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CAPITULO 3 HIJA DESAMPARADA

Joel lo tomó de la camisa. “La verdad no y será mejor que te vayas no hay nada aquí para ti”.

Jackson se alejó de Joel acomodando su traje. “Vengo a conocer a mi hija”.

Joel se rio. “¿Tu hija? Qué recuerde está en la ciudad viviendo contigo”.

Jackson miró hacia la puerta que se abrió de golpe, Sara y Celeste estaban paradas en el pórtico.

Celeste reconoció al hombre. “Sara entremos, Joel arreglara el asunto”.

Trato de llevarla a dentro, pero Sara se negó. “¿Quién es el hombre? ¿Lo conoces Celeste?”. 

Celeste miró a Sara, no quería contestar la pregunta.

Jackson se alejó de Joel y camino hacia la casa acercándose saludo. “Hola Celeste, mucho tiempo sin verte”.

Miro a Sara. “Eres igual a tu madre”.

Sara frunció el ceño. “¿La conoció?”

Jackson sonrió. “Si”.

Joel se acercó muy enojado. “Será mejor que te vayas Jackson no eres bienvenido aquí”.

Lo tomó del brazo para alejarlo, pero Jackson se soltó. “No vengo a verte a ti, vengo a ver a Sara”.

“¿A mí por qué? ¿Quién es usted?”. Sara lo miraba detenidamente.

“Mi nombre es Jackson Blake, Joel y yo somos hermanos… soy tu papá”.

“¿Qué?” Sara negando con la cabeza miraba a Joel y a Celeste.

Jackson se acercó para tomar la mano de Sara, pero ella se negó...

“Minerva y yo teníamos una relación hace muchos años, yo tuve que irme a la ciudad a estudiar y trabajar... nunca volví, quiero que me perdones y que vayas a vivir conmigo”.

Sara miraba a Joel quien cerró sus ojos con dolor. “¿Es cierto lo que dice?”.

Joel miró a Sara con tristeza en sus ojos. “Si, eres mi sobrina”.

Sara negó con dolor y salió corriendo de ahí.

Joel la siguió gritándole. “¡Sara!”.

Pero ella estaba ya muy lejos, corrió muy rápido hasta llegar a la casa de Aldo, tiró algunas piedras a su ventana, pero nadie respondió.

Camino hacia la puerta con miedo a que sus padres la corrieran, pero se arriesgó, necesitaba estar con Aldo en este momento.

Tocó a la puerta por mucho rato y nadie salió, todo adentro estaba en silencio, suspiro sentándose en los escalones de la entrada, pasó una hora y nadie llegó, se levantó y caminó hacia la casa del árbol.

Se quedó en la casa del árbol hasta que llegó la noche, miraba como el cielo se llenaba de estrellas, después de un rato el sueño la venció quedándose dormida.

Por la madrugada escuchó que la llamaban. “¡Sara!”.

Era Joel, ella se levantó y lo observaba detenidamente, él estaba angustiado y asustado. “¡Sara!”.

Ella se levantó y abrió la puerta del piso asomándose. “Estoy aquí”.

Joel la escuchó, caminó hacia el árbol y observó la escalera, miró hacia arriba y sonrió tranquilizando su corazón, la estuvo buscando todo el día.

Joel subió las escaleras y entró en el reducido espacio.

Sara lo miraba en silencio desde una esquina donde estaba sentada, Joel se acomodó en la otra esquina y observaba el lugar, aunque era pequeño era muy acogedor, había fotografías instantáneas de Aldo y Sara pegadas en la pared, macetas con flores que eran las preferidas de Sara, algunas mantas y almohadas en el piso por toda la casa había estrellas pegadas eran las favoritas de Sara.

“Este lugar…” Joel preguntó.

Sara miraba a Joel. “Aldo lo construyó para mí”.

Joel asintió. “Es un bonito lugar”.

Sara guardó silencio y Joel no sabía cómo empezar a hablar con Sara.

Ella frunció los labios tristemente.

Joel suspiro. “A Jackson y a mi nos gustó tu mamá al conocerla, llegó al pueblo con su abuela, la mujer ya era muy vieja y Minerva cuidaba de ella.

Cuando murió la vieja, Minerva se fue a vivir con nosotros por un tiempo, Jackson y tu mamá son de la misma edad y yo era más chico, tu madre me veía como un hermano pequeño… pero ella amaba a Jackson”.

“Cuando se presentó la oportunidad de estudiar en la ciudad Jackson no lo pensó y se fue, dejando a tu madre sola, ellos nunca formalizaron ni nada, pero yo sabía que se veían a escondidas de mis padres”.

“Él nunca le hizo promesas a tu madre y ella lo sabía, cuando se dio cuenta que estaba embarazada fue a buscarlo… lo encontró con una chica saliendo de su dormitorio muy cariñosos”.

Sara escuchaba la historia de Joel.

“Tu madre volvió al pueblo y me contó lo que pasó, ella decidió irse lejos antes de que se notara su embarazo, mis padres no estarían contentos de que ella estuviera embarazada después de darle alojo en la casa, pero sabiendo que eras mi sobrina yo no la deje irse”.

Joel suspiro. “La obligue a casarse conmigo y decir que tú eras mi hija, ella después de mucho tiempo me aceptó como su esposo, ella empezó a quererme, empezamos a convivir como una familia, cuando murieron mis padres, Jackson volvió y te conoció, pero él estaba apuntó de casarse y Minerva ya estaba casada conmigo, además tu padre nunca la amo, ignoro que eras su hija y se fue después del entierro, nunca volvió hasta ahora”.

Sara miró a Joel preguntando. “¿Qué es lo que quiere?”.

Joel resoplo. “Tuvo un accidente y casi muere, se acordó que tenía una hija desamparada con su hermano -el bueno para nada- y quiere darte una mal-dita vida de ricos”.

Sara suspiro conocía a Joel de toda la vida, era policía en el pueblo, uno de los mejores, la gente lo apreciaba a pesar de su forma de hablar maldiciendo y discutiendo, era parte de su personalidad.

Se quedaron en silencio por mucho tiempo, después Joel le habló un poco de su madre y del pasado, hasta que Joel checo la hora de su reloj. “Debo avisarle a Celeste que te encontré, está muy preocupada”.

Abrió la puerta y bajó las escaleras. “¿Vienes?”.

Sara miró al horizonte por un momento. “Me quedaré hasta mañana”.

Joel asintió. “Ok, te traeré mañana algo de comer”.

Sara sonrió. “Gracias Joel”.

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