Quedó encantada con el lugar. Era hermoso y acogedor al mismo tiempo, la elección perfecta que el muchacho podría haber hecho. Allí, los comensales disfrutaban de platos como fettuccini con ragú de cerdo, guiso de mariscos con hierbas, gelatina de bourbon de azúcar morena y más. Ellos también optaron por algo igual de delicioso.Mientras esperaban su orden, disfrutaron de una larga conversación. Hablaban acerca de sus días, de la universidad y de lo bien que le estaba yendo a Abdel en su carrera.— No creo que me acostumbraría a un mundo en el que todo es una foto, me gusta sacarme fotos pero no es algo que me apasione...— dijo Valentina.— A mí me encanta mucho, Valentina.— Lo sé, disfrutas mucho tu trabajo y estoy feliz de que así sea. Además, eres perfecto para ello. ¿Todos los árabes son así de lindos como tú?— ¿Así como qué?— preguntó con una sonrisa.— Apuestos, eres muy guapo...— No todos tienen la suerte de se
—Te deseo lo mejor ahora que vas a estudiar en la secundaria, sé que es una de tus metas y también confío en que darás lo mejor de ti en ello.—Gracias abuela, estoy nerviosa y ansiosa a la vez de empezar de nuevo en la secundaria. Más aún en un lugar nuevo.—Todo irá bien, como ha sido hasta ahora. Ya lo verás.—Sí, es lo que más deseo. Regresar a la secundaria es algo que me hace mucha ilusión. No será lo mismo sin Valentina, pero no dejaré que eso me detenga.—Sí, mi niña. Sé que vas a lograrlo.—Abuela, ¿has sabido algo de mi padre? —cambió de tema.Según lo que sabía, ya debía de estar en libertad ese hombre, pero aún no sabía nada de él. Ni siquiera que haya tomado la iniciativa de buscarla. Claro que eso sería raro viniendo de alguien que había sido un violador. No tenía sentido que fuera a buscarla, siendo él solo un violador.—No lo sé, Mabel. Pero Nolan me contó que ya está libre.—Quiero verlo, solo p
Mabel se bebió hasta la última gota de té y luego miró a Burhan larga y detenidamente. Él parecía sumido, completamente afectado. No sabía qué hacer o qué decir al respecto, parecía no querer revelar lo que lo estaba lastimando de esa manera. Trataba de comprender qué le sucedía, pero no lograba dar con la respuesta exacta.—Burhan...—Espera...—Está bien, dime cuando estés listo.—Nunca se está listo para hablar de tus demonios, nunca, Mabel —la miró seriamente.—Entiendo... - dijo Mabel con una expresión dudosa.—Te lo voy a contar, porque es algo que debes saber, es parte de mi pasado, pero necesitas conocerlo. No te lo he dicho porque...—¿Por qué no has tenido el valor de hacerlo? – preguntó en voz baja, sonando calmada. – No te juzgaré...—Creo que lo harás, sé que lo harás.—Confía en mí – le pidió Mabel, tomando su mano para infundirle valor.Burhan le contó entonces sobre su relación
—¿Por qué no podría estar solo?—Un hombre como tú, ciertamente no debería andar solo. ¿Tienes planes para esta noche? Porque puedo proponerte algo.—No, no los tengo —respondió sin mostrar ningún tipo de interés hacia ella, lo cual era verdad, ya que no tenía intenciones de tener un encuentro romántico con nadie en ese momento.—Podemos ir a un lugar más íntimo —sugirió ella, mordiéndose el labio inferior.—No me atrae la idea, pero gracias por la oferta —contestó y pagó al barman que estaba observando la situación, pero sin intervenir. Él reconocía a la mujer y sabía que podía ser bastante insistente.Se levantó y, aunque mareado, logró salir del lugar. Una vez afuera, se detuvo un momento. Le costaba encontrar su auto con la vista nublada, por lo que tomó su tiempo para ubicarlo. Finalmente lo encontró y se dirigió hacia él, pero una vez dentro del vehículo, se quedó pensativo con las manos en el volante. La última vez que condujo en e
—¿Sigues tomando la píldora?—Sí, ¿a qué viene la pregunta?—No quiero un bebé ahora, por eso te pregunto, y sé que tú tampoco. Necesitas estudiar, vivir la etapa, ¿no estás de acuerdo?—Sí, sé que es lo mejor. Pero si resulto estar embarazada por algún descuido, o que se yo... No importa, Burhan. Asumiré la responsabilidad, un bebé es una bendición de Dios, y no sabes cómo me ilusiona ser madre...—Todo a su tiempo, hasta parece que vas a quedarte embarazada adrede —comentó divertido.—Oye, no es eso —le dio un golpecito —. Dime, si un día de estos quedo embarazada, ¿qué pensarás al respecto?—Que es un regalo maravilloso, Mabel. Si sucede, voy a amarlo, y viviré la experiencia contigo. Sé sincera conmigo, ¿te estás tomando la píldora o no?—Ya dije que sí, pero puede pasar, así que solo es una advertencia para ti, futuro padre... —susurró y tomó sus labios besándolo.—¿Es que quieres que te haga de nuevo el am
Mabel se levantó como cualquier día, pero la cotidianidad de su vida consistía en el mal hábito de despertarse tarde en la mañana, en consecuencia, siempre se ganaba el regaño de algún profesor.El motivo de quedarse dormida más de lo debido era por estar despierta hasta tarde mientras repasaba algunos temas conflictivos de la física, antes ocurría lo mismo, solo que la razón de mantenerse en vilo era masoquismo suyo, puesto que se le iba el tiempo en tonterías.Lo malo es que haciendo lo correcto o no, no le atinaba a abrir los ojos cuando su alarma sonaba, el gran problema es que sí sonó, pero le dio igual.—¡¿Qué?! —exclamó estremecida por la hora que su reloj de mesa marcaba.Era súper tardísimo, sabía que no era su día, ya tenía el presentimiento de que sería el peor de todos. Encima la primera clase era con el nuevo profesor. ¡Madre mía! Con suerte llegaría a mitad de la primera clase, y con un poco más de suerte este le permitiría entrar. Le pidió al cielo que el nuevo viejo no
En el momento en que sus ojos se encontraron con los suyos, algo extraño entró en su torrente sanguíneo bombarding más sangre de lo habitual, tenía el corazón a mil por hora y el molesto temblor en sus piernas.Estupefacción e incredulidad la abordaron de inmediato, Mabel se habría imaginado a un viejo con calvicie, o algún escuálido como Raymond, todo menos un espécimen de hombre sacado de Hollywood o de una famosa pasarela de moda.Tragó duro.Ya no sabía qué era peor, tener a alguien tan apuesto al frente o a un gruñón profesor.—Señorita Mabel, ¿podría justificar su retraso? —cuestionó educado, sin embargo la pregunta también envolvía cierta molestia, no dejaba de atravesarla con su fija mirada, era tan obvio el enfado porque ella había interrumpido con su explicación.Mabel no supo qué decir de inmediato. Ni siquiera notaba que estaba quedando como tonta ante sus compañeros. Su cabeza estaba volando, además de que seguía repitiendo la forma en que pronunció su nombre, tan sensual
La joven se mantuvo en el silencio. No le hacía bien la cercanía de aquel sujeto, él era una antítesis, un ser tan perfecto que causaba aturdimiento, no estaba exenta de caer en el efecto del sexy profesor.—Él siempre es así de molesto, gracias por lo que has hecho. —Descuida, ya no te quito más tiempo, come tranquila —añadió y finalmente la dejó sola. La verdad es que se le había cerrado el apetito, a esas alturas ya no tenía hambre y decidió tirar el resto. A continuación, tomó sus cosas y se marchó a la siguiente clase: Literatura. Fue una de la primeras en entrar. Sé esforzó en tomar notas y prestar atención a todo lo que la señorita Lauren decía, pero su cabeza seguía en la vagancia extrema de pensar en Al-Mansour. ¿Qué rayos le ocurría a ella?—Romanov, ¿podría explicarle a la clase lo último que he dicho? —le cuestionó la profesora, esa mirada de Silverstein direccionada a ella venía con amenaza. Se removió incómoda en el asiento. No era mentira que se había ausentado dur