Inicio / Romántica / Destino Impuesto / Capítulo 4 — Se revelan los planes
Capítulo 4 — Se revelan los planes

Capítulo 4 — Se revelan los planes

Narrador:

Sebastián se encontraba tranquilamente en el salón de su casa, bebiendo un refresco y mirando su teléfono móvil, cuando su madre lo interrumpió

—Sebastián, necesito que vengas al despacho de tu padre que tenemos que hablar de algo importante

—¿Y ahora que hice?

—Nada, no has hecho nada aún, es lo que harás, lo que tenemos que resolver

—Ahora sí que has logrado preocuparme –dijo mientras se ponía de un salto de pie –vamos pues, no hagamos esperar a papá

Al entrar en el despacho, el ambiente se notaba con la solemnidad  que precede a una conversación crucial. Sebastián, quien aún sostenía la botella de refresco entre sus manos, enfrentaba a sus padres, quienes compartían una expresión seria pero decidida

—Hijo, últimamente has estado frecuentando mucho el hogar de la familia Sandoval –empezó diciendo su padre

—Sí, es que me llevo muy bien con Maximiliano, es más, desde que volví de Europa, es con el único que he congeniado tan bien que nos hemos hecho grandes amigos —respondió pero agregó una pregunta - ¿Por qué, sucede algo malo con que vaya allí?

—¡No, que va, al contrario! —respondió su madre

—¿Entonces?, no entiendo el porqué de la pregunta —dijo mientras se sentaba en uno de los sillones y arqueaba sus hombros

—Es que me gustaría, bueno en realidad a tu madre y a mí, nos gustaría saber qué piensas de Janina Sandoval

—¿de Janina Sandoval? – eso sí que no se lo esperaba, ¿por qué preguntaban por ella y no por Max, que era con quien él interactuaba?

—Sí, queremos saber, ¿qué impresión te ha causado?

Janina es una chiquilla malcriada —respondió con sinceridad y frunciendo el ceño —una alocada sin madurez alguna. No veo como podría llegar a llevarme bien con ella

—No deberías juzgar a la gente tan rápido Sebastián —decretó su madre —las apariencias pueden ser engañosas y nos gustaría que la conocieras más

—¿Qué la conociera más?

—Sí, creo que tu madre ha sido más que clara

—¡Ah no! —Gritó y se puso de pie —ya sé lo que pretenden —y comenzó a mover su dedo en forma negativa – eso no va a pasar, ni lo sueñen

—No es un sueño, será una realidad —sentenció su padre —Janina es la elección que hemos hecho para ti

—¿Elección de qué?

—De esposa Sebastián, no te hagas el tonto que de tonto no tienes ni un pelo

—¿Qué? – los ojos casi se salen de sus cuencas —¿Casarme con Janina? —comenzó a caminar por el despacho – ¿acaso se han vuelto locos ustedes dos? —seguía dando vueltas por el despacho mientras se rascaba la cabeza con ambas manos —no lo haré, es más —se detuvo y los miró fijamente —no solo no me casaré con ella, sino que no me casaré con nadie y menos con alguien que ustedes me impongan

—Hay razones de negocios que debes entender. Esta unión nos beneficia a todos, no podemos permitirnos perder esta oportunidad

—¿Beneficia? —pero no esperó respuesta  ¿casarme con una ni*ña malcriada es un beneficio? No lo creo

—Piensa en el legado familiar  y de las empresas —intervino la madre tratando de persuadir a su hijo – Janina es una chica fuerte, puede aportarte más de lo que piensas

—¿Una chica fuerte? ¿te estas escuchando madre? —Preguntó con tono desafiante —¡Cómo se nota que no la conoces!

—¡Y tú tampoco! —gritó su padre poniéndose de pie y golpeando con ambas manos el escritorio

—No puedo creer que están considerando esto —respondió Sebastián con incredulidad —no la soporto, y estoy seguro de que ella a mí tampoco me soporta

—Las decisiones familiares se toman por sobre los gustos personales

—¿los gustos personales? —no fue una pregunta —¿me estás jodiendo papá? ¿No querer casarme con alguien que no es de mi agrado es un simple gusto personal para ustedes dos?

—Sebastián, es hora de que asumas tu responsabilidad como parte de ésta familia y hagas lo mejor para el apellido Mireles

—No, no voy a hacerlo, volveré a Europa

—Eso no va a pasar, desde ahora en más no volverás a ver un centavo mío a menos que hagas lo que se te pide

—Ruperto… —rogó la madre quien veía que su esposo se estaba sobrepasando con su autoridad

—Eugenia, te he dejado que críes a nuestro hijo como se te dio la gana, y solo lo has convertido en un haragán, carente de ambición y responsabilidad, un play*boy que lo único que sabe es vivir de fiesta en fiesta y persiguiendo cuanta mujer se le cruce en su camino. Ha viajado por todo el planeta como si se terminara el mundo… —el hombre gritaba cada vez más alto, a lo que Sebastián volvió a sentarse en el sillón

—Está bien padre, lo pensaré, pero no prometo nada

—Eso es suficiente para mí —dijo la madre —verás que cambias de opinión, la chica es un amor, seguro que te gustará

—Pero para mí no lo es —rezongó el padre —así que he invitado a los Sandoval a pasar el fin de semana largo en la finca con nosotros, para que se vayan conociendo mejor

En el despacho de los Sandoval, Janina, accidentalmente, escuchó una conversación por demás tensa entre sus padres, quienes discutían con decisión

—Enrique, Janina no soporta a Sebastián Mireles y por eso yo no puedo soportar que mi hija se case con él —escuchar esas palabras “que se case con él” paralizaron el corazón de la joven

—Entiendo tus sentimientos, pero debemos ser prácticos. La fusión con los Mireles es vital para evitar la bancarrota, su padre está dispuesto, no solo a pagar todas nuestras deudas, sino a dar impulso a la empresa que se forma de ésta fusión

—No puedes obligar a Janina a hacer esto, Enrique te lo ruego —entre sollozos —es nuestra única hija, no puedo verla infeliz

—Es una decisión difícil, pero es por el bien de las familias y de las empresas, sobre todo para el bien del futuro de la propia Janina

—No puedo creer que estés dispuesto a sacrificar la felicidad de nuestra pequeña por el bien de los negocios

—Tu puedes creer lo que quieras, lo único que has hecho desde que nos casamos en gastar dinero, el dinero que yo genero – hizo una pausa – no voy a reprocharte eso, lo hago con mucho gusto porque te amo y siempre lo he hecho —le tomó las manos a su esposa —el fin de semana vamos a la finca de los Mireles a pasar el fin de semana con ellos y así hacer que los chicos se conozcan mejor

Del otro lado de la puerta, Janina, sorprendida por lo que acababa de escuchar, se alejó sigilosamente antes de ser descubierta. La revelación de la presión financiera a la que estaba siendo sometida la familia y la decisión firme que había tomado su padre,  la dejaron atónita, enfrentándose a una realidad que no había anticipado

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo