Una enfermera encuentra a una niña congelada en el exterior de su hospital y la rescata. Después de atenderla, descubre que la pequeña tiene un don mágico que le permite curar heridas y predecir el futuro. La niña la lleva a su manada, y se desarrolla una tensa relación con su cruel padre, el Rey de la Manada.
Leer más———————————Iría a la mañana siguiente. En esa noche, estábamos en una casa cercana a la de mis padres. Estábamos mirando la televisión, cuando de pronto una pequeña cajita color azul apareció frente a mis ojos.—¿Y esto…? –pregunté sorprendida y mis ojos se encontraron con Zane.—¿Quieres ser mi esposa? Pero… no porque seas mi mate. Porque me enamoré de ti por ser tú… te amo inmensamente –comentó y mis ojos se cubrieron de lágrimas –Oh… ¿fue muy rápido…?—No es eso… yo… me siento tan feliz –comenté y lo abracé. Me colocó el anillo y sonreí enormemente. Sin embargo, al día siguiente cuando eran las cinco de la mañana, ya estaba por marcharme.Llegué a la entrada de la habitación, y observé de reojo a mi futuro esposo. Lo dejé, y me subí a su auto para marcharme. Quería respuestas de Yes, y las obtendría. El camino, fue un viaje largo y tedioso. Para ser sincera, tenía algo de miedo.Quizás Yes, nunca me quiso y simplemente quería vengarse de mí. Miles de preguntas inundaron mi mente,
—————Me sentía furiosa. Zane, no me dejaba salir y en ese día había intentado todo para hacerlo. Las ventanas estaban selladas, y la puerta también. Frustrada, cuando abrió la puerta me subí encima y mis garras estaban sobre su cuello.—¿Me matarás? –preguntó con una sonrisa ladina –adelante.Lo solté furiosa y me senté en el suelo. Abracé mis piernas llorando y él me abrazó.—Bien, iremos –comentó finalmente y lo observé con sorpesa –pero debemos ser muy discretos y… debes ocultarte.—Bien, me pondré una gorrita y… una bufanda –susurré y el me observó asintiendo. Se acercó a mí para envolverme con mi abrigo y comenzó a guardar mi ropa.Lo observé apoyada en el marco de la puerta. Mis ojos se encontraron con los suyos, se acercó a mí y presionó mi mejilla con la palma de su mano. Mis ojos se encontraron con los suyos antes de decir alguna palabra.—Te amo mucho, sé que quieres protegerme –susurré y él asintió envolviéndome en un abrazo.—Eres… lo que mas amo en esta vida. No quiero q
Dos meses pasaron, estábamos solos. Yes, se encontraba cuidando la manada, aunque una parte de mí, quería volver a la normalidad. Pero estar al lado de Zane, me llenaba de felicidad. Cada día, nos amábamos y abrazamos hasta quedarnos dormidos.Las mañanas eran perfectas, ambos acurrucados y él se levantaba para traerme el desayuno a la cama. Le amaba, claro que sí. Pero, no sabía que pasaría con el bebé ¿Lo amaría tambien?Aquella duda, me tenía pensativa. Despues de todo, había querido abortarlo. Mordí mis labios procurando que la tristeza, no se llevara nada de mí.—¿Pasa algo? –preguntó sentándose a mi lado. Estaba en el jardín, de vez en cuando salíamos para tomar aire fresco y no estresaros por el encierro.—Nada –mentí sin verlo a los ojos.—Cuando mientes te muerdes el labio inferior y arrugas la nariz –señaló divertido.—¿De verdad hago eso? –pregunté tocándome el rostro y asintió —¿vas a querer a este bebé?—Cómo si fuera mío –comentó y sonreí, atrapó mi mano y sonreí mientra
—Luka solamente te usaba para conseguir tu fuerte sangre, ¡nada más! –exclamó y mis ojos se llenaron de lágrimas asintiendo.—Lo sé… pero este bebé Zane, no tiene la culpa. Yo… no sabía que eso podía ser posible. Mierda –chillé cubriéndome el rostro sin saber bien que hacer.—Querrán casarte…—Pero tu me protegeras –contesté y él se quedó viéndome unos segundos antes de asentir.—Ya… había escuchado eso antes –dijo deteniéndose a la mitad de la frase e ingresó al auto –hay que desaparecer.—¿D—desaparecer? –pregunté y asintió. Tomó su teléfono, realizó algunas llamas que no podía llegar a comprender, y finalmente aceleró lejos de allí. No sabía hacia donde iríamos, pero mis dudas fueron resueltas, cuando llegamos al aeropuerto.—Bien, te compré un pasaje. Tu vuelo –comentó y observó su teléfono –sale en una hora.—Zane… ¿no vendrás conmigo? –pregunté temblorosa y negó –ven conmigo y con Yes…—Debes estar sola. Yo… buscaré a las personas que querrán hacerte daño. Prometo que nadie te l
Pero pasan dos horas, cuando Luka, ingresa por la puerta. Sus ojos me observan y yo, lo ignoro.—¿Qué haces aquí Luka? –quise saber, mientras cortaba fiambre sin prestarle atención.—Necesitaba sangre –comentó y me reí. Apagué la maquina, y lo observé con los brazos cruzados –lo lamento mucho. Yo…—¿Lo lamentas? Claro me imagino. Además de beber sangre, tienes sexo con tus victimas ¡Qué conveniente! –exclamé y bajó la vista.—Yo…—No vuelvas a hablarme –comenté y me dí la vuelta, para pasar un trapo por la maquina. Él me siguió observando –ya puedes irte.—No me iré.—Luka, largo –sentencié señalando la puerta y sonrió –vete…—No me iré –dijo taciturno y negándose. Hasta que un tercero ingresó.—La señorita dijo que te marches –respondió y él lo observó con una mueca.———————————————————————————Al girarse, se encontró con Zane fulminándolo con la mirada. Luka sonrió y me señaló con el dedo –ya me cambiaste ¡Bravo! –exclamó y comenzó a reírse divertido. Lo contemplé perpleja y me obs
—¿Eso es posible?Recuerdo que pasamos toda la tarde recogiendo flores, y cuando por fin regresamos a casa, mamá estaba allí, esperando con una sonrisa.—Chicas, ¿cómo les fue? —preguntó, corrí hacia ella exclamando con mucho entusiasmo:—Mamá, ¡Ailim tiene poderes! —exclamé, y mamá se sorprendió.— ¿Poderes? —preguntó nuestra madre, mirando a Ailim, que se encogió de hombros.—No estoy segura de qué pasó —dije —, pero mi cortada se curó sola.Mamá se volvió hacia Ailím.—Y ¿por qué crees que Ailim tiene poderes?Miré a mi hermana y luego a su madre.—Bueno, recogimos flores —dije— y me corté la mano en una roca afilada. Pero cuando yo miré mi herida, estaba desaparecida. Así que me pregunté si ella tenía poderes, como en las películas.Mamá alarmante se arrodillo a su nivel.—Bueno, puede que sea cierto o puede que no —dijo nuestra madre, y nos miramos entre sí —, pero lo importante es que no tengas heridas y que hayan recogido algunas hermosas flores.Con felicidad, habíamos asen
—Puedes irte, ya sabes bastante de defensa y… eres de las mejores guerreras que conocí. Te puse provisiones, herramientas y… armas. Podrás hacerlo y…—¡Gracias! –comenté para tirarme a sus brazos y envolverlo con fuerza. Busqué sus labios y lo besé, no por gratitud, sino porque añoraba hacerlo. Él me apartó con cuidado y bajó la vista.—Capitan, llegó el nuevo pelotón –comentó un soldado y el asintió.—Voy enseguida –comentó y me observó –No lo hagas por…—No lo hago por nada. Siento… la necesidad de besarte Zane–comenté con sinceridad y el me sonrió.—Tengo algo para ti. Se que odias los regalos pero… —comentó y de su bolsillo, sacó un collar precioso.—Es hermoso –comenté con los ojos llenos de lágrimas y lo abracé con fuerza, él me devolvió el abrazo y nos observamos con lágrimas en los ojos.—Suerte… —murmuró y me aparté. Sonreí con tristeza, pero cuando estaba caminando algo me detuvo. Su mano sostuvo la mía con fuerza, me giró para pegar sus labios con los míos.Cerré los ojos
—oh… lo siento. Quizas no debí… —comentó apenada y negué. Me giré rodeando el escritorio y lo observé con una sonrisa antes de envolverlo con un abrazo.—Me encantó –dije con sinceridad y sonrió.—¿Quieres… caminar? –preguntó y mi madre nos alentó.—Estoy despeinada y horrible –dije con una mueca y se encogió de hombros. Para mi sorpresa, me tomó de la mano. Me reí, mientras me giraba como una princesa.Teníamos algo, que jamás tuve con nadie. Sin compromiso, solamente nos reíamos y hablábamos hasta quedarnos dormidos. Me sentía feliz a su lado. Aunque aún amaba a Zane y él, siempre amaría a Katherine, las cosas nos resultaban comodas para ambos.Eramos el refugio mutuo del otro. Unos incomprendidos, que se habían unido por el dolor. Eso eramos.—¿Quieres… ser mi novia? –preguntó y aquello me sorprendió –bueno, sé que dijimos que…—¡Sí! –grité como una loca y lo abracé –claro que quiero. Te quiero –confesé y sonrió.—Yo también te quiero –confesó acariciando mis mejillas y dándome un
—Te sonrojaste ¿por qué? –quiso saber y empezó a ejercitar sus brazos a un metro de distancia.—N—no hice eso –lo ignoré y se rió divertido —¡No me mires así! –espeté al ver su mirada burlona. —¿No tienes una vampira que te espere así no me molestas? –quise saber divertida pero, él se puso de pie con la pesa y se fue.Soprendida, lo seguí hasta el jardín del gimancio. Habían algunas personas haciendo yoga. Se sentó apartado, observando el cielo.—Lo lamento ¿dije algo malo? –quise saber y negó.—No. Solamente es que… hace siglos que no hablo acerca de eso… y supe, que si hablábamos me tocaría.—Bueno, mi ex prometido me sacó el vestido, digo… desgarró mi vestido. Porque al parecer, su mate era mi hermana gemela que está muerta –comenté y sonreí con tristeza.—Bueno, supongo que me cuentas tu historia triste para que haga lo mismo –comentó y me encogí de hombros –funciona. Yo… la maté.—Oh… lo siento, creo…—No lo hice a propósito. Ella… mierda, es complicado –comentó cubriéndose el ro