Theodore Moretti es un poderoso magnate cuya vida parece perfecta hasta que su esposa lo abandona por otro hombre, dejándolo solo con sus tres hijos y un vacío imposible de llenar. Con la responsabilidad de cuidar su hogar y mantener el equilibrio, decide contratar a Sarah, una joven con espíritu noble y una sonrisa que ilumina los días más oscuros.Con el tiempo, lo que comienza como una relación profesional se convierte en un romance inesperado, desatando sentimientos que Theodore creía enterrados. Sin embargo, un secreto inquietante sale a la luz, poniendo en riesgo no solo su amor, sino también el frágil lazo familiar que ha intentado reconstruir.Para complicarlo aún más, su exesposa regresa con intenciones ocultas y una propuesta que podría cambiarlo todo. Theodore deberá elegir entre el pasado que le rompió el corazón y el futuro que le promete redención. Pero, ¿será capaz de superar las sombras del ayer para luchar por la felicidad que tanto ansía?
Leer másTHEODORE MORETTI.Theo Moretti – Maldición eternaEl puño de Marcus impacta contra mi rostro con una fuerza brutal. Siento el crujido de mi propia piel abriéndose, el ardor inmediato de la sangre deslizándose por la comisura de mis labios. No me defiendo.No lo hago porque sé que lo merezco.Cada golpe es una condena, un castigo insuficiente para todo lo que hice. No puedo levantar las manos para protegerme porque no quiero hacerlo.Sarah está en una sala a pocos metros de aquí, luchando por su vida.Pero los médicos ya fueron claros.—No creemos que despierte.—El bebé no sobrevivió.Las palabras siguen repitiéndose en mi cabeza como un eco tortuoso. Se clavan en mi pecho como un puñal oxidado. Nuestro hijo está muerto.Un hijo al que nunca llamé “hijo” hasta ahora que ya no está.Sarah, mi Sarah, podría no despertar nunca.Otro golpe me hace caer de rodillas. Esta vez, mi cabeza choca contra el suelo, y la sangre gotea sobre el frío mármol del hospital. Siento el sabor metálico en m
THEODORE MORETTI 🍂La noche con Daphne había sido exactamente lo que necesitaba. En sus brazos encontraba algo que con Sarah nunca pude: la sensación de que todo encajaba, de que estaba con la persona correcta. No importaba cuántas veces intentara alejarme de ella, siempre terminaba volviendo. Éramos un error constante… pero uno del que nunca quise escapar.—¿Te quedarás esta noche? —preguntó Daphne, dejando un rastro de besos en mi pecho, su piel cálida y familiar contra la mía.—Mmm… sí. Sarah se queda con los niños, no importa.Daphne hizo una mueca al escuchar su nombre, pero no dijo nada. Sabía que cualquier comentario sobre Sarah solo haría que me molestara. En lugar de eso, se acomodó sobre mí, con esa mirada traviesa que siempre me había vuelto loco.Nos pasamos la noche entre caricias y confesiones, recordando los días en los que no existían barreras entre nosotros, en los que no había nadie más. Nos burlamos de lo absurdo que era todo esto, de la culpa que debería estar car
SARAH HALE🥀 El sonido de las sirenas resonaba en la distancia, como un eco que se fundía con el latido pesado de mi corazón. Sentía mi cuerpo entumecido, atrapado en un abismo entre la consciencia y la oscuridad. Intenté abrir los ojos, pero eran demasiado pesados, como si el mundo entero descansara sobre mis párpados. En mi mente, las imágenes se entrelazaban como un sueño borroso, una vida que nunca llegué a tener. Veía a Theo sosteniendo a nuestro hijo en brazos, con una sonrisa genuina en el rostro, la misma que solía iluminarme cuando creía en su amor. En mi visión, éramos felices, una familia real, completa. Veía a los niños corriendo por el jardín, riendo sin preocupaciones, mientras James y Marcus nos visitaban con frecuencia. Todos habíamos encontrado nuestro lugar, nuestro equilibrio… Pero la realidad me golpeaba con una frialdad desgarradora. Nada de eso sucedió. Nunca llegamos a ser la familia que soñé. Nunca tuve el amor incondicional de Theo, ni la certeza de un hoga
S A R A H H A L E 🥀 El tiempo se había vuelto un enemigo silencioso. Cada día se alargaba de manera cruel, recordándome la vida que estaba llevando, la que nunca imaginé para mí. Mi vientre crecía con cada semana, pero Theo se alejaba más y más. Cuando le dije que esperaba un niño, pensé que algo en él cambiaría. Que aunque no me amara, al menos encontraría algo de emoción en la noticia. Pero no mostró nada. Ninguna sonrisa. Ninguna pregunta. Fue como si la noticia no significara nada. Como si mi bebé no existiera. Y eso dolió. Los últimos tres meses habían sido una rutina vacía. Theo se marchaba al amanecer, regresaba en la madrugada. Si no fuera por los niños, podría jurar que vivía sola. Nunca preguntaba por mi embarazo. Nunca preguntaba por mí. Pero sí estaba pendiente de Daphne. La casa se había vuelto un reflejo de mi vida: fría, silenciosa, llena de fantasmas. —¿Qué pasa, cielo? —pregunté suavemente cuando Isaac apareció en la puerta de mi habitación. Sus pequeños
T H E O D O R E M O R E T T I 🍂Lo primero que veo al abrir los ojos es a Sarah. Su respiración es tranquila, su rostro sereno, como si estuviera en paz. No merezco verla así. No después de lo que hice anoche.Un peso invisible se acomoda sobre mi pecho.Me levanté con cuidado, tratando de no despertarla. Mi cabeza palpitaba por la resaca, pero el verdadero dolor estaba en otro lado.Fui a buscarla porque no pude estar con Daphne.El pensamiento me enferma.Con pasos pesados, entré al baño y dejé que el agua fría cayera sobre mi cuerpo, intentando aclarar mi mente. Pero el agua no arrastra la culpa, no limpia la suciedad de lo que he hecho.Me estoy comportando como lo peor.Ella tenía razón… la estoy castigando por algo que pertenece al pasado.Cuando salí, Sarah aún dormía, pero su teléfono vibraba sobre el buró.Me detuve.Podía dejar que sonara, ignorarlo… pero la insistencia de la llamada me ganó.Tomé el teléfono y contesté sin pensarlo.—¿Hola?La voz al otro lado me tomó por
S A R A H 🥀Caminaba con pasos vacilantes, sintiendo a Sebastián a mi lado. Sus pasos eran firmes, seguros, pero los míos se sentían pesados, como si cada paso fuera un recordatorio del peso que llevaba encima.De repente, el aire se volvió más denso. Respirar comenzó a ser difícil.—¿Qué sucede? —preguntó Sebastián, su tono preocupado.Negué con la cabeza, tratando de recomponerme.—Nada, creo que solo necesito tomar un momento.Me detuve, cerrando los ojos por un segundo. Sentí cómo Sebastián se acercaba más, su presencia irradiaba una calidez que no recordaba haber sentido en mucho tiempo. Sus ojos estaban llenos de preocupación genuina, la clase de preocupación que anhelaba ver en Theo pero que nunca encontraba.—Creo que necesitas dejar a Theo. Te está lastimando.Su voz era baja, pero sus palabras fueron un golpe directo al pecho.—No, todo está bien —mentí, forzando una sonrisa que no llegó a mis ojos—. Solo son malos momentos, pero estamos bien.Sebastián bufó, su frustración
Sarah Hale✨ Por fin, después de horas de limpiar y organizar, la casa está en orden. Mis músculos están tensos por el cansancio, pero encuentro algo de paz mientras arropo a los niños. Estoy en la habitación de Tristán, quien me observa con esos grandes ojos llenos de curiosidad y algo de tristeza.—¿Dónde está mi papá? —pregunta el pequeño con esa inocencia que siempre logra desgarrarme un poco el corazón.—Mmm… él salió —respondo suavemente mientras lo arropo, intentando que mi voz suene tranquila.—¿Puedo dormir contigo hoy?La petición me toma por sorpresa, pero no tengo el corazón para negarme.—Me gustaría —respondo con una sonrisa mientras él se hace a un lado, dejando espacio en la cama.Me acomodo junto a él, y Tristán se acurruca cerca de mí. Su pequeña mano encuentra la mía, y por un momento siento que el mundo exterior desaparece.—Extraño cuando mi papá estaba en casa y nos llevaba a jugar —dice de repente, su vocecita cargada de añoranza.Sus palabras me atraviesan como
Theodore 🍂 El aire frío golpea mi rostro, despejando mis pensamientos por un instante, pero no lo suficiente. Mientras conduzco, no puedo evitar reflexionar sobre cómo me he estado comportando con Sarah en estos últimos dos meses. Ella está embarazada, vulnerable, y sin embargo, yo sigo castigándola por lo que pasó con Marcus hace tanto tiempo. No sé si lo hago por rencor, orgullo o simplemente por miedo. —¿Estás listo? —la voz de Daphne me saca de mi mente, y sin darme cuenta, sonrío. Ella está frente a mí, con un vestido rojo que abraza su figura a la perfección. El contraste de su piel pálida contra el rojo vibrante llama mi atención de inmediato. Es imposible no notar lo bien que se ve, y mi cuerpo, traidor, reacciona a pesar de que mi mente intenta resistirlo. —Sí, vamos —respondo, y la ayudo a subir al auto, asegurándome de no mirarla por más tiempo del necesario. Una vez que está acomodada en el asiento del copiloto, me siento frente al volante y enciendo el motor—. ¿A
Sarah Hale✨ Sebastián está frente a mí, su imponente altura me hace sentir diminuta. Su postura es relajada, pero hay algo en sus ojos que refleja cierta incomodidad. —Theo me dijo que estaría aquí —comienza—, y quise traerle una propuesta. Es un cliente que quiere que lo represente. Habla con un tono que me hace sentir como si fuera algo natural que yo supiera cada detalle de la vida profesional de Theo. Como si yo tuviera ese nivel de conexión con él… aunque, últimamente, ni siquiera sé si seguimos siendo una pareja. —Claro, fue por los niños. Pasa —digo, haciéndome a un lado para dejarlo entrar—. Puedes esperarlo en su oficina. ¿Te ofrezco algo de tomar? —No, así estoy bien. Gracias. Antes de moverse, Sebastián extiende una pequeña caja envuelta con un delicado moño. —Es un pequeño regalo para tu bebé. Sé que, al lado de todo lo que Theo le ha comprado, no debe ser nada. Pero lo vi en una tienda de bebés y no pude evitar pensar en tu hijo. Sus palabras me toman por