Sarah Hale ✨
Baje rápidamente a la cocina, había sido muy raro despertar al lado de los niños y Theo, solo llevo dos días aquí y ya las cosas están intensas. -Buenos días señorita Sarah.- saludo Alissa. -Hola Ali, solo llámame Sarah.- -No, desde ahorita debo ir practicando, en un futuro puede que tenga que llamarla señora Moretti.- dijo de forma burlesca. -Estas loca Alissa, vamos preparemos el desayuno.- dije mientras buscaba un mandil para ayudar a cocinar. -Ya está todo listo, y perdón pero el señor Moretti me dijo que no debía dejar que hicieras nada, que yo sola debo encargarme de todo.- Iba a protestar ante lo mencionado pero Emma entró a la cocina y me dio los brazos así que la cargué, la pequeña niña recostó su cabeza en mi pecho. -Emma es una niña muy linda, al igual que Tristán ellos son solo bebés.- mencionó la chica, sabía que lo decía por lo de mis pinturas y por supuesto que los entendía. -Lo sé Ali, iré por Isaac para desayunar.- -Es sábado, el señor Moretti le gusta que se le sirva el desayuno en el jardín, mejor sube y viste a los niños y llévalos al jardín.- sugirió la chica. -Bien, si voy.- Subí con Emma y la llevé a su cuarto, le busque ropa una vez lista le pedí a Alissa la llevara al jardín, iba por Isaac, el bebé estaba con Theo, así que entré a la habitación, está estaba vacía. -¿Qué sucede Tristán?- se escuchó la voz de Theo. Este se apareció en la habitación y solo llevaba sus boxers, rápidamente me gire para darle la espalda. -Perdón. Te juro que no fue mi intención, venía por Isaac.- murmuré apenada. -Descuida, no escuché cuando entraste, ya están todos en el jardín, deberías ir a vestirte no me gusta que se sienten a desayunar en pijama.- -Si, y perdón.- Sin decir más salí corriendo. Llegué a mi habitación y estaba muy apenada, sentí el calor subir a mis mejillas, encontrar así a Theo había sido muy vergonzoso. Tome rápidamente un vestido suelto y entré al baño a darme una ducha rápida, una vez lista salí y hay estaba Theo, suerte que ya estaba vestida. -Vine por ti para ir juntos a desayunar.- -Si, vamos.- Ambos caminamos a la par, no hablamos durante el pequeño trayecto al jardín y aún así íbamos cómodos. El desayuno realmente fue tranquilo los niños no dijeron nada, parecían disfrutar la compañía de su padre, y tolerar mi presencia. 🍂 Los meses van pasando y cada vez me adapto a mi trabajo, ser niñera de tres niños es realmente un reto, aunque parece Tristán ya me acepta aún tiene momentos en los que pareciera querer que me fuera y no volviera. -¿Entonces Isaac y Emma te quieren?.- dice Marcus mientras estamos tirados en medio de la biblioteca de mi casa. -Si, Tristán también solo a veces le sale lo Clément.- respondo sin verlo al rostro. -Extrañaba estar aquí.- dice el joven observándome. -Lo sé, fue buena idea pedirle a Theo un día libre.- mencione girándome a verlo. -Te extraño tanto grillo.- Marcus acaricia mi mejilla. -¿De verdad James y tú tienen que irse?.- por fin hago esa pregunta. -Si, sabes que James siempre ha trabajado por poder darnos un buen futuro y ahora que tú le has prestado ese dinero puedo hacer ese gran negocio y sabes que no va a detenerse hasta pagarte.- explicó el castaño. -Si, me da gusto que James pudiera tomar esa gran oportunidad, pero irse a España. Los voy a extrañar.- digo con una sonrisa, aunque por dentro estoy muy triste. -Sabes que podrás visitarnos cuando quieras, y si tú nos necesitas, siempre, pero siempre vamos a estar para ti.- Mi amigo se incorpora y me hace poner de pie. -Vamos a la terraza.- propone. -Mm no quiero, necesito ir a recoger una cosas para regresar con Theo.- -¿Sientes algo por Theo?.- interroga. -No, me agrada su compañía y creo que somos amigos, pero...- -¿Yo sigo aquí?- Marcus se acercó a mí y tocó mi pecho, como forma de señalar mi corazón. -Siempre.-susurré. Marcus se acercó a mí y me acercó a él, mi respiración se volvió más fuerte y pesada, estaba nerviosa, hacía mucho que no tenía este tipo de cercanía. -¿Quieres hacerlo una última vez?.- susurró cerca de mis labios. -Yo no sé si esto sea correcto.- -Olvidemos si es correcto y hagámoslo, será como despedirnos.-Marcus dejó un beso en mi cuello. -La última vez que hicimos esto teníamos diecinueve años.- dije mientras hacía mi cuello a un lado. -Bien, ahora somos adultos, podemos hacerlo sin culpa, ambos somos solteros.- Mentiría si no quería hacer esto así que yo fui quien busco los labios de Marcus y los sellé con los mío, él no tardó en tomar el control sobre el beso, era rudo y feroz las manos de mi amigo fueron a mi trasero y dio un apretón era mi señal así que salte y enredé mis piernas en su cadera. -¿Habitación o cocina?.- susurró en medio del beso. -Habitación.- Respondí. Camino conmigo y subimos a la que es mi habitación me dejó en la cama y se deshizo de toda su ropa. Se colocó encima de mí sin dejar caer todo su peso. -Espera, ¿Y si esto está mal?.- dije deteniéndolo. -No lo sé.- Pensé por un momento, pero luego me acordé de lo mucho que disfrutaba estar con él así que lo jale del cuello y continuamos con lo nuestro. Sus manos haciendo presión en mis caderas, era como la primera vez, nuestras respiraciones entrecortadas, el deseo y la pasión, era revivir el pasado. Flashback. Marcus y yo nos encontramos en la habitación de él, James se había ido a la biblioteca, lo tomo por sorpresa y me acomodo a horcajadas sobre él, puedo ver sus ojos brillantes, sus hermosos ojos avellana. -Esto no es correcto linda- su voz temblaba. -Quiero probar que se siente y solo confío en ti- No recibo respuesta por parte de él, pero sus manos viajan a mi trasero, no negaría estaba nerviosa tal vez mi amigo ya había tenido otras experiencias, pero yo no, con demasiada facilidad nos da vuelta y ahora es el quien está encima de mí, lo veo deshacerse de su camisa, mis manos viajan a su pecho. -Estas nerviosa, tus manos están heladas, grillo, prométeme que si algo no te hace sentir cómoda me lo dirás. - -Lo prometo Marcus- Eso fue todo lo que necesito para besarme, el beso era tierno y torpe ambos estábamos nerviosos, pero luego fue subiendo más de intensidad Marcus agarro confianza y eso hizo que el beso se tornara apasionado y rudo, un pequeño gemido escapo de mis labios, lo cual hizo que su erección creciera, no pude evitarlo y solté una carcajada. -Maldición Sarah arruinas el momento.- -Perdón, estoy nerviosa.- El se detuvo. -¿Quieres que paremos?...- -No. Sigue.- -Bien.- Nuevamente tomó el mando e inició un recorrido de besos desde mis labios hasta mi cuello, sus manos van subiendo la playera que llevo puesta. Hábilmente hace que la playera desaparezca y entonces estoy desnuda frente a él,lo ayudo a deshacerse de sus pantalones y entonces ambos estamos solo en ropa interior. Sus manos recorren mi cuerpo descaradamente,nuevamente deja besos en mi cuello y a su paso deja pequeños mordiscos, sus manos aprietan mis muslos, su respiración es pesada y caliente, siento como va dejando besos húmedos desde mi cuello hasta mis pechos, inconscientemente arqueo mi espalda. -No te muevas- Gruñe mientras sigue besando mis pechos. -Quiero sentirte.- Creo que esas palabras fueron suficientes para que el se deshiciera de nuestras ropa interior, y se colocó en medio de mis piernas. -¿Lista?.- asiento en respuesta. Siento como él va deslizándose dentro de mi. -Espera.- pido con un hilo de voz. -Voy a moverme,¿de acuerdo?.- Mi única respuesta es asentir. -Grillo necesito palabras, ¿sigo?.- -Si- logro decir. El toma mis manos y las entrelaza con las de él, empieza a moverse lento, pero profundo, esto se siente bien, suelto un gemido acompañado de su nombre, el comienza a moverse más rápido, mis manos aprietan las de él. Mis piernas se enrollan en sus caderas, sus movimientos son suaves pero rápidos, mis gemidos son callados por sus besos, el suelta mis manos y una de sus manos va a mis pechos apretándolos, mis manos van a su espalda, no puedo evitar arañarlo. -Shh tranquila.- susurra dejando un mordisco en mi oreja. Seguimos asi durante un tiempo, hasta que ambos llegamos al clímax, el se tira aún lado de mi y me abraza. -¿todo bien?.- pregunta. -Bésame.- Mi amigo responde a mi petición, desde ese día Marcus y yo teníamos encuentros a escondidas de todos nuestros amigos, o eso pensábamos. Fin del flashback. -¿Cómo la primera vez?.- pregunta mientras me hace caricias en la espalda. -Debes admitir que ya tengo experiencia.- bromeo. Mi amigo y yo tomamos lo que me hacía falta para poder regresar casa de Theo. -Por favor escríbeme, y si me necesitan díganlo, y dile a James que lo amo.- hago enojar a mi amigo. -Podrás amar a mi hermano, pero con quien follas es conmigo.- susurró en mi oído. -¿Interrumpo algo?.- suena la voz de Theo a nuestras espaldas. -Para nada, le decía a Sarah que James y yo vamos a extrañarla, a todos en realidad, amigo cuida de ella.- Marcus se despide de Theo. Luego de las despedidas y llorar Marcus se fue. -¿Quieres acompañarme a una cena en el trabajo?- La propuesta de Theo me toma por sorpresa, pero termino aceptando, tal vez sea bueno que mi vida siga y tome un camino diferente.Theodore Moretti🍂Las estúpidas cenas del trabajo siempre se me hacen demasiado tontas, o tal vez las odiaba desde que mi esposa me abandono. - ¿Te veremos esta noche amigo? - pregunto Sebastián, el más joven de mis socios. -No lo sé, me gustaría quedarme en casa con los niños, sabes que no me gusta asistir a estas cosas. - -Deberías buscar una acompañante, eres soltero. Piénsalo amigo. - Luego de eso Sebastian se fue dejándome solo. sus palabras me dejaron pensando, buscar una acompañante a mi mente vino Sarah, ella es una buena chica, de una familia muy prestigiosa, o bueno eso es en el mundo mágico, pero sin duda ella podría ser mi acompañante, de camino a casa paso por una tienda sin duda alguna era de las favoritas de Daphne, en el mostrador hay un elegante vestido negro, sin duda a mi esposa le abría lucido sensacional, sin pensar más en ello entro a la tienda y lo compro. Una vez llego a la entrada de mi casa veo a mi amigo y a Sarah, ellos se veían muy juntos co
Theodore Moretti 🍂Me despierto y siento algo cálido entre mis brazos. Al abrir los ojos, sonrío al ver a Sarah dormida, con su cabello desordenado sobre la almohada. Parece tan tranquila que no quiero moverme, pero finalmente me deslizo con cuidado para no despertarla y me meto a la ducha.El agua fresca recorre mi cuerpo mientras repaso en mi mente todo lo que pasó anoche. Fue mágico, más de lo que imaginé. Salgo de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura, y al entrar en la habitación, veo que ella comienza a despertar. —¿Cómo te sientes? —pregunto mientras me acerco a ella con una sonrisa. —Desorientada… Creo que bebí demasiado vino —murmura mientras se talla los ojos, aún con voz ronca por el sueño.Me agacho para quedar a su altura y le doy un beso suave en los labios. Ella se congela por un segundo antes de separarse. —No hagas eso… Dijimos que solo sería una noche —dice con una mueca, evitando mis ojos. Tomo sus manos entre las mías y, mirándola a esos ojos cel
Sarah Hale✨Me encontraba arreglando la maleta de Isaac mientras que Alissa arreglaba la de los niños tal como Theo me lo había pedido. Marcus se había mudado a España unos meses atrás, y la verdad es que como se lo había dicho a Theo lo extrañaba demasiado. -Te lo dije. - dijo Alissa asustándome. - ¿Perdón? - -El señor Maoretti y usted. - Realmente me había quedado sin palabras, no sabía que responderle, pues de cierta forma había notado un acercamiento entre Theo y yo. -A-ah creo que solo somos amigos, ya sabes. -Alissa me observó burlona. -El otro día los vi, el te beso.- Oh santo cielo, me dice la desentendida. -Bien, las maletas de Tristán y Emma ya están listas, solo falta la de Isaac y el señor Moretti. - -Gracias Alissa, yo me encargo de la de Isaac y de Theo bueno él debe encargarse de eso. - La chica asintió y salió dejándome sola en mi habitación, apenas dos meses atrás Isaac había dejado de dormir en la habitación de Theo, sin embargo, aho
Sarah Hale✨ Nos encontrábamos en el restaurante que Marcus había elegido; realmente era lindo y tenía una vista espectacular. Alissa me había ayudado a elegir un vestido, y como Theo vendría de negro, opté por ir a juego con él. Elena, la novia de Marcus, era una chica muy guapa, de cabello rizado rubio y ojos miel. Curiosamente, ambos también venían a juego, ya que Marcus vestía de negro y ella igual.—Vaya, parece que todos nos pusimos de acuerdo para venir a juego —mencionó Elena con un deje de molestia en la voz.—Sí, bueno, Theo y yo nos pusimos de acuerdo… y, al parecer, ustedes también —respondí con amabilidad, tratando de restarle importancia.—Claro, Marcus y yo siempre usamos negro, es nuestro color.Sonreí un poco incómoda ante el comentario. Theo lo notó enseguida y, sin decir nada, me rodeó la cintura con su brazo y dejó un beso suave en mi mejilla.—Vamos, linda, quiero disfrutar esta velada contigo —murmuró en mi oído.Nos alejamos dejando a Marcus y a su novia detrás.
Sarah Hale✨ La luz comenzaba a filtrarse por la ventana. Me removí en la cama; Theo estaba dormido boca abajo, pero uno de sus brazos descansaba sobre mi cintura. —Theo… —susurré mientras lo movía suavemente. —Mmm… ¿qué sucede? —murmuró adormilado. —Creo que ya es tarde. Debemos ir a ver a los niños. Theo se giró para mirarme. Una sonrisa tierna se dibujó en su rostro, irradiando amor. —Alissa está con ellos. Tú y yo podemos quedarnos aquí todo el día —dijo mientras acariciaba mi mejilla con dulzura. —Theo… —murmuré mientras me inclinaba sobre él—. Los niños son más importantes. Dejé un beso suave en sus labios. —Tienes razón. Desayunemos todos juntos, como la familia que somos. Sonreí ante sus palabras. —Muy bien. ¡Arriba, entonces! —me puse de pie y busqué mi ropa—. Iré a buscar mi maleta, no tengo ropa aquí. —Puedes usar una camisa mía. Hice caso y tomé su playera, que había quedado tirada en el suelo. —Gracias. Theo también se puso de pie y, antes de
Todo aquello con lo que alguna vez soñé por fin se estaba cumpliendo. Era feliz. Estaba construyendo la familia que un día pensé imposible. Me enamoré de nuevo, algo que jamás creí posible… pero todo puede cambiar en un instante. La felicidad tiene la curiosa costumbre de parecer eterna, como si nada pudiera arrancártela. Pero lo cierto es que la vida no respeta tus planes ni tus sueños; a veces, solo necesitas un segundo para que todo se derrumbe. El sonido intermitente de los monitores del hospital me devolvió a la realidad. El olor penetrante a desinfectante, las luces blancas que me cegaban, el murmullo constante de voces… Todo se sentía lejano, como si estuviera atrapada en un sueño al que no pertenecía. Traté de moverme, pero mi cuerpo estaba pesado, inmóvil. Un eco distante me sacó de ese limbo. —¿Puedes escucharme? —La voz de un médico resonó en mi mente, como si viniera desde el fondo de un túnel—. Tuviste un accidente. Vamos a ayudarte. Quise responder, pero las palabr
Sarah Hale ✨ Los días desde que mis padres murieron son un vacío interminable, y la idea de seguir adelante se me escapa cada vez más. Si no fuera por Marcus, que viene a verme todos los días, probablemente ya habría perdido la cordura… o tomado la salida más fácil. —Deberías buscar algo que hacer para entretener tu mente —dice Marcus, sacándome de mis pensamientos oscuros. Estamos tirados en el enorme tapete verde de la biblioteca de mi casa, mi lugar favorito. Aquí solía pasar horas leyendo mientras mi padre se sentaba en su sillón favorito. Ahora, en el silencio, solo quedan recuerdos dolorosos. —Tal vez retome la pintura —respondo, con voz apagada. Marcus asiente con una sonrisa suave. —Es un buen comienzo. James dice que podrías venir a vivir con nosotros. No será tan cómodo como aquí, pero estaríamos juntos, los tres… como siempre. Sus palabras me hacen reflexionar. Ellos han sido mi única familia desde que me quedé sola. —¿Y si ustedes se vienen a vivir aquí? —suelto, ca
Sarah Hale ✨Tomé una gran bocanada de aire mientras limpiaba mis lágrimas. El dolor en mi pecho era sofocante. Recogí el desastre en la habitación que ahora ocupaba y tomé en mis manos las últimas pinturas que mi padre me regaló en Navidad. No pude contener más las lágrimas. Comenzaron a caer, incontenibles.—Debiste guardarlas mejor —me regañé a mí misma, ahogada en mi tristeza.No me di cuenta de que Alissa había entrado hasta que sentí su mano en mi hombro.—Déjame ayudarte —susurró con ternura.—Era el último regalo que recibí de mi padre… —sollozé, sin poder evitar romperme aún más.Alissa, sin dudarlo, me abrazó. Ese simple gesto fue suficiente para desmoronarme por completo. Me dejé llevar y lloré hasta vaciarme. No sé cuánto tiempo pasó, pero le conté todo lo que había sucedido con mis padres.—Los niños no lo hicieron con mala intención… solo son niños —dijo en voz baja mientras me acariciaba el cabello.—Lo sé… pero no puedo evitar sentirme así.—Voy a prepararte un té. Tóm