Mabel Romanov ansiaba superarse académicamente en su último año en la Preparatoria "Bradford". Sin embargo, la renuncia del profesor Raymond y la llegada del atractivo y desafiante profesor de física, el señor Burhan, trastocaron por completo su visión del año escolar. El encuentro con el enigmático profesor marcó el comienzo de una trama inesperada. Lo que comenzó como una atracción inevitable se convirtió en la perdición tanto de Mabel como del profesor Burhan Al-Mansour.
Leer más—¿Sigues tomando la píldora?—Sí, ¿a qué viene la pregunta?—No quiero un bebé ahora, por eso te pregunto, y sé que tú tampoco. Necesitas estudiar, vivir la etapa, ¿no estás de acuerdo?—Sí, sé que es lo mejor. Pero si resulto estar embarazada por algún descuido, o que se yo... No importa, Burhan. Asumiré la responsabilidad, un bebé es una bendición de Dios, y no sabes cómo me ilusiona ser madre...—Todo a su tiempo, hasta parece que vas a quedarte embarazada adrede —comentó divertido.—Oye, no es eso —le dio un golpecito —. Dime, si un día de estos quedo embarazada, ¿qué pensarás al respecto?—Que es un regalo maravilloso, Mabel. Si sucede, voy a amarlo, y viviré la experiencia contigo. Sé sincera conmigo, ¿te estás tomando la píldora o no?—Ya dije que sí, pero puede pasar, así que solo es una advertencia para ti, futuro padre... —susurró y tomó sus labios besándolo.—¿Es que quieres que te haga de nuevo el am
—¿Por qué no podría estar solo?—Un hombre como tú, ciertamente no debería andar solo. ¿Tienes planes para esta noche? Porque puedo proponerte algo.—No, no los tengo —respondió sin mostrar ningún tipo de interés hacia ella, lo cual era verdad, ya que no tenía intenciones de tener un encuentro romántico con nadie en ese momento.—Podemos ir a un lugar más íntimo —sugirió ella, mordiéndose el labio inferior.—No me atrae la idea, pero gracias por la oferta —contestó y pagó al barman que estaba observando la situación, pero sin intervenir. Él reconocía a la mujer y sabía que podía ser bastante insistente.Se levantó y, aunque mareado, logró salir del lugar. Una vez afuera, se detuvo un momento. Le costaba encontrar su auto con la vista nublada, por lo que tomó su tiempo para ubicarlo. Finalmente lo encontró y se dirigió hacia él, pero una vez dentro del vehículo, se quedó pensativo con las manos en el volante. La última vez que condujo en e
Mabel se bebió hasta la última gota de té y luego miró a Burhan larga y detenidamente. Él parecía sumido, completamente afectado. No sabía qué hacer o qué decir al respecto, parecía no querer revelar lo que lo estaba lastimando de esa manera. Trataba de comprender qué le sucedía, pero no lograba dar con la respuesta exacta.—Burhan...—Espera...—Está bien, dime cuando estés listo.—Nunca se está listo para hablar de tus demonios, nunca, Mabel —la miró seriamente.—Entiendo... - dijo Mabel con una expresión dudosa.—Te lo voy a contar, porque es algo que debes saber, es parte de mi pasado, pero necesitas conocerlo. No te lo he dicho porque...—¿Por qué no has tenido el valor de hacerlo? – preguntó en voz baja, sonando calmada. – No te juzgaré...—Creo que lo harás, sé que lo harás.—Confía en mí – le pidió Mabel, tomando su mano para infundirle valor.Burhan le contó entonces sobre su relación
—Te deseo lo mejor ahora que vas a estudiar en la secundaria, sé que es una de tus metas y también confío en que darás lo mejor de ti en ello.—Gracias abuela, estoy nerviosa y ansiosa a la vez de empezar de nuevo en la secundaria. Más aún en un lugar nuevo.—Todo irá bien, como ha sido hasta ahora. Ya lo verás.—Sí, es lo que más deseo. Regresar a la secundaria es algo que me hace mucha ilusión. No será lo mismo sin Valentina, pero no dejaré que eso me detenga.—Sí, mi niña. Sé que vas a lograrlo.—Abuela, ¿has sabido algo de mi padre? —cambió de tema.Según lo que sabía, ya debía de estar en libertad ese hombre, pero aún no sabía nada de él. Ni siquiera que haya tomado la iniciativa de buscarla. Claro que eso sería raro viniendo de alguien que había sido un violador. No tenía sentido que fuera a buscarla, siendo él solo un violador.—No lo sé, Mabel. Pero Nolan me contó que ya está libre.—Quiero verlo, solo p
Quedó encantada con el lugar. Era hermoso y acogedor al mismo tiempo, la elección perfecta que el muchacho podría haber hecho. Allí, los comensales disfrutaban de platos como fettuccini con ragú de cerdo, guiso de mariscos con hierbas, gelatina de bourbon de azúcar morena y más. Ellos también optaron por algo igual de delicioso.Mientras esperaban su orden, disfrutaron de una larga conversación. Hablaban acerca de sus días, de la universidad y de lo bien que le estaba yendo a Abdel en su carrera.— No creo que me acostumbraría a un mundo en el que todo es una foto, me gusta sacarme fotos pero no es algo que me apasione...— dijo Valentina.— A mí me encanta mucho, Valentina.— Lo sé, disfrutas mucho tu trabajo y estoy feliz de que así sea. Además, eres perfecto para ello. ¿Todos los árabes son así de lindos como tú?— ¿Así como qué?— preguntó con una sonrisa.— Apuestos, eres muy guapo...— No todos tienen la suerte de se
—Ya no puedo vivir sin ti...—Estás exagerando, no estás muriendo sin mí —respondió la joven con una sonrisa. El hombre suspiró profundamente y luego rió un poco. La joven rodó los ojos.—En serio, ¿cómo te fue hoy?—Nada fuera de lo común, tuve una sesión de fotos, fue un poco estresante pero al final terminé disfrutando de todos los flashes constantes —comentó él con cierto tono de diversión.—Bueno, ¿nos vemos mañana? No quiero agobiarte...—No digas eso, no me molesta en absoluto. Si pudiera, pasaría todo el día contigo, no hay nada que me haga más feliz que estar a tu lado.La chica suspiró ante sus palabras. Cuando él se ponía romántico, la enamoraba aún más. Era el hombre del que se había enamorado y su corazón latía más fuerte por él.—Me estás haciendo llorar, sabes que cuando te pones así, me enamoro más de ti. Te amo.—Y yo a ti, te amo. Descansa y trata de dormir, no quiero una novia zombie.Ambos se rieron, disfrutando de ese momento de complicidad.—De acuerdo, lo intent
Cuando llegaron abajo, Burhan sacó las llaves del auto. Las luces delanteras del deportivo negro parpadearon mientras él abría la portezuela galantemente para ella. Mabel se adentró en el interior y tomó asiento en el lugar del copiloto. Burhan se unió a ella y pronto hizo rugir el flamante auto. Las calles de la ciudad parecían más concurridas que nunca en esa noche. Durante todo el trayecto, Mabel observaba el camino con una mirada fascinada por la ciudad nocturna. Aunque no sabía a dónde la llevaría Burhan, le gustaban las sorpresas y estaba dispuesta a tener paciencia.—¿Hay algún otro lugar en el mundo que te gustaría conocer? —le preguntó de repente Burhan, girando la cabeza hacia ella.—Sinceramente, hay muchos lugares, Burhan... —comenzó a decir —. Pero Italia es uno de los elegidos, además de Francia, África...—¿No has pensado en visitar los Emiratos Árabes? —interrumpió Burhan.—No lo había considerado, suena interesante. Además, es el país de tus padres... En efecto, es un
—¿Bromeas? Sabes que eso no es posible, pronto empezaré a estudiar, no podría ser ahora —hizo una mueca.—Pero deseas ir, ¿verdad? —dijo, achicando los ojos —. Dímelo, preciosa.—Es un sueño para mí, pero quiero estar lista para ir a la secundaria, no quiero atrasarme otro año —suspiró hondo —. Ya podrá ser luego.—De acuerdo.Volvió a quedarse sola.Al cabo de un rato, llegó su amiga, saludó a ambos y almorzó junto a los dos. Estaban comiendo pollo a la parmesana, uno de los platillos que Mabel amaba hacer. Comió rápidamente, lo que sorprendió a sus compañeros.—Tenías mucha hambre —comentó él.—Sí, mucha. O tal vez ustedes comen demasiado lento.—No lo creo. —respondió Tina, con una sonrisa en los labios —. Pero te ha quedado realmente bueno, Mabel. Cada vez lo haces mejor.—Descuida, aún no te supero.—Ya creo que sí, eh. —replicó Tina.—Después de Italia, ¿comenzarás tus estudios universitarios? —preguntó él.—Sí, empezaré mis estudios en la universidad, pronto se me acabará la pa
Resultó que Amanda estuvo dispuesta a ayudarlos unas semanas. No fue fácil. Hubo días en los que Burhan no quería vivir, parecía estar sombrío, desanimado, y muchas veces lo vio llorar. Entonces, la joven terminaba a su lado, derramando lágrimas, sin poder contener todo lo que sentía dentro de ella. Si él se desmoronaba, ella también lo hacía, pero de alguna forma encontraba la manera de ser un soporte. Lilian, Abdel y demás allegados fueron piezas fundamentales para que ella pudiera sobrellevar la situación; le brindaron un hombro donde apoyarse y compañía.Así fueron los siguientes meses, donde Burhan aprendió a ser ese hombre de nuevo, más fuerte que antes, donde hubo un reinicio de vida, de ganas por vivir, y lo mejor es que estaba con ella, sustentando esa fortaleza que sentía de forma aguerrida.Seis meses habían pasado ya desde lo ocurrido. Un septiembre que aguardaba grandes cosas. Entre lo nuevo que ocurrió todas esas semanas, Mabel estaba a punto de iniciar el último curso e