Aysel sufre al saber que él lobo que ama es él compañero destinado de su hermana adoptiva, sin embargo, todo cambia cuando una semana antes de la ceremonia y que regresé Lyon, ella huye con su amante. Lyon regresa antes de lo previsto y se encuentra con la noticia que su futura Luna a huido, el dolor y la rabia de la traición lo enceguece y lo único que quiere descargar su furia en lo único que queda de ella, su familia. Aysel sufre con Lyon, sin embargo, no puede permitir que su familia pague por una culpa que no es de ellos, y sabiendo que la Diosa tal vez no escuche su plegaria por la marca que cubre su rostro, ella implora misericordia para sus padres. Para su fortuna la Diosa la escucha y sin poder creerlo ahora ella se convertirá en la Luna de Remplazo.
Leer másSu madre y todos la miraron.—La que tenía en mi cara desde nacimiento —gritó desesperada, porque todos la seguían viendo como una loca.—Mi amor tu nunca has tenido ninguna cicatriz, ni fuiste el reemplazo de nadie —dijo Radolf dando un paso al frente —desde que naciste fuiste mi compañera y no sabes lo honrado que me siento al tener a la compañera más hermosa del mundo…—No, no esto no es verdad —Aysel comenzó a sentir como le faltaba el aire —todos ustedes están mintiendo ¡Lara! ¡Uzziel! —sus gritos se escucharon por toda la casa.—Hay mi vida, cuanto daño te hizo Lyon —soltó Tara intentadola abrazar —mi niña nada de eso cierto, Radolf te está diciendo la verdad… tú siempre fuiste la Luna destinada para Radolf, él alfa por nacimiento…—No, no eso es mentira, necesito hablar con Uzziel, con Lara ellos me dirán la verdad, ellos son mis amigos… —hizo a un lado a su madre que no dejaba de llorar, paso por un lado de todos. Salió de la habitación llamando a Lara, a Uzziel, recorriendo
Lo último que recordaba de la pesadilla que había tenido fue que le decía a Radolf que Lyon volvería por ella, cuando abrió los ojos volvió a llamar a Lyon, pero él no pareció por ningún lado. Mira la habitación, igual a como la vio en su pesadilla, se vio el camisón, no esto era real, llevó su mano con desesperación a su cuello, si Lyon hubiera muerto ya no tendría su marca. Corriendo se puso de pie, apartó un poco la tela y ahí estaba como un tatuaje a fuego la marca de Lyon, él vivía, lo sentía en su corazón, al verse bien en el espejo abrió los ojos, llevo su mano a tocar su rostro, donde debía estar la cicatriz, pero estaba había desaparecido, su piel era perfecta, como siempre lo soñó.—¿Cómo fue que desapareció? —preguntó pensando que estaba sola en la habitación, detrás de ella se escucha un pequeño quejido —¿Quién eres?—Soy yo Dilay —por la oscuridad de la habitación no la vio sentada en la silla, encendió la luz —Radolf me pidió que me quedara aquí contigo, no sabes el gu
Los rayos del sol caían sobre su rostro, eran tan cálido y agradables, que sin saber dónde estaba quería seguir ahí, respiró hondo en la tranquilidad y la paz que sentía, a pesar de la luz del sol fue abriendo los ojos poco a poco, pensando que estaba en el mundo de los lobos, a donde se iba cuando uno dejaba el mundo de los mortales. Pero se llenó de asombro al ver el techo, su mano recorrió la suavidad de su cama, había vuelto a su casa, a su cuarto, como era posibles si ella se había lanzado al rio de lava. De nuevo cerró los ojos y como una avalancha llegaron lo que vivió, el rapto por parte de Yael, la lucha entre Lyon y él, y su muerte, cuando intentaban escapar de la manada la lucha entre los lobos, comenzó a llorar cuando recordó las bolas de energía que los atacaron, cuando iban saliendo de la aldea, las palabras de Uzziel, cuando pensó que él había muerto.Pero su loba le grito que no, que Lyon vivía, tenía que verlo, si, él la había rescatado cuando ella quiso lanzarse al
Lyon se puso delante de Aysel, protegiéndola de Yael, a cualquier otro su mirada fría lo haría temblar, pero a él no, quien temblaría sería él porque pagaría muy caro el rapto de su compañera y la manera que la tenía. “Vas a correr cuando te lo diga, no importa que yo no vaya detrás de ti” —le dijo por medio del enlace Lyon a Aysel, pero ella apretó su mano con fuerza, nada haría que lo dejara ahí solo con ese lobo. “No me pidas eso, no me iré sin ti” —respondió provocando un gruñido de disgusto por parte de Lyon —“salimos los dos o ninguno sale”—Ya dejen de ponerse de acuerdo, ninguno de los dos va salir de aquí —volvió a reiterar Yael se postaba en la puerta, Lyon dejo de ver de reojo a Aysel para volver a verlo. —Eso está por verse —replicó Lyon —ella es mía y me la voy a llevar…—grito con voz gruesa y fuerte, en un segundo paso de su forma humana a su lobo negro brillante. —Tú te lo buscaste, será a muerte, pero esta vez no voy a permitir que ella te salve — Yael sonrió de la
Lyon iba corriendo por el bosque cuando escuchó la súplica de Aysel, quería contestarle, decirle que iba por ella, pero Lara había sido clara, era mejor que ella no supiera, ni siquiera que lo sintiera, porque la bruja podría saberlo y alertaría Yael de inmediato perdiendo la oportunidad de sacar a Aysel del calabozo sana y salva. A su lado derecho iba Lara junto a Uzziel que había puesto el grito en el cielo cuando ella dijo que iría. Su compañero la abrazó, suplicando que se quedara con él, que solo le dijera por donde tenía que entrar, pero ella se negó hacerlo, no podía abandonar a su amiga cuando ella la necesitaba. Así que no le quedó otro remedio que ir con ellos, no podía pensar Lyon que fuera de otra forma, conociendo a su amigo, no estaría tranquilo pensando que algo malo pudiera pasarle a su compañera, que acepto que fuera. Los tres iban delante de un grupo de cien lobos que fueron lo que menos heridos estaban, el plan era que solo Lyon, Uzziel y Lara entrarán y fueran po
Aysel abrió los ojos, recordando a Lyon herida, ella liberándose de Radolf y yendo hacia su compañero que estaba perdido mucha sangre, y con ellos se le iba su vida, oró pidiéndole a la Diosa que no lo quitará, que ahora que era suyo, no podía perderlo, sus manos se volvieron calientes, pero no quemaban, ese calor cubrió la herida de Lyon, cuando volvió abrir los ojos, había sanado, y el corazón de él latía con fuerza, sintió los ojos pesados y todo fue oscuridad.—¡Lyon! —comenzó a llamarlo esperando verlo a su lado en su cama, pero no fue así, al ver el lugar no lo reconocía —¡Lara! —ahora fue turno de su amiga, pero ella no apareció ¿Dónde estaba?Intentó ponerse de pie, pero no pudo moverse sus manos y pies estaban amarradas a la cama. Percibió un olor nauseabundo, giró la cabeza a un lado y ahí estaba un hombre de cabello blanco sentado en una silla, con las manos entrelazadas apoyadas en los reposa brazos, su mirada fría de ojos negros profundos la observaban sin perder ningú
Horas antes Lyon podía escuchar como Aysel lo llamaba, con mucho miedo, lo podía sentir hasta en fondo de su corazón —¿Dónde estás? —preguntó desesperado en medio de la oscuridad que lo abrumaba —Aysel dime dónde estás…—Lyon ven por mi, sálvanos —decía su compañera, él corrió tratando de escuchar de dónde venía la voz de Aysel, la oscuridad era tan espesa que ni siquiera su lobo lograba ver en ella —Lyon sálvanos.—¿A Quiénes Aysel? —exclamo mientras corría por un largo pasillo, llegó hasta una puerta que abrió, al entrar la vio en el rincón, una cadena de plata sujetaba su tobillo derecho, el olor a la piel quemada inundaba la habitación.—Lyon porque no me salvas, Lyon no quiero vivir lejos de ti, no me dejes —corrió hacia en el interior, ella debía saber que si fue por ella, que estaba ahí para salvarla como lo pedía, cuando estuvo a un metro choco contra una pared de vidrio que lo detuvo.“No Alfa Lyon ella ahora es mía” dijo una voz gruesa que se carcajeaba de su desesperació
Los lobos de la manada de Yael salieron corriendo a toda prisa, dejando a Uzziel desconcertado, junto a todos los lobos de la manada, aún no había terminado la pelea por Lara entre Uzziel y Yael, cuando este había salido huyendo. Buscó con la mirada a dónde había dejado a Aysel con Lyon, temía lo peor, pues la herida que ese maldito de Yael le había hecho fue profunda. Sus ojos se sorprendieron al darse cuenta que el cuerpo de Lyon estaba solo tirado en la tierra, sin su compañera a lado, giró pero todos lo lobos miraban hacia donde los otros emprendieron la fuga, hasta ese momento supo que todos lo rodearon dejando a Aysel y su Alfa desprotegidos. Corrió a ver a su amigo, pensando lo peor, pero cuando vio su cuello este no tenía ninguna señal de rasguño, pero como, recordó que cuando estaba peleando con Yael había sentido una gran energía. —¡Se llevaron a Aysel! —grito Radolf con desesperación —idiota muévete, hay que ir por ella… Con un gruñido de coraje termino obedec
Aysel salió corriendo de la casa, tratando de entablar el enlace con Lyon, para advertirle lo que Dilay le había dicho, pero no podía, algo estaba interfiriendo para que ella no pudiera comunicarse con él. Nunca se imaginó ser testigo de ver una escena como esa, lobos contra lobos, era una lucha feroz, dónde ningún quería dejarse vencer.Con desesperación comenzó a correr entre los lobos, buscando a Lyon, y tratando de hablar con él, pero seguía sin poderlo hacer. El olor a sangre penetro sus fosas nasales, provocando un poco de nauseas, chillidos y aullidos se hacían presentes en el lugar. Avanzó dejando algunos heridos, otros moribundos por la herida que presentaban en su cuello. Uzziel le alertó cuando un lobo había aventado a otro contra el árbol que estaba detrás de ella, el chillido del lobo traspaso sus oídos, pero eso no la detuvo, siguió corriendo buscando a Lyon. “¿Qué haces aquí Aysel?” escuchó la voz de Uzziel en su cabeza “Y Lara”“Vine a salvar a Lyon, ella se quedó e