Capítulo 11

Sus dedos se movieron con suavidad a través de su piel, como si estuviera probando un dulce. Ella tragó saliva y miró con incredulidad a su compañero. ¿Por qué estaba haciendo esto?

Sin previo aviso, Zane empujó su cuerpo contra el suyo, y ella se tambaleó hacia atrás.

—¡Háblame! —le ordenó él.

Ella no pudo más que balbucear.

—¿Qué?

—Lo que sientes —dijo él, sus ojos eran inusualmente claros.

—No... nada. —Ella giró la cabeza, esperando que se apartara. Pero él se acercó más.

—Dime qué sientes, o lo buscaré en tu interior.

Ella miró con incredulidad a Zane y trató de zafarse.

—¡No me hagas esto!

—¡No seas ridícula! —gruñó él— . ¡Me das todo lo que quiero!

Ella tragó saliva y trató de ponerse en pie, pero se encontró atrapada por su brazo.

—¡Déjame!

Ella se tocó su brazo y trató de apartarse. Pero sus fuerzas eran insignificantes en comparación a las suyas, y no pudieron hacer más que moverse, inútilmente.

—¡¿Qué quieres de mí?!

Zane suspiró, y sus ojos se llenaron de una forma que la
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