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CAPITULO 10 COMPAÑERA DE CUARTO

Ella camino hasta el hombre. “Hola”.

El hombre la miro sonriendo. “Señorita Blake, soy Simón, el chofer del señor Blake, un gusto”.

Ella lo saludo y Simón le pidió que subiera mientras recogía la maleta vieja, Sara quiso ayudarlo, pero él se negó. Sara no tuvo más remedio que subir al auto.

En el camino ella le hizo algunas preguntas sobre la ciudad y la casa donde viviría, Simón amablemente le contestó, pero algunas preguntas él solo sonrió y dijo “Puede preguntarle a su padre”.

Llegaron a un gran portón, se abrió y mostro una gran casa de dos o tres pisos, era muy grande, Sara bajo mirando alrededor del lugar y examinando la casa.

Jackson salió junto con dos mujeres, una era mayor, vestía elegante, la otra era joven como ella, vestía muy bien y era simpática.

“Hola hija”. Jackson dijo abrazándola, pero Sara no le devolvió el abrazo, solo incomoda le sonrió. “Ven te presentare”.

Caminaron hacia las dos mujeres. “Martha, ella es mi hija Sara”. La mujer mayor miro a Sara en silencio y solo asintió.

“Sara ella es mi esposa Martha y ella es tu hermana, Vivian”.

La chica sonrió amablemente hacia Sara con mejor semblante que su madre. Sara la saludo asintiendo con la cabeza.

“Bueno entremos, Vivian te llevará a tu habitación, la comida estará lista en media hora”.

Sara siguió a Vivian y a Simón que llevaba sus pertenencias.

Al llegar Simón dejo sus cosas y se despidió, Sara entro observando la habitación, era muy grande y amplia, Vivian se acercó a la ventana abriéndola. “Esta será tu habitación, la mía está a la derecha y a la izquierda esta la habitación de Joaquín, está en la escuela y llega más tarde”.

Sara asintió tocando la cama, Vivian la miraba detenidamente. “Espero que te comportes estando aquí”.

Sara la miro. Era una chica joven tendría unos tres o cuatro años menos que ella.

Vivan seria habló. “Papá dijo que vienes de un pequeño pueblo sin modernidades, aquí es muy distinto, la gente aquí es más… respetable. No debes comportarte como pueblerina”.

Sara sonrió sarcásticamente. “Es el mismo pueblo donde nació Jackson y vivió muchos años, creo que aprenderé muy bien cómo comportarme al igual que él aprendió”.

Vivan hizo una mueca al recordar que su padre también venia de ese pueblo. Salió dejado a Sara sola.

Ella se recostó en la cama cerrando sus ojos cansada y triste, extrañaba mucho a Aldo, pero tenía que esperar al día que él vendría a verla.

Saco las pocas cosas que traía acomodándolas en el gran closet, Jackson le dijo que no viajara con mucho, él compraría lo necesario aquí, pego algunas fotos de Joel y Celeste, de ella y Aldo en el peinador con pegatinas de estrellas.

Paso la media hora y una de las empleadas toco a su puerta. “Señorita Blake la esperan en el comedor".

Sara miro a la chica era muy joven como ella. “¿Cómo te llamas?”.

La chica la miro con asombro y giro para ver detrás de ella volvió a ver a sara diciendo. “Ma… Malena”.

Sara sonrió. “Hola, soy Sara”.

Malena asintió y repitió. “La esperan abajo señorita Blake”.

Sara hizo una mueca. “Dime Sara”.

Malena se cubrió la boca. “Oh, no señorita, me regañarían por eso”.

Sara le sonrió. “Ok, pero cuando estemos solas dime por mi nombre ¿De acuerdo?”.

Malena inquieta asintió.

Sara bajo junto a ella y se despidió con una pequeña sonrisa. Sara camino hacia el gran comedor, Jackson a la cabeza y Martha a su lado izquierdo, Vivan a un lado de ella y un pequeño chico de unos diez años de lado derecho de su padre.

Cuando el chico la miro se levantó. “¿Tú eres Sara?”.

Ella se inclinó a su altura tomando su mano. “Si, un gusto conocerte Joaquín”.

El asintió y tomo su mano para sentarla junto a él. Martha apretó el tenedor en su mano molesta.

Sara se sintió incomoda toda la comida, Vivian y Martha hablaban de las grandes familias, de sus posesiones, empresas, de viajes y autos de lujo.

Jackson las escuchaba atentamente y de vez en cuando le preguntaba algo a Sara, pero ella solo contestaba cortante.

Después de la cena, Jackson llevo a Sara a la escuela a matricularse, la escuela de medicina era muy grande y ella estaba encantada con el lugar.

Jackson la miro diciendo. “La escuela está un poco lejos, aquí puedes quedarte en el campus los fines de semana puedes ir a la mansión”.

Ambos entraron a la dirección, el director se presentó y converso con ellos, minutos después tocaron a la puerta, una chica de pelo negro, ojos cafés y tez aperlada entro. “Me llamo director”.

El director miro a Sara. “Ella es Amanda, será tu compañera de cuarto. Amanda llévala a conocer la habitación y los lugares alrededor”.

Amanda asintió y sonrió a Sara quien la siguió despidiéndose de Jackson quien le dijo. “Te vere el viernes”.

Amanda era una parlanchina, mientras caminaban no dejaba de hablar explicando todo sobre el campus, Sara le escuchaba atentamente.

La chica se giró. “¿Alguna pregunta?”.

Sara rio. “Pensaba cuando dejarías de hablar”.

Amanda la miro seria y después de unos segundos se carcajeo. “Ja, ja, ja, me caes bien Sara, nos llevaremos bien”.

Después de acomodar sus cosas Amanda la llevo a los jardines traseros del campus eran muy amplios, había muchos árboles y bancas donde los estudiantes leían, conversaban y algunos hasta dormían.

“Mira por allá esta la cafetería, vamos pediremos unas sodas y algo para cenar”.

Sara la siguió mirando alrededor, en la puerta de la cafetería topo con una pared ancha y casi cae al suelo, pero esa pared ancha la tomo de los hombros para que no cayera, Sara levantó su mirada y vio a un chico que la sostenía.

Era alto de tez aperlada, cabello negro y ojos verdes. “Deberías mirar al frente princesa”.

Amanda se acercó. “Mi amiga no se fijó, discúlpala”. Tomo la mano de Sara y camino hacia dentro de la cafetería rápidamente.

El chico las miro por unos segundos, pero en realidad miraba a Sara y en su rostro se dibujó una sonrisa.

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