Una bella novela romántica de una mujer en la búsqueda de sus sueños tiene que salir del país por largo tiempo. Tendrá que despedirse del que siempre fue el amor de su vida y sin saber lo que él tiene que decirle, la vida de ella va a cambiar en cuanto tome el vuelo y él tiene que tomar una de las decisiones más importantes de su vida, decidirse seguirla o quedarse con la persona que ahora acompaña sus días. Una historia que demostrara si la pasión y el deseo triunfara ante la distancia.
Leer másAl cruzar la puerta de la oficina, mi cuerpo reaccionó antes que mi mente: solté su mano como si quemara y cubrí mi rostro con ambas manos, tratando de contener la explosión de emociones que me atravesaba. El corazón me latía con fuerza, una mezcla de adrenalina, nervios y una inquietud que no lograba apagar. Quería desaparecer, correr lejos y esconderme bajo las sábanas, como si eso pudiera borrar lo que acababa de suceder.Cuando llegué a Mallorca, jamás imaginé que mi vida tomaría este giro tan abrupto, mi mundo siempre habia sido tranquilo y sin ser tan visible, habia tomado algunas desiciones para que mi vida laborar fuera muy tranquila y ahora convertirme en la asistente del CEO no estaba ni remotamente en mis planes. Vine aquí para crecer en mi carrera, para aprender, no para ser el centro de las miradas ni cargar con esta presión. Miré a Gabriel, con las lágrimas amenazando con desbordarse.—No creo que pueda con esto —dije, mi voz quebrándose—. Me siento visible, me siento vu
La mañana se deslizaba lentamente, con el aire fresco como un eco de los silencios que llenaban el interior del auto. Estábamos estacionados frente al imponente corporativo, pero ninguna palabra había roto la quietud entre nosotros. Lo miré de reojo: sus manos estaban aferradas al volante, como si soltarlo pudiera desmoronar algo más que el control del vehículo.Sus hombros tensos y la rigidez de su mandíbula hablaban más alto que cualquier palabra. Me armé de valor, extendí la mano y toqué suavemente su brazo, buscando traerlo de vuelta. Mis ojos encontraron los suyos mientras preguntaba, con un hilo de preocupación:—¿Te encuentras bien? ¿Quieres que te ayude en algo?Su respuesta llegó como un torrente de emociones contenidas, cargada de vulnerabilidad.—No quiero que te apartes de mí. No sabes lo duro que es esto. Yo no quiero estar aquí, pero... es mi destino. Soy el heredero de esta gran empresa, y tengo que sacarla adelante. Pero no quiero hacerlo solo. —Su voz se quebró apenas
Me desperté con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas de la ventana del cuarto, acariciando mi rostro con una calidez para poder despertar por completo. Al girar hacia el otro lado de la cama, me di cuenta de que Gabriel no estaba allí. Por un instante, sentí el vacío de su ausencia, pero el delicioso aroma que venía de la cocina disipó cualquier preocupación.Me levanté con curiosidad y, antes de salir de la habitación, tomé su camisa del respaldo de la silla y me la puse. El algodón suave y el ligero aroma a él me hicieron sentir como si lo abrazara. Caminé descalza hacia el origen de aquel tentador olor y lo vi, con su figura despreocupada y deslumbrante, apenas cubierto por unos bóxers. Estaba concentrado, moviéndose entre la estufa y el mesón con una gracia que no podía dejar de admirar. En ese instante, parecía la imagen misma de la ternura y la sensualidad combinadas.—¿Ya despertaste? —dijo con esa voz cálida que siempre lograba derretir mi corazón—. Ven, siéntat
Gabriel me dejó frente a mi departamento, el rugido suave del motor del auto apagándose marcando el final de nuestra velada. Bajamos juntos, y aunque la noche era fría, el calor de su presencia hacía que el aire pareciera más tibio. Con un gesto tímido y una mirada intensa, se acercó lo suficiente para darme un beso en la mejilla, Me sonroje pero no me negue aceptar su beso. Sentí un temblor recorrerme, aunque no sabía si era el frío o el vértigo de lo que parecía gestarse entre nosotros. ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo él lograra despertar en mí algo que iba mucho más allá de la amistad?Antes de que el nerviosismo pudiera atraparme, solté las palabras casi atropelladas:—¿Te gustaría pasar a tomar un café? Creo que aún podemos seguir conversando un poco más.Hubo un destello de duda en sus ojos, pero rápidamente fue reemplazado por una sonrisa que desarmó cualquier posible arrepentimiento.—Claro, me encantaría —respondió con una mezcla de nervios y entusiasmo.Subimos por
Gabriel es, sin lugar a dudas, el hombre más guapo que he conocido creo que más que Jacobo. Incluso ahora, después de lo que acabamos de vivir, me cuesta asimilarlo. Mi mente está llena de preguntas, y el simple pensamiento de lo que nos espera mañana me hace sentir una mezcla de emoción y nerviosismo.—¿Estás bien, Aurora? Te veo algo dispersa —dijo Gabriel, con una mirada que reflejaba tanto duda como preocupación.Su voz me sacó de mi ensimismamiento, pero al regresar al presente, un cúmulo de emociones me invadió. Mi pecho parecía demasiado pequeño para contener todo lo que sentía en ese momento.—Estoy bien, Gabriel... pero tengo muchas preguntas —respondí, tratando de sonar firme, aunque mi tono estaba cargado de incertidumbre.Un breve silencio se instaló entre nosotros, cargado de una tensión que no era incómoda, sino más bien expectante. Fue Gabriel quien finalmente lo rompió, con una confesión que parecía haber estado guardando por un largo tiempo.—Aurora, vengo de una fami
Las citas que he vivido no han sido, ni de lejos, memorables. Más bien, podría decir que muchas de ellas rozan la categoría de desastres. Una en particular, durante mis años de universidad, se grabó en mi memoria como un episodio tan incómodo como frustrante.Era un chico guapo, con un aire de timidez que a primera vista parecía encantador. Acepté su invitación y quedamos de vernos en una pequeña cafetería en el corazón del bullicioso centro de la Ciudad de México. Sin embargo, el encanto comenzó a desmoronarse antes de que siquiera llegara: apareció tarde, sin prisa alguna, como si el tiempo no tuviera importancia.Ya en la cafetería, su falta de conversación llenó los minutos con un incómodo silencio que ni siquiera el aroma del café pudo disipar. Pero eso no fue lo peor. Al momento de pagar, descubrí que no llevaba dinero consigo. Sorprendida, terminé cubriendo la cuenta, algo que podría haber pasado como un simple detalle si no hubiera tenido que costear también el taxi que lo lle
Estoy preparando la ropa que usaré el día de mañana, un vestido color guinda con unas medias negras y unas bellas zapatillas negras altas, muy elegantes, acompañada además de un abrigo negro largo. Estoy sumamente emocionada, estoy segura de que aprenderé mucho al estar ahí, quiero hacer amigos y además por la tarde tengo una cita con Gabriel y en cierto modo, me emociona volverlo a ver. Hemos platicado bastante por llamadas y mensajes, me cuenta su día y yo le he contado como me siento aquí, me resulta un poco extraño porque lo normal es que nadie preguntara por mí o de como me siento, y Gabriel lo hace y en cierto modo me causa mucha Ilusión.Me he despertado temprano, son las 5:00 de la mañana, me he dado una ducha con agua caliente y comencé a vestirme tranquilamente porque tengo tiempo. He terminado de vestirme y no he decidido como peinarme, al final he optado por recogerme el cabello en una coleta y he rizado un poco mi cabello para que tenga una linda caída, tierna, pero el
Al poco tiempo de iniciar la carrera, Jacobo y yo platicábamos de cuáles eran nuestros sueños y metas, recuerdo que me contaba que quería salir de la ciudad y poder vivir en algún lugar tranquilo, la ciudad solía absorber sus sueños, decía que construiría dos casas una a lado de otra de dos pisos cada una, fachadas muy rústicas, con puertas y ventanas de madera, tendrían chimeneas porque nos iríamos a un lugar frío, tendríamos también un amplio jardín para que nuestros hijos jugaran juntos, una de las casas sería para él y otra para mí.El inicio del curso en la universidad pasaba sin mayor problema, cada quien se enfocaba en su carrera, pero el tiempo para vernos era difícil y convivir todos los días era todo un reto, cuando salía de clases me dirigía a su edificio que me quedaba un poco lejos, solía esperarlo por dos o más horas, aprovechaba el tiempo haciendo tareas o viendo alguna película, absorbía toda mi energía.No puedo negar que adoraba estar día tras día con él, habíamos el
Capítulo 3 Te conocí verdaderamente en el vuelo.Siento sus manos recorrer mi cuerpo, es algo súbito, me encanta, permito que me besé apasionadamente, sus manos acarician mis muslos y mis manos entrelazadas se encuentran alrededor de su cuello acariciando su cabello, quiero que me tome, que me haga suya. Sus besos recorren mi cuerpo y siento su calidez en cada una de sus caricias, Me siento estallar.Tiene su cuerpo sobre el mío. Me ha comenzado a desabrochar la blusa dejando expuestos mis pechos desnudos, sus dedos firmes pasan de mi cuello a mis pechos y se deslizan con suavidad hasta mi ombligo, estoy en un borde de placer. Le quito su playera y puedo sentir su cuerpo desnudo sobre mi piel, mi cuerpo lo abraza, su respirar es agitado, poco a poco mis manos tocan su espalda, lo sujeto con fuerza acerco mis manos hacia su pantalón, comienzo a desabrochar poco a poco, bajo la cremallera con cuidado, Jacobo está completamente excitado.Encienden las luces del avión y me despierto abrup