo digo sinceramente! —balbuceó Yaritza.¿Sinceramente? Más bien parecía sinceramente decidida a humillar
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Capítulo 8
En la otra mano, el mensajero sostenía un elegante estuche con detalles en oro y el logo relieve de la prestigiosa joyería.Dentro había un collar de rubíes que brillaba con un rojo intenso como la sangre, tan cautivador que era imposible apartar la mirada.El estuche contenía una nota escrita con elegante caligrafía:"Que seas como el sol naciente en invierno: radiante, apasionada y deslumbrante."Firmado: "Alberto"Aitana detuvo su mirada, pero no en las joyas ni las flores, sino en aquella simple nota, como si ese papel fuera el verdadero protagonista.Alberto había visto bien: Aitana no era una reina de hielo, ni una flor inalcanzable en la cima de una montaña. En su interior era ardiente, apasionada, sincera, tan orgullosa y de intensos sentimientos como el intenso sol de invierno en medio de temperaturas tan bajas.Lamentablemente, después de casarse con Thiago, se había convertido en un pájaro con las alas rotas, encadenada en una jaula dorada, perdiendo su brillo.Por más orgu
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Capítulo 9
Aitana era verdaderamente hermosa, con ese collar realzaba sus facciones y más ahora que había remplazado con sonrisas su habitual frialdad. —¿Me queda bien? —preguntó suavemente, sus dedos delgados jugando con las pesadas y costosas piedras en su cuello.Los ojos de Thiago se oscurecieron:—Aitana, no te queda.¿No le quedaba? ¿Entonces qué le quedaría?Su sonrisa se amplió mientras lo miraba con ojos risueños:—Ya no importa si me queda o no. Me gusta, y con eso basta.Hablaba del collar, pero Thiago lo interpretó como si hablara de Alberto.Aitana sacó su teléfono y se tomó una foto, el collar le realzaba su belleza. Frente a Thiago, publicó la foto en redes sociales sin ningún texto. Alberto era inteligente, no comprometería su reputación ahora. La publicación dejaría a la gente especular: algunos pensarían que tenía un pretendiente, otros que era un regalo de Thiago. Como... Maciel.Aitana apagó su teléfono y se levantó grácilmente cuando sonó el de él. Jugaba con el collar, su
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Capítulo 10
Al verla así agitada, Alberto no pudo evitar pensar en los gatos monteses - criaturas salvajes con un fuerte instinto y capacidad letal.—Eche un vistazo a esta propuesta, me interesa saber su opinión —Alberto le extendió los documentos a Aitana.Con solo una mirada, Aitana alzó los ojos. El hombre ladeó la cabeza, indicándole que siguiera leyendo.Aitana volvió a bajar la mirada, pero internamente estaba impactada por lo innovador de la propuesta. Él planeaba investigar en el campo de la holografía, un área que requería una inversión millonaria.—Señor Ortiz, si no me equivoco, hace seis años investigadores extranjeros más especializados iniciaron este tipo de investigación, pero hasta ahora solo han logrado proyecciones en tres dimensiones.—¿No le interesa innovar? —preguntó Alberto.—La innovación es una cosa, ser realista es otra. ¿Tiene el señor Ortiz un equipo de investigación específico? ¿Conoce los algoritmos de codificación holográfica? ¿Sabe cómo superar los códigos 3D desar
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