Las semanas pasaron rápido y la noticia que el señor Kim se casaría corrió como pólvora. Y cómo siempre, muchas personas de acuerdo, mientras que otras en contra, entre ellos algunos socios de la empresa. Aunque no pudieron negarse del todo, ya que si lo hacían pensarían que ellos también eran unos abusadores y que apoyaban las agresiones hacia las mujeres, así que decidieron permanecer con el señor Kim sin oponerse a su matrimonio… La señora Seol poco a poco fue aceptando todo y más el hecho de tener a una consuegra bastante habladora. Sí, es una falta de respeto porque ella es mayor, pero entiende que así son las creencias y además debe de acostumbrarse, ya que después de la boda la señora se quedará con ella, al igual que la hija de Johanna y su nieta. Bueno, veremos cómo les va en ese tiempo. A miles de kilómetros de ahí, la reputación de la familia Castillo ha ido en picada debido a la rueda de prensa donde se supo la verdad; las inversiones han caído y están pasando por una
La mexicana y el coreano después de unas horas de vuelo por fin han llegado a su destino. Suben al vehículo que los llevará a una cabaña en el bosque que rentó el señor Kim para pasar este momento con ella. Al llegar, Johanna se queda impresionada por tanta belleza, además que hay mucha paz en este lugar y baja el señor Kim, la carga en sus brazos llevándola hacia el interior de la cabaña…—Qué romántico, ¿esto se hace en tu cultura? —preguntó Johanna mientras lo rodeaba con sus brazos por el cuello.—No, pero lo hago por ti, además de que ahora ya no temo demostrar mis sentimientos y el enorme afecto que te tengo —declaró Sam dándole un beso.—Qué lindo —susurró Johanna. Él continúa subiendo las escaleras hasta entrar en una habitación baja a su esposa; ella ve que está completamente con velas, rosas, chocolates y algunos globos. En la cama hay un enorme corazón hecho de pétalos de rosa—. ¿Tú hiciste esto? —Sí, me puse a ver novelas mexicanas y vi que hacían esto, así que quise sor
Mientras nuestra pareja de recién casados disfruta de su luna de miel. Min y Alim han salido más ahora que ya no tiene que hacerse cargo de las niñas. La coreana se encuentra feliz porque ha conocido a Alim más a fondo, viendo que es un hombre espectacular, muy atento, romántico, cariñoso y que la apoya en todo. Hoy decidieron salir a caminar, además de que Min lo invitara a México, ya que Johanna le dijo que, después de que regresara de su luna de miel, irían a México para festejar su matrimonio con una fiesta real. —Estás muy seria, ¿ocurre algo? —habló el filipino. —No, solo recordaba algo. —¿No me digas que es relacionado con tu madre? —preguntó y Min queda muy confundida. —No es de ella; desde lo ocurrido no he vuelto a hablar con ella. Sé que si lo hago, me reprochará todo lo que le dije y, además, no quiero que se meta en mi vida. —Ya veo, ahora entiendo por qué mi madre se la pasa, hablándome y preguntándome de ti. —Tu madre le habla a la mía para saber lo que ocurre —le
—Señorita Johanna Suárez, es usted encontrada culpable del homicidio del productor Vicent castillo —exclamó el señor juez—. Pero debido a que usted es menor de edad, será trasladada al correccional femenil de mujeres hasta cumplir la mayoría de edad. —Terminó el señor juez golpeando el escritorio con el martillo de madera. —¡No! —un grito invade toda la sala y ese provenía de la madre de Vicent Castillo, que se sentía indignada por la sentencia que le habían dado a la mujer que asesino a su hijo—. ¡Esa mujer debería de ser condenada a la pena de muerte! —dijo la mujer de cabello castaño cubierto con algunas canas. —¡Silencio en la sala! —dijo el juez con voz ronca—. Doy por finalizado este juicio —al terminar de hablar la gente se pone de pie. Dos policías toman del brazo a la joven de quince años de cabello castaño, piel de color medio y de complexión delgada. Que tiene esposas en las muñecas y en los tobillos. Los hombres se llevan a la joven. —¡Te juro que nunca te deja
> —¡Ah! —gritó exaltada porque siempre sueña con los maltratos de ese monstruo. Intenta controlar su respiración tan agitada, haciendo sus ejercicios de relajación. Cuando logra controlar sus emociones y su acelerado corazón se pone a pensar en cómo han pasado ya 15 años desde la muerte de ese canalla y todavía la sigue atormentado esos terribles sucesos que sigue sintiéndose como si fuera ayer Estira los brazos mirando las varias cicatrices poco visibles que compruebas esos momentos de abuso. ¡Toc! ¡Toc! Se escucha cómo alguien toca la puerta haciendo que se gire dejando de mirar sus brazos. —S
Al llegar del trabajo, como le había ordenado a su sirvienta estaba cenando sola, no le gustaba mucho esa sensación tan extraña, tan lúgubre, nunca le ha agradado estar sola y es que cada vez que está así siempre los terribles momentos del pasado se manifiestan. Y hoy no es la excepción, su mente viaja a cuando ella siendo una niña aceptó irse a vivir con Vicent estaba alegre porque desde que estaba con él su carrera había mejorado era la chica del momento. Pero cuando estuvo en esa jaula todo cambio, ella como buena chica le preparaba su comida; sin embargo, él siempre le decía que sabía mal o estaba fría, causando que en ocasiones cuando estaba muy caliente se la arrojara intentando quemarla. Ella nunca entendía por qué la trataba así. Incluso después le prohibía ponerse ropa muy reveladora o muy ajustada porque siempre le gritaba que se la ponía para que todos la vieran. El día que ella se defendió recibió su primera cachetada. Ella agita la cabeza intentando olvidar eso
Johanna no está muy contenta de dejar a su hija, pero su amiga tiene razón durante los dos meses de vacaciones su hija se la pasará con sus abuelos y es que en esa escuela de paga tiene la forma de estudio que una estadounidense y les dan todo ese tiempo. Así que no tendrá nada que hacer más que estar encerrada en su casa. Además, a Valeria no le importa si se va así que precisamente por eso aceptó ir. Preparo sus maletas y ahora están subiendo al vuelo en primera clase. Johanna toma su asiento y su amiga se sienta frente a ella. —No estés triste, Valeria sabe cuidarse bien —añadió su amiga mirándola. —Claro que estoy preocupada, esa familia solo buscan quitarme a mi hija —mencionó la mujer de color de piel medio. —Pero no pueden hacer nada porque el juez ordenó que tú tienes todo para cuidarla y que solamente pasarían los fines de semana con ellos y unas vacaciones sí y una no —dijo—, pero lo que sigo sin entender es como el juez aceptó eso si son unas pésimas personas.
El chico misterioso al ver que la mujer a la que acaba de salvar se ha distraído aprovecha para salir huyendo del lugar y es que no sabe por qué la salvo y más a una total desconocida. Bueno, pero no dejaría que la atropellaran, en fin es mejor dejar las cosas así. Continúa con su trayecto hasta llegar al estacionamiento privado donde había dejado su motocicleta. Al entrar al lugar la ve a la distancia, se acerca hasta ella y aunque debido a la tela que cubre la mitad de su rostro, no se ve la sonrisa que ha puesto. Pero le alegra ver a su moto y es que a él le encanta sentir la adrenalina. Siendo acompañada del aire que toca su piel. Se coloca su mochila en su espalda, subiendo ahorcajadas sobre ella, poniéndose el casco y enciende el motor escuchándose un ronronear. Saliendo del estacionamiento a una velocidad considerable. Al entrar a las calles de vez en cuando le acelera para sentir esa sensación que tanto le gusta, se detiene al ver el semáforo en rojo y en eso pasa un