El lugar era inmenso, quizá pensada para banquetes donde la familia real recibiera a decenas de invitados, pues en el lado derecho del lugar habia un gran meson. Era el escenario perfecto para eventos de tal magnitud. Sin embargo, Elias se sentía diminuto en ese espacio, como un grano de arena en un desierto.
"¿Es el comedor para eventos?" preguntó, su voz apenas un susurro en la inmensidad de la sala. La líder quien lo observaba con atención. Asintió lentamente. "Para cuando la élite del clan tiene un evento y vienen muchas personas a cenar," explicó, su tono suave pero firme. "El comedor común está en la parte de abajo, como pudiste observar, pero a mí me gusta sentarme aquí. Pareces no estar acostumbrado a este tipo de reuniones." Elias sintió cómo se ruborizaba. Cada palabra de la líder era como una aguja clavándose en su ego. "No... no estoy acostumbrado," admitió. "Como su alteza sabe, yo no soy parte de la familia real." Un silencio tenso se apoderó de la sala. La líder frunció el ceño. "No hace falta ser parte de la realeza para comprender los códigos del clan. Basta con ser de la élite," respondió con frialdad. "¿Qué edad tienes, Elias?" La pregunta lo tomó por sorpresa. "Veintiocho, señora," respondió, sintiendo cómo su voz temblaba. "Pronto cumpliré veintinueve." La líder lo miró fijamente. "Ya deberías haber sido clasificado. ¿Qué nivel tienes?" Kyla, observo a Elias, y apretó los labios. Sabía que esta pregunta era una provocación, no era usual que la lider se interesara de esa manera, algo aquí no le terminaba de encajar. "Dudo que su alteza me haya permitido quedarme en su residencia sin saber algo tan básico como mi nivel," intervino Elias, su voz firme pero temblorosa. "Me pregunto qué busca al preguntar algo que ya sabe..." Kyla sostuvo el aliento, viendo el responder de Elias como una forma de desafio a la lider. Elias la miro, si antes estaba nervioso, ahora que vio la reaccion de la omega, sintio arrepentimiento de inmediato, solo tenia que haber respondido, joder. La líder sonrió con desdén. "Se necesita mucho valor para hablarle así a la líder de un clan, señor Elias, más con la ironia en que lo hizo" replicó. "No, se..señora yo..." pero no pudo terminar de decir "Y se necesita ser realmente estúpido para no responder una simple pregunta." Continuo, con una mira fria y un poco agresiva que hizo que Elias se sintiera avergonzado Elias se sintió acorralado. La tensión en la sala era palpable. La líder se puso de pie. "La protección que te estoy ofreciendo no es un favor ni a ti, ni a tu tío, ni a tu clan," dijo, su voz fría como el hielo. Hizo al alfa encogerse en su asiento. "Estás aquí porque es lo que creo que mi padre habría hecho. Conoce tu lugar y actúa en consecuencia. No toleraré insolencias, mucho menos las de un alfa como tú." Elias se puso de pie lentamente, cosa que hizo a la lider tensarse, pues no se espero tal cosa "Lamento que haya visto mis intenciones de esa manera," dijo, y lo que habia parecido un gesto desafiante, se transformo cuando el alfa inclino la cabeza en señal de respeto. "Por favor, entienda que esto es tan incómodo para mí como para usted. Sé que no soy bienvenido aquí y sé que si fuera por usted, jamás habría accedido a recibirme." Elias no quito su posicion y siguio viendo al suelo, esperando que con esto la lider entendiera que no tenia malas intenciones y se atrevió a mirar a la omega a la cara, el pecho apretándosele al encontrarse con esos ojos fríos. Kyla lo miró tensa. Elias, por su parte, no pudo evitar sentir una profunda soledad. Se sentía como un extraño. "P-por favor, ignore mi presencia hasta que sea capaz de conseguir refugio en otro lugar. Buen provecho" Elias se dio la vuelta dispuesto abandonar el lugar, pero el llamado de Kyla lo detuvo. "Yo le guiare a su habitacion" dijo, un poco deprisa, giro y reverencio ante la lider "Con su permiso, me ocupare de esto" Ella solo asintio, e hizo un deman con la mano para que se marchara. El camino a su habitacion se le hizo incomodo, por el silencio que habia entre su guia y el, sabia que no habia estado bien, y su manera de actuar habia sido mero impulso. "Mi nombre es Lee Kyla" El alfa frunció el ceño ante la presentación. Oh, asi que ella era Lee... "Soy la asistente personal y mano derecha de la líder Clark" la omega continuó diciendo, guiando al alfa por la enorme residencia, subiendo las escaleras al segundo piso. Ya Elias lo sospechaba pero salio de duda con esa aclaración. Su recorrido termino cuando llegaron a una puerta color caoba el cual reconocia como la de su habitacion. Kyla, lo miro con un poco de recelo e incomodidad, sus ojos se posaron en un relicario que colgaba en su cuello, cosa que no habia notado hasta ahora. En el destacaba una piedra ambar. El sello de los Kim. Se sorprendio cuando el alfa llevo la mano a su relicario tratando de ocultarlo en su puño cerrado. Kyla subio la vista a los ojos del alfa. "Mi lider..." dijo con la voz sonando un poco extraña "Mi lider, es un poco cuidadosa con los Kim" Elias se tenso. " No pretendo hacerle daño a la persona que me va a proteger" aclaro en tono bajo Tal vez parecio innecesario lo que Kyla dijo acontinucion pero.. "Los Kim le han quitado todo" Elias endurecio la mirada y comprendio, oh joder, como no hacerlo, kyla lo miraba fijamente de una manera hostil. "En eso su majestad y yo podemos coincidir" dijo lentamente, cuidando su elección de palabras. "Los Kim han destruido mi vida" Por primera vez en los diez minutos que llevaba conociendo a la omega, parecio ver tristeza en sus ojos hostiles. Esta retrocedio y reverencio ante el alfa. "Disculpa la rudeza, pero como comprendera las reglas de la casa son estrictas" dijo " Hasta que la lider le tome confianza, solo dirijase a ella si se le es permitido, cualquier cosa que necesite, busque algún sirviente, ellos estaran a su orden, en dado caso busque de mi, yo lo podre ayudar" Lee kyla, se soprendio cuando Elias reverencio ante ella profundamente. "Gracias por su hospitalidad, señorita Lee" el alfa se enderezo fijando su mirada en la omega " Puede decirle a La lider que me ha salvado la vida" Lee solo asintio y se retiro, dejando a Elias con un mar de emociones a flor de piel. Elias se sento en la orilla de la cama, llevando su mano al relicario, y suspiro de forma temblorosa. "Mamá" murmuro, el relicario, frío y pesado en su mano, era el único vínculo tangible que le quedaba con ella. La oscuridad que se extendia mas alla de la ventana, parecia engullirlo por completo. Al mirar al cielo nocturno, imaginaba su madre, brillante como una estrella, vigilándolo desde las alturas. Casi sollozo. "Ayudenme" suplico, con los hombros temblando, inclinandose apoyar la frente en el relicario. El cual contenia las verdaderas razones por la que estaba ahí. "Ayudenme, hacer lo correcto"El alba pintaba el cielo con tonos pastel, bañando la mansión Clark en una luz tenue y fría. El crujido de la nieve bajo sus botas era el único sonido que rompía la tranquilidad de la mañana. Elías, se encontraba en el jardín, su mirada perdida en el horizonte donde las montañas se erguían imponentes, cubiertas de un manto blanco.Un mes había pasado desde su llegada. Un mes en el que había aprendido a convivir con la opulencia y la rigidez de la vida en la mansión. Los sirvientes lo trataban con una deferencia que lo incomodaba profundamente. El frío calaba hondo en sus huesos, pero no sentía la necesidad de buscar abrigo. La sensación gélida le recordaba a su hogar, a los inviernos crudos de su infancia. Y con ellos, a los recuerdos de su familia, de una vida que había dejado atrás. Elias, estaba tan centrado en ver el horizonte, que no se percato que a lo lejos desde lo alto de un ventanal, se encontraba la lider observandolo."Parece perdido en sus pensamientos", comentó Kyla, ro
Un suave crepúsculo teñía de rosa los vidrios de la mansión Clark. Helena, la líder del clan, estaba sumergida en un mar de papeles revisando los ultimos reportes, Su expresión era serena, pero sus ojos reflejaban una profunda inteligencia y una cautela innata. La posición que ocupaba la había obligado a construir un muro alrededor de sus emociones, permitiendo que solo una fría racionalidad guiara sus acciones. Una misiva, sellada con el emblema del clan Kim, yacía sobre su escritorio.fijo su mirada en ella, habia estado posponiendo en revisarla, pues la letra elegante y familiar la había desconcertado al principio; no reconocía la caligrafía, pero la firma al final la dejó sin aliento. Era un viejo amigo de su padre, un hombre perteneciente al poderoso clan Kim. La carta contenía una petición desesperada: refugiar a un desertor de la Segunda División. Lider Clark, Primero que nada, me veo en la lamentable posición de ofrecerle mis condolencias por la caída del antiguo líder
"Di dónde están"El alfa hizo silencio.Miró sus manos en el suelo frente a él, con los ojos llenos de lágrimas y contuvo un grito cuando el martillo volvió a caer sobre sus dedos, rompiendo un par de huesos. Jadeó por aire, con más lágrimas cayendo por sus mejillas y mezclándose con la sangre de su rostro, alzando la cabeza cuando los dedos hundidos en su cabello le hicieron hacerlo.Encaró al alfa frente a él, quien ladeó la cabeza, mirándolo a los ojos y se tensó de sobremanera cuando lo vio acercarle un cuchillo a la mejilla.Apretó los dientes, sus ojos oscuros expresando odio cuando el otro apretó la punta del cuchillo en la piel."Mátame" masculló, apenas pudiendo decir entre sus dientes apretados y su voz áspera, como si su garganta estuviera cubierta de lija. "No te diré algo. Mátame ya"El alfa frente a él le sonrió."Si quisiera matarte, ya estarías muerto" respondió en un susurro, mas no se privó de sacar un arma de la cintura de sus pantalones para apuntar al joven arrod
Elias despertó sobresaltado, tendido en el frío suelo de su habitación. La pesadilla que lo había atormentado se desvaneció tan rápido como había llegado, dejándolo con una sensación de inquietud. Se incorporó con dificultad, sintiendo el frío del suelo contra su espalda. No toco la cama, simplemente se habia tendido en el suelo y se habia dejado llevar por el sueño. No era la primera vez que dormía asi , pues en su pasado le habían acostumbrado a ello. Sin embargo, esta vez, la dureza del suelo parecía acentuar su desasosiego. Recordó vagamente haber sido conducido a esta habitación, una habitación que no era suya, a un lugar donde parecia no ser bien recidido.Miró a su alrededor, observando los detalles de la estancia. Muebles antiguos, tapices bordados, una chimenea que nunca había sidoutilizada. Todo parecía tan ajeno, tan fuera de lugar. Se preguntó cómo haria para adaptarse a esto, La habitación, con sus muebles antiguos y sus tapices oscuros, le resultaba cada vez más extrañ
Elias se sobresaltó al instante y clavó la mirada en la omega que se hallaba junto a la líder, y a quien acababa de notar. La mujer se acercó con una expresión de desaprobación, dejando una tableta sobre la mesa junto al desayuno de la líder. “Creí haber enviado a alguien para que lo guiara al comedor común. No puede andar husmeando por la residencia a sus anchas,” reprochó la omega, señalando el camino por el que había venido. “Lo llevaré…” “Déjalo, Kyla,” interrumpió la líder. Elias giró la cabeza hacia ella. Sus ojos se encontraron. Una corriente de tensión recorrió el ambiente. Quizá existía alguna regla implícita que prohibía desafiar su autoridad con una mirada prolongada, pero Elias no pudo evitarlo. Elias, se sentía cansado y fuera de lugar en esa casa. Kyla tensó los hombros y apretó los labios, dirigiendo su mirada a la líder. “Yo envié a alguien para que le mostrara dónde desayunar,” dijo en voz baja, “pero asumiré la responsabilidad. No volverá a ocurrir.” ¿Tan