Sara, una chica sencilla de un pueblo tranquilo, vive feliz al lado de su novio y mejor amigo Aldo al que ama profundamente. La vida cambia al terminar la preparatoria y tiene que irse a la ciudad para poder estudiar una carrera, ¿Podrá su relación seguir en un amor a larga distancia?, con esas dudas en su corazón ella sale del pueblo para enfrentar el camino que tiene que recorrer para realizar su sueño de ser doctora, esperando que al regresar Aldo la siga amando tanto o más que el día que se separaron.
Leer másSiguieron hablando mientras entraban a la oficina. Dan se carcajeo. “Bien, hablaré con ella y le preguntare”. Alex le advirtió. “No te atrevas”. Dan se puso serio. “Fue tu idea”. Alex seguía terco estaba pensando que no debió decirle nada. “Sara no, buscaremos a alguien más”. Dan le dijo. “Maite es muy bella, ¿No te gustaría otro bebe con la misma belleza que Sara?”. Alex pensó por un momento, pero después se negó. “Necesitas más que eso para convencerme”. Dan se acercó a él besándolo. Al alejarse le dijo. “Podría convencerte aquí…” Alex solo le dijo. “No lo creo, pero después de la
Amanda rodó los ojos. “Olvídenlo, me voy a la mesa de postres”. Ella empezó a caminar curiosos, Aldo y Sara rieron juntos. Celeste se acercó con Mateo en sus brazos. “Esa mujer está apuntó de explotar”. Claudia la tía de Aldo se rio. “Me voy por un tiempo y cuando regresó todos tienen bebés o están esperando”. Observó el vientre de Celeste que también estaba creciendo. Frank se acercó a ellos. “¿Dónde está Amanda?”. Todos miraron la mesa de postres donde Amanda devoraba los postres con ambas manos. Frank suspiró. “Tengo que ir y detenerla o se comerá todo”. Todos rieron viendo como Amanda discutía y lloraba por que Frank no la dejaba comer de todo, al final la abrazo y beso alejándola de la mesa”.
Frank se detuvo de los que hacía. “¿Qué?”. “Que ella mañana viajará a la ciudad para ver al doctor y poder tener un hijo”. Frank se frotó los ojos. “Entiendo, estaré esperándola”. Aldo le dio la dirección del hospital del doctor Ibáñez, al día siguiente Frank estaba de pie en la puerta del hospital esperándola. Amanda se bajó del taxi, pagó y agradeció, observó el gran hospital y suspiró. Camino hacia la entrada, pero Frank se puso frente a ella. Amanda lo observó tenia meses sin saber de él. Ella bajó su rostro y trató de caminar a un lado, pero él tomó su mano y la arrastró a un coche. “Suéltame Frank”.
Conversaron recordando el pasado, la escuela, sus días en esa casa, al terminar de comer Aldo se abalanzó sobre ella besándola apasionadamente, Sara lo empujo subiendo encima de él mientras Aldo se abrazaba a su cintura besando sus pechos, esta vez ella lo complació sin inhibiciones. Aldo y Sara disfrutaron de una noche mágica, entre besos y caricias entregándose como el primer día. En otra parte del pueblo, Eduardo entraba a un restaurante de la mano de Ana junto a Elena que llevaba en brazos al pequeño Mateo. Los padres de Eduardo los observaron y sonrieron, la señora feliz dijo. “Míralos, se ven tan lindos con los niños, deseo que ya se casen rápido para ser abuela”. El señor admitió feliz, también deseaba que su hijo se casara. Pasaron las semanas, Frank y Samara salían en revistas y noticias en televisión, pero era parte de la publicidad que al representante se le ocurrió, las ventas subieron de ambos cantantes, era un éxito, los fans querían saber más de la pareja. Frank, fastidiado, había pensado en varias ocasiones dejar el medio y volver al pueblo, seguir trabajando desde lejos. Cuando Aldo lo llamó para avisarle de los bebés se puso feliz y empaco sus cosas, mientras llamaba al representante para avisarle que viajaría. Samara lo observó. “¿Te vas?”. “Tengo que ir a mi hogar, mi hermano es papá otra vez”. Ella se alegró y preguntó. “¿Puedo ir contigo?”. El representante escuchó desde el teléfoCAPITULO 71 COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS
Frank se quedó en silencio. Amanda se apretó los ojos. “Tu silencio lo confirma…” Ella miró hacia arriba tratando de calmar sus lágrimas. “Recuerdas lo que te dije en aquella ocasión, deseo que me ame un hombre que sepa lo que quiere, te lo dije eres muy joven, necesitas conocer chicas, salir, disfrutar de tu soltería, yo quiero algo serio, no puedo estar con alguien que apenas está viviendo su vida, te falta pasar por tantas cosas Frank”. Frank negó. “Yo te amo Amanda, las cosas no son como piensas”. “Frank… por favor. Sales en televisión y dicen que estás en una relación con la chica, regresas al pueblo con ella, dices que solo es tu amiga, me hablas de que me extrañas y quieres volver conmigo, pero me entero que si tienes una relación con ella ¿A que estas jugando
Aldo se acercó besando su mejilla. “Está feliz, es papá primerizo”. Sara hizo unamueca curiosa suspirando no muy conforme. Aldo la miró diciendo. “Además… eso es bueno, tengo mas tiempo para estar solos los dos”. Sara sonrió recordando sus noches con Aldo, quería recuperarse rápido. Amanda entró a la casa necesitaba encerrarse en el baño a llorar, se sentía tan mal ver a Frank con la chica feliz. Limpio su cara mientras se miraba en el espejo, salió del baño acercandose a la ventana para ver a través de ella el jardín donde todos conversaban. Al girarse para regresar se encontró de frente con Frank. Ambos se miraron en si
Sara regresó a su oficina, tenía algunos pendientes antes de poder tomar los dos meses para poder tener a sus bebés y recuperarse, tocaron su puerta y ella pidió que pasaran Axel y Dan entraron saludándola. Alex se acercó besando la mejilla de Sara y después se agachó para tocar y besar su vientre. “Hola pequeña, ¿Te has portado bien con tu madre?”. Dan beso a Sara en la mejilla y se acomodó en el sillón esperando que Alex dejara de saludar su próxima hija. Alex se levantó. “¿Tomaste tus pastillas a tiempo? ¿Has comido vegetales verdes? ¿Los análisis como han salido?”. Sara cerró sus ojos por un momento, miró a Alex. “A tus preguntas… Si, Si y salieron perfectamente”. Aldo l
Siete meses después… Aldo besaba los labios de Sara, mientras bajaba despacio por su cuello. “Aldo se hará tarde…” El solo murmuró. “Solo un poco más…” Ella trató de aguantar las ganas de gemir, con el embarazo su cuerpo era más receptivo. “Aldo …”. El bajo besando su pecho, se detuvo en el vientre abultado besándolo y acariciándolo con la mano, bajó más hasta llegar al final … “Sara se retorció de placer, mientras Aldo hacia su trabajo en aquella zona. Él se detuvo mirándola. “¿Quieres que me detenga?”. Ella negó controlando su pecho agitado.