Ella camino hasta el hombre. “Hola”.
El hombre la miro sonriendo. “Señorita Blake, soy Simón, el chofer del señor Blake, un gusto”.
Ella lo saludo y Simón le pidió que subiera mientras recogía la maleta vieja, Sara quiso ayudarlo, pero él se negó. Sara no tuvo más remedio que subir al auto.
En el camino ella le hizo algunas preguntas sobre la ciudad y la casa donde viviría, Simón amablemente le contestó, pero algunas preguntas él solo sonrió y dijo “Puede preguntarle a su padre”.
Llegaron a un gran portón, se abrió y mostro una gran casa de dos o tres pisos, era muy grande, Sara bajo mirando alrededor del lugar y examinando la casa.
Jackson salió junto con dos mujeres, una era mayor, vestía elegante, la otra era joven como ella, vestía muy bien y era simpática.
“Hola hija”. Jackson dijo abrazándola, pero Sara no le devolvió el abrazo, solo incomoda le sonrió. “Ven te presentare”.
Caminaron hacia las dos mujeres. “Martha, ella es mi hija Sara”. La mujer mayor miro a Sara en silencio y solo asintió.
“Sara ella es mi esposa Martha y ella es tu hermana, Vivian”.
La chica sonrió amablemente hacia Sara con mejor semblante que su madre. Sara la saludo asintiendo con la cabeza.
“Bueno entremos, Vivian te llevará a tu habitación, la comida estará lista en media hora”.
Sara siguió a Vivian y a Simón que llevaba sus pertenencias.
Al llegar Simón dejo sus cosas y se despidió, Sara entro observando la habitación, era muy grande y amplia, Vivian se acercó a la ventana abriéndola. “Esta será tu habitación, la mía está a la derecha y a la izquierda esta la habitación de Joaquín, está en la escuela y llega más tarde”.
Sara asintió tocando la cama, Vivian la miraba detenidamente. “Espero que te comportes estando aquí”.
Sara la miro. Era una chica joven tendría unos tres o cuatro años menos que ella.
Vivan seria habló. “Papá dijo que vienes de un pequeño pueblo sin modernidades, aquí es muy distinto, la gente aquí es más… respetable. No debes comportarte como pueblerina”.
Sara sonrió sarcásticamente. “Es el mismo pueblo donde nació Jackson y vivió muchos años, creo que aprenderé muy bien cómo comportarme al igual que él aprendió”.
Vivan hizo una mueca al recordar que su padre también venia de ese pueblo. Salió dejado a Sara sola.
Ella se recostó en la cama cerrando sus ojos cansada y triste, extrañaba mucho a Aldo, pero tenía que esperar al día que él vendría a verla.
Saco las pocas cosas que traía acomodándolas en el gran closet, Jackson le dijo que no viajara con mucho, él compraría lo necesario aquí, pego algunas fotos de Joel y Celeste, de ella y Aldo en el peinador con pegatinas de estrellas.
Paso la media hora y una de las empleadas toco a su puerta. “Señorita Blake la esperan en el comedor".
Sara miro a la chica era muy joven como ella. “¿Cómo te llamas?”.
La chica la miro con asombro y giro para ver detrás de ella volvió a ver a sara diciendo. “Ma… Malena”.
Sara sonrió. “Hola, soy Sara”.
Malena asintió y repitió. “La esperan abajo señorita Blake”.
Sara hizo una mueca. “Dime Sara”.
Malena se cubrió la boca. “Oh, no señorita, me regañarían por eso”.
Sara le sonrió. “Ok, pero cuando estemos solas dime por mi nombre ¿De acuerdo?”.
Malena inquieta asintió.
Sara bajo junto a ella y se despidió con una pequeña sonrisa. Sara camino hacia el gran comedor, Jackson a la cabeza y Martha a su lado izquierdo, Vivan a un lado de ella y un pequeño chico de unos diez años de lado derecho de su padre.
Cuando el chico la miro se levantó. “¿Tú eres Sara?”.
Ella se inclinó a su altura tomando su mano. “Si, un gusto conocerte Joaquín”.
El asintió y tomo su mano para sentarla junto a él. Martha apretó el tenedor en su mano molesta.
Sara se sintió incomoda toda la comida, Vivian y Martha hablaban de las grandes familias, de sus posesiones, empresas, de viajes y autos de lujo.
Jackson las escuchaba atentamente y de vez en cuando le preguntaba algo a Sara, pero ella solo contestaba cortante.
Después de la cena, Jackson llevo a Sara a la escuela a matricularse, la escuela de medicina era muy grande y ella estaba encantada con el lugar.
Jackson la miro diciendo. “La escuela está un poco lejos, aquí puedes quedarte en el campus los fines de semana puedes ir a la mansión”.
Ambos entraron a la dirección, el director se presentó y converso con ellos, minutos después tocaron a la puerta, una chica de pelo negro, ojos cafés y tez aperlada entro. “Me llamo director”.
El director miro a Sara. “Ella es Amanda, será tu compañera de cuarto. Amanda llévala a conocer la habitación y los lugares alrededor”.
Amanda asintió y sonrió a Sara quien la siguió despidiéndose de Jackson quien le dijo. “Te vere el viernes”.
Amanda era una parlanchina, mientras caminaban no dejaba de hablar explicando todo sobre el campus, Sara le escuchaba atentamente.
La chica se giró. “¿Alguna pregunta?”.
Sara rio. “Pensaba cuando dejarías de hablar”.
Amanda la miro seria y después de unos segundos se carcajeo. “Ja, ja, ja, me caes bien Sara, nos llevaremos bien”.
Después de acomodar sus cosas Amanda la llevo a los jardines traseros del campus eran muy amplios, había muchos árboles y bancas donde los estudiantes leían, conversaban y algunos hasta dormían.
“Mira por allá esta la cafetería, vamos pediremos unas sodas y algo para cenar”.
Sara la siguió mirando alrededor, en la puerta de la cafetería topo con una pared ancha y casi cae al suelo, pero esa pared ancha la tomo de los hombros para que no cayera, Sara levantó su mirada y vio a un chico que la sostenía.
Era alto de tez aperlada, cabello negro y ojos verdes. “Deberías mirar al frente princesa”.
Amanda se acercó. “Mi amiga no se fijó, discúlpala”. Tomo la mano de Sara y camino hacia dentro de la cafetería rápidamente.
El chico las miro por unos segundos, pero en realidad miraba a Sara y en su rostro se dibujó una sonrisa.
Amanda llegó hasta una mesa y sentó a Sara examinado sus brazos y cara. “¿Estás bien?”. Sara asintió. Amanda suspiró. “Que bien”. Ella suspiró tranquilizandose. “Oye… aléjate de ese chico, Alejandro Valdez es un mujeriego aquí en el campus”. Sara giró para ver a la puerta donde se topó con él, pero Amanda no la dejó. “Oye no voltees, pensara que te gusta, es un presumido, es hijo de uno de los doctores más influyentes en la ciudad”. Sara la obedeció, pidieron su comida y salieron de la cafetería, Amanda seguía con su parloteo y Sara sonreía escuchándola. Afuera, Alejandro miró a Sara y Amanda salir estaba sentado junto a una rubia que lo abrazaba coquetamente, él no apartó l
Martha la miró por unos segundos. “Ok, solo llévaselo rápido y ve a dormir”. “Sí señora”. Malena camino a la habitación de Sara toco y entro cerrando la puerta antes de que Martha se acercara. Pero Martha no tenía ninguna intención de ver a Sara y regresó a su habitación. El domingo llegó muy rápido, Aldo recogía sus cosas de la casa, Sara ayudaba a limpiar el lugar junto con Malena, Simón ya esperaba a Aldo para llevarlo al aeropuerto. Sara se acercó tristemente a Aldo y lo abrazó por detrás, llorando sin control. Malena vio a Sara y salió de la pequeña casa a conversar con Simón y darles más privacidad. Sara lloraba. “No quiero que te vayas”. Aldo la giró para que quedara
Ella regresó al dormitorio pensativa, nunca pensó que Alejandro fuera gay, pero… no era del todo gay ¿o sí? porque también salía con chicas… o ¿Solo era una farsa? Sara seguía pensando y Amanda entró en la habitación dejando sus cosas en su cama. “Hola Sara, ¿Cómo te fue en tu clase?”. Sara estaba completamente ausente. Amanda se acercó moviendo su mano frente a su rostro preguntando. “Oye Sara ¿Estás ahí?”. Sara volvió a la realidad. “¿Qué, cuándo?”. Amanda se rio. “¿Por qué estás perdida? vuelve”. Sara sonrió apenada. “Lo siento, estaba pensando en algo”. Amanda la miró intrigada. “¿En qué?” Ella se acercó a ellos. “¿Qué pasó?”. Frank se alejó de Elena quien lloraba, pero estaba sorprendida de ver a Sara en su puerta. Sara volvió a preguntar. “¿Por qué hay tanta gente?”. Frank hizo una mueca. “Es un velorio”. Ella asustada preguntó. “¿De quién? ¿Quién murió?” Frank dijo tristemente. “Mi padre”. Sara suspiró pensando en Aldo. Por un momento creyó que él había muerto. Lee lo siguiente escuchando James Arthur - Impossible... Frank giró para mirar a Elena quien entendió tácitamente lo que quería decir, ella abrió la puerta de la casa y estaba por entrar para advertirCAPITULO 14 RUMOR
Joel y Celeste discutían en la sala. “Ella debe irse Joel, no puede quedarse, será más lastimada al ver a la pareja juntos, además ella debe seguir estudiando”. Joel molesto le dijo. “Pero cómo voy a dejarla ir en ese estado, sabes bien que Jackson no es un buen padre con ella, mira que mandarla a vivir al campus y solo querer verla los fines de semana”. Celeste negó. “Así es como lo manejan en la ciudad, es muy diferente allá”. Ellos no quedaron en nada y mejor se fueron a dormir, a la mañana siguiente, Sara se levantó temprano apenas amanecía. Salió de la cabaña y camino por el pueblo, el señor Jorge Ruiz la vio. "Sara". "Señor Ruiz, ¿Cómo está? ¿Y su esposa?".
Ya era tarde y como no había muchos alumnos en el campus la vigilancia era mínima el trepó por entre las ventanas hasta llegar al tercer piso. Sara se levantó sin notar al hombre que subía, camino hacia la mesita de noche cerca de su cama y abrió el cajón, sacó la foto de Aldo para mirarla acariciando su rostro en la imagen. Después de unos segundos la guardó en el libro y lo acomodó en el estante. Escuchó un ruido en la ventana y giró para ver a un hombre parado, ella quería gritar, pero el hombre se acercó cubriendo su boca. “Sssshhh, no grites, soy yo Alejandro”. “¿Qué haces aquí?, tendré problemas si te encuentran”. “Si tu no haces ruido yo tampoco”. Se recostó en la cama de Amanda. “Estoy aburrido solo en el dormitorio de hombres”. Ella sin mirarlo contestó. “Si, las estrellas son mis favoritas”. Sara miró al cielo oscuro y susurró. “Sabías que el color de las estrellas depende de su temperatura…” Las lágrimas empezaron a caer en su rostro eran incontrolables, pero ella seguía mirando el cielo y dijo. “Las más calientes brillan con un color blanco verdoso y azul, las templadas brillan en amarillo y
las más frías brillan en rojo”. Alejandro la miraba detenidamente y su corazón se sintió oprimido por verla llorando. “No lo sabía”. Sara hizo una sonrisa fruncida. “Él lo sabía… pero siempre que yo lo repetía, hacía como si yo nunca se lo hubiera dicho, interesado en lo que yo dijera”. Alejandro se sentó cCAPITULO 17 LARGA HISTORIA
Un mes después Sara iba camino a la mansión, Jackson le pidió regresar, habría una cena importante en casa y tenía que estar presente. Entro a la casa y todos estaban ocupados, Martha les pedía a los sirvientes limpiar de manera más rápida, Vivian caminaba detrás de ella pidiendo opinión del vestido que usaría, el pequeño Joaquín vestía un traje negro, se veían muy guapo, estaba recostado en un sillón jugando un videojuego. Sara se acercó a su hermano y besó su frente, él le regaló una gran sonrisa. “¡Sara al fin llegas!, tu vestido está en tu habitación, debes estar lista para las siete de la noche sin retrasos”. Martha le dijo exasperada. Ella asintió subiendo a su habitación al entrar encontró un vestido azul claro en la cama, era muy anticuado, de manga larga y t