"Seré un Kim, pero tu siempre seras mi lider y Omega, asi que dejame servirte y amarte, Helena" En un mundo dividido en cinco clanes, donde los alfas dominan y los omegas luchan por su lugar, tres clanes de origen como los más poderosos: Clark, Kim y Rose. Al frente del clan Clark se encuentra Helena, una omega de fuerte carácter y líder nata, cuya posición desafía las convenciones sociales. La presencia de una omega como líder genera constantes disputas y tensiones entre los clanes, especialmente con el poderoso clan Kim. Sin embargo, Helena se ve obligada a tomar una decisión que podría cambiar el equilibrio de poder: refugiar a un desertor de la Segunda División del clan Kim. Esta división clandestina, compuesta hace años por niños elites del clan Kim, quienes fueron secuestrados y torturados para convertirse en asesinos, busca derrocar a los clanes establecidos y crear un nuevo orden. Al aceptar al desertor, Helena no solo pone en peligro a su clan, sino que también se convierte en un objetivo para la Segunda División. La llegada del desertor desencadena una serie de eventos que ponen a prueba la lealtad y corazon de Helena, las alianzas entre los clanes y el futuro de este mundo dividido. A medida que se desvelan los secretos de la Segunda División y se intensifica la lucha por el poder, Helena deberá tomar decisiones difíciles y arriesgadas para proteger a su clan y a aquellos a quienes ama.
Leer másEl lugar era inmenso, quizá pensada para banquetes donde la familia real recibiera a decenas de invitados, pues en el lado derecho del lugar habia un gran meson. Era el escenario perfecto para eventos de tal magnitud. Sin embargo, Elias se sentía diminuto en ese espacio, como un grano de arena en un desierto."¿Es el comedor para eventos?" preguntó, su voz apenas un susurro en la inmensidad de la sala.La líder quien lo observaba con atención. Asintió lentamente."Para cuando la élite del clan tiene un evento y vienen muchas personas a cenar," explicó, su tono suave pero firme. "El comedor común está en la parte de abajo, como pudiste observar, pero a mí me gusta sentarme aquí. Pareces no estar acostumbrado a este tipo de reuniones."Elias sintió cómo se ruborizaba. Cada palabra de la líder era como una aguja clavándose en su ego."No... no estoy acostumbrado," admitió. "Como su alteza sabe, yo no soy parte de la familia real."Un silencio tenso se apoderó de la sala. La líder frunció
Elias se sobresaltó al instante y clavó la mirada en la omega que se hallaba junto a la líder, y a quien acababa de notar. La mujer se acercó con una expresión de desaprobación, dejando una tableta sobre la mesa junto al desayuno de la líder. “Creí haber enviado a alguien para que lo guiara al comedor común. No puede andar husmeando por la residencia a sus anchas,” reprochó la omega, señalando el camino por el que había venido. “Lo llevaré…” “Déjalo, Kyla,” interrumpió la líder. Elias giró la cabeza hacia ella. Sus ojos se encontraron. Una corriente de tensión recorrió el ambiente. Quizá existía alguna regla implícita que prohibía desafiar su autoridad con una mirada prolongada, pero Elias no pudo evitarlo. Elias, se sentía cansado y fuera de lugar en esa casa. Kyla tensó los hombros y apretó los labios, dirigiendo su mirada a la líder. “Yo envié a alguien para que le mostrara dónde desayunar,” dijo en voz baja, “pero asumiré la responsabilidad. No volverá a ocurrir.” ¿Tan
Elias despertó sobresaltado, tendido en el frío suelo de su habitación. La pesadilla que lo había atormentado se desvaneció tan rápido como había llegado, dejándolo con una sensación de inquietud. Se incorporó con dificultad, sintiendo el frío del suelo contra su espalda. No toco la cama, simplemente se habia tendido en el suelo y se habia dejado llevar por el sueño. No era la primera vez que dormía asi , pues en su pasado le habían acostumbrado a ello. Sin embargo, esta vez, la dureza del suelo parecía acentuar su desasosiego. Recordó vagamente haber sido conducido a esta habitación, una habitación que no era suya, a un lugar donde parecia no ser bien recidido.Miró a su alrededor, observando los detalles de la estancia. Muebles antiguos, tapices bordados, una chimenea que nunca había sidoutilizada. Todo parecía tan ajeno, tan fuera de lugar. Se preguntó cómo haria para adaptarse a esto, La habitación, con sus muebles antiguos y sus tapices oscuros, le resultaba cada vez más extrañ
"Di dónde están"El alfa hizo silencio.Miró sus manos en el suelo frente a él, con los ojos llenos de lágrimas y contuvo un grito cuando el martillo volvió a caer sobre sus dedos, rompiendo un par de huesos. Jadeó por aire, con más lágrimas cayendo por sus mejillas y mezclándose con la sangre de su rostro, alzando la cabeza cuando los dedos hundidos en su cabello le hicieron hacerlo.Encaró al alfa frente a él, quien ladeó la cabeza, mirándolo a los ojos y se tensó de sobremanera cuando lo vio acercarle un cuchillo a la mejilla.Apretó los dientes, sus ojos oscuros expresando odio cuando el otro apretó la punta del cuchillo en la piel."Mátame" masculló, apenas pudiendo decir entre sus dientes apretados y su voz áspera, como si su garganta estuviera cubierta de lija. "No te diré algo. Mátame ya"El alfa frente a él le sonrió."Si quisiera matarte, ya estarías muerto" respondió en un susurro, mas no se privó de sacar un arma de la cintura de sus pantalones para apuntar al joven arrod
Un suave crepúsculo teñía de rosa los vidrios de la mansión Clark. Helena, la líder del clan, estaba sumergida en un mar de papeles revisando los ultimos reportes, Su expresión era serena, pero sus ojos reflejaban una profunda inteligencia y una cautela innata. La posición que ocupaba la había obligado a construir un muro alrededor de sus emociones, permitiendo que solo una fría racionalidad guiara sus acciones. Una misiva, sellada con el emblema del clan Kim, yacía sobre su escritorio.fijo su mirada en ella, habia estado posponiendo en revisarla, pues la letra elegante y familiar la había desconcertado al principio; no reconocía la caligrafía, pero la firma al final la dejó sin aliento. Era un viejo amigo de su padre, un hombre perteneciente al poderoso clan Kim. La carta contenía una petición desesperada: refugiar a un desertor de la Segunda División. Lider Clark, Primero que nada, me veo en la lamentable posición de ofrecerle mis condolencias por la caída del antiguo líder