Johanna Suárez, una mujer mexicana de espíritu libre y apasionado, conoció a Kim Ji-Sam, un hombre coreano reservado y misterioso, en un desfile de modas en Seúl. Desde el primer momento, hubo una conexión innegable entre ellos, una chispa que encendió un amor prohibido debido a sus diferencias culturales y las expectativas de sus familias. Johanna, con su cabello café y rizado, y ojos llenos de vida, era una mujer que irradiaba calidez y alegría. Sin importar su pasado. Provenía de una familia tradicional mexicana, donde la familia y la comunidad eran el centro de todo. En contraste, Kim Ji-Sam, con su porte elegante y mirada profunda, venía de una familia coreana estricta y conservadora, donde el honor y la disciplina eran fundamentales. Su mundo era uno de sobriedad y formalidad, donde las emociones se mantenían bajo control. A pesar de sus diferencias, Johanna y Ji-Sam se encontraron atraídos el uno al otro de una manera que no podían explicar.
Leer másLos años han pasado, para ser más exactos, 4 años. Johanna y Sam ya tienen un hermoso niño de 2 años de ojos cafés y cabello oscuro. Que se llama Kim Ji-Hajun. Aunque a Johanna no le agradó mucho el nombre porque es muy difícil de pronunciar, al final aceptó. El pequeño tiene muchos rasgos coreanos, pero los ojos un poco más abiertos que los coreanos de sangre limpia. También tiene rasgos latinos que lo hacen ver un niño superlindo y tierno. Valeria y Hee son las más felices del mundo de tener a un hermanito pequeño con quien jugar y cuidar. Lo consienten como si fuera un pequeño príncipe. Johanna se siente feliz de ver lo atento que es Sam porque desde los nueve meses de embarazo se comportó como todo un caballero, con decir que cuando le dijo, se puso a brincar de alegría y durante todo el tiempo no quería ni tocarla, pero al final ella supo cómo convencerlo, aunque un tanto dudoso. Para ella tener un hijo en este país fue toda una experiencia completamente nueva en comparación
Alim y Min, durante la fiesta, se la pasaron bailando como si fueran dos gallinas espinadas, aunque vieron cómo Johanna y Sam son tan hermosos que se aman mucho. Después de terminarse la fiesta, Min y Alim fueron al departamento donde se la pasaron muy contentos viendo televisión. Al día siguiente, ellos fueron por su propia cuenta a conocer la ciudad. La coreana le mostró al filipino todo lo bello que había, incluso la comida, a pesar de ser un poco picante. Lo lleva a la pequeña empresa que tiene, donde el filipino se quedó mucho más impactado de la hermosa e inteligente mujer que tiene a su lado, quedando mucho más enamorado de ella. Al estar solos en la oficina de Min, se detiene en la enorme ventana de cristal viendo la hermosa vista que tiene de la ciudad. —Min —la llama; ella voltea a verlo. —Sí. —Desde que me invitaste a venir estuve pensando y lo que es seguro es que no me quiero regresar sin ti. —Así que le dije a mi padre que dejaría la empresa para venirme con
A la mañana siguiente, Sam abre los ojos sintiéndolos muy pesados, pero de inmediato el dolor de cabeza se hace presente, sintiéndose fatal. Se pone de pie, cubriendo su cuerpo desnudo con una bata, sale de la habitación, dirigiéndose con dificultad por los pasillos hasta llegar a la cocina, donde ve a su esposa cocinar. —Buenos días, amor —saludó Johanna con alegría. —Buenos días, cariño —dijo, sentándose en la silla frente a la mesa y agarrando las sienes. —¿Te duele la cabeza? —preguntó Johanna mientras ve cómo él se mira un poco triste. —Sí, me duele mucho —confirmó. Al oír eso, la mexicana busca una pastilla en uno de los cajones y llena un vaso de agua, colocándolo frente a él. —Ten, esto te ayudará —le coloca frente a él. —Gracias, cariño —el de toma la pastilla—. ¿Cómo fue que pasó esto? —¿No lo recuerdas? —indagó Johanna. —No. —Déjame refrescarte la memoria —dijo Johanna, bajándole a la estufa y sentándose frente a su esposo. (Flashback) Después
Mientras nuestra pareja de recién casados disfruta de su luna de miel. Min y Alim han salido más ahora que ya no tiene que hacerse cargo de las niñas. La coreana se encuentra feliz porque ha conocido a Alim más a fondo, viendo que es un hombre espectacular, muy atento, romántico, cariñoso y que la apoya en todo. Hoy decidieron salir a caminar, además de que Min lo invitara a México, ya que Johanna le dijo que, después de que regresara de su luna de miel, irían a México para festejar su matrimonio con una fiesta real. —Estás muy seria, ¿ocurre algo? —habló el filipino. —No, solo recordaba algo. —¿No me digas que es relacionado con tu madre? —preguntó y Min queda muy confundida. —No es de ella; desde lo ocurrido no he vuelto a hablar con ella. Sé que si lo hago, me reprochará todo lo que le dije y, además, no quiero que se meta en mi vida. —Ya veo, ahora entiendo por qué mi madre se la pasa, hablándome y preguntándome de ti. —Tu madre le habla a la mía para saber lo que ocurr
La mexicana y el coreano después de unas horas de vuelo por fin han llegado a su destino. Suben al vehículo que los llevará a una cabaña en el bosque que rentó el señor Kim para pasar este momento con ella. Al llegar, Johanna se queda impresionada por tanta belleza, además que hay mucha paz en este lugar y baja el señor Kim, la carga en sus brazos llevándola hacia el interior de la cabaña…—Qué romántico, ¿esto se hace en tu cultura? —preguntó Johanna mientras lo rodeaba con sus brazos por el cuello.—No, pero lo hago por ti, además de que ahora ya no temo demostrar mis sentimientos y el enorme afecto que te tengo —declaró Sam dándole un beso.—Qué lindo —susurró Johanna. Él continúa subiendo las escaleras hasta entrar en una habitación baja a su esposa; ella ve que está completamente con velas, rosas, chocolates y algunos globos. En la cama hay un enorme corazón hecho de pétalos de rosa—. ¿Tú hiciste esto? —Sí, me puse a ver novelas mexicanas y vi que hacían esto, así que quise sor
Las semanas pasaron rápido y la noticia que el señor Kim se casaría corrió como pólvora. Y cómo siempre, muchas personas de acuerdo, mientras que otras en contra, entre ellos algunos socios de la empresa. Aunque no pudieron negarse del todo, ya que si lo hacían pensarían que ellos también eran unos abusadores y que apoyaban las agresiones hacia las mujeres, así que decidieron permanecer con el señor Kim sin oponerse a su matrimonio… La señora Seol poco a poco fue aceptando todo y más el hecho de tener a una consuegra bastante habladora. Sí, es una falta de respeto porque ella es mayor, pero entiende que así son las creencias y además debe de acostumbrarse, ya que después de la boda la señora se quedará con ella, al igual que la hija de Johanna y su nieta. Bueno, veremos cómo les va en ese tiempo. A miles de kilómetros de ahí, la reputación de la familia Castillo ha ido en picada debido a la rueda de prensa donde se supo la verdad; las inversiones han caído y están pasando por una
Al día siguiente uno de sus hombres informó al señor Kim sobre los resultados del laboratorio donde compró que sí lo había drogado. Él les ordenó que llevaran esa información al detective a cargo de su caso para que así viera que efectivamente lo habían llevado a la fuerza a su departamento con malas intenciones. Le contó a Johanna que ella también quedó indicada por lo que tuvieron que hacer para que ellos se separaran. Aunque no lograron su objetivo. Durante dos días estuvieron preparando todo para su viaje a Corea, el señor Kim también ayudó a traer todas las cosas de su suegra, ya que ella hasta cargó con los peces. Mientras que la señora María y Alejandra estuvieron felices por el viaje al extranjero. Suben al jet privado, Alejandra ayuda a la mujer mayor mientras que Johanna y Sam se acomodan en unos asientos adelante de ellas. Se abrochan el cinturón, se toman de la mano mirándose fijamente mientras sienten cómo la aeronave empieza a moverse. La mexicana no pierde de v
Después de desayunar y darse un baño que se prolongó más de lo habitual, la pareja va en el auto agarrado de la mano, mientras que el chofer conduce por las calles de Jalisco y él se ha sorprendido porque aquí las reglas de manejo no importan o no tanto como en Corea. Por fin ha llegado a la ubicación. Deteniéndose en la entrada de la casa, el coreano y la mexicana ven por la ventana del auto viendo la fachada de la casa.—Es aquí —confirma Johanna. El señor Kim abre la puerta ayudando a bajar a su amada mexicana. Mientras continúan agarrados de la mano, caminan directo hacia la puerta. Los dos se detienen en el umbral y Johanna toca el timbre, escuchándose de fondo un sonido muy suave—. Debo de decirte que mi madre está enferma; ella padece de demencia y se olvida de todo, así que tal vez ella te pregunte varias veces la misma cosa —le avisó Johanna.—Está bien, no te preocupes —dijo Sam, tomando con más firmeza su mano. Unos pasos se acercan a la puerta, abriéndose esta y Johanna r
A la mañana siguiente, Johanna despierta sintiendo los rayos del sol tocar su piel, se mueve en la cama dándose cuenta de que el coreano no está a su lado y ahora ve que ya se le está haciendo costumbre que cada vez que duermen juntos siempre amanece sin él. Se levanta de la cama tomando una de sus batas sin ponerse nada abajo, se la amarra al frente, se coloca sus sandalias y sale de la habitación. Bajan ellas, yendo directo hacia la cocina, donde está casi seguro que el señor Kim se encuentra. Y efectivamente, ve a ese atractivo hombre luciendo un mandil de color oscuro, moviendo un sartén y en la estufa… —Buenos días —saluda Johanna y el señor Kim voltea a verla dedicándole una tierna sonrisa. —Buenos días, hermosa —responde Sam con cariño. Johanna sonríe y se acerca a él que sale superada de la estufa dándose un beso. —Creo que podría acostumbrarme a esto —dijo Johanna mientras los abraza por la cintura, colocando su mejilla en su espalda descubierta. —Y para mí será un