Tara siempre vivió en los bordes de un pequeño pueblo, donde las cosas eran simples y predecibles… hasta que Rhidian llegó. Él no pertenece a ese lugar, y Tara lo sabe desde el momento en que sus caminos se cruzan. Dominante, peligroso y con una presencia que lo envuelve como una sombra, Rhidian parece ver algo en Tara que nadie más ha notado. Pero lo que comienza como una atracción inquietante pronto se convierte en algo más. Hay secretos enterrados en el pasado de Tara, secretos que ella misma desconoce, y Rhidian parece estar decidido a desenterrarlos.
Leer másEl sol comenzaba a ocultarse, bañando el cielo con tonos rojos y dorados mientras el grupo avanzaba a través del espeso bosque. Tras días de caminar y sobrevivir a los elementos, finalmente se encontraban a las puertas del Santuario que Elyndor había dejado como legado. La montaña que se alzaba ante ellos parecía casi inexpugnable, pero el rastro de antiguos símbolos que marcaban el camino les indicaba que estaban cerca de descubrir secretos que cambiarían todo lo que conocían.Tara, caminando cerca de Rhidian, sentía una extraña mezcla de ansiedad y emoción. El Santuario era el siguiente paso crucial en la misión que habían emprendido, pero a la vez, cada paso hacia él parecía abrir puertas hacia un futuro incierto. Mientras más se acercaba, más notaba la presión sobre sus hombros, pero al mismo tiempo, la llama dentro de ella se sentía más viva, más fuerte, como si estuviera guiándola hacia algo importante.—Es aquí —dijo Rhidian, mirando con determinación el camino que llevaban fre
El camino hacia el santuario en las montañas era largo y tortuoso. El grupo se encontraba ya a varias horas de viaje desde el Santuario de la Sombra, pero el peso de la misión parecía haber desaparecido un poco, especialmente entre los más cercanos, como Tara y Rhidian.El paisaje, bañado por la luz dorada del atardecer, proporcionaba el escenario perfecto para momentos más íntimos, aunque la travesía no permitiera muchos descansos. Sin embargo, el tiempo parecía detenerse cuando Rhidian y Tara se quedaban atrás, caminando juntos y sumidos en su propio mundo.El aire fresco y el sonido de los árboles moviéndose con el viento creaban una atmósfera tranquila. Tara, que había estado bastante absorbida en sus pensamientos y en el creciente poder de la llama dentro de ella, no pudo evitar sentirse aún más conectada con Rhidian en esos momentos de soledad.—¿Estás bien? —preguntó Rhidian en voz baja, sin apartar la vista de ella. A pesar de los días difíciles que habían vivido, su mirada se
El ambiente en la biblioteca estaba impregnado de un aire tenso mientras todos se sumían en el contenido del libro sobre Elyndor, el hermano de Edrian. Tara, Rhidian, Kael, Emma y Alaric estaban inmóviles, sus ojos fijos en las páginas de la historia familiar que se desplegaba ante ellos. Elyndor, como se revelaba en los registros, fue una figura clave en la resistencia contra los Tejedores, pero su linaje había permanecido en las sombras, envuelto en misterio.Tara, aún sosteniendo el antiguo libro, murmuró el nombre del hermano de Edrian.—Elyndor…Alaric asintió, sus dedos rozando el texto mientras su voz grave llenaba el silencio.—Parece que Elyndor fue un portador de la Llama, igual que Edrian. Pero su destino fue diferente. Después de la caída de los Tejedores, se alejó del mundo y desapareció sin dejar rastro.Rhidian miró la página con atención, como si intentara desentrañar cada palabra.—¿Y por qué la historia de Elyndor fue olvidada? Si fue tan importante en la lucha, ¿por
La mañana en el Santuario de la Sombra comenzó con el sonido del choque de espadas y el eco de risas en el aire. A pesar de la tensión por la inminente guerra, los chicos habían decidido afrontar el entrenamiento con la mejor actitud posible.Kael, con su eterna sonrisa despreocupada, giró su espada de madera en la mano mientras miraba a Emma, su oponente del día.—No quiero hacerte llorar, Emma —dijo con una sonrisa burlona—. No me gustaría que te deprimieras cuando veas que soy el mejor con la espada.Emma arqueó una ceja, aferrando su propia espada.—Voy a disfrutar cuando te calle de un solo golpe.Alaric, que supervisaba el entrenamiento, suspiró.—Dejen de hablar y concéntrense.—¡Exacto! —intervino Kael—. ¿Por qué hablar cuando puedo demostrar con hechos mi increíble habilidad?Dicho esto, se lanzó hacia Emma con rapidez.Emma esquivó con facilidad y, con un giro rápido, lo hizo tropezar.Kael cayó de espaldas con un golpe seco.—Bueno… eso no salió como esperaba —murmuró, mira
El silencio dentro del Santuario de la Sombra era denso. Tara cerró el libro que tenía frente a ella con un suspiro. No había nada más que leer. Todo lo que necesitaban saber sobre los Tejedores ya lo habían descubierto. Ahora solo quedaba actuar.Rhidian apoyó las manos sobre la mesa de piedra, mirando a cada uno de sus compañeros.—Entonces, lo que nos queda es prepararnos —dijo con determinación—. Lilith, Azareth y los Tejedores no van a esperar.Kael dejó caer un viejo pergamino sobre la mesa con desdén.—No estamos listos para enfrentarlos todavía —opinó—. No sabemos cómo usar el poder de la Llama.Tara sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. La Llama. Su legado. Su responsabilidad. Había despertado dentro de ella en el castillo, pero no la controlaba completamente. Sabía que era la única que podía manejar ese poder, pero no sabía cómo hacerlo sin arriesgarse a perder el control.—Tenemos que entrenar —dijo finalmente, con un tono firme—. Y rápido.Emma asintió, cruzándos
El silencio en la sala del portal de agua era casi ensordecedor. Todos estaban sumidos en sus pensamientos tras la última visión.Tara aún sentía el eco de las palabras de Edrian resonando en su mente. Su antepasado había desafiado a los Tejedores, y ahora ella estaba en la misma posición, con la responsabilidad de terminar lo que él había comenzado.—¿Por qué los registros sobre esto están tan fragmentados? —preguntó Emma, rompiendo el silencio—. Si Edrian realmente se rebeló, ¿por qué casi no hay información sobre él?Alaric frunció el ceño.—Los Tejedores han pasado siglos eliminando lo que no les conviene que sepamos. Es posible que hayan alterado la historia.Kael, que hasta el momento había estado observando el agua, habló en voz baja:—Tal vez haya más respuestas en el Santuario. Este portal nos mostró parte de la historia, pero debe haber más información oculta en algún lugar.Tara asintió.—Tenemos que buscar. No podemos dejar que esta historia quede enterrada otra vez.El gr
El aire en la sala del portal de agua estaba cargado de tensión. La visión que Tara y los demás habían presenciado no solo revelaba una parte olvidada de su historia, sino que también planteaba nuevas preguntas sobre la relación entre Edrian y Nerisha.—¿Crees que haya más visiones en este portal? —preguntó Bella, aún con la mirada fija en la superficie del agua, que volvía a estar en calma.—Lo más probable es que sí —respondió Alaric—. Pero la pregunta es… ¿estamos listos para verlas?Tara respiró hondo.—No tenemos opción. Este lugar nos está mostrando la verdad que los Tejedores intentaron enterrar. Si queremos enfrentarlos, necesitamos saberlo todo.Emma se cruzó de brazos, pensativa.—Pero si seguimos viendo el pasado de nuestros ancestros, ¿qué tan seguro es que no afecte nuestra percepción del presente?—El pasado ya sucedió —intervino Rhidian—. Pero es nuestra elección qué hacemos con la información que obtengamos.Kael se acercó al espejo de agua con cautela.—¿Y si intentam
El aire en el Santuario de la Sombra era denso, impregnado con el aroma de pergaminos antiguos y la humedad de un lugar que había sido olvidado por el tiempo. El descubrimiento de la conexión entre Tara y Nerisha había dejado a todos con más preguntas que respuestas, y la necesidad de entender la verdad los empujó a seguir explorando los registros del santuario.Tara pasó sus dedos sobre la superficie de una mesa de piedra en el centro de la biblioteca. Las grietas en su estructura parecían formar un patrón, como si fueran parte de un símbolo oculto bajo siglos de polvo.—¿Crees que haya algo más en estos registros? —preguntó Bella, hojeando un libro con páginas tan frágiles que parecían deshacerse con el tacto.—Tiene que haberlo —respondió Tara—. Si Lilith sabe de este lugar y se alió con Azareth y los Tejedores, entonces hay algo que aún no entendemos sobre su propósito.Kael se acercó con un pergamino desenrollado en las manos.—Encontré algo interesante —dijo, extendiéndolo sobre
El silencio que quedó tras la partida de Lilith fue sofocante. Tara sentía su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras las palabras de la mujer resonaban en su mente: "El poder que llevas dentro es mucho más peligroso de lo que crees. Y no todo el mundo que te ha dicho que te protege realmente quiere lo mejor para ti."Había querido responderle, exigirle explicaciones, pero Lilith había desaparecido antes de que pudiera hacerlo. Ahora, solo quedaba la incertidumbre y la tensión en el ambiente.—No podemos fiarnos de nada de lo que dice —dijo Rhidian, con los puños apretados.—Lo sé —susurró Tara—, pero… hay algo en lo que dijo que no puedo ignorar.—¿Qué cosa? —preguntó Alaric.Tara miró el pergamino que habían encontrado momentos antes. Su tatarabuelo, Edrian, había hecho un pacto con una mujer que aparentemente estaba relacionada con los Tejedores. Ahora, Lilith afirmaba que el poder de Tara era más peligroso de lo que ella creía. ¿Podría haber una conexión entre ambas cosas