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CAPITULO 2 ES UNA NIÑA

Ella se frotó los ojos. “Si, debo volver a casa, Joel debe estar esperándome”.

Aldo peinó el cabello de Sara con sus dedos delicadamente. “No entiendo por qué no lo llamas papá”.

Ella se puso su blusa. “Desde niña siempre lo llame Joel, se enojaba y él me corregía, mamá se divertía cuando nos veía pelear, nos gustaba verla reír y con el tiempo nos acostumbramos, es por eso que lo sigo haciendo”.

Aldo se levantó ayudándola a levantarse jalándola contra su pecho colocando su cabeza en su hombro respirando su aroma.

Después de unos segundos la soltó un poco y observó su cara. “Mi pequeña Sara … Te amo, nunca lo olvides, pronto regresaré y le pediré tu mano a Joel para casarnos”.

Sara sonrió. “Yo te voy a esperar, te amo Aldo”.

Aldo llevó a Sara a su casa, era una vieja cabaña a las afueras del pueblo, en el pórtico, Joel tomaba unas cervezas junto a Celeste la camarera del bar, tenía una relación abierta con Joel,

Sara siempre le decía que se animara a invitarla a vivir con ellos o que se casaran, pero él se negaba, Celeste era como una madre para ella y siendo la mejor amiga de su madre muerta el cariño era aún más entre ambas.

Sara se despidió de Aldo con un largo beso, observó su silueta desaparecer por la vereda del bosque, Sara estaba feliz y enamorada. Suspiro y entro al pórtico. “Volví”.

Joel la miró con un semblante serio y tomó un sorbo a su cerveza. “¿Qué tanto hacías con ese?”.

Sara y Celeste rodaron los ojos.

Celeste se rió levantando una ceja. “¿De verdad quieres saber lo que hacían?”.

Joel entrecerró los ojos a Celeste. “Sara es una niña, no digas nada más”.

Celeste se levantó con su cerveza. “Aunque es joven ya está en esa edad de descubrir -Esas cosas- ¿no te acuerdas a qué edad empezaste tú...”

“Celeste estás hablando de mi hija, que todavía es muy pequeña para las cosas que dices”. Joel le contestó molesto tomando un sorbo a su cerveza.

Sara negó con la cabeza, la mayor parte del tiempo Joel no se metía en su vida, la dejaba decidir lo que quisiera, pero a veces era demasiado sobreprotector.

“Iré a mi habitación”. Ella entró a la cabaña dejándolos discutiendo en el pórtico.

…………………

Aldo llegó a su casa, sus padres miraban la televisión en la sala.

“Llegue”.

Su madre se levantó. “¿Estabas con esa chiquilla de nuevo?”.

Aldo suspiró. “Si, se llama Sara mamá, recuérdalo es mi novia”.

Su padre resopló. “Esa niña solo te traerá problemas, no ves que su padre nunca le puso límites”.

Aldo miró a su padre. “No me importa, yo la quiero”.

Su padre se levantó. “Debes pensar en tu futuro Aldo, una niña problemática como esa no es buena para ti, mira a Miriam la hija del alcalde, es culta de buenos modales e hija de una buena familia, lo más importante estar cerca de esa familia nos traería muchos beneficios”.

Aldo los miro. “Iré a mi cuarto buenas noches”.

Entró a su cuarto y se recostó en la cama, recordando la increíble tarde que pasó con Sara, sonreía de solo acordarse de su encuentro y esperaba que hubiera muchos más.

Tocaron a su puerta.

Su hermana Elena entró. “Hola, Aldo”.

Aldo se levantó. “Pasa Elena”.

Ella entró sentándose en la esquina de la cama. “¿Fuiste con Sara?”.

Aldo sonrió. “Si”.

Elena observó la mirada de su hermano y se sintió feliz por él. “¿Cómo tomo lo de la escuela?”.

Aldo miró a su hermana y su semblante cambió. “Ella me esperara, solo son algunos años para estar juntos siempre”.

Elena abrazo a su hermano. “Me alegra mucho, Sara es una buena chica a pesar de todo lo que digan de ella”.

Aldo asintió. “Lo sé”.

Al día siguiente Aldo estaba preparando su maleta, su padre entró a su habitación. “Esta es la dirección donde te quedaras”.

Aldo frunció las cejas. “¿No me quedaré con mis tíos?”.

“No, el alcalde tiene un departamento de dos recamaras en la ciudad, nos ha prestado una, tú compartirás los gastos de la casa”.

A Aldo no le gustaba lo que escuchaba. Su padre siguió. “Miriam, también se irá a estudiar contigo, vivirán juntos”.  

Aldo le regresó la tarjeta. “Llamaré a mi tío y si no puedo quedarme buscaré un lugar”.

Su padre se enojó. “No seas terco, te quedaras con Miriam y se acabó Aldo, no acepto un no como respuesta”.

“Papá esto que haces está mal, yo no quiero vivir con Miriam, es una chica muy fastidiosa”.

“Pues tendrás que aguantarte y vivir con ella, puedes conocerla mejor”.

Aldo salió de la habitación. “Sabes… no iré a ningún lugar, me quedaré aquí y buscaré un trabajo, en la estación de policía necesitan gente”.

El padre de Aldo se molestó. “No te atrevas, irás a estudiar a la ciudad y vivirás con Miriam es mi última palabra entendis…” el hombre se apretó el pecho y cayó al piso.

Aldo se asustó. “¡Papá!” Lo trato de levantar y gritaba. “¡Mamá, llama al doctor rápido!”.

Entre Aldo y su hermano Frank lo subieron a la camioneta para ir al médico, tiempo después de que reaccionó lo trasladaron a la ciudad.

……………………

En casa de Sara, Celeste terminaba la comida, mas tarde iría a trabajar en el bar como todas las noches, Joel leía su periódico en el pórtico, cuando un coche negro de un modelo muy nuevo llego y se estacionó cerca de la casa.

Joel bajo el periódico mirando el coche, un hombre alto y de tez clara bajo, tenia el cabello castaño y ojos cafés, era muy parecido a Joel, pero este hombre era muy delgado y al parecer cuidaba de su figura, llevaba un traje negro muy elegante.

Camino hacia la entrada mirando alrededor.

 Joel se levantó de la mecedora y caminó hasta el hombre mirando hacia la casa, esperaba que ninguna de las dos mujeres saliera.

“¿Qué buscas aquí Jackson?”.

El hombre lo miró. “No te da gusto ver a tu hermano”.

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