¿Que te pareció?

Mientras las amigas estaban en el jardín sonriendo y hablando sobre lo impresionante que le acaba de pasar a Johanna. Alguien desde el balcón las mira con una expresión serena y sonriendo ladino al ver a la señorita Suárez riendo.

A pesar de la distancia se ve tan linda, tierna y le agrada mucho, no entiende por qué, pero los pocos minutos que hablo con ella sintió que el tiempo se le detenía y una enorme paz lo invadía haciéndolo olvidar todo.

Le sorprende mucho porque ni con su exesposa sintió esta sensación y no niega que sí llego a quererla mucho. Más porque ella le dio a su linda y tierna hija. Siempre estará agradecido por eso, pero el rencor y la ira de pensar en lo mal que ella se comportó con él le hacen quitar esa sonrisa cambiándola por una expresión más sombría.

Vuelve a ver hacia la dirección donde estaban las dos mujeres, pero en el lugar no hay nadie, él siente una leve tristeza de no poder ver de nuevo a la señorita Suárez y comprende lo que le está pasando.

¿Se está interesando en una mujer o será que solo necesita un poco de atención después de tres años de abstinencia? Aunque no en una total privación, ya que también hay otros métodos para medio saciar, peor no se compara con lo esa acción tan satisfactoria.

Ahora que lo piensa. ¿Cómo será el cuerpo de la señorita Suárez? Es una pregunta que invade su mente, no tiene la respuesta a ella, pero la verdad no le incomoda saber la verdad y ahora que tiene su número telefónico no dudará en hablar con ella.

Volviendo a sonreír ladino ante los pensamientos que acaba de tener, ingresa al lugar y observa cómo todos los invitados empiezan a retirarse. Él hace lo mismo, se despide del señor Park y su esposa. Saliendo del lugar, al estar en la entrada busca de nuevo a la señorita Suárez con la esperanza de verla una última vez; sin embargo, no la mira por ningún lado y termina entrando a su vehículo.

Minutos después se quita los zapatos en la puerta poniéndose otros para entrar a la casa de su madre para irse con su hija. Y la mujer de melena oscura, hasta los hombros, con maquillaje delicado y con un vestido color piel con encaje en el cuello. Espera a su hijo, sentada en una silla frente a la puerta, doblando con delicadeza sus piernas, haciendo que su falda caiga por sus piernas cubriéndolas hasta los tobillos.

—¿Qué te pareció? —preguntó la mujer con inquietud en su voz. El señor Kim se sorprende al ver a su madre.

—¿Me estabas esperando? —responde con una pregunta y con un tono de sorpresa.

—Sí, y ¿dime que te pareció ella? —repite la misma pregunta con un tono más fuerte. Pero a la vez exigiendo una respuesta.

—Hablamos de….

—La señorita Park —mencionó la mujer con disgusto.

—Ah, es linda —fue lo único que se le ocurrió decir por qué la verdad ni siquiera volteo a ver a la mujer de cabello rosa y es lo único que vio.

—Solo eso, que no hablaste con ella —protesto la mujer con mucha indignación y es que ella espera que intente algo con ella. Si bien sabe que ha estado en el extranjero, no sería nada mal como pareja para su hijo, que es un hombre divorciado.

—Si la vi, pero me la pase hablando con el señor Park y con el señor Lee —miente y es que Sam sabe que si le dice a su madre que estuvo platicando con una extranjera le dará casi el paro cardiaco.

—Mmm, bueno, pero sé que no te gusto la señorita Park, entonces como te parecieron los perfiles de las chicas que te mande. La nieta del señor Lee es una chica supersimpática, atenta, con estudios universitarios excelentes y con una belleza única —dijo Seol-yeon la madre del señor Kim.

—Si la vi, pero no me gustó —mencionó con sinceridad el señor Kim y es que la verdad si es linda la nieta del señor Lee, pero no es su tipo, además que esas mismas cualidades tenía su exesposa y mira como termino todo.

—¿¡Entonces tú que quieres, ya no te gustan las mujeres o qué?! —vociferó la mujer molesta por la respuesta de su hijo. El hombre se le queda viendo dudoso y su madre rápida piensa en algo—. ¿No me digas que te gustan los hombres? —dijo colocando la mano en la boca totalmente asombrada.

—¡Que, no me gustan los hombres! —se defendió difamaciones que está haciendo su madre.

—¡Uf! Que alivio, pero si no te gustan los hombres porque sigues tan negado en conseguir pareja o ¿eres otro de esos estereotipos que están saliendo en la televisión? —continúa con su interrogatorio la señora Seol-yeon y es que ella sigue sin entender qué pasa con su hijo.

—¡No soy ninguno de esos estereotipos que supones, me fascinan las mujeres, pero quiero que me dejes a mí solo buscar una por mi propia cuenta! —declaró con un tono de voz fuerte, mirando ligeramente a los ojos a su madre y es que Sam está harto que su madre siga intentando buscarle mujer a la edad que tiene.

—¡No me levantes la voz! —grito la señora Kim levantando la mano en señal de que si continúa faltándole el respeto le dará una cachetada. Sam se pone de rodillas frente a su madre.

—Lo siento mamá, pero si de verdad quieres que encuentre una pareja, déjame a mi buscarla —mencionó aclarando la voz y usando una más sumisa. La señora Seol-Yeon solo mira con algo de incomodidad y enojo a su hijo. Pero si le está pidiendo, eso dejará a ver que es lo que hace.

—Está bien, levántate y espero pronto traigas a una chica para presentármela —aceptó la mujer y solo porque la verdad si quiere que su único hijo de 36 años se busque una nueva esposa.

—Gracias mamá —Sam se pone de pie haciendo una reverencia frente a su madre—. ¿Dónde está Hee?

—Dormida en la que antes era tu habitación —le expresó la mujer haciendo una señal con la mano hacia las escaleras donde se encuentra esa habitación.

—Iré por ella para irnos —el señor Kim sube las escaleras con calma porque conoce a su madre y sabe que odia que la gente corra por su casa.

Al llegar al segundo piso camina por los pasillos que antes fueron su casa, llega a la puerta de su antigua alcoba y entrando a ella ve a su pequeña hija echa un ovillo sobre la cama.

Mientras se acerca a ella, mira que la habitación sigue igual de como él la dejó hace años y es que desde que tuvo la mayoría de edad y después de la muerte de su padre se compró su departamento dejando así la casa de sus padres.

Para evitar que su madre se estuviera metiendo en su vida, pero de poco sirvió porque al cumplir los 27 años lo obligó a conocer a su exesposa y después de dos años de relación lo presionó para que se casara con ella.

Y al año cuando él tenía 30 nació su hija, todo iba tan bien hasta tres años después, cuando todo se fue a la basura. Deja de pensar en eso y ve sobre el mueble una fotografía donde está con su ex. La toma y la tira en el cesto.

Regresa por su hija tomándola en sus brazos saliendo de esa habitación, bajando por las escaleras donde su madre todavía está y solo hace una reverencia leve con su hija en brazos y sale de la casa

Eran las 10 de la noche cuando el señor Kim llegó a su departamento, después de dejar a Hee en su habitación y donde su sirvienta se dispone a cambiar a la niña antes de irse. Él se agradece a la mujer y sale de la alcoba. Caminando por el corredor elegante y sencillo.

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