Sinopsis: Janina y Sebastián, se ven obligados a hacer a un lado sus diferencias y afrontar las complejidades de una vida compartida, hasta que logran la libertad tan ansiada. Sin embargo, un acontecimiento inesperado, hace que, poco tiempo después, se vean forzados a enfrentar un pasado no resuelto y, las circunstancias, los obliga a vivir juntos nuevamente, pero ésta vez será por un motivo diferente al cual ninguno de los dos puede negarse. Se odian, deben vivir juntos, se separan y vuelven a vivir juntos, aunque no han dejado de odiarse, ¿qué puede salir mal?
Leer másCapítulo 70 —EpílogoFrancis Wil:Para aquellos lectores que no quieren dejar a su libre imaginación algunos cabos sueltos que quedaron en esta historia, les hago un resumen de lo que yo imaginé que pasaba en esta historia. Daniel, desde que se convirtió en abogado, se metió con la gente equivocada y ayudó a malversar fondos en varias empresas y al lavado de dinero de la mafia. Sintiéndose acorralado por estos delitos, sin poder librarse de la justicia y sabiendo que era peor caer en manos de la mafia dado que él había hecho transacciones en su propio beneficio, decidió que lo más conveniente era quitarse la vida. Por ende, se suicidó.Carolina padecía una enfermedad rara, pero terminal e incurable, que la llevó, luego de dos años de luchar con ella, definitivamente a la muerte. Ella siempre estuvo enamorada de Sebastián y por eso fue que ideó todo ese macabro plan. Ustedes ya saben en qué terminó. Sebastián, abrumado por su salida de la cárcel, destruido como hombre, como persona, co
Capítulo 69 —Y hubo boda, otra vezNarrador:Habían pasado varias semanas, incluso un par de meses, desde que Carolina falleciera y la pareja se hiciera cargo, tanto de Leonardo como de Sabrina. Pero su día especial llegaba, la tan esperada boda de verdad, donde ya no era una farsa, donde ya no era una pareja actuando para la sociedad, si no era una pareja que se amaba y que lo único que quería, era compartir el resto de su vida juntos, así como también con sus hijos, porque era como consideraban a Sabrina y Leonardo, pero también a los que en futuro vendría, los propios, frutos de ese amor, que ni siquiera pensaron pudieran sentir cuando se pusieron, frente a un sacerdote, la primera vez.—No lo puedo creer, Janina, te vas a casar otra vez con Sebastián, esto solo pasa las telenovelas.—Rosalinda, ni te imaginas lo que pasa por mi cabeza en este momento. Si tan solo aquel día, hubiera sospechado, aunque fuera mínimamente, que esta historia iba a terminar así, me hubiera ahorrado todo
Capítulo 67 —LeonardoNarrador: Janina observaba en silencio a Sebastián sin responderle la pregunta que le había hecho, por lo que se la reiteró.—¿Podrás perdonarme?—No se trata de perdonar, Sebastián —le respondió al fin —se trata de que tengo que ordenar mis ideas y sobre todo lo que estoy sintiendo en este momento.—Decidas lo que decidas, yo lo acataré, pero quiero que sepas que cuando te sientes a pensarlo, pongas en la balanza que yo te amo con el alma y daría mi vida por ti.—Durante estos más de 2 años, no te haces una idea, cuántas veces soñé poder estar nuevamente en tus brazos y escucharte decir que me amabas. Para mí el tiempo estuvo detenido, sin embargo, tú al menos trataste de continuar con tu vida, yo no tengo derecho a juzgarte. Solo me duele que haya sido justo con ella, pero no tenías cómo saberlo, fue parte de mí estrategia para mantenerte a salvo. Así que si hay alguien que es culpable, en todo caso de haber alguno, soy yo.—¿Por qué no dejamos de buscar culpa
Capítulo 67 —Cada uno con su verdad Narrador: Ante la revelación de Sebastián, Janina había quedado paralizada, en medio del salón.—¿Cómo hiciste un hijo? —fue lo primero que se le ocurrió preguntar.—¿En serio Janina? ¡Cómo se hacen todos los bebés! —le respondió con sarcasmo—Sabes que no me refiero a eso —replicó un poco enfadada—Supongo que no —y agachó la cabeza, algo avergonzado—¿Por qué no me lo dijiste, que caso tenía ocultarlo? —ella trataba de entender lo que estaba ocurriendo.—Porque tú y yo, no hemos tenido una conversación civilizada, desde que volviste y, en vista, de lo que se suponía me habías hecho, no consideré la opción de contarte algo tan íntimo, cómo el hecho de que tenía un hijo.—Ahora entiendo a lo que Javier se refería, cuando me decía que tú también tenías cosas para contarme, pero que lo harías a su debido tiempo.—Supongo que te lo hubiera contado con el correr de los días —le dijo arqueándose de hombros—¿Con el correr de los días? —le reprochó—¿Ha
Capítulo 66 —Yo también tengo mis secretos Narrador: Y allí se hallaba, Janina y Sebastián; ella recibiendo todos los besos que él estaba dando de manera descontrolada.—Ya, Sebastián, déjame respirar —le rogó riendo, en un momento que pudo zafar de ese cariñoso momento.—Tuviste dos largos años para respirar, ahora no voy a volver a soltarte, aunque quieras, no volverá a suceder.—Escucharte decir eso y ver cómo me miras, simplemente llena mi corazón.—Mi amor, no me va a dar la vida, para compensarte por lo que hiciste. Y creo que, en el fondo, nunca me lo voy a perdonar.—Ya te dije que no tienes nada que perdonarte. Y me alegro que me creyeras, porque de esa manera te mantuve a salvo.—Físicamente sí me mantuviste a salvo, ahora mi corazón se rompió en mil pedazos, el día que saliste de firmar nuestro divorcio.—Lo sé, yo lo he tenido roto desde entonces. Y en todo este tiempo se ha vuelto a romper varias veces más, ya casi estaba hecho polvo pero por suerte hoy; Dios, la vida,
Capítulo 65 —Te lo debo todo Narrador: Desde esa despedida entre Janina y Sebastián, habían pasado ya unos días y no se habían vuelto a ver. Ella tomó su teléfono varias veces, para llamarlo, pero declinó. Sebastián, por su lado, condujo hasta la finca, en varias ocasiones y en la puerta, decidió no entrar. Aquello parecía un juego macabro. Él peleaba con sus demonios internos, queriéndola perdonar, pero no pudiendo hacerlo, su corazón estaba dividido entre el amor y el odio. Creyó que alejándose, sus heridas sanarían, pero saberla tan cerca y haberla tenido tantas veces entre sus brazos, durante los últimos tiempos, lo estaba perturbando. Janina pasaba sus días llorando, entre lo que había sido su vida, antes de conocer a Sebastián, y lo que era ahora, sólo podía decir que había sufrimiento. La obligaron a casarse con alguien que no amaba, es más, con alguien que despreciaba, trató de huir varias veces, del sentimiento que se le estaba despertando, pero siempre volvía a sus brazos.
Capítulo 64 —Me estoy haciendo adicta a ti.Narrador: Después de esa noche, que como habrán visto, ha sido muy intensa, porque no quedó así la cosa, sino que esos cuerpos, volvieron a encontrarse, al menos dos veces más. Janina fue la primera en despertar. Ya la luz de la mañana invadía la habitación, por lo tanto le decía que el nuevo día y la realidad habían llegado. Se levantó, se dio una larga ducha en su habitación, se vistió y fue a la cocina, a preparar el desayuno, poniendo su mejor cara, tratando de que esa realidad no la tumbara. Pocos minutos después, se le sumó Sebastián a la cocina.—Buenos días, Sebastián, te preparé el desayuno —lo recibió con una amplia sonrisa sirviéndole una taza de café y sus dos tostadas con queso y mermelada.—Buenos días. Gracias —fue lo único que dijo y bajó la cabeza, para comenzar con su desayuno.Ella se sentó frente a él, para continuar con el suyo, pero sin dejar de mirarlo fijamente. Él estaba absorto en la pantalla de su celular, viendo,
Capítulo 63 —nacía para tiNarrador: Una vez que sus cuerpos se calmaron, después de la pasión desplegada, se tumbaron en la cama, uno al lado del otro. Se voltearon de costado y se miraron frente a frente durante largo rato. Ninguno de los dos quería emitir una palabra, para no estropear el momento que estaban viviendo. Ella tenía que explicarle muchas cosas y pedirle perdón, él tenía que escuchar y perdonar, pero no era el momento, no aun. Ella tenía que demostrarle, que valía la pena, que todavía podían ser felices juntos, a pesar de todo lo que habían pasado y que su prioridad, era Sabrina, entonces, recién ahí, ella podría decirle la verdad y apelar al amor que sintiera, con la familia que habían formado, para que él no fuera y cometiera una locura, más grande de la que había cometido en un principio, de eso dependía la felicidad y la vida de los tres. Janina trataba de descifrar que era lo que estaba pensando Sebastián, en ese momento, pues su rostro reflejaba un gesto incompre
Capítulo 62 —Ódiame mañanaNarrador:Sebastián se veía por momentos tentado de estar con ella, pero luego recordaba lo que le había hecho y que tenía que odiarla por eso, así que la empujó, para separarse volvió a prenderse los botones de su camisa.—Como dije, hoy no es un buen día para nada, así que, aprovechando que Sabrina aún no está aquí, voy a dormir en su habitación.—Sebastián…—¡Sebastián nada!, Janina, que descanses.Janina logró dormir solo por un lapso de tiempo muy corto. Y, finalmente, se despertó en un sobre salto. Se levantó y se dirigió al baño, para lavar su rostro. Sabía que le iba a ser imposible volver a conciliar el sueño, al menos esa noche. Se dio una ducha caliente, para ver si eso le ayudaba, pero no obtuvo el resultado deseado. Así que se envolvió la toalla y se sentó en la cama. Su sufrimiento era muy profundo, así que para calmar su dolor, se centró en los besos que se había dado con Sebastián. Haciendo que su respiración se agitara, al punto que su garga