Sarah Hale✨Me encontraba arreglando la maleta de Isaac mientras que Alissa arreglaba la de los niños tal como Theo me lo había pedido. Marcus se había mudado a España unos meses atrás, y la verdad es que como se lo había dicho a Theo lo extrañaba demasiado. -Te lo dije. - dijo Alissa asustándome. - ¿Perdón? - -El señor Maoretti y usted. - Realmente me había quedado sin palabras, no sabía que responderle, pues de cierta forma había notado un acercamiento entre Theo y yo. -A-ah creo que solo somos amigos, ya sabes. -Alissa me observó burlona. -El otro día los vi, el te beso.- Oh santo cielo, me dice la desentendida. -Bien, las maletas de Tristán y Emma ya están listas, solo falta la de Isaac y el señor Moretti. - -Gracias Alissa, yo me encargo de la de Isaac y de Theo bueno él debe encargarse de eso. - La chica asintió y salió dejándome sola en mi habitación, apenas dos meses atrás Isaac había dejado de dormir en la habitación de Theo, sin embargo, aho
Sarah Hale✨ Nos encontrábamos en el restaurante que Marcus había elegido; realmente era lindo y tenía una vista espectacular. Alissa me había ayudado a elegir un vestido, y como Theo vendría de negro, opté por ir a juego con él. Elena, la novia de Marcus, era una chica muy guapa, de cabello rizado rubio y ojos miel. Curiosamente, ambos también venían a juego, ya que Marcus vestía de negro y ella igual.—Vaya, parece que todos nos pusimos de acuerdo para venir a juego —mencionó Elena con un deje de molestia en la voz.—Sí, bueno, Theo y yo nos pusimos de acuerdo… y, al parecer, ustedes también —respondí con amabilidad, tratando de restarle importancia.—Claro, Marcus y yo siempre usamos negro, es nuestro color.Sonreí un poco incómoda ante el comentario. Theo lo notó enseguida y, sin decir nada, me rodeó la cintura con su brazo y dejó un beso suave en mi mejilla.—Vamos, linda, quiero disfrutar esta velada contigo —murmuró en mi oído.Nos alejamos dejando a Marcus y a su novia detrás.
Sarah Hale✨ La luz comenzaba a filtrarse por la ventana. Me removí en la cama; Theo estaba dormido boca abajo, pero uno de sus brazos descansaba sobre mi cintura. —Theo… —susurré mientras lo movía suavemente. —Mmm… ¿qué sucede? —murmuró adormilado. —Creo que ya es tarde. Debemos ir a ver a los niños. Theo se giró para mirarme. Una sonrisa tierna se dibujó en su rostro, irradiando amor. —Alissa está con ellos. Tú y yo podemos quedarnos aquí todo el día —dijo mientras acariciaba mi mejilla con dulzura. —Theo… —murmuré mientras me inclinaba sobre él—. Los niños son más importantes. Dejé un beso suave en sus labios. —Tienes razón. Desayunemos todos juntos, como la familia que somos. Sonreí ante sus palabras. —Muy bien. ¡Arriba, entonces! —me puse de pie y busqué mi ropa—. Iré a buscar mi maleta, no tengo ropa aquí. —Puedes usar una camisa mía. Hice caso y tomé su playera, que había quedado tirada en el suelo. —Gracias. Theo también se puso de pie y, antes de
Sarah Hale✨ Todos estamos en el comedor. James me observa con una mirada que podría matarme, lo que me pone nerviosa. Theo toma mi mano y la aprieta con suavidad; ese gesto logra calmarme.—¿Entonces, oficialmente son novios? —pregunta James, rompiendo el silencio.—Ella me dijo que sí, pero aún no se lo he pedido como merece. Pensaba invitarla a cenar y hacerle la propuesta formal —responde Theo con tranquilidad.—Bien —es lo único que James dice.El desayuno transcurre lo más normal posible. 🍂 Me encuentro en la oficina de James. Me pidió hablar sobre los negocios.—Me gusta ver que ahora eres todo un hombre de negocios —digo, sonriendo al verlo concentrado en su computadora. Jamás imaginé verlo así.—Como dije, todo es gracias a ti —James levanta la vista y fija su mirada en mí—. Quiero pagarte el dinero que nos prestaste y…—No —lo interrumpo.—¿Qué?—No, James. No quiero que me lo devuelvas. Considéralo un agradecimiento por salvar mi vida.—Tu vida vale mucho más que eso. M
Sarah Hale✨ A veces, cuando nos sentimos perdidos y sin rumbo, aparece esa persona que, con solo estar ahí, nos recuerda que todo tiene un propósito. Nos hace ver que el camino que creíamos perdido siempre estuvo frente a nosotros, esperando. Y que cada paso vale la pena, simplemente porque ellos están a nuestro lado. Así me sentía con Marcus y James. Ellos siempre fueron una parte esencial de mi vida. Por eso, cuando se marcharon, me sentí incompleta, como si una parte de mí se hubiera desvanecido. Pero ahora, con Theo, todo empezaba a tener sentido de nuevo.Las vacaciones en España junto a los niños y los hermanos Weston fueron las mejores. Sin duda, me encantaba pasar tiempo con mi familia, porque eso eran ellos para mí: mi familia.—¿En qué estás pensando? —preguntó James, sorprendiéndome al entrar en mi habitación.Di un pequeño respingo y luego sonreí.—En esto… en lo que tengo. Ustedes, los niños… Theo.—En tu familia, Grillo —corrigió, usando aquel apodo de siempre.Sonreí
Sarah Hale✨ Mientras los niños están en el colegio, Alissa y yo comenzamos a trasladar mis cosas a lo que, a partir de ahora, será mi nueva habitación. La habitación de Theodore. El silencio se adueña del ambiente mientras trabajamos, roto solo por el sonido de las cajas al posarse en el suelo o el suave roce de la ropa al colgarse en el clóset. Sin embargo, la tensión invisible me obliga a hablar. —Es extraño esto —digo, rompiendo el silencio, mi voz casi un susurro. Alissa, que en ese momento estaba colocando mis blusas junto a las camisas de Theo, se detiene y me mira por encima del hombro. —¿Por qué? —pregunta con curiosidad, aunque su tono denota que ya intuye mi respuesta. Desvío la mirada hacia la cama, tratando de organizar mis pensamientos. —Porque ahora dormiré en esta habitación. La que alguna vez fue de Daphne. El nombre flota en el aire como un fantasma, un recordatorio de lo que alguna vez fue. Alissa deja escapar un suspiro, se vuelve hacia mí y, con una mezcla
Sarah Hale. ✨ Theo estaba en el baño, y mientras el sonido del agua corriendo llenaba el ambiente, me quedé acostada en la cama, inmersa en mis pensamientos. Han pasado dos meses desde que todo cambió. Dos meses en los que mi vida, nuestra vida, dio un giro inesperado. Los niños… ellos parecen más felices que nunca. A veces los observo y me pregunto si realmente comprenden lo que está sucediendo o si, en su inocencia, simplemente disfrutan de la calidez que ahora envuelve nuestro hogar. Una risa infantil resonó en la distancia, pero fue el golpeteo ligero en la puerta lo que me sacó de mis pensamientos. —Es día libre, ¿qué vamos a hacer hoy? —preguntó Tristán mientras se dejaba caer de espaldas en la cama junto a mí, hundiendo el colchón ligeramente con su peso. Sonreí ante su espontaneidad. Había algo en él que siempre lograba arrancarme una sonrisa, una mezcla de madurez y niñez que lo hacía único. Pasé mis dedos por su cabello despeinado, como solía hacer cuando quería tra
Theodore Moretti.🍂 Los días en el trabajo habían cambiado desde que Sarah llegó a mi vida. Todo era más fácil, más llevadero, como si su presencia me hubiera traído una calma que hacía tiempo no conocía. Incluso mis socios lo habían notado.—Oye, amigo, tu novia es idéntica a tu exesposa —comentó uno de ellos, con un tono curioso y quizás un poco burlón.Me detuve en seco. La comparación me molestó más de lo que quería admitir.—Estás loco. Eso no es posible. Mi dulce y linda Sarah jamás podría parecerse a ella —respondí, mi voz cargada de una firmeza que no aceptaba discusión.El tema quedó zanjado, o al menos eso parecía. Pero las palabras se quedaron rondando en mi cabeza. ¿Era posible que hubiera algo en Sarah que me recordara a Daphne? No. Me negaba a pensarlo. Sarah era diferente, y lo sabía.De camino a casa, pasamos frente a una joyería. Algo en mí se detuvo, como si una fuerza invisible me empujara a mirar las vitrinas. Frente a la sección de anillos de compromiso, me quedé