Capítulo 9.Abrí los ojos sorprendida, frente a mí: estaba William, mi ex novio. Compraba algo con una gran sonrisa, y cuando sus ojos se encontraron con los míos, arrojó todo al suelo.Me acerqué sin dudarlo. Pero al recordar las noches interminables de sufrimiento, no pude avanzar. Salí corriendo en otra dirección, mientras las lágrimas empapaban mi rostro.—¡Ailín! –exclamaba su voz. Su voz. Aquella que aún podía recordar como si hubiese sido ayer. Tenía videos que aún no podía eliminar, recuerdos que poco a poco se perdían en nuevas experiencias.Pero no esperaba verlo, entonces me detuve perpleja.Sus palabras cobraron un sentido extraño en ese instante, su otra mitad, ¿acaso él…? Claro, seguramente tiene un alma gemela, por eso… no podía dejarla.Él se detuvo agitado, como si hubiera corrido una maratón. Se detuvo sobre sus rodillas y me sonrió. Pude recordar aquella sonrisa, cada vez que me decía que me quería, o cuando me daba alguna sorpresa.No esperaba verle, y aquello me de
No lo hubiera imaginado, pero viéndolos a ambos, pude notar un leve parecido entre ambos. Aquello me desconcertó, observé perpleja a mi ex novio, y mis pensamientos fluyeron. El Alfa, me soltó con prisa, y sus ojos me observaron ferozmente.—¡Eran pareja! ¿Cómo se te ocurre hermano? –preguntó furioso Zane y lo tomó del cuello, elevándolo por el aire. Me cubrí el rostro, sorprendida lo arrojó varios metros sobre el suelo. Corrí a su lado.—¡William! ¡Basta Zane! –exclamé mirándolo con reproche, sus ojos me observaron con un brillo que me erizó la piel. Asintió con una mueca y se alejó corriendo.—Estoy bien –comentó William y suspiré dejándome caer atrás. Cerré los ojos sintiéndome perdida.—Debo… liberar a mi amiga –comenté y me puse de pie con dificultad. Luego me detuve, lo observé con dudas a William y dije: —¿Sabías quién era?—No. No tenía idea… bueno, podía sentir que tenías un aroma parecido a Zane, pero… eras humana y no creí que…—Fuera su mate. Bien. ¿Dónde está tu pareja? –
Sus dedos se movieron con suavidad a través de su piel, como si estuviera probando un dulce. Ella tragó saliva y miró con incredulidad a su compañero. ¿Por qué estaba haciendo esto?Sin previo aviso, Zane empujó su cuerpo contra el suyo, y ella se tambaleó hacia atrás.—¡Háblame! —le ordenó él.Ella no pudo más que balbucear.—¿Qué?—Lo que sientes —dijo él, sus ojos eran inusualmente claros.—No... nada. —Ella giró la cabeza, esperando que se apartara. Pero él se acercó más.—Dime qué sientes, o lo buscaré en tu interior.Ella miró con incredulidad a Zane y trató de zafarse.—¡No me hagas esto!—¡No seas ridícula! —gruñó él— . ¡Me das todo lo que quiero!Ella tragó saliva y trató de ponerse en pie, pero se encontró atrapada por su brazo.—¡Déjame!Ella se tocó su brazo y trató de apartarse. Pero sus fuerzas eran insignificantes en comparación a las suyas, y no pudieron hacer más que moverse, inútilmente.—¡¿Qué quieres de mí?!Zane suspiró, y sus ojos se llenaron de una forma que la
Una cachetada, resonó en toda la habitación. Abrí los ojos con sorpresa al percatarme, lo que había hecho. Aterrada, cubrí mi rostro con lágrimas y el corazón bombardeando con fuerza ¿Cómo se me ocurrió?—Yo…—¡Largo! –exclamó y su voz bramó.—Yo…—¡Largo! –exclamó furioso tomándome del cuello. Mis pies ya no tocaron el suelo, estaba flotando en el aire sintiéndome con falta de oxígeno. Aquello no pareció interesarle, porque siguió enojado. Hasta que empecé a tener sueño.Me soltó, y me dí un fuerte golpe en contra el suelo. Me marché corriendo y llorando aterrada. Nunca había visto sus ojos así, llenos de odio como si me tuviera asco. Pero sus caricias, provocaron tantas cosas que jamás nadie había hecho. Ni siquiera William.Entonces, en ese pequeño instante. Lo comprendí. Entendí porque se iba, aunque de igual forma me protegiera. Entendí que quizás, era una sensación en contra de su voluntad. Y quizás… si me quería.Llegué frente a la puerta de Yeseraye. La misma, me observó con u
Zane.—¡Largo! –exclamé a la mujer que llegó. Me sentía frustrado, mi miembro no se volvía erecto con ninguna mujer. Había probado con docenas de ellas. No. No podía pensar en… esa asquerosa humana.—¡Mierda! –exclamé enojado y le dí un fuerte golpe al colchón. De pronto, ingresó una chica. Era delgada con su cabello rubio y ojos marrones. Me observó y avanzó hasta llegar en silencio frente a mí –Nombre.—Soy Ani…—Empiezas con A –comenté con una sonrisa seca, de pronto la puerta se abrió. Uno de mis hombres, ingresó agitado. —¿Qué?—Vimos a nuestra futura Luna, de la mano con otro hombre.Mis ojos se abrieron con sorpresa. La chica aún estaba de pie frente a mí.—Lo dejaremos cuando vuelva –com
Ailín.Al llegar a casa, me quité los zapatos. Me sentí decepcionada, una parte de mí había esperado que él, se hubiera ido para verme. Pero no era así, me senté sobre la cama comiendo mis uñas y sintiéndome patética.Emití un resoplo, mientras suspiraba mi mala suerte. Cerré los ojos antes de quedarme dormida.Una parte de mí, esperándolo entre mis sueños.—¿Estas… bien? –quiso saber y asentí, pero pronto mi boca fue envuelta por la suya. Me perdí entre sus labios y nos besamos hasta perder la consciencia. Gemí sintiéndome demasiado perdida y pronto su enorme miembro, entró en mi interior. Estaba encima de mí y mis piernas se abrieron para darle acceso. Estaba demasiado excitada, no soportaba la idea de no sentir su pene en mí. No comprend&iacu
Zane no me soltó. Incluso me llevó en sus brazos. El tiempo pareció detenerse en ese instante, mientras todo a mí alrededor perdía sentido.—Se desmayó –comentó Yes y todo volvió a volverse oscuro para mí.“—Te extraño –susurró con un gran pesar. Volvió cabalgando a su hogar, al ingresar el hombre la envolvió en un fuerte abrazo.—Pensé que ya no volverías –comentó tembloroso y ella negó confusa.—Estoy aquí. Lamento si te preocupé –musitó entre sus brazos y Zane aspiró su aroma con mucha ímpetu. No quería perderla, se volvería loco. Ahora la consideraba no solo su esposa, sino su familia.corrigiendoAlgo que jamás tuvo…En cuanto ingresaron a la habitación, él se apoderó de sus la
Un mes después…Me encontraba en mi habitación, la boda de mi… mate, me había golpeado de una extraña manera. Sentía que una parte de mí vida, dejó de tener sentido. No pude presenciar aquella boda.Saber que aquel hombre, me había olvidado, produjo estragos en mi persona. Cerré los ojos intentando, no sentirme así, pero fue en vano. Cada noche, me visitaba solamente en mis sueños y nada más.No lo había visto de nuevo, aunque William intentaba acercarse a mí. Pero procuraba evadirlo a toda costa. El timbre sonó, supe que era él. Al acercarme, y abrir la puerta lo observé con una bandeja de comida y helado.Es inteligente para convencerme.—Pasa –demandé y él siguió mis pasos, hasta llegar al living. Dejé caer mi cuerpo sobre el sofá, encendí la televisión m