Martha la miró por unos segundos. “Ok, solo llévaselo rápido y ve a dormir”.
“Sí señora”. Malena camino a la habitación de Sara toco y entro cerrando la puerta antes de que Martha se acercara.
Pero Martha no tenía ninguna intención de ver a Sara y regresó a su habitación.
El domingo llegó muy rápido, Aldo recogía sus cosas de la casa, Sara ayudaba a limpiar el lugar junto con Malena, Simón ya esperaba a Aldo para llevarlo al aeropuerto.
Sara se acercó tristemente a Aldo y lo abrazó por detrás, llorando sin control. Malena vio a Sara y salió de la pequeña casa a conversar con Simón y darles más privacidad.
Sara lloraba. “No quiero que te vayas”.
Aldo la giró para que quedara frente a él y acomodo un mechón de su cabello detrás de su oreja. “Volveré en tres semanas cuando esté más tranquilo el trabajo en la granja”.
Sara se recostó en su pecho. “Llévame contigo”.
Él sonrió besando su cabeza. “Siempre te llevo conmigo Sara, en mi corazón”.
Aldo tomó su rostro con una mano y con la otra apuntó el corazón de Sara. “Y tú, me llevas aquí, no lo olvides”.
Se besaron apasionadamente, Aldo tomó su mano y su mochila, saliendo juntos de la casa, la familia se despidió y él amablemente agradeció la estadía.
“Eres bienvenido cuando quieras Aldo”. Martha le dijo con un semblante tranquilo.
Jackson le dio la mano. “Saluda a tu familia de mi parte, espero pronto nos conozcamos todos”.
Sara miró a Jackson con ojos vidriosos, Jackson quería conocer a la familia de Aldo para formalizar, ella estaba feliz.
Vivian lo miro. “Cuídate Aldo”.
Joaquín lo abrazó, se había encariñado mucho. Aldo tocó su cabeza “Nos veremos pronto campeón”.
Joaquín asintió alejándose, Aldo miró a Sara regalándole una gran sonrisa, abrió la puerta del carro y subió, Simón hizo lo mismo conduciendo el auto afuera de la gran Mansión.
Sara sentía una gran opresión en su pecho, tenía un presentimiento, pero no entendía que podía ser.
Todos entraron a la casa dejándola sola en la entrada pensativa, Malena se acercó después de que todos se fueron y puso una mano en su hombro apoyándola, Sara giró y le sonrió melancólicamente.
Malena le dijo. “La cocinera hizo pastel de chocolate, ¿Quieres un pedazo?”.
Sara sonrió, le encantaban las cosas dulces. “Vamos”.
Ella regresó al día siguiente al campus, las clases eran entretenidas y aprendía mucho, Amanda la ayudaba con algunos temas que ya había visto, llevaba un semestre más que Sara, además era de los primeros lugares en su clase.
Se encontraba con Alejandro de vez en cuando, pero siempre estaba con una chica diferente. Sara solo lo ignoraba, pero su mirada fija en ella la ponía nerviosa. Trataba de caminar más rápido para alejarse del lugar.
Amanda le dijo que siguiera ignorándolo, lo más probable era que quería molestarla o jugar con ella, como lo hacía con las otras chicas.
Sara salió de su clase con un fuerte dolor en el estómago un día antes ella y Amanda comieron mucha comida chatarra y compraron unas cervezas recordando a un exnovio de Amanda.
Sara por apoyo moral aceptó tomar una cerveza, pero no estaba acostumbrada a beber y mucho menos a comer tanta comida.
Caminaba hacia la enfermería frotándose el vientre y antes de tocar la puerta hubo ruido desde adentro, Sara abrió mucho los ojos al escuchar que eran ruidos íntimos, alguien estaba teniendo sexo en la enfermería.
Ella pensaba en la enfermera, la había visto algunas veces, era joven y bonita pero cómo podía hacer algo así aquí, no parecía una mujer profesional.
-Qué pasaría si el director se enterara que tenía sexo con algún alumno o maestro en la institución-. Pensaba ella mientras seguía parada en la puerta.
Ella se giró para irse, pero observó al director caminar por el gran pasillo hacia ella con otras personas.
Sara se quedó en shock por un momento el ruido de adentro se intensificaba más, nerviosa empezó a golpear la puerta diciendo. “Viene el director”.
Dentro el ruido se detuvo, Sara suspiró y miró a las personas que venían. “Hola señorita Blake”.
“Hola director, estoy buscando a la enfermera, pero creo que no está”.
El hombre miró la puerta, luego a Sara y sonrió. “Debe estar en la hora de comida, dime que necesitas yo te lo recetare”.
Sara asintió y cuando empezó a explicar la enfermera llegó desde el pasillo.
El director la vio. “Señorita Pérez, tiene una paciente aquí”.
La mujer miró a Sara sonriendo amablemente. “Claro en un momento la atiendo, estuve en mi hora de comida”.
El director miró a la enfermera. “Después de atenderla la espero en la sala de juntas, me gustaría que les explicara la forma de trabajo en el campus”.
Ella asintió para abrir la puerta mientras las personas se iban.
Sara nerviosa de que abriera la puerta y se dieran cuenta de que estaban adentro negó. “Señorita Pérez, creo que ya me siento mejor, puede ir con el director, gracias”.
La enfermera la miró. “¿Estás segura?”.
Sara asintió. “Si vuelvo a sentirme mal vendré a verla”.
La enfermera asintió. “Ok, entonces me iré”. Soltó la perilla de la puerta retirándose hacia dónde se fueron todas las personas y el director.
Sara suspiró. Estaba a punto de irse cuando la puerta se abrió y salió un chico cubriendo su rostro con su chaqueta, Sara lo miró de reojo, -la chica debe estarse vistiendo- pensó.
Segundos después salió Alejandro, Sara lo miró aturdida, abrió mucho sus ojos y en su boca se formó una O.
Alejandro sonrió al ver su semblante, levantó la mano para cerrar la boca de Sara.
“Gracias princesa, te debo una”. Beso su mejilla caminando por un lado de ella.
Sara se limpió la mejilla con su mano. “Asqueroso, ni siquiera sé dónde estuvo esa boca”.
Él se carcajeó mientras caminaba por el pasillo se detuvo y le dijo. “Yo no era el que estaba usandola”.
Sara solo lo observaba negando con la cabeza.
Ella regresó al dormitorio pensativa, nunca pensó que Alejandro fuera gay, pero… no era del todo gay ¿o sí? porque también salía con chicas… o ¿Solo era una farsa? Sara seguía pensando y Amanda entró en la habitación dejando sus cosas en su cama. “Hola Sara, ¿Cómo te fue en tu clase?”. Sara estaba completamente ausente. Amanda se acercó moviendo su mano frente a su rostro preguntando. “Oye Sara ¿Estás ahí?”. Sara volvió a la realidad. “¿Qué, cuándo?”. Amanda se rio. “¿Por qué estás perdida? vuelve”. Sara sonrió apenada. “Lo siento, estaba pensando en algo”. Amanda la miró intrigada. “¿En qué?” Ella se acercó a ellos. “¿Qué pasó?”. Frank se alejó de Elena quien lloraba, pero estaba sorprendida de ver a Sara en su puerta. Sara volvió a preguntar. “¿Por qué hay tanta gente?”. Frank hizo una mueca. “Es un velorio”. Ella asustada preguntó. “¿De quién? ¿Quién murió?” Frank dijo tristemente. “Mi padre”. Sara suspiró pensando en Aldo. Por un momento creyó que él había muerto. Lee lo siguiente escuchando James Arthur - Impossible... Frank giró para mirar a Elena quien entendió tácitamente lo que quería decir, ella abrió la puerta de la casa y estaba por entrar para advertirCAPITULO 14 RUMOR
Joel y Celeste discutían en la sala. “Ella debe irse Joel, no puede quedarse, será más lastimada al ver a la pareja juntos, además ella debe seguir estudiando”. Joel molesto le dijo. “Pero cómo voy a dejarla ir en ese estado, sabes bien que Jackson no es un buen padre con ella, mira que mandarla a vivir al campus y solo querer verla los fines de semana”. Celeste negó. “Así es como lo manejan en la ciudad, es muy diferente allá”. Ellos no quedaron en nada y mejor se fueron a dormir, a la mañana siguiente, Sara se levantó temprano apenas amanecía. Salió de la cabaña y camino por el pueblo, el señor Jorge Ruiz la vio. "Sara". "Señor Ruiz, ¿Cómo está? ¿Y su esposa?".
Ya era tarde y como no había muchos alumnos en el campus la vigilancia era mínima el trepó por entre las ventanas hasta llegar al tercer piso. Sara se levantó sin notar al hombre que subía, camino hacia la mesita de noche cerca de su cama y abrió el cajón, sacó la foto de Aldo para mirarla acariciando su rostro en la imagen. Después de unos segundos la guardó en el libro y lo acomodó en el estante. Escuchó un ruido en la ventana y giró para ver a un hombre parado, ella quería gritar, pero el hombre se acercó cubriendo su boca. “Sssshhh, no grites, soy yo Alejandro”. “¿Qué haces aquí?, tendré problemas si te encuentran”. “Si tu no haces ruido yo tampoco”. Se recostó en la cama de Amanda. “Estoy aburrido solo en el dormitorio de hombres”. Ella sin mirarlo contestó. “Si, las estrellas son mis favoritas”. Sara miró al cielo oscuro y susurró. “Sabías que el color de las estrellas depende de su temperatura…” Las lágrimas empezaron a caer en su rostro eran incontrolables, pero ella seguía mirando el cielo y dijo. “Las más calientes brillan con un color blanco verdoso y azul, las templadas brillan en amarillo y
las más frías brillan en rojo”. Alejandro la miraba detenidamente y su corazón se sintió oprimido por verla llorando. “No lo sabía”. Sara hizo una sonrisa fruncida. “Él lo sabía… pero siempre que yo lo repetía, hacía como si yo nunca se lo hubiera dicho, interesado en lo que yo dijera”. Alejandro se sentó cCAPITULO 17 LARGA HISTORIA
Un mes después Sara iba camino a la mansión, Jackson le pidió regresar, habría una cena importante en casa y tenía que estar presente. Entro a la casa y todos estaban ocupados, Martha les pedía a los sirvientes limpiar de manera más rápida, Vivian caminaba detrás de ella pidiendo opinión del vestido que usaría, el pequeño Joaquín vestía un traje negro, se veían muy guapo, estaba recostado en un sillón jugando un videojuego. Sara se acercó a su hermano y besó su frente, él le regaló una gran sonrisa. “¡Sara al fin llegas!, tu vestido está en tu habitación, debes estar lista para las siete de la noche sin retrasos”. Martha le dijo exasperada. Ella asintió subiendo a su habitación al entrar encontró un vestido azul claro en la cama, era muy anticuado, de manga larga y t
Alex miró a la chica que bailaba más tranquila. “Sara”. Ella levantó su mirada y lo observó al rostro. “mmm”. “Antes de venir aquí, mi padre me dijo que esta cena era para formalizar mi compromiso con Vivian”. Sara lo miró asombrada. “¿Te vas a casar con mi hermana?”. Alejandro la miro serio. “No, no quiero casarme con ella”. Sara miro a la gente alrededor. “Entonces qué vas hacer, me imagino que todos están aquí por eso”. “Los invitados solo saben que me comprometería con una hija de Jackson”. Sara entrecerró los ojos, viendo la mirada de Alejandro. “¿Qué piensas hacer?”. Alejandro
Tres años después…. El hospital San Rafael era uno de los más renombrados en el país, Sara, Amanda y Alex empezarían como residentes Entraron a la sala de juntas con otros diez compañeros de la carrera, estarían en el hospital por dos años, uno como servicio social y el otro como practicantes. Sara se veía muy linda con su bata blanca, llevaba un vestido de seda azul y tacones de piso. Amanda por su parte vestía un pantalón de vestir negro y una blusa blanca con algunos holanes que le daban un toque de madures. Alex llevaba un traje gris que escondía debajo de la bata médica. Era el primer día, les darían un recorrido por el hospital y servirá para conocer a los doctores especializados que trabajaban en el lugar. Último capítulo