Zane.
—¡Largo! –exclamé a la mujer que llegó. Me sentía frustrado, mi miembro no se volvía erecto con ninguna mujer. Había probado con docenas de ellas. No. No podía pensar en… esa asquerosa humana.
—¡Mierda! –exclamé enojado y le dí un fuerte golpe al colchón. De pronto, ingresó una chica. Era delgada con su cabello rubio y ojos marrones. Me observó y avanzó hasta llegar en silencio frente a mí –Nombre.
—Soy Ani…
—Empiezas con A –comenté con una sonrisa seca, de pronto la puerta se abrió. Uno de mis hombres, ingresó agitado. —¿Qué?
—Vimos a nuestra futura Luna, de la mano con otro hombre.
Mis ojos se abrieron con sorpresa. La chica aún estaba de pie frente a mí.
—Lo dejaremos cuando vuelva –com
Ailín.Al llegar a casa, me quité los zapatos. Me sentí decepcionada, una parte de mí había esperado que él, se hubiera ido para verme. Pero no era así, me senté sobre la cama comiendo mis uñas y sintiéndome patética.Emití un resoplo, mientras suspiraba mi mala suerte. Cerré los ojos antes de quedarme dormida.Una parte de mí, esperándolo entre mis sueños.—¿Estas… bien? –quiso saber y asentí, pero pronto mi boca fue envuelta por la suya. Me perdí entre sus labios y nos besamos hasta perder la consciencia. Gemí sintiéndome demasiado perdida y pronto su enorme miembro, entró en mi interior. Estaba encima de mí y mis piernas se abrieron para darle acceso. Estaba demasiado excitada, no soportaba la idea de no sentir su pene en mí. No comprend&iacu
Zane no me soltó. Incluso me llevó en sus brazos. El tiempo pareció detenerse en ese instante, mientras todo a mí alrededor perdía sentido.—Se desmayó –comentó Yes y todo volvió a volverse oscuro para mí.“—Te extraño –susurró con un gran pesar. Volvió cabalgando a su hogar, al ingresar el hombre la envolvió en un fuerte abrazo.—Pensé que ya no volverías –comentó tembloroso y ella negó confusa.—Estoy aquí. Lamento si te preocupé –musitó entre sus brazos y Zane aspiró su aroma con mucha ímpetu. No quería perderla, se volvería loco. Ahora la consideraba no solo su esposa, sino su familia.corrigiendoAlgo que jamás tuvo…En cuanto ingresaron a la habitación, él se apoderó de sus la
Un mes después…Me encontraba en mi habitación, la boda de mi… mate, me había golpeado de una extraña manera. Sentía que una parte de mí vida, dejó de tener sentido. No pude presenciar aquella boda.Saber que aquel hombre, me había olvidado, produjo estragos en mi persona. Cerré los ojos intentando, no sentirme así, pero fue en vano. Cada noche, me visitaba solamente en mis sueños y nada más.No lo había visto de nuevo, aunque William intentaba acercarse a mí. Pero procuraba evadirlo a toda costa. El timbre sonó, supe que era él. Al acercarme, y abrir la puerta lo observé con una bandeja de comida y helado.Es inteligente para convencerme.—Pasa –demandé y él siguió mis pasos, hasta llegar al living. Dejé caer mi cuerpo sobre el sofá, encendí la televisión m
Lo observé perpleja, ¿Brujería? –No entiendo de que hablas William.—¿A dónde vas? –preguntó directamente.—Yo… a su cumpleaños.—Vamos entonces –musitó y fue a mi baño. Pronto salió peinado, y perfumado. Su perfume aún continuaba en mi baño y él, lo sabía.—No entiendo nada William ¿quieres… hacerle daño? –pregunté temblorosa y él negó.—Claro que no ¿por quien me tomas? Quiero hablar con ella –susurró acercándose a mí.—No. Es mejor que… me quede –comenté temblorosa y negó.—Dame su dirección –ordenó y negué.—¡No! Necesito que te vayas –pedí y él asintió. En cuanto se fue, coloqué seg
Zane.Me encontraba teniendo sexo con dos mujeres. Mi esposa y otra, las tenía tomadas de las nalgas, una estaba haciéndome un oral y la otra, estaba con mi miembro en su vagina.Emití un sonido gutural, mientras mi gran miembro se movía dentro de una mujer mientras otra lo estimulaba con su lengua. Mis manos apretaban los traseros de las mujeres, nuestros corazones latían a la vez, moviéndose en armonía.—¡Si! —grité, mientras una de las mujeres se aferró a mi hombro.Una de las mujeres empezó a gemir, mientras yo me movía y aceleraba el ritmo. El sudor corrió entre nuestros cuerpos, y comencé a sentir que iba a llegar al clímax. Uno de los motivos por el cual me casé, es porque esta hermosa mujer logra hacerme venir exquisitamente.La mujer que estaba haciendo un oral me cogió la cabeza e hizo mirar a mi esposa.<
Finalmente nos separamos. Ambos sabíamos, que no debíamos. Pero mierda, tenía tantas ganas que él me…—Ailín no es correcto… —comentó y mordí mis labios intentando contenerme por todos los medios.—Lo sé… eres casado y…—No comprenderías mis verdaderos motivos… —sentenció antes de marcharse de la casa dejándome con los ojos cubiertos de lágrimas.Y nuevamente, pasaron semanas. Ahora veía a Lucía junto a William, era costumbre. Almorzábamos juntos e incluso a veces cenábamos. También lo hacíamos junto a Yes. En ese día, estaba terminando de pelar unas papas junto a Lucía.—¿No te molesta, verdad? –Preguntó y la observé confusa –Lo nuestro con William. Él… era tu ex pareja.—Oh&hellip
Me levanté, pero no pude dar un paso, cuando caí de rodillas frente al suelo. Cerré los ojos, mis hombros temblaron pero apoyando toda la fuerza en mis muñecas pude levantarme. Llamé a un taxi, al menos pediría que me llevaran a la entrada.Luego no sabía cómo llegaría. Apenas podía caminar, pero el intento valdría la pena. Mientras caminaba despacio hacia la entrada, me detuve. Mi reflejo mostraba a una chica sin cabello con el rostro pálido.Suspiré, y toqué mis labios algo violetas. Negué, no podía tener compasión de mi misma. Decidida, caminé despacio hasta la habitación. Busqué y busqué, por suerte en ese día hacía calor. Tomé un bonito vestido ajustado al cuerpo, un saco gris que llegaba hasta los gemelos y unas zapatillas deportivas para caminar.Llené la mochila lentamente de provis
————————————Lo sabía, y quise confirmarlo al decírselo en voz alta. Era cierto, él se fue dejándome un nudo doloroso en mi garganta. Aunque mis ojos se cubrieron de lágrimas, lloré en silencio mientras comenzaban a realizarme estudios.Al día siguiente, pude escuchar fuertes golpes. Sabía quien era, Lucía me observó dudosa y sostuvo mi mano con una mueca.—¿Estás segura?—Es… lo mejor –comenté y suspiré, con una mueca al sentir un pinchazo sobre mi piel –él… tiene a su familia. Mi beso, fue mi manera de despedirme de él.Lucía, me observó poco convencida pero me tomó de la mano y asintió. Luego, sus ojos me observaron cansados, y pronto se quedó dormida junto a mí. Los días restant