La mexicana y el coreano después de unas horas de vuelo por fin han llegado a su destino. Suben al vehículo que los llevará a una cabaña en el bosque que rentó el señor Kim para pasar este momento con ella. Al llegar, Johanna se queda impresionada por tanta belleza, además que hay mucha paz en este lugar y baja el señor Kim, la carga en sus brazos llevándola hacia el interior de la cabaña…—Qué romántico, ¿esto se hace en tu cultura? —preguntó Johanna mientras lo rodeaba con sus brazos por el cuello.—No, pero lo hago por ti, además de que ahora ya no temo demostrar mis sentimientos y el enorme afecto que te tengo —declaró Sam dándole un beso.—Qué lindo —susurró Johanna. Él continúa subiendo las escaleras hasta entrar en una habitación baja a su esposa; ella ve que está completamente con velas, rosas, chocolates y algunos globos. En la cama hay un enorme corazón hecho de pétalos de rosa—. ¿Tú hiciste esto? —Sí, me puse a ver novelas mexicanas y vi que hacían esto, así que quise sor
Mientras nuestra pareja de recién casados disfruta de su luna de miel. Min y Alim han salido más ahora que ya no tiene que hacerse cargo de las niñas. La coreana se encuentra feliz porque ha conocido a Alim más a fondo, viendo que es un hombre espectacular, muy atento, romántico, cariñoso y que la apoya en todo. Hoy decidieron salir a caminar, además de que Min lo invitara a México, ya que Johanna le dijo que, después de que regresara de su luna de miel, irían a México para festejar su matrimonio con una fiesta real. —Estás muy seria, ¿ocurre algo? —habló el filipino. —No, solo recordaba algo. —¿No me digas que es relacionado con tu madre? —preguntó y Min queda muy confundida. —No es de ella; desde lo ocurrido no he vuelto a hablar con ella. Sé que si lo hago, me reprochará todo lo que le dije y, además, no quiero que se meta en mi vida. —Ya veo, ahora entiendo por qué mi madre se la pasa, hablándome y preguntándome de ti. —Tu madre le habla a la mía para saber lo que ocurr
A la mañana siguiente, Sam abre los ojos sintiéndolos muy pesados, pero de inmediato el dolor de cabeza se hace presente, sintiéndose fatal. Se pone de pie, cubriendo su cuerpo desnudo con una bata, sale de la habitación, dirigiéndose con dificultad por los pasillos hasta llegar a la cocina, donde ve a su esposa cocinar. —Buenos días, amor —saludó Johanna con alegría. —Buenos días, cariño —dijo, sentándose en la silla frente a la mesa y agarrando las sienes. —¿Te duele la cabeza? —preguntó Johanna mientras ve cómo él se mira un poco triste. —Sí, me duele mucho —confirmó. Al oír eso, la mexicana busca una pastilla en uno de los cajones y llena un vaso de agua, colocándolo frente a él. —Ten, esto te ayudará —le coloca frente a él. —Gracias, cariño —el de toma la pastilla—. ¿Cómo fue que pasó esto? —¿No lo recuerdas? —indagó Johanna. —No. —Déjame refrescarte la memoria —dijo Johanna, bajándole a la estufa y sentándose frente a su esposo. (Flashback) Después
Alim y Min, durante la fiesta, se la pasaron bailando como si fueran dos gallinas espinadas, aunque vieron cómo Johanna y Sam son tan hermosos que se aman mucho. Después de terminarse la fiesta, Min y Alim fueron al departamento donde se la pasaron muy contentos viendo televisión. Al día siguiente, ellos fueron por su propia cuenta a conocer la ciudad. La coreana le mostró al filipino todo lo bello que había, incluso la comida, a pesar de ser un poco picante. Lo lleva a la pequeña empresa que tiene, donde el filipino se quedó mucho más impactado de la hermosa e inteligente mujer que tiene a su lado, quedando mucho más enamorado de ella. Al estar solos en la oficina de Min, se detiene en la enorme ventana de cristal viendo la hermosa vista que tiene de la ciudad. —Min —la llama; ella voltea a verlo. —Sí. —Desde que me invitaste a venir estuve pensando y lo que es seguro es que no me quiero regresar sin ti. —Así que le dije a mi padre que dejaría la empresa para venirme con
Los años han pasado, para ser más exactos, 4 años. Johanna y Sam ya tienen un hermoso niño de 2 años de ojos cafés y cabello oscuro. Que se llama Kim Ji-Hajun. Aunque a Johanna no le agradó mucho el nombre porque es muy difícil de pronunciar, al final aceptó. El pequeño tiene muchos rasgos coreanos, pero los ojos un poco más abiertos que los coreanos de sangre limpia. También tiene rasgos latinos que lo hacen ver un niño superlindo y tierno. Valeria y Hee son las más felices del mundo de tener a un hermanito pequeño con quien jugar y cuidar. Lo consienten como si fuera un pequeño príncipe. Johanna se siente feliz de ver lo atento que es Sam porque desde los nueve meses de embarazo se comportó como todo un caballero, con decir que cuando le dijo, se puso a brincar de alegría y durante todo el tiempo no quería ni tocarla, pero al final ella supo cómo convencerlo, aunque un tanto dudoso. Para ella tener un hijo en este país fue toda una experiencia completamente nueva en comparación
—Señorita Johanna Suárez, es usted encontrada culpable del homicidio del productor Vicent castillo —exclamó el señor juez—. Pero debido a que usted es menor de edad, será trasladada al correccional femenil de mujeres hasta cumplir la mayoría de edad. —Terminó el señor juez golpeando el escritorio con el martillo de madera. —¡No! —un grito invade toda la sala y ese provenía de la madre de Vicent Castillo, que se sentía indignada por la sentencia que le habían dado a la mujer que asesino a su hijo—. ¡Esa mujer debería de ser condenada a la pena de muerte! —dijo la mujer de cabello castaño cubierto con algunas canas. —¡Silencio en la sala! —dijo el juez con voz ronca—. Doy por finalizado este juicio —al terminar de hablar la gente se pone de pie. Dos policías toman del brazo a la joven de quince años de cabello castaño, piel de color medio y de complexión delgada. Que tiene esposas en las muñecas y en los tobillos. Los hombres se llevan a la joven. —¡Te juro que nunca te deja
> —¡Ah! —gritó exaltada porque siempre sueña con los maltratos de ese monstruo. Intenta controlar su respiración tan agitada, haciendo sus ejercicios de relajación. Cuando logra controlar sus emociones y su acelerado corazón se pone a pensar en cómo han pasado ya 15 años desde la muerte de ese canalla y todavía la sigue atormentado esos terribles sucesos que sigue sintiéndose como si fuera ayer Estira los brazos mirando las varias cicatrices poco visibles que compruebas esos momentos de abuso. ¡Toc! ¡Toc! Se escucha cómo alguien toca la puerta haciendo que se gire dejando de mirar sus brazos. —S
Al llegar del trabajo, como le había ordenado a su sirvienta estaba cenando sola, no le gustaba mucho esa sensación tan extraña, tan lúgubre, nunca le ha agradado estar sola y es que cada vez que está así siempre los terribles momentos del pasado se manifiestan. Y hoy no es la excepción, su mente viaja a cuando ella siendo una niña aceptó irse a vivir con Vicent estaba alegre porque desde que estaba con él su carrera había mejorado era la chica del momento. Pero cuando estuvo en esa jaula todo cambio, ella como buena chica le preparaba su comida; sin embargo, él siempre le decía que sabía mal o estaba fría, causando que en ocasiones cuando estaba muy caliente se la arrojara intentando quemarla. Ella nunca entendía por qué la trataba así. Incluso después le prohibía ponerse ropa muy reveladora o muy ajustada porque siempre le gritaba que se la ponía para que todos la vieran. El día que ella se defendió recibió su primera cachetada. Ella agita la cabeza intentando olvidar eso