Festividad

El hombre desconocido se la ha pasado en su oficina y es que desde muy temprano su madre le mando los perfiles de las chicas. No niega que son hermosas, con excelentes carreras y trabajos. Pero ninguna de ellas le llama la atención y prefiere dejar toda esa información a un lado.

Se desploma sobre la silla y es que le estresa demasiado que su madre le esté insistiendo con eso cuando ella sabe mejor que nadie lo mal que se la paso.

Vuelve abrir una de las carpetas mirando la foto de la chica, pero su mente recuerda a la mujer que salvo en el aeropuerto y la verdad que era una mujer muy bonita. Con rasgos completamente distintos que lo han dejado impactado.

Las puertas se abren haciendo que el hombre regresa a la realidad. A la oficina entra un chico joven con paso apresurado hasta quedar de pie frente a su jefe que se encuentra revisando algunos documentos.

—¿Qué ocurre? —preguntó el hombre desconocido.

—Señor Kim, la fiesta del señor Park está por comenzar y si no se va en este momento llegará tarde —dijo el hombre con un tono de voz preocupado.

—Iré en un momento, el lugar no me queda tan lejos, dile al chofer que prepare todo que salgo en dos minutos —ordenó el hombre con un tono de voz despreocupado.

—Sí, señor —él, asistente, hace una reverencia y se va con rapidez.

El señor Kim termina de leer los documentos, los firma y los deja sobre la mesa. Se pone de pie y camina directo a la salida. Camina por el pasillo hasta llegar al elevador, presiona el botón esperando a que llegues. Las piernas se abren, entra y presiona el botón del primer piso.

Sale del elevador continuando con su marcha mientras las miradas no dejan de posarse sobre él, incluso, algunas mujeres suspiran. Al salir por la puerta el chofer lo espera en la entrada.

Se mete al auto, el chofer hace lo mismo caminando hacia el lado del piloto donde pone el inmediato el vehículo en marcha.

El señor Kim busca su móvil y marcha el número de teléfono de la casa de su madre.

—Hola casa de la familia Kim —responde una sirvienta.

—Hola.

—Hola señor Kim. ¿En qué puedo ayudarle? —dijo la mujer al reconocerle la voz.

—¿Se encuentra mi madre? —preguntó con voz firme.

—No, la señora salió, quiere que le dé un mensaje.

—Si dile que pasaré un poco más tarde por mi hija —la mujer confirma y él termina la llamada.

El vehículo Kia Río se detiene en la entrada del lugar donde se llevará a cabo el evento. Le abren la puerta al señor Kim que baja con su típico semblante frío y misterioso. Los fotógrafos de inmediato sacan varias fotos y es que a pesar de que el señor Kim es un hombre divorciado que no está muy bien visto el divorcio en Corea, muchas mujeres lo siguen buscando por su belleza y sobre todo por su estatus.

Aunque han pasado tres años desde su divorcio, no se le ha visto con ninguna mujer y él no muestra Inter en ninguna. Haciendo que a las mujeres sea mucho más impactante y sobre todo misterioso.

Y es que la elegancia que tiene es perfecta, con su cabello oscuro como la noche peinado, con las puntas de arriba ligeramente más largas haciendo que algunas caigan por su frente, su barbilla cuadrada, quijada prominente.

Su nariz puntiaguda perfecta, cejas anchas, pero perfiladas, esos labios el de arriba más delgado mientras el de abajo es ligeramente más grande, esos hombros anchos y su cintura más delgada.

Causando que este hombre haga suspirar a todas las mujeres y es que esa apariencia es la que todas las mujeres buscan.

Él continúa caminando con paso firme hasta llegar al interior del lugar donde es recibiendo por un hombre que lo lleva hasta su silla. Él se queda inmóvil mientras ve cómo las personas se dan cuenta de su presencia, él tiene su vista fija en un punto inexistente.

Pero en eso su mirada se desvía a la fila de personas frente a él donde mira a una mujer que no es coreana. Su cabello largo hasta su pecho, con un vestido azul claro, sentada de una manera muy fina y elegante que la hace ver como si fuera una dama de alta gama.

Se le queda viendo más de lo habitual hasta que logra identificar quién es y es la chica que salvo hace unos días.

Quedando completamente sorprendido y es que ahora se mira totalmente diferente a cómo la vio ese día. Nota como la chica sonríe haciendo que se vuelva mucho más atractiva y que una oleada de recuerdos invadan su mente.

Se comienza acordar el leve momento que tuvo con ella, recordando sus lindos ojos cafés claros, esos labios anchos y lo más importante, ese aroma que sigue impregnado en sus fosas nasales.

Repentinamente, las luces bajan provocando que él regrese a la realidad mirando a su socio, el señor Park, a mitad del escenario, por lo visto se está retirando, acaba de hablar y él no ha puesto atención. Se da un par de cachetadas mentales para estar atento y es que nunca antes le había pasado eso.

Las modelos mujeres coreanas comienzan a salir visitando unos lindos vestidos, Johanna no pierde de vista los estilos tan diferentes y lo que más le sorprende es que todas son muy delgadas.

Su vista se fija en las personas que hay notando que las mujeres cumplen con las mismas expectativas y haciendo que se sienta mal al recordar que ella es talla XL en este país. Es como si ella estuviera gorda cosa que no es así porque para su altura está perfectamente bien de peso, estando en 53 kilos.

Deja de agobiarse con eso mirando al otro extremo se da cuenta de que hay un hombre bastante atractivo que la está viendo muy seguido, ella se siente extraña ante esa situación, no es la primera vez que un hombre la ve; sin embargo, no sabe por qué se siente tan diferente esta vez, pero decide ignorarlo esperando que él deje de verla quizá sea porque ella es extranjera y por eso este llamando la atención.

La pasarela continúa, los estilos son tan hermosos, las personas quedan encantadas con los outfits y aplaudieron demasiado al señor Park. Al terminar todos se retiraron de las sillas y pasaron a la sala continúa donde había mesas personales con copas de champán.

Johanna al fin conoció al padre de su amiga, pero él ha estado muy ocupado porque todos los invitados vienen a saludarlo y hablar con él. Así le han presentado a varias personas que la verdad ya no recuerda los apellidos y nombres de todos.

El señor Kim sigue sin quitarle la vista de encima a la mujer, no entiende como es que se ha quedado con afectado con ella y es que por más que quiere dejar de verla no puede hacerlo.

Al observar que está con la familia Park de seguro ha de ser alguna conocida de ellos. Cuando mira que las otras personas que estaban cercas se retiran, se acomoda el traje y se aproxima hasta ellos a paso calmado.

El padre de Min se ha dado cuenta de que el señor Kim se está acercando a ellos, espera un momento a que llegue para poder hablarle y es que ahora que él es un hombre divorciado podría ver si le interesa su hija.

Y es que el señor Park sabe que como su hija ha estado en el extranjero, será muy difícil encontrar un candidato que está interesado. Aunque él sabe que un hombre divorciado no es la mejor opción, pero tiene bastante dinero como para no tenerlo como posible candidato.

—Hola señor Kim. Me alegra que aceptara mi invitación —dijo el señor Park haciendo una reverencia, la cual es respondida por el señor Kim.

—Gracias señor Park, por invitarme —mencionó con una voz tranquila—. Señora Park —saluda a la mujer más grande de edad. Haciendo otra reverencia.

—Permítame presentarle a mi hija Park Min-Dea y a su amiga Johanna Suárez. Y Min y Johanna, él es el señor Kim Ji-Sam —expresó el hombre señalando a las dos mujeres que hacen una reverencia en señal de respeto. Él también se inclina un poco.

—Un gusto en conocerlas —contestó el señor Kim.

—Igualmente señor —responden las dos chicas al mismo tiempo.

El señor Park entabla una plática con el señor Kim, pero el de reojo no puede apartar la vista de la mujer extranjera y es que tenerla de cercas es mucho más cautivadora.

Mira cómo la coreana y la extranjera se retiran. Pero él no la pierde de vista hasta que ambas se detienen en la mesa de bebidas…

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